Eduardo Guillot (Valencia, 1967). Es Director Artístico del festival Mostra de Valencia-Cinema del Mediterrani. Anteriormente, periodista cultural durante más de treinta años para medios como Rockdelux, Levante y CulturPlaza. Ha publicado una veintena de libros sobre temas relacionados con cine y música.
-¿Cómo son tus días de confinamiento? ¿A qué dedicas todas las horas por delante del día?
Seguimos preparando la 35 edición de la Mostra, que debería celebrarse la última semana de octubre, si la pandemia lo permite, así que estoy aprovechando el encierro para ver las películas presentadas a la sección a competición. Ya hay más de 150, no tengo tiempo de aburrirme. Además, seguimos en contacto con distribuidoras, productoras, cineastas y demás, para intentar ir avanzando aunque todo se ha ralentizado mucho. Cuando quito la vista de la pantalla voy combinando libros de gran extensión (como Vivir abajo, de Gustavo Faverón) con otros más breves y algunos tebeos que tenía pendientes. El próximo en la lista es GB84, de David Peace. Hoy hemos acondicionado, por primera vez, una habitación para tratar de hacer algo de ejercicio también. Ahora habrá que ver si tenemos la fuerza de voluntad necesaria para conseguirlo. De momento, las catas de vino llevan considerable ventaja.
-¿Cómo es el lugar donde vives?
La casa tiene un tamaño suficiente para las dos personas que estamos confinadas, mi pareja y yo. Tiene una terraza modesta que nos gustaría aprovechar más, pero en Valencia está lloviendo sin parar desde que empezó la epidemia. Otra cosa es el barrio de Campanar, donde está la finca. Cada día, los aplausos a las 20 h. van acompañados de pitos, vuvuzelas, vivas a España, himno nacional, himno regional, y, por supuesto, Dúo Dinámico. Son los peores diez minutos de cada jornada, con diferencia.
-¿Qué es lo que más has añorado hacer en estos días y lo que menos?
Ser periodista freelance durante tantos años significó pasar muchas horas en casa, así que no lo llevo mal. Ver películas, leer y escuchar música ya formaban parte de mi rutina habitual, aunque es cierto que cuando debes permanecer en casa por obligación, los días acaban pesando. Echo de menos caminar, porque no tengo carné de conducir y Valencia es una ciudad que permite hacer muchos recorridos a pie. Lo que menos añoro es la vida social. De hecho, cada vez hacía menos, y muy circunscrita a los amigos cercanos.
-¿Crees que habrá un "antes" y un "después" tras este confinamiento?
Admito que siempre he sido pesimista, pero creo que no. Ya sé que las consecuencias económicas, sociales y políticas van a ser catastróficas (ya lo están siendo), pero la raza humana ha demostrado a lo largo de su historia que es incapaz de aprender. Un mes después de que acabe el confinamiento volveremos a los mismos hábitos y costumbres. Antes incluso de que esto acabe ya se está viendo en redes y también en las calles que no hay manera de que aprendamos algo, ni siquiera bajo amenazas.
-¿Qué será lo primero que harás cuando se acabe el confinamiento?
No lo he pensado. Me gustaría saber cuándo podremos salir, desde luego, pero no creo que vaya a irme 48 horas de fiesta ni emborracharme. Puede que, en casa, abramos una botellita de cava y brindemos. Y que en los días sucesivos busquemos a la gente querida, sean familiares o amigos, para abrazarlos. No soy nada sensiblero, pero me da la sensación de que va a ser un momento emocionante. Por lo demás, y si la situación lo permite, en ese momento tendremos que ponernos a concretar un festival de cine con un centenar de películas y más de cincuenta invitados internacionales, por lo que no tendré tiempo de aburrirme.
MANOLO D. ABAD
Foto: TANIA CASTRO