sábado, 18 de julio de 2009

Recuerda que eres mortal



En la mente de Salinas se amontonaban las palabras de la chica y las que recordaba del comisario Rebollo, de Max, de su visita a Font Romeu. Todo se movía por entre un vaivén de dudas, "qué difícil encontrar terreno firme en el que apoyarme. He sufrido esta sensación cada vez que me han endosado asuntos de droga. Todo parece falso. Mentiras de laboratorio junto a mentiras delirantes... Y vaya lío con Ernesto: que si le gustaban sólo las drogas exóticas, que si se empeñaba en llamarlas naturales, que si lo de la cocaína le valía para que le pusieran la etiqueta, que si no tomaba droga sintética, que si la consideraba un sucedáneo. -Súbitamente irrumpió la imagen de Sonia-: La doctora esa admitió que usaba china white en su cocina de droga y... Ernesto murió precisamente de un subidón de china white... ¿Por qué me lo diría esa pajarraca...? Quizá por miedo de que localizásemos a su proveedor... O por miedo de que cantara alguno de sus clientes y la muy cuca haya preferido adelantarse a los acontecimientos. Pero..., ¿de qué cliente podría tener miedo? ¿Quién estará metiéndose ese trueno en vena...? ¿Quién? Porque..., Lic, está claro que es un cañonazo que te deja hecho polvo... Vamos a ver, ¿quién está hecho polvo? -Y tomó cuerpo una idea-: Max. Max está destrozado, parece ido...


Pedro Casals "Recuerda que eres mortal" (Plaza y Janés,1998).