domingo, 27 de marzo de 2016

El bálsamo Susaeta

Crónicas de Vestuario. -
El bálsamo Susaeta”

Era un día para tomar una senda en el cruce de caminos al que el Real Oviedo se había abocado por las turbulencias provocadas por la dimisión de Sergio Egea y por la espeluznante racha de tres derrotas consecutivas que había instaurado cierta zozobra en la nave azul. Sí, era una fecha para celebrar cumpleaños, pero, como saben -quizás a raíz de aquel humillante 1 a 4 ante el Sporting B de hace algunas temporadas- no me gustan más fiestas que las espontáneas, las que nacen del entusiasmo, no de la obligación. Fiestas puras, como los espíritus que animan a la resurrección. No fiestas obligatorias, como si fuésemos unos (malos) funcionarios que cumplen un guión establecido sin importarles otra cosa que un calendario marcado y un reloj que marca las horas, impertérrito. Por fortuna, en la húmeda noche ovetense, se unieron los mejores hados para una resurrección, ahora que estamos en estas fechas de Semana Santa. Si las palmas de Ramos fueron cardos, la resurrección le vino mejor a los azules, hoy en un negro que tanto me gusta para celebrar su nonagésimo cumpleaños.

A la celebración se sumó un jugador a quien hemos criticado a veces, sabedores de todo su potencial, de su valor como persona, íntegra como pocos, y de su enorme talento: Néstor Susaeta. Hoy, el eibarrés sacó el rock´n´roll a jugar, aunque -y sé seguro que mi querido amigo Rafa Sarralde estaría de acuerdo- lo suyo, lo que alberga en sus botas es el rock de melodías exquisitas. El fútbol de Néstor Susaeta es una canción de Teenage Fanclub, Big Star o de los Go-Betweens, emotivo y preciso para llegar hasta lo más profundo del corazón. Tres de tres asistencias, y alguna más nos brindó el fino centrocampista vasco, un estilista capaz de no esconderse, de asumir cualquier responsabilidad, y que hoy dominó el campo con una batuta de líder absoluto. Desaparecido Míchel Herrero, que lleva tres partidos buscando el camino de Kerouac, o algún camino, tras haber mostrado sus virtudes en dos presentaciones estelares, fue el momento de que Susaeta regresase con toda su fuerza. Con una emergencia tal, que los balones llegaban a Toché y a quien quisiese aprovecharlos, con precisión nítida. El Real Oviedo recuperaba pegada. En el haber del nuevo entrenador, David Generelo, hay que resaltar la ejecución del segundo gol del equipo: uno de esos contragolpes de libro que el once azul había sido incapaz de ejecutar en toda la temporada, con temple y con visión. La Ponfe quedaba reducida a la mínima expresión, visto el despliegue azul de unos grandes primeros veinte minutos para afirmarse y sólo quedaba rematar la celebración sin más sobresaltos. Anecdótica la presencia de Fernández, aunque sigamos echando de menos -y mucho- las galopadas de Diegui Johannesson con sentido y con peligro (¡qué hubiera sido hoy el choque con el desempeño maravilloso de Susaeta junto al incisivo internacional islandés!).

Exhibición de Néstor Susaeta, uno de esos ídolos azules, referentes a los que cabe exigirles todo, pues de todo son capaces, y que encontró en el killer Toché el aliado ideal para que los sueños se hagan realidad y los nubarrones se despejen de un plumazo. Bien, muy bien, el mejor Koné de la temporada, que aún debe encontrar su sitio y su continuidad, y necesaria, clave, la presencia de Héctor Verdés en el centro de la defensa. 
 
En definitiva, borrar de un plumazo fantasmas y comenzar la suma de tres en tres en este tramo verdaderamente decisivo, en el que deben hacerse los deberes para no dejarlos a última hora. Hay un calendario favorable en estas semanas, que se debe aprovechar. A uno le gustaría que el patrón, Don Arturo Elías Ayub acudiese a una ciudad como Bilbao, para brindar ese toque suyo que nos hace invencibles. Un feudo, el de San Mamés, la Catedral del fútbol español, que tan gloriosas tardes ha brindado a la gloria azul. Si no se puede, que su espíritu (y el de un estelar, magistral, Susaeta) nos siga acompañando en este tránsito decisivo.

MANOLO D. ABAD
Foto: J.L.G.FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el domingo 27 de marzo de 2016