domingo, 31 de enero de 2016

La insoportable fiebre festivalera


Vinilo Azul. -

La insoportable fiebre festivalera”


Abría el Primavera Sound hace unas fechas la nueva fiebre musical: la fiebre festivalera. Fiebre de macrofestivales cada día más extendidos y cada vez con una mayor masificación. También, añadiría, con una uniformidad extendiéndose como una capa de mediocridad alrededor. Uno gustaba de convocatorias como el “Intersecciones” que, durante años -gloriosos años- se desarrolló en diversos lugares de Asturias. Sin masificaciones y con una programación exquisita. Algún día habrá que efectuar un balance de todo aquello con nombres propios. El olfato de José Luis Cienfuegos permitió disfrutar de Dominique A, Gigolo Aunts, Soledad Brothers, Josele Santiago o Chucho, por citar sólo algunos de los que se detuvieron en Oviedo en unos años maravillosos para quien desease paladear y contagiarse de un buen menú musical. Cómodamente, sin masas maleducadas o en plena ebriedad.

Pero no, el modelo que se ha impuesto es el de quienes no acuden a un concierto el resto del año y gustan de dejarse ver en recintos amplios con carteles interminables culminados en su cima por una rutina tal que convierte a muchos en casi gemelos. En Asturias, el Gijón Sound Festival supone una buena alternativa a la masificación. Buscando un concepto más global que el de una maratón de conciertos, con otras actividades como en su día hiciera el añorado Oviedo Múltiple. Una alternativa quizás menos rentable, pero muchísimo más cómoda para el espectador. Claro que, si hablamos de comodidades y un entorno idílico, la gente de La Radio de cristal ha dado en el clave con el Prestoso Fest, la antítesis de una macroconvocatoria musical. Una vuelta a los orígenes, a aquellos primeros FIB -cuando no se llamaban FIB sino festival de Benicàssim- o al Serie B de Pradejón, bendita convocatoria riojana que tantos buenas formaciones nos permitió disfrutar como Yo La Tengo, Gallon Drunk o Luna, con un refinado olfato y en un entorno cómodo. 
 
Los nuevos tiempos son distintos. La música enlatada se ha convertido en la gratis mercancia (sí, triste, mercancia gratis) estrella de todos aquellos que se creen que los artistas son una especie de ser humano que ni come ni tiene derecho a vivir ni, por supuesto, a cobrar por su obra. Claro que, vista la última del ministro de Hacienda sobre los escritores jubilados que deben elegir entre su pensión o sus ingresos por su obra, uno ya da toda batalla por perdida. Y es que la falta de respeto total por la cultura no puede sino conducirnos al marasmo más absoluto. Y en esas estamos: encerrados en macrofestivales recreativos donde todo importa menos la música, con los derechos de autor por los suelos, sin cultura visible en los medios, convertida toda manifestación artística en un acto de supremo lujo y con la telebasura sin desaparecer de una vez. Envueltos en una insoportable fiebre hedonista con memoria de pez en un soñado paraíso con forma de macrofestival.

MANOLO D. ABAD

Prueba de intensidad

 

Crónicas de Vestuario. -

Prueba de intensidad”


El Carlos Tartiere vestía sus mejores galas -los 22.634 en datos oficiales se quedaban bastante lejos de la impresión de casi lleno que ofrecían los graderíos- para la visita del líder, un Deportivo Alavés que se ha convertido en la gran sorpresa de la Liga de Segunda División. El choque era el barómetro ideal para medir las posibilidades del conjunto de Sergio Egea y el balance final resultó positivo. Incluso el empate supo a poco vistos algunos momentos de gran brillantez y ocasiones tan claras como la que marró Susaeta en el minuto 19 de la segunda parte en un cara a cara con el buen cancerbero Fernando Pacheco. 


 
El Real Oviedo marcó el ritmo del partido en casi toda la primera mitad, con momentos de gran fútbol, asociándose muy bien todos los jugadores azules, incluído un Edu Bedia que parece despertar, poco a poco, de su letargo. Falta le va a hacer tras el fichaje de Míchel Herrero y las buenas actuaciones de Cristian Rivera, cada vez más asentado, como bien demostró cuando le sustituyó en el segundo acto. El gol de Borja Valle en el once había dejado al cuadro carbayón al mando, pero no supo traducir ese dominio y el buen juego en más goles. Y los de Sergio Egea lo pagaron. Con un equipo como el de Bordalás, prototípico de la intensidad con la que hay que navegar por la Segunda División para hallar un buen rumbo, no aprovechar cada detalle, cada momento destacable es comprar papeletas para el fracaso. Así ocurrió: el equipo salió dormido tras el descanso, y los vascos consiguieron el empate en su primer zarpazo, con Toquero rematando a placer un centro tras una combinación de Dani Pacheco y Manu García. Al Real Oviedo le costó levantarse, en unos minutos de dudas que los alaveses aprovecharon para hacerse amos del partido, desplegar sus mejores minutos y tener a los azules contra las cuerdas. La mencionada inclusión de Cristian Rivera cambió el escenario: el once de Egea se asentó y fue decantando la balanza de su lado, creando mucho peligro por las bandas y recuperando la posesión rápido. 



 
Se desperdiciaron demasiadas ocasiones. Koné estuvo demasiado atolondrado, sin saber combinar con sus compañeros y, a veces, demasiado individualista.




 La entrada de Diego Cervero por un errático Toché, aportó más empuje y entusiasmo al ataque azul, pero no fue suficiente para llevarse el partido. Bueno es sumar, aún así, y hacerlo mostrando momentos brillantes y pegada. La cuesta de enero se salda con la esperanza de seguir creciendo, cada vez más, y lograr el ansiado sueño. Veremos qué tal se da febrero.

MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: JOSÉ L. G. FIERROS
Publicado en el dairio "El Comercio" el domingo 31 de enero de 2016


 

jueves, 28 de enero de 2016

miércoles, 27 de enero de 2016

Solidarios que hacen ciudad

 

Vetusta Blues. -
Solidarios que hacen ciudad”

Ella me afea que use el buscador “Google” a todas horas y me recuerda la gran cantidad de dinero que les entrego a los americanos con esos mecánicos clics. Estamos en París y el cielo permanece cubierto aunque no hace frío en este raro invierno que más parece una primavera loca envuelta en una montaña rusa de altibajos de temperaturas y condiciones meteorológicas. Me sugiere “Lilo.org”, que destina a diversos proyectos solidarios una gran parte de sus ingresos. Con cada búsqueda acumulas unas gotas que luego puedes entregar a cualquiera de los proyectos que te proponen desde la propia página. No está ninguno de los que participaron en el proyecto “Faciendo ciudà”, bendita iniciativa que ha premiado a cuatro propuestas que desarrollan su labor en Oviedo. Finalmente, los elegidos en la votación popular fueron Asturias Acoge, Más que Chuchos, la asociación Hierbabuena y los Desayunos de “¿Pero quién dice que en Oviedo no hay nada?” los que se repartirán el remanente de 8000 euros del salario de los ediles de Somos. 
 
Mi enhorabuena a todos ellos, aunque uno vaya a detenerse en los Desayunos impulsados por la página web “¿Pero quién dice que en Oviedo no hay nada?”, iniciativa que sigo con mucho interés desde sus inicios a través de una de sus impulsoras Belén Suárez Prieto. Mientras otras asociaciones del Oviedo Antiguo se limitan a criminalizar la música en vivo -han llegado a calificar de “delito” la música en vivo en bares- como único leit motiv de unas diatribas que parecen salidas del más maloliente y rancio reducto de decrepitud, otras como la Asociación Vecinal Oviedo Redondo o esta iniciativa de los Desayunos muestran que la ciudad se va transformando desde la solidaridad y las ideas gracias a colectivos con amplitud de miras y no con obsesivas cantinelas que suenan a un mundo que vive fuera de la realidad de 2016. Lo que ha conseguido Belén y toda la gente que ha ido aglutinando en estos años para colaborar con su causa es digno del mayor de los elogios. Conseguir que los niños vayan con su desayuno completo al colegio allá donde antes iban con el estómago vacío, nos pone sobre la pista de cómo se puede actuar cuando hay una voluntad férrea y un corazón limpio. Si, además, aderezan el momento con una selección musical que se aleja de la vulgaridad imperante, mejor todavía. Instalados ahora en el Ca Beleño, los Desayunos se han convertido en referente de un Oviedo Antiguo que quiere mostrarse más allá de señorones con ansias de protagonismo a través de organizaciones de dudosa representatividad. El movimiento se demuestra caminando, día a día, no buscando los focos de cuando en cuando para satisfacer el propio ego. Si, además, se ofrece de manera desinteresada, a algunos debería caérseles la cara de vergüenza y andar hablando de “delitos”, de criminalizar actividades que nos hacen mejor la vida y olvidarse de los principales problemas del entorno del Oviedo Antiguo, como son la miseria o los botellones que llevan a la posterior violencia nocturna. Aprendan de gentes como Belén Suárez Prieto y los suyos y déjennos vivir la noche -con música en vivo- en paz.

MANOLO D.ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 27 de enero de 2016

Amistad astur-islandesa


 

Crónicas de Vestuario. -

Amistad astur-islandesa”


Decía el poeta y filósofo norteamericano Ralph Waldo Emerson que la confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito. Y eso es lo que el jugador del Real Oviedo Diegui Johannesson debe haberse clavado a fuego en su corazón. Pero no sólo es la propia fe en uno mismo la que lleva a lo más alto, en el caso del jugador azul también se han sucedido una concatenación de acontecimientos que han provocado su explosión futbolística que le ha llevado a la próxima convocatoria de la selección absoluta de Islandia para disputar el próximo domingo 31 de enero un encuentro amistoso frente a Estados Unidos.

Nadie hubiera dado un duro hace tan solo cuatro meses porque todo esto hubiera podido suceder. El Real Oviedo se fijaba en el jugador del Real Zaragoza José Fernández para reforzar el lateral derecho, relegando a Diegui Johannesson al filial del Vetusta, pues el segundo hombre para esa posición sería el asturiano Nacho López. Fernández ha sido la mayor de las decepciones en los fichajes oviedistas de esta temporada: sin proyección ofensiva y con bastantes altibajos en defensa, no convenció a nadie del cartel con el que había llegado, nada menos que el de “mejor jugador de Segunda de la temporada precedente”. Las lesiones precipitaron los acontecimientos. Fernández y Nacho López tuvieron que pasar por la enfermería y el risueño jugador, relegado al filial, tuvo su gran oportunidad en la décima jornada frente a la Ponferradina. La banda derecha se transformó y el peligro del equipo azul volvió a desplegarse por ese carril, en parte gracias al impulso ofensivo de uno de los tres trillizos de la pareja astur-islandesa formada por Jon Mar Johannesson y Amelia Pando junto a Ingemar y Cristian. Poco a poco, el joven Johannesson que cambió su nombre futbolístico de “Diegui” por el de su apellido islandés a sugerencia de su entrenador Sergio Egea ha ido afianzándose, puliendo defectos desde una infatigable intensidad hasta transformarse en uno de los destacados de la temporada del regreso azul a la categoría de plata. Contundente en defensa, incisivo en ataque y capaz de brindar grandes asistencias de gol, siempre intenso y concentrado.

La concatenación de acontecimientos prosiguió. Islandia había conseguido clasificarse por primera vez en su historia para la fase final de la Eurocopa de Naciones, pero necesita reforzar una banda derecha donde se han acumulado las dudas. El habitual era Birkir Saevarsson, de 31 años, que milita en el histórico Hammarby de la liga sueca, que no es precisamente una competición de primer nivel. También han probado -sin convencer en absoluto- Haukur Hauksson, del AIK, y Elmar Bjarnasson, centrocampista del Aarhus reconvertido a ese puesto. La explosión de Diegui le ha proporcionado una oportunidad más de crecer, de mostrar esa “magia real en el entusiasmo” de la que hablaba Norman Vincent Peale, el creador de la teoría del pensamiento positivo. Aunque vaya a perderse el trascendental choque frente al líder, el Alavés, toda la familia azul celebra su posible internacionalidad, la primera de un jugador oviedista desde que en marzo de 2006 Rafa Ponzo disputase un amistoso con Venezuela. Un síntoma más de que, tras años de tristezas y desgracias sin fin, el momento ha llegado para teñirse del color azul del Real Oviedo.

MANOLO D. ABAD
Foto:JOSÉ L. G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 27 de enero de 2016

martes, 26 de enero de 2016

lunes, 25 de enero de 2016

Hugo Race "Ghostwriter"



Motorama "Alps"

">

Balthazar "Then what"



If someone told you there is no elegant way out of this
Then what?
And if you're keeping this heart from coming completely apart
Then what?
And if the rich are begging for more on the doorsteps of the poor
Then what?

Then what is it I've got?

If someone told you there is no elegant way out of this
Then what?
Girl, and if you're the last thing that's keeping this heart from coming completely apart
Then what?
And if in the warmth and rhythm of your skin I lost everything I could win
Then what?

Then what is it I've got?

I used to think that I used to think I had it all
But that was long before I knew what a girl like you could do
I used to think that I used to think I had it all
But that was long before I knew what girl like you could do

And if the eyes that draw you in don't reveal anything
And if the soul that lay thin upon the sweat on your skin
Retreated deep into your body again
Well, what is it then, what is it then, what is it then?

Then what is it I've got?

I used to think that I used to think I had it all
But that was long before I knew what a girl like you could do
I used to think that I used to think I had it all
But that was long before I knew what girl like you could do

Fink "Looking too closely"



This is a song about somebody else
So don’t worry yourself, worry yourself
The devil’s right there, right there in the details
And you don’t wanna hurt yourself, hurt yourself
By looking too closely
By looking too closely
No no no no…

Put your arms around somebody else
And don’t punish yourself, punish yourself
The truth is like blood underneath your fingernails
You don’t wanna hurt yourself, hurt yourself
By looking too closely
By looking too closely
No no no no…
No no no no…

You don’t wanna hurt yourself
You don’t wanna hurt yourself

And I could be wrong about anybody else
So don’t kid yourself, kid yourself
It’s you right there, right there in the mirror
You don’t wanna hurt yourself, hurt yourself
By looking too closely
Mmmmmmmm
By looking too close
Mmmmmmm

Yeah…..
Looking too closely
You don’t wanna hurt yourself
You don’t wanna hurt yourself
By looking too closely

domingo, 24 de enero de 2016

miércoles, 20 de enero de 2016

Artículos y columnistas


Vetusta Blues. -

Artículos y columnistas”


La vida, a veces, te da sorpresas y a mí me la dio hace unos días con el Premio de la Crítica de la Asociación de Escritores de Asturias de Columnismo Literario. Formar parte de un elenco de premiados donde figuran maestros como Luis Arias Argüelles-Meres o Francisco García-Pérez supone un verdadero orgullo y, más aún, la enorme responsabilidad de estar al nivel de tal honor. Por aquello de ser la primera vez que recibía un premio empleé mi tiempo en los necesarios agradecimientos a todas aquellas personas que han sido cruciales en mi vida, empezando por mi madre y siguiendo por amigos como Javier Lasheras y Rubén D. Rodríguez, además de, por supuesto, quiénes han apostado por mí a lo largo de estos años como el director de EL COMERCIO Íñigo Noriega o el que lo fuera del añorado semanario “Les Noticies” Ramón Lluís Bande.

Más allá de todo esto, al pensar en mi tarea como columnista, surgían algunos temas para la reflexión. Vivimos tiempos de turbulencias, de un inusitado movimiento en la sociedad, donde las diferencias se acentúan de una forma escandalosa, al mismo tiempo que la clase media -construida con tanto cuidado en todo el periplo democrático español- va quedándose disminuida de tal manera que casi parece una élite en sí misma. Una época de movimientos ante la que no debemos permanecer inmóviles y que requieren cierto tipo de compromiso, mucho más allá del puramente político. Un compromiso consigo mismo y con su tiempo. El compromiso de contar con una voz propia a la que acceden muchos lectores de este periódico. Una gran responsabilidad que no debe ser escatimada en vano. El columnista no debe permanecer aislado en su mundo, tratando de quedar bien ante los poderes fácticos. No deberían convertirse los articulistas en unos guays y sus columnas en fuegos fatuos donde sólo cupieran ocurrencias tontas, falsonas pretensiones o burdas y presuntuosas obviedades con las que buscar una autopromoción social o, quién sabe, profesional. Vemos a muchos de estos ocupando espacios, a veces sumidos en un cripticismo que ni ellos mismos podrían explicar, sólo tratando de resaltar firma y foto para propulsarse social o profesionalmente usando una plataforma atractiva como es la de un diario. Lamentablemente, ahí están, camuflados en muchas páginas, buscando como hábiles trepas un espacio con el que emerger más allá de su rotunda mediocridad y de su absoluto interés (y del desinterés de sus artículos y propuestas).

No, el articulista, el buen articulista, se sitúa en la zona incómoda. No es un "quedabien" más que trata de propulsarse socialmente sino de un equilibrista que transita por una fina cuerda de acero, a expensas de vientos a su derecha y su izquierda, tratando de mantenerse firme sobre esa correa de metal por la que se deslizan con dificultad sus pies. Un trayecto complejo pero muy distinto del de quienes pretenden utilizarlo para un proyecto de autopromoción, desviación lamentable que merecería la más cruel de las censuras, tanto de los lectores como de quienes tratamos de ser dignos herederos de maestros como Mariano José de Larra o Francisco Umbral.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 20 de enero de 2016

Ettore Scola (1931-2016)


lunes, 18 de enero de 2016

Absolutamente malditos


Vinilo Azul. -

Absolutamente malditos”


Acudo a Parque Principado a recoger en la Fnac la estupenda caja con dos cds “Ork Records: New York New York”, donde se resume todo el movimiento que, a mediados de los 70 supuso la génesis del punk al otro lado del charco. Como no podía ser de otra forma, aprovecho el viaje para perderme en las estanterías y buscar más música, películas y libros. Superadas las multitudes previas a los Reyes Magos, esa locura generalizada que convierte en impracticable unas compras tranquilas, encuentro algunos trabajos que ya poseía en vinilo pero que en su versión cd contienen señuelos como añadir temas sueltos en singles o inéditos, además de las remezclas de sonido. Entre ellos, encuentro el “Tormenta de tormento” de Corcobado y los Chatarreros de Sangre y Cielo que no tenía ni siquiera en vinilo y el “Color Hits” de Los Bichos, con varios jugosos extras. Por un momento, me quedo absorto contemplando la portada del grupo navarro que encabezaba el finado Josetxo Ezponda. Una explosión de colores que me trae inmediatamente el recuerdo de una maqueta parecida de los propios Bichos en Madrid, en casa de Íñigo Pastor, jefe del legendario sello discográfico independiente Munster Records. Había acudido junto a mis buenos amigos The Amateurs a llevarle una maqueta para un recopilatorio, además de una cinta -¡en bobina!- de los Sangrientos. Finalmente, tan solo aparecerían The Amateurs. Y también Los Bichos. Recuerdo haberle pedido a Íñigo que me pusiera esa maqueta repleta de color y flipar con aquel grupo. El tiempo los acabaría transformando: de malditos a míticos.

También los ovetenses The Amateurs son unos absolutos malditos. No sólo en su tierra sino en todo el territorio nacional, que se trabajaron durante muchos años en multitud de conciertos. Sin embargo, su huella pervive. Quizás no han alcanzado el status de legendarios como otras formaciones como Los Bichos o los añorados Cancer Moon, pero The Amateurs marcaron una época en Asturias y formaron parte de una escena en España que se adelantó a lo que sería la explosión indie de principios de los noventa. Veinticinco años después, apenas quedan restos de su obra ni nadie ha tenido a bien recuperar sus tres álbumes ni tan siquiera pudieron permitirse el lujo de marcarse una reunión para celebrar algún tipo de aniversario.

El mundo de los creadores y, sobre todo, de los pioneros es así: muchos, anticipándose a su tiempo, obtienen como recompensa el silencio, el vacío, la incomprensión. El malditismo menos buscado. La mítica menos querida. Pienso en mis queridos Feedbacks, ninguneados en Asturias con una insistencia tan pertinaz que me asombro de que hayan podido publicar siete álbumes en veinticinco años de existencia y algunos no se hayan enterado todavía. Poco importa pues son reconocidos como se merecen más allá del Pajares, pero siempre queda esa espina de ser invisibles para los tuyos. 
 
Supongo que son los peajes a pagar por ir a tu bola, por no preocuparte de las relaciones públicas y sí de trabajar en tus creaciones, además de buscar una proyección más allá de Asturias. Aquí, algunos, siguen mirándose al ombligo creyéndose los mejores, exprimiendo hasta resecarlo el mínimo circuito local y sacando el brillo a estatuillas huecas.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" en el suplemento "El Comercio de Oviedo" el domingo 17 de enero de 2016

sábado, 16 de enero de 2016

The Waterboys "Don´t bang the drum"


Premios de la Crítica de Asturias 2015

Hoy, en el diario "El Comercio", hablan de los Premios de la Crítica de Asturias. De mi discurso -improvisado- me quedo con haber sido educado en  la "cultura y la libertad" (como no ha salido, lo digo).
http://www.elcomercio.es/culturas/libros/201601/16/maestros-arte-tejer-palabras-20160116002631-v.html

viernes, 15 de enero de 2016

Sobre Manolo D. Abad Luis Arias Argüelles-Meres hoy en el diario "El Comercio"

Luis Arias Argüelles-Meres me dedica hoy su columna en el diario "El Comercio". ¡Muchas gracias, compañero!

http://blogs.elcomercio.es/panorama-vetustense/2016/01/15/panorama-vetustense-manolo-abad/?ns_campaign=WC_MS&ns_source=BT&ns_linkname=Scroll&ns_fee=0&ns_mchannel=FB

PANORAMA VETUSTENSE
"MANOLO ABAD"

La asociación de escritores de Asturias hará entrega mañana de sus Premios en diferentes modalidades, entre las que se encuentra el galardón al columnismo periodístico que este año distingue a Manolo Abad, que, como saben, es colaborador de EL COMERCIO en estas mismas páginas.
Ante todo, quiero dejar dos cosas muy claramente de manifiesto. En primer término que no sólo me llena de orgullo ser compañero de Manolo en estas mismas páginas, sino que además es un honor formar parte del mismo inventario de galardonados en esta apasionante modalidad que es la del artículo periodístico.
Manolo Abad y Oviedo, o, si se prefiere, Manolo Abad y Vetusta, su Vetusta, la de muchos de nosotros, la ciudad nocturna que alumbra en distintos rincones de la noche melancolías varias a ritmo de blues. La Vetusta en la que la mejor música encuentra acomodo. La vetusta que, por las noches, no es perezosa, sino viva y heterodoxa. La Vetusta que, como la regentiana, no tiene prisa.
Manolo Abad y el columnismo independiente. En un contexto donde tanto y prolifera el periodismo más mercenario y maniqueo, hay, por fortuna, voces independientes que, lejos de sumarse linchamientos mediáticos, inequívocamente orquestados desde determinados ámbitos, dicen lo que piensan y sienten sin más servidumbres que las que marca la coherencia y el decoro de cada cual.
No voy a entrar en este sentido en el mayor o menor grado de acuerdos o desacuerdos que nos puedan unir o separar a quienes hacemos columnismo, sino en lo que acabo de apuntar, esto es, en la independencia de criterio que constituye, sin duda, el mayor reclamo para la credibilidad irrenunciable que debe alcanzarse en la opinión periodística.
Y, en este sentido, Manolo es todo un referente. Y es que tengo para mí que cualquier columnista que se precie debe ser un guerrillero de la opinión, nunca un soldado que obedezca los dictados de determinadas operaciones de acoso y derribo, o de todo lo contrario: de adulaciones que, por indignas, dan lugar al baboseo más repelente.
Manolo Abad atesora, por otro lado, además de una voluntad de estilo siempre constatable en sus artículos, saberes varios que van desde la música, hasta la literatura. Pertenece a ese viejo y casi extinto oficio que en su momento fue cultivado por “escritores de periódico”, donde el cómo no cuenta menos que el qué, o, si se prefiere, donde la forma es tan importante como los contenidos.
Manolo Abad, por sus columnas desfilan no sólo el universo literario y musical de Vetusta, sino también la buena literatura.
Y a ello debe sumarse un añadido nada baladí, y es su columna de los lunes sobre el Oviedo, sobre ese equipo de fútbol que llevamos en los genes como un componente decisivo de nuestra infancia, como una pasión que nos nos hace desfallecer en los fracasos y que se alimenta de glorias comunes, que diría Renan, algunas de ellas vividas, otras transmitidas, pero, en conjunto vívidas.

Manolo Abad, columnista completo y complejo, en cuyos artículos tienen acogida la buena literatura y la independencia de criterio. No es poco, ciertamente.
¡Enhorabuena, compañero!.

LUIS ARIAS ARGÜELLES-MERES

Hoy en Oviedo

 


1.Poesía en castellano: A Rodrigo Olay por su libro La Víspera

2. Poesía en asturiano:  A Alejandro Fernández-Osorio por su libro  Magaya.

3 Narrativa en castellano: A Carmen Cabeza, por su libro Raquel Bajo la Lluvia y otros relatos.
4. Narrativa en asturiano: A Roberto González-Quevedo por su libro: Hestoria de la l.literatura primera  en Pesicia.
5· Columna Periodística: A Manolo Abad, por su trayectoria periodística
6. Premio de las Letras: A Olvido García Valdés por su trayectoria literaria 
 


jueves, 14 de enero de 2016

Alan Rickman (1946-2016)


Mañana en Oviedo



miércoles, 13 de enero de 2016

Cuestión de tiempo


Vetusta Blues. -

Cuestión de tiempo”


El tiempo corre en dos dimensiones completamente distintas en la política municipal ovetense. A favor del tripartito, que camina hacia una consolidación cada vez mayor de sus acuerdos; en contra de la oposición, los destripadores del “destripartito”, los destronados tras veinticuatro años de campar a sus anchas por la ciudad. Podrán hablar de “ideas felices” supuestamente vendidas por la prensa -algo curioso cuando la lista de ocurrencias en estos doscientos ochenta y ocho meses de régimen bien podría llenar un libro- pero lo cierto es que no hay caos y, por mucho que desde algunos medios afines se les trate de animar, el acuerdo continúa. Y cuanto más tiempo transcurra, peor para los destronados, claro.
 
Hemos vivido seis meses de tal acoso, bien apoyado desde diversos frentes, que casi salíamos a escándalo por día. Escándalos imaginarios, estos sí que sólo trataban de socavar los cimientos de una unión a tres bandas siempre dificultosa. Aunque sea la democracia la que exige llegar a acuerdos entre diferentes fuerzas muchas veces, esta máxima les resulta difícil de entender a quienes han pasado el rodillo por la ciudad a lo largo de más de seis mil días sin ningún tipo de control. 
 
Entre los muchos lastres heredados está esa normativa de las terrazas que, ciertamente, resulta de una complejidad que ni los propios responsables de llevarla a cabo la entienden. Si no se entiende, imagínense ponerse a aplicarla. Queda ahora en las manos del nuevo gobierno solucionar un nuevo marrón más que añadir a la larga lista que se han encontrado en estos seis meses. Habría que preguntarse dónde estaba ese caos que anunciaban los destripadores del “destripartito”. Si en su herencia: Asturcón, el spa del Naranco, la normativa de las terrazas, los contratos firmados apresuradamente en el tiempo de “alcaldía en funciones”; o en su compleja resolución contrarreloj y, uno añadiría más, contra la presión de muchos de los voceros especializados en despertarnos cada día con un nuevo escándalo.

El tiempo transcurre y llegan los presupuestos. Los meses pasan y cada vez más se va descubriendo que ni caos ni desgobierno ni escándalos diarios. También aparecen, a veces con lentitud exasperante, algunos de los demonios escondidos bajo la alfombra en estos veinticuatro años. Otros se tapan con gran dificultad. Pero el tiempo, mientras, sigue marcando unas horas que corren contra quienes se creyeron por encima del bien y del mal, haciendo y deshaciendo a su antojo. Y es ahora, cuando el reloj marca, implacable, sus horas.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 13 de enero de 2016

martes, 12 de enero de 2016

Un Mini amarillo con una rueda pinchada

 

Un Mini amarillo con una rueda pinchada”


De aquel 11 de septiembre de 1990 aún recuerdo las mariposas en el estómago que, tantas veces, revoloteaban libres antes de muchos conciertos. No se encontraba David Bowie en su mejor momento ni artístico ni comercial, enfrascado en un atolladero que atisbaba cambios pero que aún -a pesar de su camaleónico instinto- no adivinaba su rumbo final. Esa encrucijada donde se había manejado con la luz de los grandes alquimistas le había llevado a intuir un regreso del rock más acerado, aunque sus claves serían bien distintas a las que él creyó ver al fundar Tin Machine. Poco después llegarían nuevas voces desde Seattle (Nirvana, Screaming Trees), desde Boston (Pixies), en una claves muy distintas aunque con el rock como la esencia que él había querido recuperar en ese proyecto de hard rock.

La puesta en escena de aquella tarde en el Hipódromo de las Mestas fue sobria, quizás como contraste a la sofisticación de su anterior gira The Glass Spider Tour, donde había contado nada menos que con los eminentes Stranglers como invitados. Aquí, paradójicamente, vimos un canto a los 80, a los incomprendidos años de un Bowie que se había instalado en la cima de lo comercial para amortizar un ascenso donde había dejado la impronta de su maestría. A pesar de ello, comenzar con “Space Oditty” fue todo un guiño a lo dejado en los años setenta, marcados por la creatividad y el ritmo hiperactivo de la cocaína. De poco sirven drogas sin talento y el suyo exudaba allá donde su varita mágica quisiera alcanzar: ya fuera con Iggy Pop en el monumental “Lust for life” o en unos coros con Lou Reed en su imprescindible “Transformer”. 
 
Pero aquel veinteañero algo insolente esperaba más del Bowie oscuro, del que inspiró el afterpunk con “Berlín” y aquellos devaneos de infeccioso funk prototípico de los ochenta y que tan bien le habían sentado a su chequera, le dejaban con el aire contradictorio de quien se enfrenta a algo que no espera, de quien,a pesar de todo, es consciente de hallarse frente a una leyenda, uno de los grandes mitos, uno de los suyos por concepto y expresión.

Mi amigo Juan Pablo Alonso aparcó su Mini de color amarillo en los alrededores de un atestado Hipódromo que, entonces, me pareció el mejor de los lugares para albergar un macroconcierto (años después le tocaría el turno a R.E.M.). En estos tiempos de libros vendidos al peso, de números más que de intensidad, de peso más que de fuerza, el despliegue de un Bowie que se saltó el guión para tocar menos de lo planeado, hubiera parecido un insulto. Sin embargo, no fue así. Elegante, con las trazas del vampiro que tan bien había interpretado años antes en “El Ansia” -esa infravalorada película de Tony Scott- su figura aún permanece en las neblinas de aquella noche donde, antes de emprender camino de vuelta a Oviedo, tuvimos que cambiar la rueda pinchada del pequeño Mini. Al llegar a casa, abrí el disco de Bauhaus donde reactivaban “Ziggy Stardust” -uno de sus múltiples e indiscutibles clásicos- como homenaje del díscolo veinteañero post-punk que era. Había claudicado a una estrella, sí, que se había detenido, por unas horas, en Gijón, para espolvorear con su nebulosa sueños y ansias postadolescentes.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el martes 12 de enero de 2016

lunes, 11 de enero de 2016

Cobrando deudas


Crónicas de Vestuario. -

Cobrando deudas”

El encuentro contra el Real Zaragoza traía muchos recuerdos y de diversa índole. Por un lado, el de choques en lo más alto, en típicos enfrentamientos de una Primera División a la que ambos ansían volver. Por otro, el de momentos de humillación en días tristes para el oviedismo. Aquella pancarta desplegada en uno de los graderíos de la Romareda con el lema “Oviedo, púdrete en 2ª B”, está marcado a fuego en el corazón azul como no podía ser de otra forma ante tan cruel y desafortunada manifestación. El fútbol se nutre de la memoria, de la competición y, por supuesto, de las rivalidades. Malo cuando éstas se exacerban, peor aún si se emplean para degradar a un equipo que se encontraba en los peores momentos de su gran historia. 


 
Por fortuna, llegó el momento de verse las caras y cobrar las deudas del pasado. Como en “A quemarropa”, obra maestra del cine negro de John Boorman, el Real Oviedo se llevó la victoria frente a la ignominia de la afición maña. En el clásico de Boorman, Walker (espléndido Lee Marvin), el protagonista, se toma cumplida venganza de la traición de su amigo Reese, que le abandona moribundo y, de paso, se lleva a su mujer. Walker cobrará su deuda. Como también se resarcieron los azules en la húmeda matinal ante el Zaragoza. No conviene escupir al cielo, porque todo lo que sube acostumbra a bajar, algo que parece que la afición aragonesa desconoce: justo cuando gritaban a favor del eterno rival llegó el gol azul. Guiños del destino.
El partido estuvo marcado por las precauciones y el tanteo mutuo en una primera parte donde importaba más mantener el poder del balón, el control de las posiciones y el no arriesgar que la búsqueda del gol. Tuvo que ser el siempre incisivo Toché quien abriese la lata y cerrase el partido. Los aragoneses debían arriesgar más en la reanudación y lo intentaron con la inclusión de Jorge Díaz en la banda izquierda. Sin embargo, el ritmo siguió favoreciendo a los azules que apenas pasaron apuros, muy atentos a los movimientos de Ortuño que casi nunca pudo romper el fuera de juego. Los azules se mostraron solventes atrás, pero no aprovecharon los múltiples huecos que ofrecía la ofensiva maña, más desesperada conforme avanzaban los minutos. Es esta una situación que se viene repitiendo en los últimos choques del cuadro de Sergio Egea: no se aprovechan las ventajas de los contragolpes y partidos favorables no terminan de cerrarse con una holgura que evitaría sorpresas de última hora. 


 
En cualquier caso, la línea victoriosa del equipo lo tapa todo. Quizás Susaeta ya no esté tan fresco como hace unos meses y necesite un descanso. Posiblemente Koné tenga que apoyarse más en sus compañeros y no intentarlo por su cuenta en muchas ocasiones. Pablo Hervías debe recuperar la fe en sí mismo. Son sólo algunos pequeños síntomas que se ven en el equipo y sobre los que, seguro, el cuerpo técnico ya ha tomado nota. Mientras tanto, disfrutemos de esta victoria ante quien pensó -como Reese en “A quemarropa”- que el equipo azul estaba moribundo en un callejón. Supongo que esa nefasta pancarta siempre aparecerá en el recuerdo del oviedismo, como acicate para disfrutar de victorias como ésta.
MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: JOSÉ LUIS G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 11 de enero de 2016


David Bowie (1947-2016)




viernes, 8 de enero de 2016

Llega la lluvia

 

Vetusta Blues. -

Llega la lluvia”


Llueve en la ciudad y el escenario comienza a teñirse con tonos de gris. También resurgen problemas que permanecían ocultos por el buen tiempo. Los socavones de la calle Hermanos Pidal empiezan a acumular un agua que se expande por doquier. Lo mismo sucede en la Losa, ya sea en sus aceras, repletas de esas baldosas-trampa a las que ya les dedicáramos varios artículos hace meses como en el propio paso de peatones previo a la calle Tito Bustillo, donde el agua sigue acumulándose pertinaz y hay que permanecer atento si uno no quiere ser duchado por algún vehículo al que le dé por pasar a una velocidad mayor de la permitida.

El suelo que pisamos en Oviedo cambia. La atmósfera se limpia con la bendita lluvia, afortunadamente. Los estorninos ya han desaparecido del Campo de San Francisco y hasta se puede escuchar nítida la fuente del estanque de los patos en días desiertos como el de Reyes. Y son las aceras una de nuestras preocupaciones: unas por resbaladizas, otras por mal asentadas, algunas por empaparnos al pisarlas... Uno no sabe qué es lo que sucede con esto de las baldosas. Deberían estar preparadas para una ciudad como Oviedo donde la lluvia es algo tan frecuente. Pero no sucede así. Se despegan, son deslizantes, a veces incluso en unos pocos metros observamos todo un catálogo de colores y superficies distintas. Pensando en planes que requieren ciertas urgencias, bueno sería facilitar el paseo, aunque sea bajo la lluvia, de los ovetenses. Oviedo es una ciudad concebida para perderse en sus calles y alrededores en largas y tranquilas caminatas. Sin embargo, atravesar ciertas zonas supone lanzarse a una especie de gymkana con todo tipo de obstáculos. Y esta vez no me refiero a los fono-zombis que caminan haciendo eses o esa gente que encuentra un extraño placer en chocarse con el resto de viandantes, no. Son esas baldosas-trampa, las obras mal terminadas o responsables de destrozos que luego no se reparan, las que transforman un paisaje urbano que debería mostrarse bien adecentado.

Tanto se habla del turismo y apenas se repara en el aspecto de nuestros suelos y aceras que casi parecen tratarse de inexistentes espacios ficticios. La ciudad precisa atención y ciertos cuidados básicos. Bien harían muchos de los responsables de Oviedo en patearse sus calles y observar algunas de estas carencias, incluso empaparse de agua tras pisar alguna baldosa-trampa y, quizás entonces, ponerse manos a tan necesaria obra.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el 8 de enero de 2016

domingo, 3 de enero de 2016

Manolo D. Abad gana el premio de la Crítica a la columna periodística

 Foto Manolo D. Abad: Mario Rojas

http://www.elcomercio.es/culturas/libros/201601/03/manolo-abad-gana-premio-20160103011955-v.html

Manolo D. Abad gana el premio de la Crítica a la columna periodística

El colaborador de EL COMERCIO comparte premio con Olvido García, Rodrigo Olay, Alejandro Fernández-Osorio, Carmen Cabeza y Roberto González.

 

P. P. |  GIJÓN. 

Los premios de la Crítica ya tienen nuevos reyes. Su último palmarés, hecho público ayer, pone en valor el trabajo de seis de los principales nombres de las letras regionales. Los galardones concedidos anualmente por la Asociación de Escritores de Asturias ha querido destacar, de nuevo, la tarea de un colaborador de EL COMERCIO. Si en la anterior convocatoria recibió la distinción Luis Arias Argüelles-Meres, esta vez es el turno del escritor Manolo D. Abad. El jurado valoró toda su labor en el mundo del columnismo periodístico premiando toda su trayectoria por haber mantenido «su independencia» y haber sabido hacer un «correcto análisis crítico e informativo de áreas tan dispares como la música o el deporte».
La poeta praviana Olvido García Valdés (1950) es la Premio de las Letras por mostrar al público «una poesía reflexiva que ilumina y abre espacios sin límites». Esta licenciada en Filología Románica por la Universidad de Oviedo y en Filosofía por la Universidad de Valladolid, profesora de Lengua Española y Literatura en el Instituto El Greco de Toledo y ex directora del Instituto Cervantes de Toulouse (Francia) incluye esta distinción a otros galardones como el Premio Nacional de Poesía que recibió en 2007.
Sin salir del ámbito poético, en las categorías de poesía en castellano y en asturiano salieron los nombres de Rodrigo Olay -quien ya ganó esta convocatoria en la edición de 2012- y Alejandro Fernández-Osorio, respectivamente. El primero por 'La Víspera', de la que el jurado quiso destacar la sinergia «entre tradición y hechos personales mediante una voz de gran sentido rítmico en la que confluyen distintas líneas de la poesía española y universal de todos los tiempos». 'Magaya' es el poemario en asturiano firmado por Fernández-Osorio en el que «trabaja la idea de país pasando por la anécdota costumbrista».
El premio en la modalidad de narrativa en castellano se lo llevó Carmen Cabeza por 'Raquel bajo la lluvia y otros relatos' por su «frescura y espontaneidad al enfrentarse a los problemas, sentimientos y contradicciones del mundo actual». En cambio, en la categoría escrita asturiana triunfó Roberto González Quevedo por su libro 'Hestoria de la l.literatura primera en Pesicia'. De su trabajo, el jurado quiso aplaudir que se tratase de un original escrito «en un estilo ajustado, limpio y claro de la variante occidental del asturiano».
Estos premios de la Crítica 2015 fallados ayer se entregarán el próximo día 15 de enero en Oviedo, en concreto en el Aula Magna de la Universidad de Oviedo a donde asistirán los premiados.

 

 

Echando Humo


Vinilo Azul. -

Echando Humo”


Los caminos por los márgenes, por el underground alternativo, podrán resultarles muy bonitos a aquellos que -sentados en su cómodo sillón a prueba de turbulencias vitales- envidian la libertad de acción, el construirse un mundo propio a costa de muchos sufrimientos y renuncias. Verdaderos románticos que tomaron las directrices del punk y su “hazlo-tú-mismo” quedan muy pocos y Pablo Fernández, más conocido como Pablo Humeante, álma máter de los recientemente finiquitados Discos Humeantes y cuarta parte -la más visible- del nuevo sello discográfico Humo, es uno de ellos. Se podría pensar, viéndole con su aspecto algo atolondrado, las gafas de pasta a lo Poch -el legendario vocalista de los míticos Derribos Arias- con arreglos caseros de esparadrapo, en cómo ha podido levantar una discográfica respetada bajo unas directrices claras y concretas. Una vez más nos equivocamos si atendemos a las apariencias: tras ese aspecto despreocupado, uno se encuentra una cabeza bien amueblada, con ideas diáfanas sobre cómo llevar a cabo sus proyectos en un territorio de aguas pantanosas, de cenagales acechantes que han hundido a más de un incauto con ínfulas que se creía experto en navegaciones empresariales complejas.

Los sueños son siempre bonitos y visten muy bien, pero luego llega la realidad para quebrar ilusiones y esperanzas. Aquel momento que Los Enemigos representaron en su canción “Occidente”: cuando tengas que cobrar será ese instante. El caso es que Discos Humeantes salieron adelante y lograron hacerse un nombre más allá del Pajares, además de por su vocación no provinciana, por la personalidad que este asturiano que pasó muchos años en Barcelona, consiguió imprimir. Él, con su olfato, o, mejor dicho, su oído (y también su capacidad de decisión), apostó por perlas incomprendidas como Fasenuova o Las Nurses, músicas nada complacientes pero con gran capacidad de sugestión, que lograron crecer de la mano del propio sello discográfico. Tras una travesía estimulante que dio cabida a propuestas nada convencionales, en formato vinilo, llega el momento de cambiar de nuevo, de dar un giro para no quedarse en la zona cómoda. Quién sabe si para crecer y hacerse más fuerte: Humeantes se transforman en Humo. Pablo Humeante comienza a repartir responsabilidades y opciones vitales más allá de su sola persona. Todo ello en un vibrante período de ocho años. El propio Pablo pasa a moverse en otros ámbitos como la Lata de Zinc. Allí le vemos muchas veces en la taquilla, poniéndonos un sello al entrar a sus conciertos (con esa reminiscencia de discoteca ochentera) o, simplemente, departiendo con el público o gente de alguna de las bandas de su nuevo sello.

Siempre es un placer comprobar cómo gente que hace del riesgo virtud y consigue salir a flote, enriqueciendo la vida cultural de la ciudad, sin alharacas ni presunciones vacías, moviéndose con elegante equilibrio en la cuerda floja de ese intangible que es lo “alternativo”, puede continuar mucho tiempo convirtiendo sus sueños en realidad. Y, al mismo tiempo, haciéndonos partícipes de esas ilusiones y proyectos. Que sigas echando “Humo” como ahora durante mucho tiempo, Pablo Humeante.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio"