lunes, 13 de mayo de 2019

Obras para coleccionistas pobres o avaros


Esta es mi aportación al libro "Obras para coleccionistas pobres o avaros" (Más Madera, 2019).



NI CONTIGO NI SIN TÍ


Sí, ya sé, lo dijiste muchas veces: es una cuestión de incompatibilidad. A tí no hay quien te soporte. A mí, tampoco. Nos amamos, pero no nos soportamos más allá de unas horas juntos. Y luego están los conceptos: el amor romántico es una quimera de críos, dices. Tal como yo lo veía, lo único que nos podía haber salvado para seguir amaneciendo tan libres como unidos.

Pero no, ahí estoy, panza arriba, con un montón de mosquitos picándome en esta solitaria noche de verano. Ya han pasado tres años y han regresado para machacarme como aquella sudorosa velada en que no dejamos de hacer el amor a pesar de ellos. Aquí estoy, boca arriba, envuelto en sudor. Como un escarabajo indefenso. Sólo que yo no muevo las piernas, yo no me resisto a mi destino. Es el que hay, otra vez bajo la influencia de una desgracia que se empeña en repetirse. Volver a contemplar cómo todo mi mundo se derrumba, pieza tras pieza de este dominó que se empeña en caerse a través de una carambola inmisericorde que cava hondo e insiste en sepultarme.

Soy un escarabajo que ya debería haber sido aplastado por el recuerdo de nuestro amor. Sin más miramientos, sin compasión alguna. Todo lo que pudo ser y todo lo que se perdió, bailan como ese ser que, boca arriba, trata de incorporarse mientras el ddt lo invade y ya no queda otro remedio que morirse. Ni contigo ni sin tí tendrán arreglo mis penas. No, ya no podré incorporarme de nuevo. Ya no puedo respirar. Ya no quiero respirar. Ya no quiero hablar contigo. Ya no quiero hablar con nadie. Ya no quiero arreglo para mis penas. Ya no quiero nada salvo estar en paz, boca arriba. Exhalar la última respiración, irme con un poco de dignidad.

Os podéis ir a la mierda todos mientras inhalo el ddt. Que sea rápido, que venga pronto, porque ya no aguanto más este puto vacío ni estar a expensas de todos los recuerdos que me llevan a ti.

MANOLO D. ABAD