Carlos Navarro nace en Oviedo poco después del famoso Mayo del 68. Aunque es licenciado en Ciencias Económicas, nunca dejó de formarse de manera autodidacta en el mundo del cine y la realización. Tras unos cursos de realización impartidos por la Universidad de Oviedo orienta su carrera profesional audiovisual.
En estos más de veinticinco años se ha especializado en formatos para televisión y en proyectos cinematográficos, sin abandonar sus orígenes en el vídeo musical y la publicidad.
En 2019, ha presentado la película Cuca (Retrato de una mujer), premio al mejor largometraje asturiano en la pasada edición del FICX; y un proyecto que, bajo el título Asturias Sonora, ha realizado diez videoclips de otros tantos artistas asturianos en lugares icónicos de la geografía asturiana (Ilegales, Rodrigo Cuevas, Marisa Valle Roso, etc).
En el FICX 2017 presentó la coproducción del largo documental Mi vida entre las hormigas: El documental de Ilegales, ganador del premio del público de la sección "Gran Angular".
Simultáneamente trabaja para la Televisión del Principado de Asturias (TPA) desde su nacimiento en 2006, y es el creador de formatos tan conocidos como Mochileros, De folixa en folixa, Presta asgaya, Mayores sin reparos, De cai, Viaje al Paraíso o El camino con Rodrigo Cuevas.
Trabaja en proyectos financiados por la Unión Europea a través de ASCE, la Asociación Europea de Cementerios Significativos y su proyecto Symbols. Comisiona una exposición sobre la historia del videoclip bajo el título de eCLIPSe, que recorre varios centros culturales de Latinoamérica bajo la producción de Fundación Telefónica.
En otras facetas audiovisuales, recibe el Premio Internacional LabCyberspaces del Centro de Arte y Creación Industrial LABoral, por el proyecto Deconstructed Music.
Ha realizado video-creaciones para sendos montajes de ópera dentro de la Temporada de Ópera de Oviedo, y ha producido y dirigido más de una decena de cortometrajes que han recibido más de veinte premios nacionales e internacionales.
-¿Cómo son tus días de confinamiento?¿A qué dedicas todas las horas por delante del día?
¿Aburridos? No especialmente... Al menos, de lunes a viernes continúo con mis rutinas y pasan rápido. Los fines de semana resultan más complicados de gestionar.
Me levanto temprano, igual que siempre: 7:00 o 7:30 h. Mientras desayuno, reviso la prensa y leo los artículos que me interesan: crónicas, reportajes, etc., algo más allá de las infodemias de números de muertos y contagiados, que parece ser el mayor interés de los medios.
Después, voy a mi oficina, donde estos días estoy solo, a reordenar archivos, discos duros y avanzar todo lo que se pueda en un programa de televisión que tendríamos que estar grabando ya y que no sé cuándo podremos retomar.
Después de comer, intento ver algún capítulo de alguna serie, algo de ejercicio, música de esa rara que me gusta a mí, cenar temprano, aplaudir, ponerme de mala leche con esta pesada costumbre de que algunos vecinos quieran hacerme partícipe de sus gustos musicales y, después, para que se me pase, me pongo una peli... A la cama, lo más pronto posible. A las 23 h., aproximadamente, a escuchar un rato la radio y... vuelta a empezar.
-¿Cómo es el lugar donde vives?
Estoy pasando el confinamiento solo en mi casa de Oviedo. Mi chica y mis hijos putativos están en otra ciudad, así que tengo 65 metros cuadrados para mí, y una pequeña terraza que cuando sale el sol me da la vida.
-¿Qué es lo que más has añorado hacer en estos días y lo que menos?
Sin duda, el contacto físico. Por supuesto, y sobremanera, el de mi pareja. El emotivo, el acurrucarse, el acariciarse y, cómo no, el sexual. Yo soy una persona muy táctil, así que gestos tan mínimos como un golpecito en el hombro a un compañero, también lo echo de menos... Lo que menos añoro es la vida social entendida como tomar cañas en un bar, ir al cine o un concierto, etc... Echo de menos a las personas, pero no los actos en sí.
-¿Crees que habrá un "antes" y un "después" tras este confinamiento?
Sin duda. La crisis sanitaria pasará, la económica también, pero creo que va a haber una quiebra irresoluble en la forma de comunicarnos que tendremos los humanos a partir de ahora, al menos durante mucho tiempo.
Y ni que decir tiene que las libertades individuales, y actos que considerábamos que en democracia jamás se pondrían en cuestión, van a ser recortados. Una de las cosas que más me sorprende de este momento histórico es cómo la gente está dispuesta a renunciar a su libertad, sin cuestionárselo lo más mínimo, en pos de una pretendida seguridad absoluta que, evidentemente, es imposible.
Por otro lado, como dice la pensadora Geraldine Schwarz, se está generando un clima de miedo y pánico entre la población, y el miedo ha sido, históricamente, uno de los elementos fundamentales del nacimiento del fascismo.Creo que los medios de comunicación y todos los que participamos de una manera u otra en las redes sociales, deberíamos tratar de rebajar ese estado porque el estallido puede ser muy preocupante.
-¿Qué será lo primero que harás cuando se acabe el confinamiento?
Ver a mi pareja, besarla, tocarla y...
MANOLO D. ABAD