sábado, 27 de junio de 2015

En marcha

Vetusta Blues. -
"En marcha"

No, no se han caído los edificios ni la ciudad ha sido invadida por hordas herederas de Atila ni el caos se ha instalado en Oviedo. Antes al contrario, las fuerzas del tripartito han tratado de converger en acuerdos urgentes y ponerse manos a la obra para desentrañar la madeja de un régimen que ha tejido sus peculiares telas de araña en veinticuatro años de gobierno absoluto. Me ha sorprendido el tono acerado y catastrofista de algunas personas que consideraba ponderadas aunque sus postulados estuvieran con los anteriores gobernantes de la ciudad. Las alusiones al caos me dejaron patidifuso. Supongo que el hecho de que comprueben que Oviedo sigue funcionando, les bajará de esa postura innecesariamente alarmista.

Otro de los hechos que más me sorprendió estos días fueron las protestas por la apertura de los comedores para los escolares en julio y las acusaciones de improvisación en la medida (y otras peores). Se trataba de una emergencia a solucionar lo antes posible que en veinticuatro años no había sido ni tratada por los anteriores dirigentes y resulta que, cuando se le trata de poner una solución -de emergencia, sí-, comienzan las protestas de algunos y se lanzan todo tipo de críticas. Curioso y reprobable. No se escucharon tales críticas cuando existía un gobierno absoluto y existía esa necesidad. ¿Había miedo a las reacciones? ¿Por qué ahora que se intenta solucionar el problema se exponen todo tipo de reproches?

A pesar de lo que muchos auguraban, el tripartito se ha puesto a trabajar rápido. De acuerdo que se van a encontrar muchas, muchísimas, dificultades en esa madeja de contratos cerrados a última hora, de concesiones sospechosas y de intereses clientelistas servidos en bandeja de plata y pagados por todos los ovetenses, pero debe existir la voluntad de encontrar todos los puntos en común posibles y avanzar sin descanso, a la busca de unas intersecciones sobre las que construir.

Como no nos hemos cansado de repetir, muchos son los retos que Oviedo tiene en su agenda más inmediata. La agonía del barrio del Cristo y el vacuo limbo en el que se encuentran las instalaciones del antiguo Hospital son dos de las más urgentes, una vez que se haya efectuado una evaluación de las ataduras e hipotecas que el anterior gobierno tejió como una pesada herencia. La ciudad sigue su pulso, como un ser vivo que no conoce más que su propio andar, pero se respira un nuevo aire, el de la esperanza, frente a la antigua resignación de quienes imponían el miedo y las intrincadas redes de su bien atado régimen.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 27 de junio de 2015

domingo, 21 de junio de 2015

Fonoteca y futuro


Vinilo Azul. –“Fonoteca y futuro”


El futuro puede convertirse, en determinados momentos, en una obsesión. Cuando te llega en la edad adolescente, se transforma en una losa demasiado pesada. Los caminos deben recorrerse sin saber hacia dónde podrán llevarnos, pero que la encrucijada se despliegue, cruda e insondable, en años de dudas y descubrimientos puede resultar un lastre muy pesado. Pienso ahora en muchos de aquellos inciertos días de búsquedas y ansiedades y en cómo, tantas veces, se iban desplegando pistas sobre dónde podía haber encontrado mi sitio.

Poco imaginaba en mi preadolescencia que una parte de mi mundo iba a desarrollarse entre discos y músicas de todo tipo. En aquellos días, mi hermana Alzira y yo pasábamos algunas tardes en el sexto piso de la calle Melquíades Álvarez, 7, donde se ubicaban la administración de RTVE en Asturias y la discoteca de RNE. Allí, junto a la encargada del ingente archivo, Rita María Álvarez, curioseábamos en las estanterías y pinchábamos discos de algunos grupos que ya empezaban a sonarnos, desde los más clásicos Beatles o Kinks a lo más rompedor, como toda la movida madrileña que empezaba a llegar, con cuentagotas, en singles de Alaska y Los Pegamoides, Los Secretos, Burning o Nacha Pop. Estábamos a principios de los 80 y aquella era una de las pocas formas de iniciarse en aquello que veíamos suceder en programas de televisión matinales como “Pista Libre” o “Caja de Ritmos”. Mientras mis padres trabajaban en el piso quinto, donde tenía su sede RNE en Asturias, nosotros escuchábamos música al tiempo que Rita Mari clasificaba en sus archivos los discos de todo tipo y condición en unos ficheros y señalaba con el dimo las referencias con las que podría encontrarlos sin problema. Era un mundo nuevo y apasionante. El acudir a ese edificio suponía sorpresas de todo tipo y podías cruzarte con toda clase de personajes más o menos conocidos. Recuerdo cómo, ya veinteañero, subimos al ascensor junto a la actriz Maru Valdivielso, que, a finales de los 80 comenzaba su carrera como actriz y venía a ser entrevistada –por mi madre, curiosamente- a raíz del estreno del largometraje “Sahara” de Miguel Hermoso. Fue chocante: nuestros abrigos negros nos daban un  aspecto idéntico. Tanto que el ordenanza pensó que ella era una amiga nuestra cuando flanqueamos las instalaciones de Radio Nacional que nos conocíamos al dedillo. Su mirada profunda, su porte de estrella, su personalidad y su belleza me dejaron en estado de shock un montón de semanas…

Hace unos días, el reportaje “Conducir en tercera… edad” del programa de TPA “Asturias Semanal” recibía el premio de periodismo de seguridad vial de la Fundación Línea Directa en la categoría de televisión. La ambientación musical corrió de mi cuenta y me sentí orgulloso de formar parte de un estupendo equipo de profesionales, de poder contar con la confianza de Leonor Suárez y Arantza Uruburu, de haber podido musicar tantos y tantos reportajes para ellas o para otros compañeros en el pasado como Beatriz Fernández, Silvia López, Dolores Moral, Miguel González, Olalla Pena o Laura Estévez. Quién me lo iba a decir en aquellos días de encrucijadas, o en los momentos de dudas en medio de caminos que parecían conducir a un precipicio. Mientras documento para RTPA las digitalizaciones del ingente archivo musical de Radio Langreo pienso en esos años, en esas pequeñas pistas que la vida parece mostrar. También, en todos los trayectos que me han conducido hasta aquí; en tantos y tantos conciertos, en tantas y tantas interminables noches de música en vivo; en tantos discos, cds, casetes, vídeos, dvds, libros y enciclopedias de música; en cuánta vida e ilusión me he dejado persiguiendo un sendero que ahora es una aplastante y bendita realidad, que ya no es un futuro inquietante sino solo un claro presente.


MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 21 de junio de 2015

sábado, 20 de junio de 2015

Ceremonia de hielo


Crítica. Música. –“Ceremonia de hielo”

MOTORAMA + SEN SENRA
Sábado, 13 de junio de 2015.
Lata de Zinc, Oviedo.
Llegaban los rusos Motorama precedidos de gran expectación en lo que se preveía que fuera a ser uno de los grandes conciertos de la temporada dentro de un gran día de vuelcos políticos, de sorpresas superlativas que parecen devolver la fe en la democracia por encima de los oxidados aparatos partidistas.
Sin embargo, no fue una jornada para celebrar con alegría en lo musical. Unos días antes, los japoneses Kikagayu Moyo  habían obtenido el dudoso honor de cargarse el equipo de voces de la sala, lo que provocó que se tuviese que contar con uno de emergencia –bastante peor- para salir del apuro. Esto condicionó toda la sesión. Abrieron los jóvenes gallegos Sen Senra, sin nada que ver  con ninguna de las múltiples variables del post-punk ni, mucho menos, con una línea estilística clara. Ya se percibieron carencias en su sesión, que se convirtieron en terrible realidad cuando el estólido cuarteto tomó las tablas de la abarrotada sala. La voz de Vladislav Parshin no conseguía alcanzar un punto preciso, ese donde sus gafas conseguían mantenerse en casi acrobática posición al final de su nariz. Acoples constantes, dudas, indecisión y una extraña forma de salir adelante, con la base rítmica impulsando su pétreo molinillo de herencia Joy Division sin excesivos matices en los agudos, como una maquinaria machacona e insensible.
Costó colocar cada elemento en su sitio, una media hora, hasta que los de Rostov lograron imponer ese tenso climax sobre el que sitúan su tan peculiar propuesta que bebe de la fuente de pureza del post-punk de los Joy Division más gélidos, como nadie lo ha conseguido y pretende recuperar el halo perdido por la muerte de Ian Curtis en su tránsito a New Order. Sobre esa tumba y sus cenizas de las que nadie consiguió prender una nueva llama, el grupo ruso logró encender una luz azul de sentimientos turbios y ensimismada, oscura y sugestiva música que llegó a encandilar en su tramo final de media hora. Lástima que, cuando la maquinaria había comenzado a resultar irresistible, decidieran poner fin, por las bravas, a una celebración de hielo y oscuridad que, como cualquiera conoce, podría haber quemado más que cualquier otra hoguera. Una frustrante pena.


MANOLO D. ABAD

Y entonces llegó el caos


Vetusta Blues. –“Y entonces llegó el caos”


El sábado 13 de junio asistimos en Oviedo a uno de esos desenlaces políticos inesperados que jalonan los hitos de la libertad en democracia. Libertad en democracia, sí. Y también la voluntad ciudadana de un giro en lo que llevaba siendo un régimen –cada vez más endogámico- de veinticuatro años en la ciudad. Hito de la libertad en democracia porque los escollos a salvar fueron enormes. La imposición de la FSA de saltarse los acuerdos de un tripartito de izquierdas, en un “cambio de cromos” Oviedo-Gijón  imposible pues las realidades de la villa del Piles y de la capital de Asturias son completamente distintas era una baza para el desastre, para que todo se fuera al garete. Poco importaba este Oviedo denostado por los mandarines de la FSA bien asentados en Gijón y que volvieron a demostrar su desprecio por la capital –como siempre dicen en esa por mí querida villa a 28 kilómetros de mi ciudad- dejándola a su suerte con un régimen que ha ido tensando sus tentáculos en más de ocho mil días de férreo mandato.
No sentó bien esta muestra de talante democrático a aquellos que sólo han podido enseñar a los españoles el juego de tenis de mesa dialéctico denominado “y tú más”. Aunque la lista de tópicos repetidos como una letanía propia de un vacío mantra ha aumentado con los resultados de estas elecciones. Vean, si no, el socorrido “no gobierna la lista más votada”, frase de uso caprichoso –según convenga o no, claro- y que esconde la incapacidad de adaptación al juego democrático, que, por si algunos lo han olvidado, consiste en aunar mayorías, en conversar, escuchar, ceder, negociar y debatir. Acostumbrados como estaban en Oviedo al mando y ordeno, a la prepotencia, como en esa vieja canción de los británicos Godfathers “Cause I said so” (Porque lo digo yo, podría servir como traducción), ahora se encuentran fuera de juego. Y, claro, también aumentan las frases y palabras para el zurrón de los convencionalismos con visos de convertirse en recurso pseudodialéctico a repetir a todas horas: radicales, el caos,…
Los primeros pasos de la nueva corporación han resultado tan diáfanos como los de abrir los comedores de los colegios en verano, contactar con los dirigentes del Real Oviedo (tampoco estaría mal que el alcalde recibiese a los responsables del Oviedo Baloncesto, ejemplo de sensatez y trabajo honesto) y plantear un gobierno municipal equitativo, acorde al triple reparto de fuerzas. No me parece que estemos hablando de caos, la verdad. Habrá mucho que revisar antes de ponerse a construir: los contratos apresuradamente firmados por el alcalde en funciones hace unas semanas, por ejemplo. Hay tiempo para corregir, estudiar, rectificar. Un nuevo panorama se abre y la sensación es la de esperanza, no de caos. Quizás eso sólo afecte a quienes perciban que sus privilegios previos han caído. Quizás para esos una desaparición así suponga un caos. Para la gran mayoría, el mundo real, el de esas calles por las que rara vez se les ve, no.


MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 20 de junio de 2015

sábado, 13 de junio de 2015

El juego de las diferencias



Vetusta Blues. –“El juego de las diferencias”


De pequeño me encantaba observar en los pasatiempos de algunos periódicos el juego de las diferencias. Dos viñetas aparentemente iguales que se distinguían en unos mínimos detalles que el lector debía encontrar. ¡Quién me iba a decir a mí que ahora debería aplicarse este entretenido juego a la arena política asturiana! Y es que desde algún partido político se han empeñado en ligar el futuro de Oviedo con aquello que suceda en Gijón sin darse cuenta o, quizás peor aún, sin querer darse cuenta que son dos realidades bien distintas. Algunas son evidentes: Gijón tiene playa y Oviedo no, por ejemplo. Otras deberían hacerles pensar a esos responsables empeñados en una cicatera globalidad: en Oviedo lleva gobernando desde hace veinticuatro años el mismo partido político; en Gijón hace cuatro que entró una formación distinta a dirigir los destinos de esa villa.

Hay muchas más diferencias entre las dos ciudades, aunque sería prolijo ir detallándoselas. Creo que cualquiera de ustedes encontraría muchas para poder rebatir a esos políticos empecinados en resistirse a los vientos de cambio que han recalado en otras ciudades de España como Madrid o Valencia. Curiosamente, en Madrid ese mismo partido político que se denomina “federal” ha pactado con una agrupación con muchos puntos en común a la que –parece a la vista de los acontecimientos- va a rechazar en Oviedo para mayor gloria del alcalde en funciones. Incomprensible, ¿no? Incomprensible, sí. Todo porque ese acuerdo va ligado a lo que se decida en Gijón. Y aquí es donde uno se pierde. ¿Por qué no ligan el destino de Oviedo al de Madrid ya puestos? Porque este dislate, este pernicioso dislate, permite que en Oviedo sigan  mandando los mismos que han hipotecado la ciudad, los que invaden el Campo de San Francisco a la primera de cambio con fiestecillas de alto coste y dudoso gusto e interés, los que contratan con oscurantismo, esos que han llevado a la ciudad a un marasmo económico que los ovetenses llevamos pagando con continuas subidas de impuestos, los que aprovechando un limbo administrativo aprueban once millones de euros en contratos,… Esos que suman una interminable lista de dislates en casi dos décadas y media de mando absoluto en la ciudad. Pues nada, ellos a lo suyo. No contentos con seguir su estrepitosa y constante caída en la ciudad, ahora van a rendirle el último servicio a los ovetenses negando la voluntad de cambio expresada en las urnas. Increíble, pero cierto. Así que nos esperan otros cuatro años, cruciales para la ciudad y su desarrollo de cara al futuro próximo, de rodillo oscurantista y caprichoso.

Si se cumplen los pronósticos en esta tarde de sábado, la FSA volverá a defraudar una vez más a los habitantes de Oviedo en lo que también comienza a ser una larga lista de agravios. Que luego no esperen que la gente perdone y olvide.


MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 13 de junio de 2015

jueves, 11 de junio de 2015

Motorama "Empty bed"

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Un nuevo camino


Crónicas de Vestuario. –
“Un nuevo camino”

Un equipo con la historia del Real Oviedo no podía permitirse dejar ir esta oportunidad de conseguir el triunfo como campeón de la Segunda B y finiquitar así, de un modo brillante, la estancia en un infierno que pocos han padecido en sus carnes como los seguidores azules. Quizás por eso, el que los 155 de Cádiz soportaran la cacicada andaluza de no dejarles pasar con sus entradas pagadas al Ramón de Carranza no es sino otro hito en un equipo ovetense que deja leyenda y épica en todos y cada uno de los capítulos que jalonan sus temporadas de historia. Muy justa la protesta de los Symmachiarii ante tamaña maniobra, con una suciedad indigna de un club con la trayectoria del club amarillo. Cuando me enteré de lo que les ocurrió, evoqué inmediatamente mi primer viaje siguiendo al Real Oviedo, al final de la temporada 1985-86 cuando recorrí una distancia similar con la Peña Bochum, esperando que en Albacete obrase el milagro de ascender a Primera con sólo un 5% de posibilidades en aquella última jornada. También entonces quisieron dejarnos fuera, pero la mediación del gran presidente José Manuel Bango permitió que las dos decenas de aficionados pudiésemos acceder a aquel desolador Carlos Belmonte pre-queso mecánico.

Se perdieron el gol de Linares tras semanas de sequía los hinchas azules pero no importó demasiado. El conjunto ovetense salió con mando y fuerza, quizás no esa velocidad de inicio de temporada pero sí la suficiente capacidad combinativa como para poder intimidar a un cuadro tarraconense que no parecía preparado para encajar ese primer golpe. Sin embargo, los catalanes fueron rehaciéndose en la primera parte, imponiendo un ritmo más cansino donde se sentían cómodos y seguros, a pesar de la necesidad de conseguir un tanto con el que desnivelar la balanza. El Nàstic es uno de esos equipos de Segunda B que saben explotar todas y cada una de las debilidades del contrario, con buena colocación en el campo y una determinación clara en los metros decisivos. Un ordenado Real Oviedo apagó sus intenciones sin demasiado esfuerzo.

Para la segunda mitad quedaba remachar y el once dirigido por Sergio Egea supo dar y herir a su adversario. Con un Linares alejado del ansia desbordada de las últimas semanas de sequía, la solución no se dejó esperar. A la fe de Diego Cervero le correspondió dar justa puntilla para que Vicente Moreno –el entrenador tarraconense- no pudiera asirse a interpretaciones delirantes como las del domingo pasado donde llegó a afirmar que su equipo había merecido más diferencia en el marcador (no mencionó nada del regalito del penalti, por cierto, y así es que no hay manera).

Broche azul a la última temporada en bronce. Queda mucho por hacer y se abre un camino nuevo donde debería mandar la cordura y la prudencia, lo que ha sabido imponer a su plantilla un entrenador como Sergio Egea. Todos ellos han conseguido, en la neblinosa, londinense, noche azul remachar del modo más hermoso un tránsito de dolor indecible que tantas cicatrices ha dejado entre la hinchada azul. Por fin, bien, saquemos el cava, la sidra, el queso, los oricios y celebremos este gran momento.


MANOLO D. ABAD
Foto: PABLO LORENZANA
Publicado en el diario "El Comercio" el jueves 11 de junio de 2015

lunes, 8 de junio de 2015

El triunfo del hombre tranquilo


Crónicas de Vestuario. –“El triunfo del hombre tranquilo”


Se presentaba en cuadro el Real Oviedo a la ida de la gran final por el título de Segunda B ante el Nástic de Tarragona y bien puede decirse que, a pesar del resultado adverso, el equipo azul compitió con valor y dignidad. Fue la oportunidad para ver a jugadores que no se han podido prodigar mucho, para contemplar las evoluciones de algunos de los hombres que han de formar parte del futuro azul como Johanesson, Allyson o Christian Rivera y, sobre todo, para comprobar el gran trabajo que Sergio Egea ha realizado al frente de la nave azul.

Discutido como todos, el argentino es un hombre prudente que ha impuesto la mesura imprescindible para poner orden en esa bendita locura de un club como el Real Oviedo. Han sido años azarosos que envolvieron a la nave azul en una histeria donde hicieron fortuna oportunistas de todo tipo, en la que cada resorte estaba dispuesto a saltar a la más mínima, en el que la desunión agrandó la tragedia de este histórico del fútbol español. Desde el primer momento Egea se ciñó a un guión al que sólo pueden adaptarse los más grandes, los verdaderamente inteligentes: ir modelando un grupo de jugadores, trasladar la tranquilidad a todos los ámbitos del club, imponer un trabajo concienzudo, serio, sabiendo delegar funciones y comunicar sencillez y respeto a quien quisiera oírle sin eludir en ningún momento todas y cada una de sus responsabilidades. Una tarea ardua donde tantos y tantos fracasaron, la manejó el argentino con sensatez y humildad. Tan fue así que a algunos como a mi querido Fierros le parecía que siempre comentaba lo mismo en rueda de prensa. Tuvo tiempo a desdecirse: la sensatez y la humildad no significan –aunque haya tantos actores en este mundo del fútbol vanos e histriónicos- ausencia de carácter y de valor.

El Real Oviedo ha ido adaptándose a lo largo de esta temporada a todos y cada uno de los retos que se le pusieron encima de la mesa. Lo primero, conseguir ser un equipo solvente y con la contundencia debida en su propio campo; lo segundo, ser fiable fuera de casa –allá donde se consiguen títulos y si no vean la estadística de los últimos campeones de Primera- con una defensa fuerte y una solidaridad total en los once jugadores del equipo. Quizás se haya perdido esa brillantez inicial -¡ojo, en eso también influye el conocimiento del resto de escuadras!- pero el Real Oviedo se ha convertido a las órdenes de Sergio Egea en un conjunto solvente y fiable. Con confianza, no confiado.

Queda rematar el próximo miércoles una gran campaña donde se ha conseguido salir del gran infierno y qué mejor manera que hacerlo a lo campeón, a lo grande. Que ese conjunto que desconoce cualquier matiz entre el azul y el blanco, entre el cielo y el infierno, alcance la máxima gloria de la mano de un hombre honrado y sensato que ha sabido encontrar el tono preciso para que la nave azul vuelva a emerger en las aguas del fútbol español con sus característicos e intransferibles orgullo, valor y garra.


MANOLO D.ABAD
Foto: JOSÉ LUIS G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 8 de junio de 2015

domingo, 7 de junio de 2015

Cuando Oviedo fue Múltiple


Vinilo Azul. –Cuando Oviedo fue Múltiple”


Con la primavera llegan los festivales de música, esos que se han acabado imponiendo como una alternativa de ocio, y también de turismo a lo largo de los últimos lustros en España. Hay incluso quienes no van a un solo concierto en su ciudad a lo largo de todo el año y acuden fieles a algunas de las convocatorias festivaleras que se desarrollan por la Península o fuera de ella. Lo que muchos desconocen es que Oviedo, hace ya veinte años, tuvo la gran oportunidad de destacar y hacerse un sitio en este tipo de propuestas. Con el Oviedo Múltiple, la ciudad consiguió distinguirse en el maremágnum de la época gracias a una cita que reunía música, cine y radio desde una perspectiva universitaria.

El Oviedo Múltiple, festival multidisciplinar universitario, había nacido de diversas convocatorias que un activo grupo de gentes encabezado por Julio Rodríguez y Luis Delgado llevaron a cabo desde principios de los 90: el festival de rock universitario, los Premios Lolapaliza (un juego de palabras con el norteamericano Festival Lollapalooza de música alternativa creado en 1991) y el Festival Indivasión. En 1996 deciden dar un paso más a la vista del gran éxito de Indivasión donde reunieron en una abarrotada sala La Real el 12 de mayo de 1995 a nombres de referencia en el indie del momento como Los Planetas, El Inquilino Comunista y Australian Blonde junto a los participantes en el Concurso de Rock Universitario –por entonces de ámbito regional- donde concurrieron Tommy Crimes, Crew y The Undershakers. Siempre pensando en crecer, Julio y Luis idearon el Oviedo Múltiple, contando con gentes como el director de cine Tom Fernández (por entonces con apenas unos cortos en su haber), el diseñador Moncho Sejas; José Ramón Cuesta, que ya empezaba a manejar un gran número de contactos en la industria discográfica –él había sido todo un pionero al frente del Centollo Rock- y un montón de personas que engrosaron una organización de universitarios eficiente y capaz. A mí me enredaron en la parte musical, en una ardua selección de maquetas de un concurso que ya tenía ámbito nacional y que contó con más de medio millar de maquetas a concurso. Recuerdo muchas tardes en los alrededores del San Gregorio, escuchando casetes en la oficina donde se maduró un festival único, singular, algunas de grupos como La Habitación Roja o Niños Mutantes que, años más tarde, lograrían hacerse un nombre propio en el panorama del rock español.

Fueron tan sólo dos años como Oviedo Múltiple, pero la repercusión alcanzada fue infinitamente mayor que los recursos invertidos. La imaginación y el trabajo desinteresado de muchos de los que formábamos parte de aquel proyecto lleno de ilusión consiguió traer actuaciones internacionales de primer nivel como las bandas estadounidenses Yo La Tengo y Babes In Toyland, reivindicar la figura de Jesús Franco antes que muchos festivales de cine o los propios Premios Goya y celebrar emisiones de radio en directo desde el propio festival. Cuantifiquen eso en promoción para la ciudad. Oviedo había encontrado un lugar destacable en medio de una abundancia creativa con una cita insólita en el resto del país. Como suele ocurrir tantas y tantas veces, el desdén de los encargados en apoyar aquello –esas autoridades municipales incapaces de intuir el valor y la singularidad de la propuesta- echó al traste la intención de seguir creciendo que siempre albergaron Julio y Luis como cabezas visibles del Oviedo Múltiple. Hoy, veinte años después, permanecen las anécdotas y los recuerdos de un trabajo bien hecho frente a la incomprensión y el desprecio de quienes preferían ignorar lo que su tiempo les ofrecía. No hay retraso cultural mayor que ese. Al escuchar el instrumental del grupo Yo La Tengo “Last train to Oviedo”, revivo, inconscientemente, esos días mágicos e irrepetibles donde conseguimos que la ciudad tuviera una presencia distinta y relevante en la joven cultura alternativa emergente de la España de los 90.


MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 7 de junio de 2015

sábado, 6 de junio de 2015

Tierra quemada


Vetusta Blues. –“Tierra quemada”


No sé si conocen la política de “tierra quemada” una táctica militar que consiste en destruir todo aquello que pudiera ser de utilidad al enemigo cuando una fuerza se retira de un territorio. Una estrategia tan eficaz como cicatera que parece ser la que se ha instalado en estos días de “limbo institucional” con una corporación municipal “en funciones”.

Mientras las fuerzas de izquierda apuran un pacto, la posible saliente, con su alcalde Agustín Iglesias Caunedo a la cabeza, se apresura con extrema agilidad en cerrar todo tipo de contratos para los próximos meses con una partida extraordinaria de once millones de euros. Se preguntarán ustedes: ¿es posible esto? Pues parece que sí, que existe una urgencia, uno diría una radical urgencia, en que estos contratos se firmen antes de la toma de posesión del próximo regidor de la ciudad. Da igual quién sea, que ellos lo van a dejar todo atado y bien atado, por si Oviedo no tuviera ya suficientes hipotecas que pagar por las políticas realizadas en estos largos veinticuatro años. Esto es una emergencia local, una tremenda emergencia para Oviedo y los ovetenses. Todo debe quedar atado y bien atado, sin que importe quienes sean los próximos dirigentes de la ciudad.

Cierto es que un tripartito es una opción tan compleja como factible para esta ciudad. Lo que no es de recibo o, al menos parece una cortapisa más, es que desde el PSOE se quiera vincular este pacto en la capital de Asturias a uno global en otras ciudades o en el propio gobierno regional. Y no parece oportuno que tarden más, que manifiesten tantas dudas cuando se contempla con estupefacción todo este carrusel de medidas y contratos firmados por un alcalde provisional que sigue actuando como si las urnas le hubiesen dado carta blanca. Supongo que eso no resulta muy elegante, ni muy sexy, ni es muy ejemplar precisamente. Pero, señores del PSOE y de la FSA, está ocurriendo al mismo tiempo que ustedes deshojan una margarita tras otra pensando en qué decisión van a tomar en Oviedo.

Como un Pedro el Grande de Rusia en la Gran Guerra del Norte en 1709, el alcalde en funciones de la ciudad firma y firma contratos de cara a un futuro por despejar sin importarle mucho lo que vaya a suceder, a la espera de que una decisión que ya se demora demasiado por parte del PSOE –y que condicionará, sin lugar a dudas, su precario presente en la ciudad de cara a un futuro próximo- pueda beneficiarle en un sorprendente giro de azar contra la voluntad que los ovetenses han expresado en las urnas a través de diferentes opciones políticas. Sería para él y los suyos toda una fiesta de la primavera a continuar en la carpa multichachiguay en San Mateo y culminar en otra Noche Blanca en octubre. El reloj parece seguir corriendo, paradójicamente, a favor suyo. Tic, tac, tic, tac, que todo siga igual. ¡Quién lo iba a decir!


MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 6 de junio de 2015

martes, 2 de junio de 2015

Gloria Azul


Crónicas de Vestuario. –“Gloria Azul”


Ha costado pero ya estamos de nuevo, en el primero de los peldaños que han de devolver al conjunto azul a su lugar natural: la Primera División. Allí donde el Real Oviedo se instaló como el primer conjunto asturiano en la máxima división en la temporada 1932-1933. Doce años, toda una generación, penando en los pozos del fútbol han servido para rearmar a un equipo histórico en la Liga española.

La batalla en la bahía de Cádiz fue digna de las mayores epopeyas. Con todo en contra –menos mal que hubo cámaras para evitar encerronas- el once azul se presentó en la localidad andaluza dispuesto a jugar el juego de los gaditanos. El juego del nulo fútbol, de un tanteo absurdo a la espera de un chispazo, el discurrir de los minutos con una propuesta miserable a la espera de que una luz alumbre entre tantas sombras. Si a ello añadimos un árbitro de la especie cicatera que conseguirá trepar como el joven Javier Alberola, teníamos el peor de los escenarios. Pero quien a hierro mata, a hierro muere y eso le pasó al abigarrado Cádiz del antifútbol. Cayó en una jugada aislada, a balón parado y pagó su paupérrima propuesta de la forma más cruel. El equipo del Sr. Barragán no mostró ninguna reacción creativa cuando llegó el gol azul. Los amarillos se habían dejado la imaginación en el baúl de su mediocridad y no quedó ninguna posibilidad de encontrar algo.

A veces, existe la justicia poética, esa que tanto nos motiva a los escritores. Esa sobre la que tanto nos gusta escribir. Y esta eliminatoria nos ha brindado un nuevo capítulo sobre el que engrandecer la historia de un equipo ya  universal como el Real Oviedo. Ha costado, hemos sufrido, pero todo ha salido bien. Me quedo con el arranque de la segunda parte donde el once azul demostró su clase, donde puso en evidencia la mediocridad de los de Claudio Barragán, conjunto destajista muy propio de la categoría que, quién sabe, quizás también encuentre la gloria en nuevas eliminatorias. Poco merece un grupo rudo y gris como el amarillo.

Volvamos a la celebración. Ya me están pidiendo música, algo inevitable en estos momentos y dado mi desempeño. Pues bien, aquí os lo dejo: mis queridos Freddie Fano y Los Marijuana Trío cantando “El Rey”, conexión azul y mexicana. Añado a la fiesta: “Let´s celebrate” de  los Stranglers. El paso más difícil se ha conseguido.


MANOLO D. ABAD
Foto: PABLOLORENZANA
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 1 de junio de 2015