martes, 31 de octubre de 2017

Vulk "Something internal"


domingo, 29 de octubre de 2017

Los Locos de azul

Vinilo Azul. -

“Los Locos de azul”

Eran unos años -los 80- de “sidra y rosas” como tan certeramente los describen los Traveling Zoo en su reciente canción “Tívoli”, que también da título a su nuevo e inminente cuarto álbum. Eran años de apertura, de tolerancia, donde los extremos no sobresalían. Había ganas de vivir la existencia hasta la última gota, las noches hasta bien entrado el amanecer, muchas noches, casi todas las noches. Y Los Locos reinaban, como no podía ser menos, como unos reyes de harapos a los que sólo se les reconocía en Oviedo.
Y sucedió un episodio que, en estos tiempos de intolerancia y furia revanchista desbocada, hubiera supuesto la censura máxima en Gijón, por eso de las rivalidades, ya saben. El 9 de septiembre de 1988, Los Locos saltaron al escenario de la plaza de la Catedral -por entonces situado sobre la fuente- ¡vestidos con los colores del Real Oviedo!. Sí, tras la actuación de los gijoneses Fuera de Serie, formación injustamente olvidada que lideró Luis Núñez, hoy reconocido con el premio al meyor cantar junto a su proyecto Los Folgazanes, el célebre trío saltó con la camiseta azul y el pantalón blanco para regocijo o sorpresa de quienes se encontraban allí. El Real Oviedo acababa de regresar a Primera División tras doce años y en la ciudad se abría un tiempo nuevo. También para mí, ya que junto a los componentes de The Amateurs empezamos a forjar una gran amistad con dos de ellos -Carlos Redondo y Paco Loco- además de su letrista, el gran Boni Pérez.
El círculo se cerraría en otro concierto, un 12 de septiembre de 1991, con Los Murciélagos en esa plaza de toros que hoy va acrecentando su ruina para pena de quienes anhelamos un lugar decente donde poder asistir a conciertos. Fueron tres años muy intensos para todos, puesto que las cosas cambiaban a pasos agigantados. Paco Loco comenzaba su aventura como productor, que muchos años de trabajo después le ha llevado a ser reconocido en todas partes. Carlos también iniciaría su labor grabando maquetas a un montón de chavales ruidosos que, luego, protagonizarían el Xixón Sound. The Amateurs se convertirían en una de las grandes bandas de rock alternativo estatal, en la emergente escena underground donde comenzaban a despuntar Surfin´ Bichos, Sex Museum, Lagartija Nick, Vancouvers, Los Deltonos, Cancer Moon o Los Clavos.
No he hallado ningún testimonio gráfico de aquella noche, de esa actuación. Tampoco fue recordada en el documental “Los Años Eléctricos” de Chus Neira. Guardo en la memoria el día de su estreno en el Teatro Filarmónica porque, al acabar la proyección, Carlos Redondo mantuvo su última conversación conmigo:

-¿Qué les ha hecho a Chus para no salir en la peli? No puedo entender que tú no aparezcas -me dijo.

-Lo mismo que tú, supongo -le contesté.

Reímos camino del Flamin´, en la plaza del Sol donde nos esperaban para una fiesta a propósito del docu. A mí me tocaba pinchar. Recorrimos el pequeño trayecto hablando de muchas cosas y, al llegar a la puerta del local, Carlos bromeó con la enorme foto mía que habían colocado en la puerta. “¿Ves? Esto es más importante que salir en cualquier documental”, me dijo con esa sonrisa suya que levantaba al ánimo más alicaído. Pienso en esa noche muchas veces y en que jamás imaginé que nunca más volveríamos a mantener otra conversación. Y que yo recordaría aquel concierto en que se embutieron una indumentaria futbolera de la ciudad vecina y eterna rival.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "D-Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 29 de octubre de 2017

sábado, 28 de octubre de 2017

Inagotables


El Tocadiscos. -


“Inagotables”

THE WAR ON DRUGS “A deeper understanding”

Atlantic Records
10 canciones. 17€
El grupo que encabeza Adam Granduciel ha conseguido superarse y superar su anterior “Lost in a dream”(2014) con un excepcional trabajo repleto de grandes canciones. La simbiosis entre el rock americano y la neopsicodelia vaporosa que triunfase en los 80 con grupos como Echo & The Bunnymen, The Chameleons o The Church alcanza sus más altas cotas en este trabajo.
El mayor mérito de los americanos está en su capacidad emotiva, con temas envolventes producidos con elegante pulcritud que logran una atmósfera ensoñadora, muy sugestiva, ya sea en las composiciones más intimistas o donde se desatan las guitarras. Sin miedo a romper límites -los once minutos de la maravillosa “Thinking on a place” discurren con agilidad- los de Philadelphia se muestran en todo su esplendor, aunando intensidad con lirismo, deslizándose por las fronteras de la realidad y de la fantasía.
El gancho de la inmediatez de canciones tan redondas como “Holding on”, “Nothing to find” o “Pain” se combina con habilidad con temas de un intimismo fascinante como “You don´t have to go”, “Strangest thing” o “Clean living”. “A deeper understanding” es un disco inagotable, para sumergirse en él incontables veces si la magia que destila acaba por seducirte, dotado de esas atmósferas embriagadoras que se contagian casi sin que nos demos cuenta. Un álbum magnífico.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "Culturas" del diario "El Comercio" el sábado 28 de octubre de 2017

miércoles, 25 de octubre de 2017

The Traveling Zoo "Tívoli"


martes, 24 de octubre de 2017

Lagartija Nick "Mapa de Canadá"


lunes, 23 de octubre de 2017

La Bien Querida "Los jardines de marzo"



Todo el mundo tiene restos de sueños
Y regiones de la vida devastadas
Todo el mundo tiene una infancia
Que resuena en las esquinas de su casa
Todo el mundo buscó algo algún día
Y no lo encontró, y no lo encontró y no lo encontró
Y yo que buscaba siempre las llamas contigo
Ahora ardo por ti como un pagano
Alguien me dijo ayer que todavía me querías
Y a mí contigo me pasa igual

Y a ver cómo lo arreglamos
Que ya va siendo hora de estar a tu lado
Y cada día tengo más claro
Que hemos nacido para encontrarnos

De rodillas cada noche rezo
Sin Dios, sin fe, sin cruz
Mi cuaresma, mi locura, mi príncipe que encanta
Mi canto de sirena

sábado, 21 de octubre de 2017

Riesgos poéticos


 
El Tocadiscos. –
 

Riesgos poéticos”

LOSONE “El Domador de Versos”. Sonidópolis, 2017. 8 canciones. 10-12 €

Es el grupo asturiano Losone una de esas bandas que, a diferencia de la mayoría establecida, trabajan sobre múltiples riesgos sonoros sin ningún miedo al vacío y, al final, acaban resultando vencedores. Formaciones con su personalidad abundan poco en una escena indie-alternativa, cajón de sastre donde entra desde el más convencional pop-rock a artistas que buscan simbiosis sonoras sugestivas.

El camino de funambulistas de emociones como el quinteto astur no es fácil y para su segundo álbum tuvieron que recurrir al socorrido crowfunding para financiarlo. Todos aquellos que les apoyaron pueden estar satisfechos, puesto que Losone han conseguido un magnífico trabajo donde la poesía no se traduce en cursilería, ni la lírica en obviedades, ni, mucho menos, la búsqueda en caos inconsistente.

Y, por supuesto, este segundo álbum se nutre de espléndidas canciones que transmiten sentimientos, ya sean oscuros o retorcidos –la que da título al disco, por ejemplo- o cristalinos (“Canto al verte”). Lo mismo ocurre con los diversos registros, ya sea desde estructuras sencillas, redondas, pop, como la mencionada “Canto al verte” como en otras piezas con más aristas –“Recuerdo latente (Wey)”, “Hoy como ayer”-.

Pero lo principal, con todo, además de su mágica versatilidad es que se mueven con destreza, con consistente destreza, hasta cuajar un disco insólito, desprovisto de pretenciosidad y, al mismo tiempo, dotado de una gran profundidad, repleto de emociones.
 
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "Culturas" del diario "El Comercio" el sábado 21 de octubre de 2017

viernes, 20 de octubre de 2017

Federico Luppi (1936-2017)



martes, 17 de octubre de 2017

El día que murió Toni Cuervo


Crónicas de Vestuario. -

“El día que murió Toni Cuervo”

Unas horas antes del comienzo del choque del Real Oviedo frente al Granada se conocía la muerte de uno de los símbolos más grandes del oviedismo: Toni Cuervo. Uno pensaba que sería la ocasión perfecta para levantarse, romper la racha fuera de casa, rendir tributo a uno de los jugadores que sintió más profundamente la camiseta azul. Me equivocaba. A cambio, el once de Anquela ofreció un partido deplorable, mostrando una imagen desastrosa a todos los niveles, en un encuentro que despertó los fantasmas que creíamos borrados de nuestras memorias, en aquellas pesadillescas tardes lejos del Tartiere a las órdenes de Fernando Hierro.
Revivir esos malos recuerdos y en el peor momento. Envueltos en una racha de resultados que ya se ha trasladado al juego. Absoluta falta de concentración, una indolencia preocupante y un caos táctico total fueron algunos de los alarmantes síntomas que el Real Oviedo mostró en la tristísima tarde granadina. Podrían excusarse algunos en el gol encajado en -otra vez más- una jugada a balón parado y al poco de comenzar el choque. Pero es que la falta de reacción, de ideas y de juego fue total. La presencia de Forlín por delante de la defensa no parece dar ningún fruto, dado el atolondramiento generalizado -en especial del lentísimo y descolocado Valentini- de los componentes de la defensa. Se han vuelto a capar las bandas y los laterales se incorporan en muy contadas ocasiones al ataque. Con la entrada de Mossa y, en menor medida, de Diegui Johannesson en la segunda parte al menos se vieron algunos centros al área, paupérrimo bagaje aún así.
La desconexión total en el medio del campo también resulta inquietante. Apenas son capaces de darse tres pases que no sean de seguridad y no hubo enganche con un Toché que corrió sin rumbo hasta el más profundo agotamiento sin tener ninguna ocasión de remate. Saúl Berjón y Aarón Ñíguez hacían la guerra por su cuenta, individualistas hasta la extenuación, empeñados en conducir el balón, sin profundizar ni asociarse con ninguno de sus compañeros. Rocha y Folch naufragaban, descolocados, sin rumbo ni intención. Un desastre total.
El cambio en los laterales apenas dio de sí, más que en unas intentonas a la desesperada del valenciano Mossa que protagoniza uno de esos “expedientes x” que nadie entiende: un jugador de sus características debería tener más oportunidades para demostrar el fútbol que tiene. Estoy seguro que -como Diegui Johannessson- sería fundamental para desatascar unas bandas que no funcionan, que carecen de combinaciones y apoyos para romper a equipos como el conjunto nazarí, que nadó y guardó la ropa sin apenas inmutarse.
El desesperado desorden táctico, la nula intensidad, la falta de concentración suponen un reto que el once de Anquela debe superar. De acuerdo en que los azules han sufrido graves e importantes bajas, pero la imagen ofrecida en Granada debe llevar a una profunda reflexión en el cuerpo técnico y en todos los jugadores. Así, no, señor Anquela.
MANOLO D. ABAD

sábado, 14 de octubre de 2017

Atmósferas inquietantes


El Tocadiscos. –

“Atmósferas inquietantes”

HUGO RACE, MICHELANGELO RUSSO “John Lee Hooker´s World Today”

Gusstaff Records, 2017.

LONG DISTANCE OPERATORS “Catherine Graindorge/Hugo Race”

Sub Rosa, 2017.

Puede que sea un secreto aún para el gran público, pero la dilatada trayectoria de Hugo Race (Melbourne, 1963) es una de las más apasionantes para quienes estén dispuestos a descubrir emociones fuertes. Para las enciclopedias queda su presencia, a principios de los 80, en los seminales Bad Seeds de Nick Cave –cuando se hacían llamar Man Or Myth o The Cavemen- aunque ya antes había marcado su propio territorio con los intensos The Wreckery. Apasionado del blues, cierra su propio círculo vital y artístico con un apasionante homenaje al grandioso John Lee Hooker. El resultado es un trabajo repleto de atmósferas de blues cargadas de una sobria, tenue, casi imperceptible, tensión, a partir de las composiciones de Hooker envueltas en densas nieblas sónicas, sugerentes, sólo aptas para quien esté dispuesto a desprenderse de clichés establecidos e internarse en un apasionante bosque mágico donde Race descubre nuevos caminos para el blues.

La inquietud del australiano le lleva a unirse a la violinista y actriz belga Catherine Graindorge en un nuevo proyecto: Long Distance Operators. El producto de esta unión es un álbum muy diverso, convulso, con joyas plenas de una intensidad y un sentimiento que escapan a todo canon convencional, ya sea desde una perspectiva más tradicional o una más rompedora. En ambas se maneja el dúo con destreza, logrando paisajes sonoros sugerentes, sublimes. Una verdadera maravilla fuera de toda norma.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "Culturas" del diario "El Comercio" el sábado 14 de octubre de 2017.


jueves, 12 de octubre de 2017

Ocón de Oro

 

 

Crónicas de Vestuario. -

 

“Ocón de Oro"

Para aquellos que leímos más que patadas a un balón pegamos, Ocón siempre nos recordará a uno de los grandes del periodismo, donde los crucigramas y demás entretenimientos suponen -o suponían- uno de los fuertes. Pedro Ocón de Oro fue uno de esos creadores reconocibles. Por desgracia, y miren que no nos gusta hablar de las labores arbitrales salvo cuando son escandalosas, nos tocó padecer a su tocayo -recién descendido- Daniel Ocón Arráiz, pésimo trencilla que cuajó una de esas actuaciones lamentables a las que no nos gusta referirnos.


 
Porque el Real Oviedo, de nuevo frente a un rival de tronío como el Tenerife, se mostró como un cuadro solvente. Dibujado, en un nuevo alarde táctico de Juan Antonio Anquela, con otro esquema, con Forlín barriéndolo todo y dos mediocentros por delante de él, el once azul se mostró muy seguro atrás y con dos estiletes como Saúl Berjón y un ultramotivado Aarón Ñíguez en los dos extremos. Toché ya no estaba tan sólo y los laterales podían desplegarse con facilidad. Eso hizo Mossa en unos primeros minutos vibrantes que obligaron a ese buen entrenador que es Martí a taparlo y frenar la sangría producida por ese lado. El señor Ocón se comió unas cuantas, la principal un codazo de un Raúl Cámara que no debió terminar el partido -ni la primera parte- y el choque se fue con el uno a cero maravilloso, fruto de una de esas conexiones que nos gustaría ver más entre Ñíguez -espectacular- y Saúl Berjón -pillo-.
 
 
Hay quien dice que el 1-0 es un resultado ideal porque permite mantener la tensión y bla, bla, bla de ignorantes y tuercebotas. Digámoslo ya, si es que no lo hemos repetido lo suficiente: en competición hay que destrozar. Con uno a cero, buscar el segundo; con dos a cero, buscar el tercero; con tres a cero, buscar el cuarto. Todo lo que no sea así, empobrece a un profesional. Es una tremenda estupidez, un dislate, una anomalía. El once de Anquela empezó el segundo acto moviendo la pelota como sabe y creía que podría imponerse. Sobraron los taconcitos y faltó un nuevo gol. Repetimos: uno a cero con equipos destinados a lo más alto como el chicharrero es jugar con fuego. Y nos volvimos a quemar. Otra vez más, ya van demasiadas y empieza a resultar preocupante. Porque los de Anquela fueron muy superiores, pero no lo demostraron en el resultado. Se perdió la oportunidad de afirmarse y consentimos que nos golpearan con muy poco.


 
Parece que este esquema puede dar frutos a la espera de que se recuperen los lesionados. Ante un once capaz, con clase, los oviedistas se mostraron solventes y, sí, intensos. Si alguien no conoce el concepto “intensidad”, basta con acercarse al diccionario y ver su significado. Para eso están los libros. Para eso, también, la cada vez más presente literatura sobre el fútbol. Aunque siempre nos quedemos a expensas de un giro de azar que malogre todo lo escrito y todas nuestras expectativas. Un lance aislado te deja fuera y se pierden dos puntos. Otra vez más. Estamos en la novena jornada, la travesía -como siempre repetimos- es aún muy larga. Pero hace falta sumar con tres y dejarse de cualquier otra consideración. Luis Aragonés lo dijo: “ganar, ganar, y ganar”. Destrozar. Y a esos conformistas del uno-a-cero olvidarlos. Sus consejos son de perdedores. O, peor aún, de empatadores que ganan lances amañados.

MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: JOSÉ LUIS GONZÁLEZ FIERROS

 

miércoles, 11 de octubre de 2017

martes, 10 de octubre de 2017

The Dylans "How little you know"



Ryan Adams "To be without you"



It's so hard to be without you
Lying in the bed, you are so much to be without
Rattles in my head that empty drum filled with doubt
Everything you lose will always come find its way out
Every night is lonesome and is longer than before
Nothing really matters anymore

It's so hard to be without you
Used to feel so angry, now I only feel humble
Stinging from the storm inside my ribs where it thunders
Nothing left to say or really even wonder
We are like a book and every page is so torn
Nothing really matters anymore

It's so hard not to call you
Thunders in my bones out in the streets where I first saw you
And everything was new and colorful, it's gotten darker
Every day's a lesson, things were brighter before
And nothing really matters anymore

It's so hard to be without you
Everyday I find another little thread of silver
Waiting for me when I wake some place on the pillow
And then I see the empty space beside me and remember
I feel empty, I feel tired, I feel worn
Nothing really matters anymore

lunes, 9 de octubre de 2017

La Folie



Crónicas de Vestuario. -

“La Folie”

“La Folie” es una de las grandes canciones del grupo británico The Stranglers. Como se podrán imaginar, el título hace referencia a “la locura”, esa en la que se vio envuelta el Real Oviedo en su partido ente el Barcelona B. Cierto es que ahí está siempre el peligro ante los filiales, que el choque se desmadre, que se manejen tiempos locos, algo que sucedió en un tramo final donde los azules bien pudieron haber vencido de haber aprovechado Owusu una gran oportunidad de gol, de esas que no se pueden fallar.
Antes de que el partido entrase en esa fase de ruptura total de esquemas y tácticas, el conjunto de Anquela había salido con orden pero sin la debida profundidad, con un disparo inocente de un Saúl Berjón que parece haber perdido el magnífico nivel con el que comenzó la temporada. Poco a poco, el filial azulgrana fue apoderándose del juego hasta que en una concatenación de errores llegó el tanto del brillante José Arnáiz en las postrimerías de esa primera mitad.
Para el segundo acto el Real Oviedo trató de meter más presión en su delantera, dando un paso que obtuvo sus frutos a balón parado en un saque de esquina rematado con brillantez por Carlos Hernández. Y, a partir de ahí, la anarquía total en un juego que prescindía de elaboración en el centro del campo y discurría directo en cada área. Por momento, un verdadero correcalles. El once de Anquela es incapaz de mandar en el ritmo de los partidos cuando los rivales parecen descomponerse y, así, llegaron ocasiones por parte y parte. Nadie manejaba el choque porque ni Ramón Folch -otro que parece algo perdido en los últimos encuentros- ni Forlín eran capaces de controlar la desbocada situación. El partido, envuelto en una espiral de locura, pudo haberlo resuelto Owusu, pero se precipitó cuando habría tenido tiempo de controlar dentro del área e incluso combinar con Toché. Lamentablemente, desbarató la ocasión y se perdió la oportunidad de volver con una victoria a domicilio que se está haciendo esperar demasiado.
Parece que se van a recuperar a varios de los múltiples lesionados de cara al trascendental partido del miércoles ante el Tenerife. Falta hará, porque se percibe un juego muy poco claro, con una ausencia de profundidad alarmante y pocas conexiones en un ataque donde Toché está demasiado solo. Y aún así, se conserva el punch en ataque. La llegada de Diegui Johanesson debe volver a activar una banda derecha de la que no han salido más centros que algunos ocasionales de Aarón Ñíguez, bagaje muy corto para aspirar a metas más altas. Lo mismo se percibe en la izquierda donde se echa mucho de menos a Mossa y su proyección ofensiva. El once azul también necesita clarividencia táctica para saber manejar las situaciones favorables en su propio beneficio.
Son demasiados puntos los que el cuadro de Anquela se ha dejado fuera de casa y hace falta un triunfo que dé ese aplomo en las visitas a domicilio. Muchos -demasiados- aspectos a pulir aún. No queda otra que armarse de paciencia.
MANOLO D. ABAD
Foto: J.L.G.FIERROS 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Tom Petty-Béznar Arias

http://www.elcomercio.es/culturas/musica/conexion-astur-petty-20171009003829-ntvo.html

Jean Rochefort (1930-2017)


domingo, 8 de octubre de 2017

El valor de los clásicos

Crítica. Música. -

“El valor de los clásicos”


LOS DELTONOS

Factoría Cultural, Avilés.

Viernes 6 de octubre de 2017.
Pasan los años, las modas van y vienen y, entre ese maremágnum, permanecen los clásicos. Los Deltonos se han ganado a base de mucho trabajo ese lugar, un reconocimiento que no es de mayorías, pero que les permite situarse en una zona cómoda, en esa intersección donde puedes hacer lo que te dé la gana y sobrevivir con un puñado de fieles.
 

Y ahí están: en la zona intermedia donde brillan las guitarras, en la que el concierto se desarrolla a su propio ritmo, sin ninguna concesión más que la de sentirse a gusto. Con un espléndido guitarrista como Hendrik Roever rodeado de una banda perfectamente engrasada que suena de maravilla. Ni más, ni menos. Hace unos días moría Tom Petty, un individualista al que jamás pillaron en ningún otro lugar que no fuera el rock. Bien podemos decir que los cántabros han alcanzado tan ideal posición a base de trabajo duro y una integridad a prueba de balas.
 

El concierto discurre con fuerza, con una banda de cuatro a dos guitarras -eso tan difícil de hallar y conseguir en el panorama estatal- plena de rock y de un repertorio sólido y diverso. La apoteosis de la noche se remata en el bis con el absoluto clásico “Repartiendo” (pura serie negra en forma de canción) y el siempre grato “Hard luck blues”, todo un guiño al pasado, a su actuación en la sala Quattro hace nada menos que veinticinco años. Con el valor de haberse convertido ya en unos absolutos clásicos con mayúsculas del rock español.
MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: PACO WALKS SOFTLY
Publicado en el diario "El Comercio" el domingo 8 de octubre de 2017

Símbolos


Vinilo Azul. -

Símbolos”
Pide la Peña Azul Castrillón un homenaje para el que hasta la campaña pasada fue portero del Real Oviedo Esteban, uno de los símbolos del oviedismo. Y me parece una propuesta acertada que debería ser tenida en cuenta por la entidad azul.
Esteban y Michu son los dos últimos símbolos para la afición oviedista. Dos nombres propios que acentúan su valor, puesto que se forjaron en los tiempos más difíciles para el club y su afición. Tiempos de supervivencia y barro donde ellos enarbolaron el orgullo, el valor y la garra, que son el santo y seña del equipo más representativo de la capital del Principado de Asturias. Lo hicieron, además, y más acusado en el caso de Esteban, pudiendo haberse quedado en otros conjuntos de superior categoría. Allá por donde ha ido, la estela humana de Esteban ha quedado marcada con letras de oro. En su anterior club, el Almería, era también capitán e ídolo de la afición. Los dejó pudiendo haberse quedado allí, seguramente ganando más dinero, pero el corazón azul del avilesino le impulsó a regresar a su tierra para ayudar a su equipo del alma.
Pienso muchas veces, cuando conozco a jóvenes aficionados azules, en que muchos de ellos sólo han visto al Real Oviedo en la encrucijada, en el barro, en el fondo del precipicio. No disfrutaron del equipo, como otros que sí hemos tenido esa suerte, jugando frente a los grandes de la Liga cada domingo, durante muchas temporadas seguidas e incluso alcanzando la competición europea. Quizás por eso, sean estas generaciones las que merecen encontrar símbolos tangibles de los que sentirse orgullosos. Más que el viejo aficionado que recordará a Herrerita o Lángara, más de los que ya hemos entrado en la madurez que recordamos las hazañas de Gorriarán, Sañudo, Jokanovic, Carlos o Dely Valdés. Precisamente porque no han podido disfrutar de esos grandes momentos, es la razón de que se valore a Esteban y a Michu como símbolos perennes del oviedismo, que la gente los perciba como suyos, que se honre su contacto personal y su compromiso en tiempos difíciles. Si es iniciativa de los dirigentes azules, mejor aún.
El fútbol -le pese a quien le pese- es algo más que un deporte, trasciende sus fronteras en la sociedad. Bien conducido debería servir para mostrar alguno de sus valores y qué mejor para todo oviedista que se precie, que sean esos transmisores dos “paisanos” -como solemos decir en Asturias- como Esteban y Michu.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "D-Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 8 de octubre de 2017
 

viernes, 6 de octubre de 2017

Un día en Prado del Rey con Los Deltonos



Rock Stories. -

“Un día en Prado del Rey con Los Deltonos”


1989, junio. Volví a subirme a la furgoneta con mis queridos amigos The Amateurs, como tantas otras veces, en un aprendizaje que no se puede pagar. Un crítico de rock en el otro lado. Cargando los amplificadores, cobrando la entrada, acercándoles las copas... Si no conoces el otro lado, no puedes valorar qué es lo que hay en cada lugar.

Llegamos a Madrid, ilusionados. Una tarde de incipiente verano de junio. Los chicos me acercaron hasta donde se situaba la antigua Estación Sur de Autobuses de Madrid. Llevaba conmigo un teclado de un amigo de la banda para hacer el playback en unas horas. Bajaba por Santa María de la Cabeza en dirección a la calle Ferrocarril cuando tres tipos me rodean. No me detuve pero noté la navaja en mi espalda. Eran tiempos en los que te daban el palo con frecuencia. Diez mil pelas me sacaron. Afortunadamente, siempre tuve la precaución de guardar en los calcetines. Eso me salvó. Piqué en la casa familiar. Le conté a mi tía Mariví la movida. Me dio algo más de dinero y me cogí el metro en dirección a Prado del Rey. Allí estaban los chicos. Pensé en el teclado. Menos mal que no me lo pidieron.

Hicimos el control de la entrada, del dni y esas cosas. Las doce de la mañana, nos esperaban. En el plató ya estaban todos los del programa “Cajón Desastre”. Bueno, no, Miriam Díaz Aroca, no. Estaba el de los Refrescos, muy creído él, y una chavalina encantadora con sueter de rayas rojas. También un niño prodigio bastante odioso como todos los niños malcriados. ¡Luuucaaaas, sí, joder, Lucas! De aquella el muchacho salía en todo tipo de espacios televisivos y cinematográficos. Yo creo que no lo aguantaba ni su madre. Pueden añadir las cuatro consabidas letras, si quieren. También, para rematar el asunto, una docena de enanos de todo tipo y especie que seguían las órdenes de un realizador que no veíamos -estaba en su cubículo presidencial, una especie de púlpito en las alturas del inmenso estudio desde donde no se le veía- como un ejército convencido y fiel.

Sobre las tablas, Los Deltonos se desesperaban. El realizador la había tomado con el tipo que simulaba tocar la armónica. Era, después lo supe, Rafa, dueño de varios locales señeros de la época en Malasaña como la Vaca Austera. Nada le gustaba al realizador de Rafa. Y así estuvieron pugnando con el playback hasta la hora de comer. Sin conseguir cerrar ninguna de las tres canciones previstas. Tenía su EP en casa, pero me lo terminé de aprender. Nos fuimos a comer. Antes de llegar al comedor de Prado del Rey se nos unió Juan de Pablos y pasamos un almuerzo magnífico hablando con él de música. Era un tiempo apasionante. De aquella no se hablaba ni de “alternativo” ni de “indie”, lo “independiente” ya había sido superado. La palabra era “underground”: Sex Museum, Los Clavos, Las Ruedas, Los Deltonos, Cancer Moon, Surfin´ Bichos, los Amateurs, Los Bichos, La Secta, Pantano Boas...

No nos dimos mucha prisa en la sobremesa. A las cuatro llegó nuestro turno. Iba a hacer un playback con los teclados y tenía cierta preocupación tras ver cómo había tratado el realizador a Rafa. El pobre, antes de irse, nos pidió disculpas y nos invitó a su bar. Grabamos en una toma, pero no dio tiempo a más, Seis de la tarde. El realizador había decidido reñir con los niños (me libré, vayan ustedes a saber por qué) y los estuvo situando durante mucho tiempo. La pobre regidora tenía pinta de irse a suicidar en cuanto acabara tal sesión de despropósitos. Dos canciones. Aún quedaba una, pero tuvimos que terminar. Hablaron con José Andreu, vocalista y guitarra, además de factotum para todos los business. En quince días nos tocaría volver. Evidentemente, vestidos igual. El único problema era que Paco “Hummungus” Fernández lucía un aparatoso vendaje en uno de sus brazos fruto de un accidente de moto... Sin problema: se le vendaría cuando llegásemos y tema resuelto.
Salimos a las ocho. El cielo de Madrid, visto desde Prado del Rey, embriagaba. Nos fuimos a Malasaña. Perdí a los chicos no sin antes quedar para el día siguiente y me trasladé a La Vaca Austera a ver a mi nuevo amigo Rafa. Cerramos el local hasta las mil. La noche terminó en un trasiego por la Malasaña de la incipiente mejor época. Llegué a la calle Ferrocarril andando. Mi tía dormía. Y no pensé en la pasta que me habían mangado, sino en que repetiría pronto otro viaje a ese inolvidable Madrid.
MANOLO D. ABAD

miércoles, 4 de octubre de 2017

El efecto champán


 
Crónicas de Vestuario. -

El efecto champán”


Llegaba el equipo azul tras una de esas derrotas dolorosas, muy dolorosas, ante un rival que -sin duda, me atrevo a firmarlo aquí- estará en las posiciones de cola de la categoría, con la intención de resarcirse, como siempre, ante su fiel público. Más de once mil espectadores a pesar de que la LFP se empeñe en fastidiar este tipo de encuentros al más alto nivel, ante equipos con aficiones muy estables, con una gran historia. Pero, ¡ay! los lunes y por la cadena catalana “Gol TV” no son nada propicios. Que yo recuerde, ninguna de las retransmisiones por este canal han tenido un resultado favorable a los azules. Otro gafe más a superar. Había que reaccionar, mostrar carácter -el que les imprime su entrenador- no esconderse y convencer.



Los primeros treinta minutos fueron para enmarcar. Un once con gran intensidad, empujando con fuerza y una gran disposición táctica para oprimir al rival hasta acorralarlo en su propio terreno. Fruto de esa salida en tromba, bien orquestada, bien dirigida, muy bien trabajada, el once azul se adelantó hasta un brillante dos a cero. Para un equipo con mucha clase, pero más dudas -esa ansiedad que provoca el tener una gran hinchada detrás- ese resultado debería haber sido letal. Dejémonos de idioteces, un equipo competidor (adjetivo mágico que se repite como una mala digestión) hubiera aplastado, hubiera destrozado. Porque la gran competición profesional exige machacar. Estos son los conjuntos ganadores, los que tienen fe inquebrantable, los que desean hacer más daño, los que -regreso al tópico- tienen hambre. Aquello que te dicen que mejor era un 1-0 por aquello de mantener la tensión, una de dos: o son idiotas; o han nacido para perder, como en la maravillosa canción de Johnny Thunders & The Heartbreakers. Y en el deporte, la supuesta épica del perdedor no vale para nada. Bueno, a algún tuercebotas quizás sí le valga.
 
 
 

Mikel González hizo uno de esos remates increíbles en un golazo brutal y la balanza se desniveló. Muchos jugadores desaparecieron. A la defensa oviedista le empezaron a temblar las piernas -sobre todo, a los centrales- ante un delantero con mayúsculas como Borja Iglesias y el partido se fue al garete. El medio campo maño comenzó a carburar, a crear y sólo Forlín fue capaz de tapar las vías de agua de una nave azul que naufragaba.


En la segunda parte se sufrió. Mucho. Juan Carlos salvó varios unos-contra-uno y llegamos a un empate que supo a victoria. Nunca entenderé que se pite a un jugador de tu equipo durante el partido, por mucho que no te guste. Y a mí tampoco me gusta Juan Carlos, la verdad sea dicha. Pero no por eso voy a criticarle cuando no se lo merece. Uno prefiere porteros más sobrios: como decía cierto entrenador, que pare lo posible, todo lo posible, aunque no lo imposible. Pero es el nuestro. Y debería ser apoyado. Ya está.



Un punto más. Esa es la lectura. Ante un gran equipo que mostró una capacidad de recuperación brutal y que dominó la segunda parte de principio a fin. Sumar es siempre importante, sea como sea. Y creo que al Zaragoza lo veremos más arriba, porque tiene materia prima para estar en las posiciones de privilegio. Dicho lo cual: necesitamos un triunfo fuera. Es urgencia, casi emergencia. Por si ocurre un accidente como el de la pasada noche de lunes. Un efecto champán, donde tras los primeros brindis, las burbujas se secaron dejándonos un bebedizo infumable en forma de indeseado empate. Recuperemos el ánimo y pensemos en qué preferimos descorchar. Quizás mejor una botella de un buen vino de reserva, para poder paladearlo durante noventa y pico minutos hasta saborear otros tres ansiados puntos, que es como más se disfruta.

MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: JOSÉ LUIS GONZÁLEZ FIERROS
 
 

"Dolor"


Hacia la madrugada
me despertó de un sueño dulce
un súbito dolor,
un estilete
en el tercer espacio intercostal derecho.

Fino, fino,
iba creciendo y en largos arcos se irradiaba.
Proyectaba raíces, que, invasoras,
se hincaban en la carne,
desviaban, crujiendo, los tendones,
perforaban, sin astillar, los obstinados huesos,
durísimos
y de él surgía todo un cielo de ramas
oscilantes y aéreas,
como un sauce juvenil bajo el viento,
ahora iluminado, ahora torvo,
según los galgos-nubes galopan sobre el campo
en la mañana primaveral.

Sí, sí, todo mi cuerpo era como un sauce abrileño,
como un sutil dibujo,
como un sauce temblón, todo delgada tracería,
largas ramas eléctricas,
que entrechocaban con descargas breves,
entrelazándose, disgregándose,
para fundirse en nódulos o abrirse
en abanico.

¡Ay!
Yo, acurrucado junto a mi dolor,
era igual que un niñito de seis años
que contemplara absorto
a su hermano menor, recién nacido,
y de pronto le viera
crecer, crecer, crecer,
hacerse adulto, crecer
y convertirse en un gigante,
crecer, pujar, y ser ya cual los montes,
pujar, pujar, y ser como la vía láctea,
pero de fuego,
crecer aún, aún,
ay, crecer siempre.
Y yo era un niño de seis años
acurrucado en sombra junto a un gigante cósmico.

Y fue como un incendio,
como si mis huesos ardieran,
como si la médula de mis huesos chorreara fundida,
como si mi conciencia se estuviera abrasando,
y abrasándose, aniquilándose,
aún incesantemente
se repusiera su materia combustible.

Fuera, había formas no ardientes,
lentas y sigilosas,
frías:
minutos, siglos, eras:
el tiempo.
Nada más: el tiempo frío, y junto a él un incendio
universal, inextinguible.

Y rodaba, rodaba el frío tiempo, el impiadoso tiempo
sin cesar,
mientras ardía con virutas de llamas,
con largas serpientes de azufre,
con terribles silbidos y crujidos,
siempre,
mi gran hoguera.
Ah, mi conciencia ardía en frenesí,
ardía en la noche,
soltando un río líquido y metálico
de fuego,
como los altos hornos
que no se apagan nunca,
nacidos para arder, para arder siempre.

(Dámaso Alonso)



Nacho Camino "La tierra quemada"


Peter Perrett "An epic story"



I've read this book too many times
The hero's death is tragic every time
Trying to pretend
I don't know how it ends

An epic story of romantic love
It has to be the ultimate in love
The scale of sacrifice
Is cheaper the price

Together we can face this hard world
Enough about the cruelest of things
Our sufferin' is beyond any words
It's too late for repentance of sin
Don't worry, babe

I'll always be your man
No one could love me the way that you can
If I could live my whole life again, I choose you
Every time

We have descended far enough
With every day we know we've had enough
Tryin' to respond, we know that we've been wronged

An epic story of romantic love
It has to be the ultimate in love
Take another shot
It's all that we got


Together we can face this hard world
Enough about the cruelest of things
Our sufferin' is beyond any words
It's too late for repentance of sin
Don't worry, babe

I'll always be your man
No one could love me the way that you can
If I could live my whole life again, I choose you

Together we can face this hard world
Enough about the cruelest of things
Our sufferin' is beyond any words
It's too late for repentance of sin
Don't worry, babe

I'll always be your man
No one could love me the way that you can
If I could live my whole life again, I choose you
Every time

I'll always be your man (your man)
No one can love me the way you can (you can)
If I could live my whole life again I'd choose you
Only you

martes, 3 de octubre de 2017

Este sábado en Oviedo


Tom Petty (1950-2017)



domingo, 1 de octubre de 2017

Ride "Lannoy point"



If seeing is believing
Believing is not seeing

All these feelings
I can't repair
Your way of seeing
All melts into air

A Face of reason equals treason
A treason against all reason

All this dealing
I can't repair
My way of being
All melts into air

I'm wiser for the time
I row against the tide
I drop onto my knees
All turned back a century

We'll be wiser when we fall
Like the dinosaurs before
When we've swept ourselves away
A better sense can start again
A better sense can start again
A better sense can start again


I'm wiser for the time
I roll against the tide
I drop to my knees
All to that good century
We'll be wiser when we fall
Like the dinosaurs before
When we've swept ourselves away
A better sense can start again
(Believing my feelings)
A better sense can start again
(Believing all my feelings)
A better sense can start again
(Believing all my feelings)
A better sense can start again
(Believing all my feelings)
A better sense can start again

A better sense can start again