viernes, 31 de julio de 2015

Dean Wareham "I can only give my all"



She will never be all mine
She says my song's so sad
She's an ever green ,a drumm machine
A lonely date,a hello ache
I can only get my all
Trouble is,trouble does
She loves me as she can
Can you save the day?
To save my skin
Be the savin' grace a light within
But I can only give my,I ,I can only give my all
Where have all the powders gone
Long time gone
She can smell the rain before it rains
She can freeze the pain before it pains
I can only give my, I can only give my
I can only give my all

miércoles, 29 de julio de 2015

sábado, 25 de julio de 2015

Liquidación por cierre"

Vetusta Blues. –
Liquidación por cierre”
Día tras día, desde hace algo más de dos años, observo con creciente estupefacción dos carteles en una tienda de ropa ovetense sita en la calle Melquíades Álvarez que reza: “Liquidación por cierre”. Según van avanzando los meses, a veces creo ser Bill Murray en “Atrapado en el tiempo”, ya saben, la célebre película en la que el estupendo actor repetía su jornada laboral en “el día de la marmota”, esa fiesta de invierno en Estados Unidos, una y otra vez. Contemplar esos dos carteles, cada uno en uno de los escaparates de la tienda de ropa, me da la sensación de que el tiempo no ha transcurrido en estos dos años aunque sí lo haya hecho. Hay cosas que no parecen cambiar en la ciudad, otras que se creían perpetuas aunque lo único imperturbable que continúa, día tras día, son esos dos carteles: “Liquidación por cierre”.
La ropa, eso sí, da la impresión de que se vende. Y bien. Yo mismo compré en el invierno un par de jerseys, aunque la ropa de verano que me oferta esa tienda no se acerque a mis gustos. Americanas de colores chillones junto a polos de idéntica especie se arremolinan bajo las palabras mágicas. Incluso hubo unos meses en los que buscaban un dependiente, ya en el colmo del surrealismo. Ahora siguen en las mismas –la búsqueda de un empleado- aunque aclaran que para su establecimiento en la vecina Gijón. ¿Tendrán allí el mismo cartel con el reclamo de “Liquidación por cierre”?
Ahora que lo pienso bien, quizás sea ese reclamo el secreto del éxito de esa boutique. Hay personas que son verdaderas especialistas en encontrar tiendas a punto de cerrar y comprarse envidiables chollos. Quizás sea eso, el hacerse con un chollo, lo que impulsa a acudir a ese tipo de establecimientos. Es más que posible que ese cartel obre la maravilla de evitar, cada nuevo día, el cierre de la tienda. Claro que parece más probable pensar que los responsables de ese establecimiento se están saltando a la torera las normas más elementales de práctica comercial. Desconozco cómo está regulado el asunto y, en el caso de que mantener los cartelitos de marras durante tanto tiempo fuese legal, no parece que sea muy ético el usarlo. Pero, bueno, ya saben que eso de la ética es una palabra con poco de mágica y desprovista de todo peso y significado gracias a tantos y tantos desalmados que salen inmunes de sus prácticas en muchos ámbitos de la vida. Quizás la que ya ha sido liquidada por cierre sea, precisamente, la ética.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 25 de julio de 2015



miércoles, 22 de julio de 2015

Black Swan Lane "Alone in love"


domingo, 19 de julio de 2015

Aquellos conciertos de San Mateo

 

Vinilo Azul. –

Aquellos conciertos de San Mateo”


Hubo un tiempo en que aguardaba las fiestas de septiembre en Oviedo, las de San Mateo, como un momento especial donde habría la posibilidad de asistir a excitantes conciertos con los que alimentar la progresiva curiosidad musical que iba creciendo desde mi edad preadolescente. El bautismo de fuego tuvo lugar en la Corrada del Obispo, un 19 de septiembre de 1983, con quince añinos y unos meses. Tuve la suerte de disfrutar de una de las bandas asturianas con mejor directo de la época: Modas Clandestinas. El impacto me haría seguirles a muchos más conciertos en los siguientes meses. El cuarteto encabezado por Fran Elías a la voz y la guitarra (hoy al mando de los excitantes The Traveling Zoo) repetiría en el cartel de las fiestas ovetenses del siguiente año, ya en la plaza de la Catedral, junto a los asturianos El Contacto y Salón Dadá y unos de mis favoritos de entonces, los madrileños Derribos Arias, cuyo líder –el extravagante Poch- acabaría viviendo unos meses de locura en la ciudad años después. El momento glorioso de ese año, la primera cita con una leyenda de la historia universal del rock, llegaría tres días después –el 21 de septiembre de 1984- con la actuación del gran Eric Burdon en la plaza de toros. Los flashes de aquello aún me iluminan en una difusa despedida con el clásico “The house of the rising sun” como colofón.

Supongo que es a esas edades donde empiezan a grabarse un universo de sensaciones que luego perderán una parte de su componente emocional al repetirse con más frecuencia. Esas mariposas en el estómago, esa excitación previa, se quedarán para ocasiones muy concretas o muy deseadas, la de los encuentros en vivo con quienes se han convertido en nuestros favoritos. Pero entonces, con quince o dieciséis años, eran todos y cada uno de los momentos en que se fuera a levantar el telón para dar paso a la música en directo los que se convertían en magia. Como mágico fue ver a los norteamericanos The Long Ryders en la plaza de toros el 19 de septiembre de 1986. Se unieron la excitación por ver a una banda en lo más alto de su carrera, en pleno esplendor de ese Nuevo Rock Americano que ya sumaba en sus filas a figuras capitales como unos incipientes R.E.M., los irrepetibles Dream Syndicate o los excitantes Violent Femmes, al tiempo más dulce de su propia trayectoria. Tenerles ahí, ofreciendo un conciertazo que se quedó grabado para siempre, en su mejor momento, supuso uno de los más importantes saltos de calidad de las fiestas de San Mateo ovetenses. Muchos más nombres llegarían después, pero pocos unieron estado de forma y momento álgido de popularidad como ese. 

Con el paso de los años, la espera por los conciertos de San Mateo desapareció. Poco interesante había: los olvidables “éxitos” de temporada, muy pocos conciertos para enmarcar en un lugar privilegiado, excesiva rutina de artistas repetidos y repetidos hasta la saciedad en tantos y tantos carteles de tantas y tantas capitales de provincia de España. Ya sólo quedaba esperar a la casualidad o encerrarse en la plaza de Feijoo para tomarse una cerveza con las formaciones asturianas que se jugaban el premio del concurso de rock. El resto eran baldías apreturas, saldos de caducas radiofórmulas, estrellonas patrias por las que no gastaríamos un euro en circunstancias normales ni por uno de sus discos ni, mucho menos, por uno de sus conciertos. Y ya en estos últimos años, llegó la privatización de las fiestas con la que tirar la toalla en cada excursión a la carpa multichachiguay de los escándalos. 

Se abre un nuevo panorama en la ciudad con la recuperación de las fiestas populares en Oviedo, aunque aún no sepamos si será con programación paralela a la carpa multichachiguay o no, dados los contratos apresuradamente firmados por el anterior edil en su provisional “alcaldía en funciones”, donde se encargó de dejarlo todo atado y bien atado. En caso de recuperar el modelo, sí debería tenerse en cuenta cómo, transcurridos los años, algunos de los nombres que permanecen en el recuerdo son los de Van Morrison, Aztec Camera, Eric Burdon, Kevin Ayers, The Long Ryders o The Chieftains. Y cómo otros, los de esa atribulada patraña del efímero éxito masivo en ventas amañadas o del “para todo el mundo” (mentira extendida con la mendacidad de una supuesta verdad universal), viven un ganado olvido en esa mente-en-blanco de aquellos para los que la música no representa en sus vidas más que un sordo ruido de fondo.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 19 de julio de 2015 

sábado, 18 de julio de 2015

Atasco en Oviedo

 

Vetusta Blues. –

Atasco en Oviedo”


Ella se ríe cuando califico a Oviedo como la jungla, incluso cuando la denomino “ciudad”. Ella vive desde hace muchos años en una urbe europea de más de diez millones de habitantes, con cines a todas horas –eso, entre otras cosas, quizás sea lo que la retenga ahí- y no entiende estos agobios de quien ha decidido nacer, vivir y morir en el mismo lugar, que le resultan algo grotescos. Es Oviedo una ciudad que transmite esa tranquilidad sobria que encanta a un neoyorquino tipo Woody Allen tanto como a esa parisina que ya es Ella. Algo tendrá esta ciudad que atrae a tan diversa y selecta gente. Quizás sea ese Campo de San Francisco amenazado siempre por los mercaderes del gastro-no-se-qué (a mí esas definiciones tan guays me traen el recuerdo de grandes dolores de estómago y fiebres), quizás sea esa quietud –algo inquietante- que se cierne en cada verano donde desaparecen los habituales para dar paso a oleadas de turistas.

Y en esto, el atasco. Encontrar un acontecimiento de estas características en Oviedo es algo muy poco común. Vale que, como bien me resaltó Ella, desentrañar el laberinto de las paradas de bus sea una tarea tan ardua que a alguien que ha recorrido el mundo le resulte indescifrable, pero contemplar una larga fila de coches parados desde el comienzo de la calle Independencia y hasta bien sobrepasada la calle Covadonga, casi a la altura de la plaza del Carbayón resulta todo un acontecimiento en la ciudad.

El atasco del pasado jueves era de proporciones dignas de grandes y millonarias urbes. Y en medio de un tranquilo verano de calores. Aunque no son las temperaturas las que marcan el rumbo de nuestro día a día. Había muchas más turbulencias dentro de mi corazón. El sonido de las bocinas no podía acallar todo lo que sonaba en mis oídos, todo lo que me estaba pasando, todo lo que está sucediendo a mi alrededor en estas últimas semanas. La última ola de calor me condujo de la televisión a la literatura, hace más de diez años; esta nueva no sé dónde me puede llevar, pero es uno de esos terremotos enormes y que sólo resuenan en mis entrañas… 

Un imbécil aparcó su coche en la esquina de la calle Alonso Quintanilla con Covadonga a la altura del coqueto hotel del mismo nombre que la Santina, impidiendo que el autobús pudiera girar desde Foncalada y consiguió obrar el milagro de un atasco en esta ciudad que consigue que la tranquilidad sea uno de sus valores. Nunca hay que desdeñar la posibilidad de un giro de azar, de una sorpresa, de un guiño inesperado del destino. Para los que creían que todo estaba atado y bien atado, un atasco así debería transmitirles una sensación –incómoda- de que la impunidad en esta ciudad -por muchos voceros y paniaguados que sigan haciendo su sordo trabajo- parece que se va a terminar.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 18 de julio de 2015

viernes, 17 de julio de 2015

Black Swan Lane "Slide off the end"



Not sure if I can made it through
all the pressures I feel deep in you
No one gets hurt, when you´re not around
No one gets lies, when you disappear
And all the hurt will go with you
And all the sound will slide off the end
I´m not safe when I´m alone
 Hold me down and shake my bones
It´s just won´t work, it´s just won´t work
I hope you´tre happy with no one around
I hope you´re free, with no one making a sound
Not sure if I -can´t make- it trhough
All the pressure I feel deep in you
And baby hold me, I couldn´t care, just hold me
All tghe sound will slide off the end
I´m not safe when I´m alone
Hold me down and shake my bones
It just don´t work, It just don´t work

jueves, 16 de julio de 2015

miércoles, 15 de julio de 2015

Black Rebel Motorcycle Club "Ain´t no easy way"



It's easy to fall in love
When you fall in love you know you're done
You got easy eyes to hunt
When the world above needs your blood
And the cold vain to the richest man
They're paid away to steal our hand
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
It's easy to fall in love
When you're on your luck you know you're done
And the last kiss had a foolish cause
Now your tired eyes can only haunt
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
It's easy to fall in love
When you fall in love you know you're done
It's easy to fall in love
When you fall in love you know you're done

martes, 14 de julio de 2015

Ocean Colour Scene "On my way"



Father forgive me
But I don't care
Taking off the things they wear

In lines
She's got a family
Now they stay inside
Don't think she'll make it home tonight

And I'm on my way to the next town
And I'm on my way in a hurry and I'm on my way
My head down and down and down
And I'm on my way
Don't worry

Don't look straight at me
Get that straight
Get out and leave before the next day
He made it happen
But I digress
I believe that something must have happened

Take me alive take me tonight
Take me dead this time tomorrow
Take me to my place
Give me what you do
Find out the meaning of tomorrow
It will not happen
And it never can
Fe fi sit down your pattern

lunes, 13 de julio de 2015

Las Ruedas "30 segundos"


Ola de calor

Vetusta Blues. –
Ola de calor”

En días de calor y sol, con ese bochorno que nos entrega Oviedo, uno bendice de nuevo la alternativa del Campo de San Francisco como opción para respirar y librarse de esa pegajosa sensación que transmiten las altas temperaturas. La ciudad se despereza sin prisa en las prematuras mañanas de un verano tórrido y esas tempranas horas son las ideales para disfrutarla al máximo. 

Cuando uno retoma el pulso de la capital tras haber estado unos días de descanso fuera de ella, nuevas sensaciones parecen mostrarse. Es un redescubrir rincones olvidados, las ramas de un árbol, los colores de los patos en el estanque, el rostro de Palacio Valdés escrutando qué nos ha sucedido en estos días en que no nos hemos visto, la charla con el kiosquero que nos comenta el show de la elección del nuevo (o viejo) presidente del Principado, las sidras con el círculo íntimo de amigos, los nuevos fichajes del Real Oviedo. Abrir las ventanas de casa y que corra el aire.

¡Y cómo corre el aire en la ciudad! Aunque algunos reclamen la visibilidad del nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento, de ese tripartito donde algunos tratan de encontrar fracturas en las que hacer sangre, la impresión es que se está trabajando duro y de manera callada. Sin grandes declaraciones que no hacen falta. Ajenos a quienes tratan de enmarañar como en veinticuatro años no lo hicieron, en un silencio cómplice que ahora, con su falso e impostado cacareo, les hace quedar en evidencia. Es curioso que, de repente, haya tantos problemas sin solución que, tan sólo unos meses antes, no parecían existir. ¡Ay, la hemeroteca, ese enemigo de tantos y tantos que hacen del politiqueo razón de existir!

Uno de los desafíos que la nueva corporación se ha encontrado es el de los contratos firmados a destiempo –en tiempo de “en funciones”, y que no fueron precisamente pocos- y que está lastrando las acciones y los posibles nuevos proyectos. Cuando hablamos de aquel todo atado y bien atado no imaginábamos las dimensiones de esos vínculos, que siguen dislocando el buen funcionamiento de la ciudad. Pero es igual, no hay marcha atrás en este nuevo camino. Algunos podrán poner piedras con tal precipitación que ni cien días han querido dejar en la cortesía que a todo gobernante debería concedérsele, pero tengo claro que algunas buenas muestras ya se dejan ver en Oviedo. Que se lo pregunten a esos niños que disfrutan de los comedores veraniegos, por ejemplo. Sólo esperamos (y deseamos) que esa pequeña, pero radical, realidad sea sólo la primera prueba de que las cosas comienzan a transformarse en la ciudad para bien de la mayoría de ciudadanos.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 11 de julio de 2015

jueves, 9 de julio de 2015

Neuman "Oh, no"




miércoles, 8 de julio de 2015

Campo abierto


Vetusta Blues.-
"Campo abierto"

La plaza de toros, el campo de San Francisco y la carpa multichachiguay de la Ería han sido algunos de los temas que más han ocupado esta columna que leen desde hace dos años y medio en este diario. Con el cambio de poderes en el Ayuntamiento de la ciudad y la presencia del tripartito al frente, parece que la situación de las tres puede cambiar.

Para empezar, esperamos y deseamos que se desatasque la situación del BIC (bien de interés cultural) para la plaza de toros de la ciudad, cuya ruina ya empieza a ser un peligroso riesgo del que debería ser responsable la comisión de patrimonio si ocurriese una desgracia que esperemos no suceda pero que a cada minuto que transcurre parece probable que pueda pasar.

Para el campo de San Francisco, pulmón y alma de la ciudad, llegan buenas noticias, puesto que parece intención del equipo de gobierno preservarlo de todo tipo de actividades extraordinarias que sólo servían para degradar su entorno y llenar los bolsillos de los más afines al anterior consistorio. Urge que el magnífico mosaico de Antonio Suárez en el paseo de los Álamos se arregle, puesto que el deterioro es manifiesto por las constantes agresiones sufridas por todo tipo de carpas y eventos, que fueron taladrándolo, inmisericordes, hasta llegar a la actual situación. Proteger una obra de arte como esa, restaurarla y, por supuesto, también "venderla" al visitante o a los propios ovetenses que, en muchos casos, no la conocen. Poder sentarse a leer un libro bajo la estatua de Armando Palacio Valdés, disfrutar de ese entorno especial para el paseo e incluso la reflexión, son sólo algunos de los placeres que nos propone el campo de San Francisco, en pleno corazón de la ciudad.

Y, por fin, la carpa multichachiguay de la Ería, esa fuente constante de abuso y de escándalo desde su origen, que sigue dando que hablar y que sospechar lo peor. Mal nació,mal ha vivido y peor aún se ha desarrollado el proceso de concesiones, extremadamente dudoso, y que ha abierto esta semana un nuevo capítulo en su triste, penosa, historia. La carpa multichachiguay ha sido un caro capricho en ese desmantelamiento de las fiestas populares que los ovetenses habían vivido desde hace décadas. Traspasada con creces para un abuso descomunal la frontera público-privado, se han acumulado tal cantidad de escandalosas irregularidades, con cifras sonrojantes y una gestión oscura y al margen de todo control municipal, que ahora parece abrirse el necesario momento de conocer al detalle todo lo que ha sucedido. Y si no todo, al menos una gran parte de un asunto, este de la carpa multichachiguay, vergonzoso hasta la náusea.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 4 de julio de 2015

Réquiem por Laura Antonelli


Vinilo Azul. -"Réquiem por Laura Antonelli"


Hace unos días fallecía la actriz italiana Laura Antonelli, mito erótico de más de una generación de europeos. Algo se va cuando un símbolo sexual se muere, sobre todo si ella ha ocupado nuestros sueños y fantasías en la edad adolescente.

Tuve la suerte de vivir una época como la Transición con muy poquitos años, en ese tránsito de la niñez a la adolescencia, y en aquellos tiempos los kioscos comenzaban a llenarse de portadas de revistas que mostraban mujeres en todo su desnudo esplendor. Se anticipó -como no podía ser de otra forma- el despertar sexual y ahí Laura Antonelli ocupó un lugar preferente. Buscamos entre nuestras compañeras de clase, en las calles, a alguna Laura Antonelli con paciente dedicación. Pero el momento de hacer realidad la búsqueda era cuando en el Cine Aramo, en plena calle Uría, proyectaban alguna de sus películas. Una de esas italianadas picantes, donde también lucían anatomías ñcontundentes para despertar el deseo como las de Edwige Fenech, Pamela Prati, Paola Morra o Silvia Dionisio, y que ocuparon muchas tardes de mi adolescencia. Las posibilidades de disfrutar de cuerpos femeninos se multiplicaban, no sólo con la vista puesta en las revistas que se agolpaban en el exterior de los kioscos o en las pantallas de algunos cines, sino también al leer la prensa deportiva. Allí estaba el "As" y su clásica mujer de contraportada, además de los anuncios de películas clasificadas "S", donde unas estrellas cubrían los pezones de los pechos desnudos de las actrices. Soñábamos sin tener ni idea de en qué consistía ese prematuro despertar sexual. Soñábamos con una Laura Antonelli de carne y hueso, por soñar que no quedase.

La vida de Laura Antonelli fue una montaña rusa que llegó a una cima y descendió vertiginosamente a los abismos del dolor. Logró el éxito, ser una estrella, amar a Jean-Paul Belmondo y disfrutar de todos los placeres a bordo de su yate, para, años después, caer en las drogas, la depresión, el olvido y la mala suerte (esa operación que la desfiguró definitivamente). La belleza de Laura Antonelli le abrió muchas puertas, pero impidió que pudiese demostrar unas condiciones de actriz que sólo grandes directores como Visconti o Scola supieron intuir. He contemplado muchas veces "El Inocente" de Luchino Visconti sin poder ir más allá de la propia Laura Antonelli, envidiando a Giancarlo Giannini y comprobando cómo la italiana era capaz de merendarse nada menos que a la hermosa Jennifer O' Neill sin contemplaciones en su duelo interpretativo. Poco le sirvió a la Antonelli todo eso y acabó luciendo su escultural cuerpo en producciones artísticamente olvidables como "La Veneciana", antes de sumirse en un largo adiós en silencio.

Encontré a algunas mujeres con una belleza aproximada a la de Laura Antonelli en la vida real, pero una rara barrera me detenía cuando intentaba abordarlas. Fue un extraño período en el que invisibles obstáculos se presentaban ante mí sin ninguna razón aparente, como unos fantasmas negros en el corazón que ejercían un cortocircuito sobre mi voluntad. Los sueños no querían hacerse realidad. El deseo parecía anular, más que empujar hacia el objetivo. El tiempo y el conocimiento de uno mismo serían el lenitivo para destruir ese espacio inalcanzable entre deseo y realidad. Llegaron a unirse como en una de esas fantasías con Laura Antonelli. Y también llegaría el dolor, ese intransferible, personal, que se muestra con una cara distinta a cada ser humano. Compartimos mitos, fantasías, alegrías incluso, visiones de la felicidad que suelen ser comunes a un colectivo. El dolor es único, tantas veces incomprensible a los demás, muchas injusto. Nadie sabe cuáles fueron los demonios que asolaron a Laura Antonelli en sus últimos días, si alcanzó la paz. Lo que sí sé es que su mito la sobrevive, aunque sea en toneladas de celuloide cutre de italianada previsible o en estampas fotográficas que captaron un esplendor que me hizo soñar despertando a un mundo nuevo, estimulante y turbador.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 5 de julio de 2015