lunes, 24 de febrero de 2014

Borrón y cuenta nueva


Crónicas de Vestuario. –
“Borrón y cuenta nueva”

Después de otra semana agitada, de dimes y diretes, de plazos incumplidos, de fichajes inconclusos, de caras nuevas al mando, de una agitación nada beneficiosa, llegaba el partido ante el Real Avilés con la necesidad de convencer y convencerse. Aún hay tiempo para lograr el objetivo, aunque se parezca a una lucha contra el crono donde ya no hay margen para el error.

Consciente de las urgencias azules, el Real Avilés salió mordiendo, con una tremenda intensidad que obtuvo premio pronto en la culminación del juego del eléctrico triángulo ofensivo de Uribe: el magistral Álex Arias, Omar e Ito. Partido encarrilado para los blanquiazules que no cejaron en su empeño aunque, con el paso de los minutos, fueron perdiendo punch. El Real Oviedo, a diferencia de tantas veces esta temporada, fue paciente y trató de situar el encuentro en un ritmo distinto al que le proponía su rival. Fue tocando con más pausa hasta hacerse con el control del juego, más o menos hacia la mitad del primer tiempo y acabó por ser Alain Arroyo quien rematase un centro de Susaeta, el más destacado del equipo. Los blanquiazules trataron de reaccionar con casta y orgullo y apretaron en unos minutos finales donde la clase de Álex Arias a punto estuvo de hallar puerta.

El Real Oviedo se encuentra en un proceso crucial de la temporada. Ha dejado escapar demasiadas oportunidades ante rivales menores, muchos puntos en su propio terreno y el futuro apenas le deja más margen de error. Es por ello que ha de imponer la confianza en sus propias posibilidades, olvidarse de miedos y trazar los partidos en el terreno donde puede vencer. La segunda mitad fue suya, al saber aprovechar el paso hacia atrás que dieron los avilesinos, que lo fiaron todo a su peligrosa contra. Fue ese el momento de marcar el ritmo de encuentro que más le conviene al cuadro azul, ayer de naranja. Toque e intención, penetraciones por banda y aprovechamiento de su excelente juego a balón parado. En una de esas incursiones, Álvaro Cuello se metió hasta la cocina y dio el pase de la muerte a un Señé que no perdonó. Sin embargo, con ese 1-2 favorable, el once azul regresó a su mundo de dudas. En vez de seguir marcando el ritmo, se dejó invadir, de nuevo, por la fogosidad de unos avilesinos siempre dispuestos, todo orgullo, a morir matando. Momentos de apuro innecesarios donde no se aprovechó para cerrar el partido, una de las constantes de la temporada a corregir en este tramo decisivo.

Los resultados de la jornada han sido favorables: empate del Rácing de Santander y derrota en casa del Guijuelo. En una semana, otro momento de la verdad, decisivo, frente a los chacineros. Una nueva oportunidad para esta cuenta nueva. Esperemos que, con todos unidos, la tendencia casera se invierta con una victoria que podría ser auténtico oro.


MANOLO D. ABAD  
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el lunes 24 de febrero de 2014