viernes, 22 de diciembre de 2017

Un círculo se cierra


Crítica. Música. -

“Un círculo se cierra”

SURFIN´ BICHOS

Auditorio Teodoro Cuesta, Mieres.

Domingo 17 de diciembre de 2017.
Sabemos que la vida da muchas vueltas y que, a veces, se permite ciertos guiños con los que burlarse de la historia y sus injusticias. El caso es que Surfin´ Bichos como grupo nunca habían actuado en directo en Asturias y vinieron a concluir su gira a Mieres, no sin que antes hubiera tiempo para una estúpida polémica que pronto pasó a un bien ganado olvido. Primero y último, pero con la fuerza y el entusiasmo intactos, quizás conscientes de lo excepcional de la fecha y de la emoción que embargaba a muchos de los presentes.



En un principio, Fernando Alfaro advierte que el repertorio va a ser el de su tercer álbum “Hermanos Carnales” -que cumplía veinticinco años-, la razón por la que habían vuelto a la carretera. Un elepé que sigue sonando en vivo con la misma fuerza e idéntico brillo que cuando se editó por primera vez. Ahora que los caminos del indie se han orientado a lo convencional de tal forma que a muchas de las formaciones a las que se adjudica la etiqueta de marras (Izal, Miss Cafeina, Vetusta Morla) bien se las podría considerar algo así como “neopoprock”, los albaceteños exhiben las premisas de los maestros: la mágica mezcla de melodías y electricidad en una constante tensión al borde del ruido o incluso sumándolo al conjunto de las canciones sin señal alguna de autocomplacencia.
 


Arrancan con “Viaje de redención”, “Humo azul” y “Efervescente”, sin alharacas, mientras el sonido afilado se va puliendo para dar vida a ese personal mundo que los hace únicos y llegar al final con la apoteosis irresistible de “Fuerte” y “La estación de las lluvias”. Tras un primer bis, y cuando todos los asistentes comenzaban a enfilar la puerta de salida, sorprenden -¡una vez más!- para comparecer de nuevo a un estallido final donde suenan dos clásicos: “Rifle de repetición” y la inagotable “Gente abollada” para que el festín sea completo y celebrar esta primera vez que, esperemos, no sea la última. Una demostración de clase y de orgullo creativo.
MANOLO D. ABAD
Fotos: M.D.A.