domingo, 28 de enero de 2018

Treinta años


Vinilo Azul. -

“Treinta años”


Hace unos meses, charlando con Juan Codorníu -guitarrista del gran grupo granadino Lagartija Nick- me comentaba cómo son círculos concéntricos lo que muchas veces no encontramos en nuestra existencia. Me quedé pensando en ello y aún hoy se repite eso en mi cabeza. Él mismo, había regresado a Lagartija Nick, en cuya formación original había militado, tras muchos años y, a día de hoy, han grabado un magnífico nuevo álbum (“Crimen, sabotaje y creación”) donde recuperan toda la intensidad de sus inicios.

El caso es que, hace unos días, volví a ver al grupo asturiano Trash-Tornados en uno de los locales más pujantes para la música en vivo en Oviedo: el Gong. Con una programación diversa en lo estilístico, pues caben tanto rock como jazz o incluso flamenco, el Gong de la mano de Sergio González ha conseguido convertirse en uno de los referentes esenciales de la vida musical y nocturna ovetense. Bobby González lidera a los Trash-Tornados, una formación mierense que se maneja con destreza entre el rock´n´roll, el swing o el blues y que acaba convirtiendo cada una de sus actuaciones en una verdadera fiesta, gracias a su capacidad para lograr eso de lo que tantas veces se habla y tan pocas se logra como es la conexión con el público. Con la complicidad de Freddie Fano como invitado especial en el último tramo del concierto, lían una parda, de esas que muchos no olvidarán, saltando del escenario a la arena, filtrándose entre el centenar de personas y cuajando un soberbio show donde no decae en ningún momento el sonido, con el soberbio saxo de Kiko Flores, el contrabajo de Pablo Souto y la imparable batería de Pibli González marcando la diferencia.

Veo a Bobby en gran forma y siento que el tiempo no ha transcurrido, aunque sí lo haya hecho. ¡Vaya que sí! Son ya treinta años desde que lo viese por primera vez en un concierto en Oviedo. En la calle Rosal, un local hoy desaparecido, de nombre Zero (es él quien recuerda el nombre), en su piso de abajo, se marcó otra de esas actuaciones intensas al frente de su grupo de entonces: Los Coronados. Recuerdo que saqué varios artículos y una entrevista con ellos en la revista española “Ruta 66”, con la que colaboré durante veinte años. Poseían esa fuerza, esa convicción que luego vi en otras bandas. Ese deseo de salir de las fronteras de Asturias, de tocar fuera de ellas al precio que fuese. Acostumbrado al conformismo de muchos músicos, que prefieren quemar el circuito local, ellos -como me sucedió luego con otras bandas como Amateurs- buscaban esa proyección más allá de un círculo restringido, hacerse un nombre más allá del Pajares.

Treinta años después, aún percibo ese brillo en los ojos, esas ganas, esa hambre. Como en un contagio, me sentí al acabar su actuación con su misma fuerza, renovado ante las adversidades, pensando en seguir hacia delante. Mirar hacia atrás, a veces, supone darse cuenta de todo el camino recorrido, vivido en toda su plenitud, con todas sus piedras, con todos sus logros que nos hacen más fuertes para afrontar los desafíos a los que nos obligan las circunstancias.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "DOviedo" del diario "El Comercio" el domingo 28 de enero de 2018

Irreductible, inabarcable


Irreductible, inabarcable”


El pasado miércoles 24 de enero se anunciaba la muerte de Mark E. Smith, legendario líder de The Fall, uno de los grupos fundamentales para entender el post-punk y referencia del rock alternativo a través de una vasta obra que abarca cuatro décadas de intensa actividad creativa.

Nacido el 5 de marzo de 1957, Smith funda The Fall a finales de 1976 en Salford (Manchester). Pronto se convierten en uno de los grupos más singulares del emergente post-punk gracias a un personalísimo e intenso estilo donde se unen oscuridad, surrealismo y narcosis, marcado por la peculiar forma de cantar de su vocalista, medio cantada, medio hablada, en un tono insolente y despiadado tanto hacia los demás como hacia sí mismo. Influidos por The Doors, Velvet Underground, Can o los Seeds en lo musical, pero también por Phillip K. Dick, J.G. Ballard, H.P. Lovecraft o Albert Camus en lo literario, reflejan con su sonido la pesadumbre y decrepitud del paisaje de su ciudad, Manchester. La personalidad de Smith comienza a eclipsar a sus primeros compañeros de viaje hasta hacer suyo al grupo al que dio nombre Tony Briel –uno de los miembros seminales de la banda- a partir de la novela de Albert Camus “La Caída”.

Se cuentan hasta más de setenta músicos que han militado en The Fall a las órdenes de Mark E. Smith, personaje de difícil carácter, dipsómano incurable, experimentador con las drogas, visionario alabado por personajes esenciales en la música británica como John Peel. Su matrimonio con la norteamericana Brix Smith –incorporada a la banda a principios de los 80- coincide con el momento de mayor popularidad gracias a álbumes como “Perverted by language” (1983), “The wonderful and frightened world of…” (1984), “This nation´s saving grace” (1985), “Bend sinister” (1986), “The Frenz Experiment” (1988) y “I am a curious oranj” (1988).

Torrencial, polemista y cascarrabias, Smith se había convertido en un todo un personaje mediático en el Reino Unido, autor de una magna obra inabarcable, densa y volátil, aún por descubrir en todas sus múltiples aristas.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el domingo 28 de enero de 2018

sábado, 27 de enero de 2018

Vivos y coleando


El Tocadiscos. –

Vivos y coleando”


IMMACULATE FOOLS “Keep the blade sharp”

Son Música

9 canciones. 15€.

Vivimos un momento de constantes retornos, de resurrecciones nostálgicas, de huida de un presente artístico aterrador donde la vulgaridad más zafia se ha impuesto más allá del kitsch para convertirse en mediocre cotidianidad. ¿Nostalgia de tiempos mejores, pues? Mirando alrededor, no sería de extrañar. Pero sería un argumento más pobre que la realidad reinante si artistas que regresan como Immaculate Fools no demostraran estar en forma y con la suficiente capacidad creativa como para estar a la altura de las expectativas.

Escuchando el nuevo trabajo de Raymond Weatherill y comprobada su solvencia en vivo la primavera pasada en el Wizink madrileño, hay que concluir que este regreso merece la pena, pues saca a relucir todas las virtudes que les alumbraron en los 80. Con una banda de mayoría de músicos gallegos, Weatherill recupera ese pop elegante, romántico, con ciertos tintes épicos, que retoma unas formas que no deberían haber pasado al olvido y que se plasman en canciones de alto valor emotivo. Maceradas sin la prisa por estar en primera fila, temas como “Come tomorrow”, “Blanket”, “Say goodbye” o el que bien podría ser un nuevo hit -“Flowers to the pigs”- demuestran que el talento de Weatherill conserva unas virtudes que van más allá de aquel imperecedero tema con el que años ha hicieran fortuna.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "Culturas" del diario "El Comercio" el sábado 27 de enero de 2018

jueves, 25 de enero de 2018

The Fall "Disney´s dream debased"


miércoles, 24 de enero de 2018

Mark E. Smith (1957-2018)


lunes, 22 de enero de 2018

Prueba de trampa


Crónicas de Vestuario. -

“Prueba de trampa”

Se presentaba el Almería para un choque-trampa ante los azules, disfrazado de piel de cordero pero bien dispuesto para hacer frente a la gran racha de los de Anquela. El once carbayón había empatado dos partidos consecutivos fuera de casa que bien pudo haber vencido y se antojaba fundamental continuar manteniendo su fortín del Tartiere para seguir enganchado a los puestos de privilegio de la categoría.



El conjunto de un buen entrenador como es Lucas Alcaraz planteó el partido casi como si de una partida de ajedrez se tratase, tratando de neutralizar el poderío que el cuadro azul posee en las alas (en el carril izquierdo Varela suplió al sancionado Mossa) y cerrar todo el caudal creativo de hombres como Diegui Johannesson, Aarón Ñíguez o Saúl Berjón. Con una tela de araña bien tejida en la defensa y centro del campo, los andaluces esperaban a que la chispa de su mejor hombre -Pozo, que siempre cuaja buenas actuaciones en el Tartiere- pudiese saltar. Neutralizados los carriles, con un ritmo de juego bajo, bastante lento y los de Anquela un tanto desorientados y muy espesos, el primer acto se saldó sin apenas oportunidades claras de gol. Un disparo lejano de Rocha, otro de Aarón a pase de Diegui o un remate de Linares, fue el pobre balance que los locales ofrecieron en una primera parte para olvidar.



La reanudación, en cambio, comenzó de forma diferente. Se anticipó el Almería en una gran penetración de -¡cómo no!- Pozo que culminó Fidel en el minuto 8 de la segunda parte. Juan Antonio Anquela -a quien muchos habían tachado de inmovilismo en las semanas anteriores- reaccionó de inmediato y la jugada le salió perfecta. Cambio de sistema con la entrada del artillero Toché en lugar del defensa Valentini. Los almerienses perdieron el sitio en el campo, totalmente desorientados. A los dos minutos de la entrada del murciano, éste remató como sólo los killers natos lo hacen un centro al segundo palo de un Saúl Berjón que fue poco a poco conectándose al partido. Los azules mostraron sus mejores minutos: rápidos, intensos, brillantes en sus conexiones por banda y en electrizantes recuperaciones. Once minutos después del empate, en el 71, llegó el gol de la victoria, Toché controla de espaldas, le manda el balón de cara a Saúl Berjón que remata y con la ayuda del poste y de René el balón se cuela en las mallas. Destacar la asistencia de Toché, nada egoísta como les suele ocurrir a algunos goleadores. Estamos ante un equipo solidario que busca el bien común, por encima de cualquier individualidad. A partir de ahí, el tiempo transcurriría a favor de los azules, muy serios en defensa con los dos centrales -Héctor Verdés, en plan líder, y Carlos Hernández, muy firme- resolviendo sin dudas.



El conjunto de Anquela ofrecía una nueva dimensión de sí mismos, espoleados por una infatigable grada, sabiendo jugar con más pragmatismo y menor brillantez que en sus citas ante Huesca y Rayo. Es igual, el equipo mostró nuevas virtudes, supo remontar ante un once muy serio como el almeriense desde la fe en sí mismos, mostrando una enorme capacidad de adaptación a las circunstancias, levantándose con fuerza. Todo eso son la prueba de un poder que, en una categoría como Segunda División, acaba recibiendo el premio. Premio a la persistencia, a la fe en uno mismo, al trabajo inagotable y, también, a gotas de clase distribuidas en los momentos más adecuados. Fe frente a trampas y confianzas. Este es el camino para afrontar lo que queda de esta larga travesía que ya entra de lleno en su segunda vuelta.

MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: JOSÉ LUIS GONZÁLEZ FIERROS



sábado, 20 de enero de 2018

Épico pesar


El Tocadiscos. -

“Épico pesar”


Mogwai “Every country´s sun”

Rock Action

11 canciones. 14€
La banda escocesa firma uno de sus álbumes más inspirados en este noveno trabajo que nos devuelve todas las virtudes que se pueden extraer a eso que se dio en denominar como post-rock. Incluso, se atreven a poner voz a alguna de sus composiciones, algo verdaderamente inusual en ellos.
Envolventes, taciturnos, Mogwai son de esas formaciones que ganan con cada nueva escucha, si uno se deja enredar en sus hipnóticas piezas, donde predominan los crescendos y explosiones emotivas junto a fragmentos más pausados, conformando una lírica peculiar, ensimismada y muy profunda. En este nuevo álbum alcanzan sus propósitos y consiguen niveles elevados de intensidad y sentimiento.
Caminando sobre el alambre de unas guitarras afiladas que se llevan hasta el límite del ruidismo, los de Glasgow consiguen flotar en un trabajo muy conseguido, que les devuelve a sus mejores cotas de siempre, quizás porque logran ser más certeros y directos dentro de un género donde los desarrollos instrumentales suelen ser largos.
Un trabajo, pues, que recupera a uno de los grandes nombres del rock contemporáneo y nos devuelve a esa galaxia de tensa épica metafísica.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "Culturas" del diario "El Comercio" el sábado 20 de enero de 2017

miércoles, 17 de enero de 2018

Screaming Trees "I nearly lost you"



Did you hear the distant cry
Calling me back to my sin
Like the one you knew before
Calling me back once again

I nearly, I nearly lost you there
And it's taken us somewhere
I nearly lost you there
Let's try to sleep now

Drag me far enough to know
I'm blind every mile that you burn
There's a rider that's fallen and
It's clear there's no time to return

I nearly, I nearly lost you there
And it's taken us somewhere
I nearly lost you there
Well let's try to sleep now

Did you hear the distant lie
Calling me back to my sin
Like the one you knew before
Calling me back once again

I nearly, I nearly lost you there
And it's taken us somewhere
I nearly lost you there
Well let's try to sleep now
I nearly lost you there
I nearly lost you
I nearly lost you there
I nearly lost you there
I nearly lost you there
Oh yeah, nearly lost you there

martes, 16 de enero de 2018

Acción-reacción


Crónicas de Vestuario. -

“Acción-reacción”


Afrontaba el Real Oviedo su segundo partido consecutivo fuera de casa con la intención de mantener su buena racha de resultados y que la torva figura del árbitro David Pérez Pallás no lo perjudicara en exceso ni que resultara decisivo en el marcador final. Un objetivo se consiguió: conservar la racha de encuentros sin perder, aunque el empate -a la vista de lo mostrado sobre el terreno de juego- sepa a muy poco. El otro, lamentablemente, no. A pesar de la opinión de sos pusilánimes que hacen carrera peloteando con medias verdades, lo del árbitro gallego fue trascendental: un penalty injusto en las postrimerías del choque, acentuado por la surrealista decisión de solicitar asistencia al jugador oviedista al que el balón le pegó claramente en la cara...

El partido fue intenso y, por momentos, trepidante. Fundamentalmente, en una primera parte donde hubo de todo. Y el once de Anquela jugó con sus mejores armas ante un adversario que no pudo hacer su juego pero encontró un pequeño resquicio por el que colarse. Pérez Pallás se traga una clara mano de Álex Moreno en el centro del campo, la jugada sigue, error de Folch en el despeje, centro de Embarba -máximo asistente de la Liga- y remate de cabeza del Chori Domínguez que, un inusualmente descolocado, Alfonso Herrero no puede alcanzar. No se hundió el cuadro carbayón y, nuevamente, tras una jugada de estrategia, llegó el gol tras un pase de Linares que Christian Fernández completaba como si de una carambola de billar se tratase tras un primer remate de Carlos Hernández que había pegado en el larguero.

Volvió a arrancar muy concentrado el equipo azul en la segunda parte y, tras otro córner botado por Saúl Berjón, fue Carlos Hernández quien culminó con un sensacional remate de cabeza. Quinto gol de zaguero jienense, una cifra realmente espectacular. Michel, el entrenador vallecano, lo intentó a la desesperada con Manucho, tratando de fijar a la defensa ovetense más atrás, metiendo más presión en su parte alta. Paradójicamente, lo consiguió tras la estúpida acción de Velázquez sobre Linares que significó su expulsión. Mientras veíamos el partido, mi querido amigo César Inclán me comentó que no le gustaba nada esa circunstancia. Sus augurios se hicieron realidad cuando Pérez Pallás -bastante comedido durante todo el choque, aunque concediendo el juego duro a un Trejo que campó a sus anchas repartiendo brusquedades por doquier- halló la ocasión para volver a penalizar al Real Oviedo. Tras una falta al borde del área, el lanzamiento golpea en la cara de Christian Fernández y el balón, muerto, cae sobre las manos del jugador cuando se desplomaba por el tremendo impacto. El nefasto trencilla gallego observa voluntariedad en la acción y señala la pena máxima. Pero Anquela ha conseguido que este equipo no se rinda. Echaron un paso atrás durante demasiados minutos en los que debieron aplastar, tal y como exige el deporte de competición, pero, aún así, levantaron la cabeza y tuvieron otra más en una espectacular “folha seca” de David Rocha que se cruzó con el poste.

Empate final. Otra vez a lamentar un tanteador que mereció ser más favorable. ¿La lección? Con un 1-2 no hay que conformarse, hay que seguir perseverando. Hay que aplastar, destrozar: es lo que manda el deporte de competición. Aún así, se mantienen las buenas sensaciones. Y la impresión de que con trabajo, con confianza pero sin confiarse, todo puede ir bien aunque se nos cruce nuestro particular Moriarty (Pérez Pallás).

MANOLO D. ABAD

Mogwai "Party in the dark"



I see everything
All their suffering
Tiny vehicles
Space-age miracles
All our hearts were sore
No fight left in this war
Before the ghosts will chase
All those that rearrange
I, taken from those spirals be both kind
Hungry for another piece of mind
Silent and inpatient without time
Directionless and innocent
What are yours to keep?
Definition three
Unkind and alone
End of the idea
I, taken from those spirals be both kind
Hungry for another piece of mind
Silent and inpatient without time
Directionless and innocent
I, taken from those spirals be both kind
Hungry for another piece of mind
Silent and inpatient without time
Directionless and innocent

domingo, 14 de enero de 2018

Una mañana en el HUCA


Vinilo Azul. -

“Una mañana en el HUCA”


En justa correspondencia, trato de devolver a mi madre algo de lo mucho que ha hecho por mí. Gracias al buen talante de mi jefe y a haberme planificado bien los primeros días de la semana, puedo emplear la mañana en acompañarla hasta el HUCA para unas pruebas con el oculista.
Ya no queda ni rastro de todas las polémicas que se generaron con el traslado al nuevo hospital, quizás porque sólo existe una noticia que se puede repetir tanto tiempo a lo largo de meses y años y esa es la referida al proceso catalán, que, por cierto, en ese mismo día celebra sus enésimas elecciones.
Llegamos con media hora de adelanto, siempre muy recomendable en estas ocasiones, por aquello de las distancias que para una mujer octogenaria de movilidad reducida como es mi madre siempre suponen un problema añadido. No ha habido ningún problema ni para llegar -al fondo de la planta, zona amarilla, sala de espera 8- ni para encontrar nuestro sitio hasta que sale (con media hora de adelanto) el número en la pantalla.
Franqueamos la puerta de ingresos donde nos conducen a una nueva sala de espera. Saludamos con ese “buenos días” que cada vez se racanea más en estas ocasiones y nos sentamos. Me he traído un libro de relatos para amenizar las esperas que se suponen para las diversas pruebas a las que se ha de someter mi madre y comentamos en susurros la rapidez con la que el taxista nos ha traído. Sin atascos ni retenciones de ningún tipo. Apenas tenemos tiempo a más, puesto que una enfermera reclama a mi madre. Me enfrasco en la lectura de “Diez Negritos. Nuevas voces del género negro español”, uno de los libros que tenía pendientes aún tras unos meses donde apenas he podido dedicar tiempo a la lectura.
Unos minutos después, en medio de un respetuoso silencio de las cuatro personas que ocupamos la sala, entra una pareja, parecen marido y mujer, sesenta y algo calculo. Su conversación ya sube el tono de una sala donde se han incorporado tres personas más. No me importan las voces ni de lo que hablan, el relato me empapa hasta que, casualidades de la vida, veo que entra mi querido Ivo Pérez, a quien muchos conocerán como músico al frente de Muñeco Vudú. Me muestra el libro de poemas de otro gran músico asturiano como Alfredo González -que se había traído para su espera- y me cuenta su problema ocular, al tiempo que hablamos de la vida, de sus cultivos de arándanos, de la edición de su tercer disco, de mis historias en la radio con los archivos de canciones desaparecidos en mi ausencia y cómo reordenarlos, actividad mucho más trabajosa que incorporarlos de nuevas al sistema. La señora de la pareja sexagenaria ya ha subido a nivel “sidrería” la conversación. Me cuesta escuchar a Ivo puesto que no queremos elevar nuestro tono de voz.
Llega mi madre. Se la presento a Ivo. Percibo que se han caído muy bien. Ambos son personas muy vitales y positivas, me contagio de su buena energía. Lo malo es cuando aparecen dos mujeres, una octogenaria y otra de edad indeterminada y se sientan al lado de mi madre. La octogenaria no para de golpearla con su brazo derecho, pero eso no es lo peor: la acompañante saca el móvil y el mundo se detiene como por ensalmo al compás de una tonadilla. La musiqueja se repite y repite y repite en un bucle terrorífico, cada vez con mayor volumen, cada vez más insoportable. Seguimos en una sala de espera de un hospital, pero tal parece que nos encontramos en una estación de autobuses. Ganas tengo de equiparar el volumen y establecer una “guerra de móviles” y de melodías poniendo algo suavecito: quizás un “Ace of spades” de Motorhead, a lo mejor un “Pub” de los Cosmic Psychos, dudo si un “Hard for you” de los Beasts of Bourbon. A sabiendas de las molestias que le podría producir a mi madre -aún con secuelas de la neuralgia de trigémino que la devastó durante quince años- me corto. Pierdo la noción del tiempo hasta que la salvadora llamada de la enfermera nos rescata de la sala de tortura, digo, de espera. Y no dejo de pensar por qué la gente es tan terriblemente egoísta y, sobre todo, maleducada.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "DOviedo" del diario "El Comercio" el domingo 14 de enero de 2018

sábado, 13 de enero de 2018

Pioneros con clase


El Tocadiscos. -

“Pioneros con clase”


AUTOMATICS “Ruido negro”

Clifford Records
10 canciones LP vinilo. 15€
Los de Linares fueron uno de los nombres fundamentales del indie español en los 90, cuando aún llevaba asociada otra etiqueta, la de “noise”. Olvidados por completo para esas nuevas generaciones que identifican el indie como un neopoprock de ínfulas pseudogeneracionales tras dejarlo en 2001, recuperaron impulso en 2015 con el magnífico “Big ear”.Todo pareció truncarse con la marcha de su cantante original -José- pero el grupo lo ha solventado con la incorporación de un nuevo vocalista -Raúl- que hace olvidar a su predecesor en este álbum.

Al viejo aficionado le encantará ver cómo los andaluces mantienen su esencia musical, de canciones envolventes y eléctricas, de hipnóticas paredes de guitarras y melodías muy efectivas, herederas del britpop más psicodélico, de los Jesus & Mary Chain más incisivos o, por supuesto, de los Black Rebel Motorcycle Club. Entre lo más novedoso, todo un single como “Sebastian” -cantado en español- que puede recordar a los más celebrados Planetas.

Feliz reencuentro, pues, con un grupo que ha venido en un momento donde parece necesitarse voltear la historia y recordar a bandas como ellos, Beef, El Inquilino Comunista o Usura, que construyeron una escena hoy totalmente desvirtuada tanto en su referencias como en sus propias intenciones. Sólo por eso ya merece la pena este trabajo -y el anterior- de una banda injustamente infravalorada.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "Culturas" del diario "El Comercio" el sábado 12 de enero de 2018

jueves, 11 de enero de 2018

David Pérez Pallás: Historia de una Obsesión


Crónicas de Vestuario. –

“David Pérez Pallás: Historia de una Obsesión”


Las grandes historias se nutren de otras narraciones que enriquecen el tronco principal del relato. Y la historia del Real Oviedo está jalonada por múltiples sucesos que la han hecho única y grande. Como en muchas novelas, hay aspirantes a convertirse en némesis, en duro adversario, en ser alguien que engrose esa historia aunque sea desde el lugar más aborrecible. En esas está, en las últimas temporadas, un vigués enamorado de Gijón y presunto simpatizante del Sporting de la misma ciudad, ingeniero de telecomunicaciones y árbitro de nombre David Pérez Pallás. Que estuviese enamorado de Gijón y fuese simpatizante del principal equipo de la ciudad no sería nada grave, que sea ingeniero de telecomunicaciones (no sabemos si estudió en la facultad gijonesa), tampoco; salvo por el otro detalle que completa su retrato a vuelapluma: es árbitro. Y aquí empiezan los problemas.

Pérez Pallás y el Real Oviedo han cruzado sus vidas en varias ocasiones y los resultados siempre se han saldado con polémicas, con extrañas decisiones, con turbios comportamientos, siempre en contra de los intereses azules. A los colegiados se les pide que impartan justicia. No que la repartan como si fuesen una especie de caprichosos jueces de la horca. Pérez Pallás se parece más a uno de éstos. En sus cruces con el Real Oviedo, sí. Pero también en sus encuentros con el Sporting de Gijón. Si analizamos ambos, cualquiera podrá darse cuenta de que huele más que a chamusquina. De que lo de este árbitro que ensucia a un colectivo donde me he encontrado a gente admirable, con gran vocación, personas honestas y cabales, con gran afición, resulta una indignidad que debe detenerse para evitar que siga manchando todo lo que toca.


Vamos con los datos, pues. Pérez Pallás ha arbitrado a su “querido” Sporting de Gijón en 8 ocasiones. Los rojiblancos han vencido en 7 y empatado una. Ese empate se produjo en circunstancias poco habituales: perdían 1-0 con el Murcia, hasta que los pimentoneros sufrieron 2 expulsiones y los gijoneses acabaron empatando en el minuto 88. ¡Todo un talismán, oiga! Si se hiciera una película con este individuo, bien podríamos titularla como el clásico de Vincent Minnelli que protagonizase Robert Mitchum en 1960: “Con él llegó el escándalo”. En la pasada campaña consiguió destacar en dos apartados: penalties y tarjetas. Sin embargo, en el ránking de árbitros –si tomamos las calificaciones del diario “Marca”- no destacó en exceso y ocupó el decimosexto lugar. Eso sí, lideró la tabla de árbitros que señalaron más penalties: siete en once partidos. También fue el primero en la media de tarjetas mostradas: 6,48 por partido. En el número de tarjetas totales no consiguió encabezar, se quedó en la medalla de bronce de la categoría por detrás de Gorostegui Fernández y González Fuertes.

Si nos hemos de remitir a los datos, lo de Pérez Pallás con el Real Oviedo es contumaz, de una sospechosa persistencia. Su primer hito fue en Segunda B, 21 de noviembre de 2010. Choque contra la Cultural Leonesa. Se inventa un penalti –esa gran especialidad suya- contra los azules que supone el empate a uno. Expulsa –su otra “especialidad” aparte de la de teleco- a dos jugadores del equipo asturiano (Gonzalo y Pelayo) hasta que los leoneses empatan en el 88… “Más que el error, es importante anotar el defecto para corregirlo”, afirmaba –ufano- David Pérez Pallás en una entrevista para el “Faro de Vigo” el 30 de junio de 2017. Parece ser que, en sus performances (más que actuaciones, mejor denominarlas así) contra el Real Oviedo ni hay errores, ni hay defectos, ni hay correcciones. Sólo vergüenza y sospecha. Eso planeó cuando en el Alavés-Real Oviedo de la temporada 2015-2016, con 2 a 0 a favor de los vascos, anuló un clamoroso gol legal a Miguel Linares. O cuando se cargó con un imaginario (inexistente, también) penalty el Tenerife-Real Oviedo de la pasada campaña, donde los azules se jugaban el aspirar a puestos de privilegio.

Llega ahora el partido contra el Rayo Vallecano y estamos seguros de que algo sucederá. Porque David Pérez Pallás está empeñado en formar parte de la historia del Real Oviedo. Aunque sea entrando en la historia negra, desde la oscuridad. Sabemos que no le importará nada, que no habrá quien le detenga –demostrado está que sus constantes escándalos y sus números lamentables actúan en su favor- que ni tan siquiera le importará que toda España pueda alucinar con sus felonías en abierto a través del canal GolTv de la tdt. Tan sólo quedará la esperanza de que, en esta temporada, por mucho que lo intente, sus propósitos -sus oscuros propósitos- no vayan a llegar a buen puerto.

MANOLO D. ABAD

martes, 9 de enero de 2018

Prueba de carácter


Crónicas de Vestuario. -
Prueba de carácter”

“El carácter se prueba mejor en las olas tormentosas del mundo”
(Johann Wolfgang Von Goethe)

En esta maratón que es una temporada en Segunda conviene ir bien pertrechado para hacer frente a todas y cada una de las adversidades que un once pueda encontrarse. Si eso ocurre contra el líder de la categoría, con más sentido aún. Un penalty fallado y una pifia de tu propio portero que será número uno en todos los programas televisivos o en las redes durante mucho tiempo, podrían ser losas si no nos encontrásemos ante un equipo sólido, compacto, un verdadero conjunto, no una colección de nombres más o menos ilustres. El Real Oviedo de Anquela es, a día de hoy, un bloque coriáceo, preparado para solventar todas y cada una de las calamidades que se encuentre en el camino con carácter, con fuerza, con la disposición de los llamados a grandes metas.
No, no es triunfalismo el que me inspira estas palabras. Es la misma convicción que los azules mostraron sobre el terreno de juego del Acoraz y que hacía mucho tiempo que no recordábamos. Sí, el “espíritu Gorriarán”, podríamos llamarlo, que ha imbuido Anquela a los suyos es el que nos embarga. Con una satisfacción para alimentar ilusiones y esperanzas. Con la debida mesura, sí, que esta maratón es larga y tan sólo hemos cumplido la mitad del camino. Y ya saben que toda maratón tiene su “muro”, como bien conocen tanto los aficionados como quienes lo hayan hecho alguna vez... De modo que calma, nada de euforias ni engreimientos.
El caso es que los primeros veinticinco minutos del Real Oviedo en Huesca fueron para enmarcar. Con una presión que ahogó a los líderes hasta estrangular su salida de balón, robando y, sobre todo, con un Diegui Johannessson mostrando su prodigiosa creatividad unida a una visión atacante profunda y certera, el once de Anquela pudo haber resuelto el partido. Se falló el penalty, lo que ya empieza a resultar preocupante. No importó. El equipo encajó el golpe, bajó su ritmo y los de Rubi respiraron sin crear excesivo peligro, ausente el excepcional Gonzalo Melero, que impregna clase con su distinción a los líderes de la categoría.
Dice Joseph Ernest Renan que “los golpes de la adversidad son muy amargos, pero nunca resultan estériles”. Pues, bien, llegó un segundo con la pifia de Alfonso Herrero que protagonizó la jugada estúpida del año al no percatarse de la llegada de un Gallar pillo, necesitado de anotar alguno de los muchos goles que había conseguido en la campaña anterior con la Cultural Leonesa. Tocaba levantarse y la llegada del descanso fue el bálsamo ideal. En mis tiempos de vestuario he comprobado la capacidad que ciertos entrenadores tienen para azuzar a sus jugadores a levantarse frente a situaciones adversas. Anquela debe ser de estos, pues los azules -sin alcanzar las cotas de los estelares minutos del primer acto- buscaron la puerta hasta encontrarla en una jugada genial del binomio Saúl Berjón-Aarón Ñíguez, que cada vez se complementa mejor y que acabó en un sensacional gol.
El empate puede saber a poco ante lo visto sobre el terreno de juego. Pero es una de esas pruebas que fortalece al conjunto, que le hace creer en sí mismo. Para la próxima jornada, una nueva ante un equipo duro, veterano y correoso, muy complejo, como el Rayo Vallecano. Si a ello añadimos la nefasta presencia de un árbitro que ya no debería militar en la Segunda División y que mancha a la institución que representa, como el desgraciadamente célebre David Pérez Pallás, la empresa se antoja difícil, dificilísima, casi una misión imposible. Lo bueno es que a este cuadro de Juan Antonio Anquela se le ve capaz de todo. Confiemos. Con cautela, pero con ilusión.
MANOLO D. ABAD

domingo, 7 de enero de 2018

La voz del maldito


El Tocadiscos. -

“La voz del maldito”


PETER PERRETT “How the west was won”

Domino

10 canciones 17€
Durante un período glorioso de seis años, Peter Perrett lideró a los Only Ones, uno de los grupos cruciales de la new wave, autores de uno de los himnos rockeros por excelencia “Another girl, another planet”, de esos que aumenta su sombra con cada nueva escucha. Tras eso, tres álbumes como cosecha de oro, llegó un océano de silencios donde fueron las drogas las que impusieron un ritmo contumaz, el de la destrucción y el agobio y que dejaron a un brillante compositor fuera de combate durante décadas, mirando a la pared sin sentido, dejando que el tiempo se consumiese solo.

Tras varios intentos de resurrección, llega este magnífico trabajo donde se recupera esa voz que tanto recuerda a Lou Reed y que se manifiesta en un repertorio elegante, emotivo hasta el romanticismo, incluso vitalista, algo sorprendente en alguien que tanto ha indagado en su propia autodestrucción a través de la heroina y otras drogas duras. Un maldito, sí, pero también un superviviente de sí mismo y sus fantasmas, que trata de encarar su vida como sexagenario desde una perspectiva alejada de oscuridades y desastres.

Un disco emotivo y maduro, una perla extraída de ese lugar profundo, repleto de demonios y oscuridades. Un trabajo de alguien que ha vuelto a ver la luz y expresa su gratitud por haber salido de un túnel inacabable, de un verdadero malditismo sin brillos ni leyenda.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "Culturas" del diario "El Comercio" el sábado 6 de enero de 2017