domingo, 29 de octubre de 2017

Los Locos de azul

Vinilo Azul. -

“Los Locos de azul”

Eran unos años -los 80- de “sidra y rosas” como tan certeramente los describen los Traveling Zoo en su reciente canción “Tívoli”, que también da título a su nuevo e inminente cuarto álbum. Eran años de apertura, de tolerancia, donde los extremos no sobresalían. Había ganas de vivir la existencia hasta la última gota, las noches hasta bien entrado el amanecer, muchas noches, casi todas las noches. Y Los Locos reinaban, como no podía ser menos, como unos reyes de harapos a los que sólo se les reconocía en Oviedo.
Y sucedió un episodio que, en estos tiempos de intolerancia y furia revanchista desbocada, hubiera supuesto la censura máxima en Gijón, por eso de las rivalidades, ya saben. El 9 de septiembre de 1988, Los Locos saltaron al escenario de la plaza de la Catedral -por entonces situado sobre la fuente- ¡vestidos con los colores del Real Oviedo!. Sí, tras la actuación de los gijoneses Fuera de Serie, formación injustamente olvidada que lideró Luis Núñez, hoy reconocido con el premio al meyor cantar junto a su proyecto Los Folgazanes, el célebre trío saltó con la camiseta azul y el pantalón blanco para regocijo o sorpresa de quienes se encontraban allí. El Real Oviedo acababa de regresar a Primera División tras doce años y en la ciudad se abría un tiempo nuevo. También para mí, ya que junto a los componentes de The Amateurs empezamos a forjar una gran amistad con dos de ellos -Carlos Redondo y Paco Loco- además de su letrista, el gran Boni Pérez.
El círculo se cerraría en otro concierto, un 12 de septiembre de 1991, con Los Murciélagos en esa plaza de toros que hoy va acrecentando su ruina para pena de quienes anhelamos un lugar decente donde poder asistir a conciertos. Fueron tres años muy intensos para todos, puesto que las cosas cambiaban a pasos agigantados. Paco Loco comenzaba su aventura como productor, que muchos años de trabajo después le ha llevado a ser reconocido en todas partes. Carlos también iniciaría su labor grabando maquetas a un montón de chavales ruidosos que, luego, protagonizarían el Xixón Sound. The Amateurs se convertirían en una de las grandes bandas de rock alternativo estatal, en la emergente escena underground donde comenzaban a despuntar Surfin´ Bichos, Sex Museum, Lagartija Nick, Vancouvers, Los Deltonos, Cancer Moon o Los Clavos.
No he hallado ningún testimonio gráfico de aquella noche, de esa actuación. Tampoco fue recordada en el documental “Los Años Eléctricos” de Chus Neira. Guardo en la memoria el día de su estreno en el Teatro Filarmónica porque, al acabar la proyección, Carlos Redondo mantuvo su última conversación conmigo:

-¿Qué les ha hecho a Chus para no salir en la peli? No puedo entender que tú no aparezcas -me dijo.

-Lo mismo que tú, supongo -le contesté.

Reímos camino del Flamin´, en la plaza del Sol donde nos esperaban para una fiesta a propósito del docu. A mí me tocaba pinchar. Recorrimos el pequeño trayecto hablando de muchas cosas y, al llegar a la puerta del local, Carlos bromeó con la enorme foto mía que habían colocado en la puerta. “¿Ves? Esto es más importante que salir en cualquier documental”, me dijo con esa sonrisa suya que levantaba al ánimo más alicaído. Pienso en esa noche muchas veces y en que jamás imaginé que nunca más volveríamos a mantener otra conversación. Y que yo recordaría aquel concierto en que se embutieron una indumentaria futbolera de la ciudad vecina y eterna rival.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "D-Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 29 de octubre de 2017