lunes, 24 de agosto de 2009

Algunas promociones


Como en un mal sueño, todas las pesadillas (o casi todas, para los más imaginativos), acaban reproduciéndose. Una de ellas es la del pobrecito crítico de rock -especie en vías de extinción- que ha de pagarse la entrada cuando en su periódico o revista no han tenido a bien publicar un previo, ectoplasma que ha sustituido a los ya caducos carteles y que justifica toda la promoción que el organizador ha dado al evento. Uno, que ha conocido cómo una atribulada señora muy asidua de los medios, "promotora" de conciertos, se cargaba quinientos carteles de un grupo sin pegarlos y los depositaba en el callejón paralelo a su local, desconfía siempre de todo. Y es que también hay clases y, como siempre, la cuerda se rompe del lado del más débil. En este caso, el más débil de todos es el independiente, el free lance, que está a expensas de lo que decida su superior en el periódico. Si se encuentra a alguien a quien no cabría denominar comprensivo, sino coherente con su puesto de informador, el pobrecito crítico free lance sabrá que, aunque mínimo en el caso extremo de abundancia de temas, saldrá el mágico previo con el que podrá "justificar" su entrada gratis al evento. Por cierto, otro de los aspectos que obvian muchos de estos organizadores es que el crítico free lance acostumbra a ir acompañado de uno o varios amigos que sí pagan la entrada. Pero la necedad ya sabemos que es supina por naturaleza y que obvia cualquier detalle: cuando se es cerril, se es hasta el final, ¡y qué son un par de entradas más en un concierto donde, a lo peor, se congrega una veintena de espectadores!


En cualquier caso, toda esta absurda situación, verdaderamente ofensiva cuando uno lleva más de dos décadas partiéndose los oídos en este mundillo musical, es que acaban consiguiendo lo más alejado a sus propósitos iniciales: el desinterés del crítico free lance. De tal forma, que, en algunos casos, no sólo no hay previo, sino que ni siquiera habrá el texto de la crítica. Y peor aún: la próxima vez que esa promotora de conciertos proyecte algo, será el crítico quien desista de asistir o interesarse (salvo casos excepcionales) por el evento, a sabiendas de que va a encontrar la misma (estúpida) respuesta. ¿Va a hacerse un previo?