martes, 9 de febrero de 2010

Versos Finales


Miro en el alma y veo

y siento y quiero, y palpo las pinturas

que aquel niño y un hombre hemos pintado

con espuma de mar -en blanco y negro-

y viejos minerales.


Con memoria y destierro en la memoria,

les hemos dado culto, las he dicho.

Pero fue el corazón el que no dijo

las historias más tristes, paso a paso.


Qué lenguaje milagro entre los pulsos,

perdido, forastero,

por lo campos del alma deshabidos.


Así vamos y vamos, peregrinos,

a través de ese juego que nos juega,

consigo mismo a cuestas cada uno

y tanta soledad tan bien guardada,

esculturas en barro, almas y arcilla,

mundos de tierra y agua con su verbo,

historias incurables de tristeza

que en la tristeza plantan con esfuerzo

su tienda cada día. De no hacerlo,

de no irse muriendo en el empeño,

olvidando esa muerte a cada paso,

a cada mido, en nuestra desmemoria,

imposible sería la esperanza,


ya sólo soledad, definitivamente,

la soledad que guardas.


Luis Fernández Roces. "Viejos Minerales". Trea Poesía, 2006.