Ivo Pérez (Oviedo, 1977) es el líder del grupo Muñeco Vudú, miembro fundador de Pequeño Club Imposible, consultor y asesor turístico con experiencia laboral en dos continentes y empresario agrícola del arándano en su finca familiar de Llanera.
-¿Cómo son tus días de confinamiento? ¿A qué dedicas todas las horas por delante del día?
Son días tranquilos, más allá de cierta inquietud razonable.
Estamos concentrados en la parte final de un embarazo. Los días, aquí, se viven con pequeños paseos, con juegos, haciendo y tocando música, trabajando en casa, con descanso, socializando en la red, cocinando, cortando leña, charlando con nuestros afectos, invirtiendo tiempo en nuestros proyectos y, también, intentando comprender, investigando.
-¿Cómo es el lugar donde vives?
Vivimos en una casa de madera, a los pies de una finca familiar de arándanos. Dos seres humanos, otro dando pataditas en su confinamiento particular, dos mastines, una gata y varios nidos habitados por pájaros. Vecinos agradables. Si no estás moderadamente bien aquí, tu problema no es un virus.
-¿Qué es lo que más has añorado hacer en estos días y lo que menos?
Lo que más:
Me muero por acercarme a mi madre, a mi hermano, a mi sobrina, a su madre y a todos y cada uno de mis afectos por extensión.
Conducir por placer.
Una buena partida de mus, estaría bien. Juntarme con los míos para tocar y cantar. Pero lo llevo bien, acumulo las ganas con bastante entereza .
Lo que menos:
Nunca he sido un fanático de la frivolidad ni del postureo, sin un fondo que les dé un sentido; y, en tiempos en los que es más importante aceptarse a uno mismo que aparentar cualquier gilipollez, me encuentro la mar de bien y me produce una energía muy sana alejarme de la superficie.
-¿Crees que habrá un "antes" y un "después" tras este confinamiento?
Se me dan fatal las predicciones. Para eso está Yuval Noah Sarari, entre otros pocos. Parece que llegan los experimentos y prefiero concentrarme en comprender el presente y alimentar el instinto de adaptación. Ojalá algunas cosas, simplemente, se aplacen.
Todo dependerá de la aparición de una vacuna o un tratamiento definitivo, y del cuándo. Yo confío en la gente que encuentra esas fórmulas, pero no en quienes las distribuyen.
Una cosa sí te diré: deberíamos debatir el concepto de "gran ciudad" y renovar cada uno sus propias conclusiones.
-¿Qué será lo primero que harás cuando se acabe el confinamiento?
Ser padre.
Adaptarme lo mejor posible a la vida y al trabajo.
Brindar y conversar. En todos los lugares que pueda, con todas las personas queridas que pueda.
Seguiré disfrutando de mi casa: el hogar se conquista. Pero con una cama y una guitarra en la furgoneta, por si acaso.
MANOLO D. ABAD