Carlos Pérez de Ziriza (Madrid, 1973) es periodista y ha escrito sobre música pop y rock en medios como El País, Efe Eme, Cuadernos Efe Eme, Mondosonoro, Cartelera Turia, Rolling Stone, Beat Valencia, El Hype, El Temps o Valencia Plaza.
Ha publicado los libros Morrisey y los Smiths. Inmortal luz del norte (Midons, 2005), R.E.M. El reverso del sueño americano (Midons, 2006), Fragmentos de una década. Tendencias, transformaciones y claves del rock del nuevo milenio (Milenio, 2011), Indie y rock alternativo. Historia, cultura y álbumes fundamentales (Ma Non Troppo, 2017), Tres minutos de magia (Efe Eme, 2018), Música disco. Historia, cultura, artistas y álbumes fundamentales (Ma Non Troppo, 2019) y No olvides las canciones que te salvaron la vida (Efe Eme, 2019).
-¿Cómo son tus días de confinamiento? ¿A qué dedicas todas las horas por delante del día?
Pues no ha cambiado mucho respecto a lo que hacía antes, porque ya llevo muchos años trabajando desde casa como periodista autónomo freelance. La verdad es que no me sobra el tiempo, si bien, al menos, sí que estoy pudiendo recuperar libros y discos que tenía pendientes, con los que me pongo por las noches. Pero no estoy trabajando menos que antes, por suerte.
-¿Cómo es el lugar donde vives?
Un piso más o menos céntrico en Valencia. Con bastante luz, pero una orientación un poco particular, de forma que solo nos da el sol a última hora de la tarde. Al no tener balcón, aprovechamos ese momento (ha habido pocos hasta ahora, la mayoría de días del estado de alarma han estado nublados o lloviendo) para colocar una silla , sentarnos ante la ventana y sacar la cabeza como buenamente hemos podido, y, al menos, que nos diera un poquito de sol. Lo echo mucho de menos, la verdad. Yo siempre voy buscando el sol, como los lagartos. Me da vida.
-¿Qué es lo que más has añorado hacer en estos días y lo que menos?
Echo de menos cosas bien sencillas: poder salir a correr, poder sentarme en la terraza de un bar y tomar una cerveza al sol, ver a mi familia y amigos. Esas cosas. Quizás también la música en directo, aunque te diría que menos, que ya me trago demasiados conciertos el resto del año, y un descanso, al menos para mí (no así los músicos, que viven de ello) no viene mal.
-¿Crees que habrá un "antes" y un "después" tras este confinamiento?
Ojalá lo haya, en el sentido de que tomemos mayor conciencia de los valores colectivos y de comunidad, y de que se refuercen organismos supranacionales tan tocados de muerte como la UE. O que no proliferen de una forma tan descarada aquellos que aprovechan situaciones como ésta para escupir su bilis y su odio (no hay más que ver algunas redes sociales). Y que seamos entre todos más conscientes de que si no nos mata esto, lo haremos nosotros mismos cargándonos el planeta. Dudo que vaya a ser así. Me temo que, al final, saldrán favorecidos quienes ya eran más fuertes. Grandes multinacionales, grandes corporaciones, empresas de telefonía y datos, todo aquello que hace que el poder se concentre cada vez en menos manos. El pequeño comercio, los autónomos, los pequeños empresarios, y los más vulnerables en general, lo tendrán más jodido aún, me temo. Ya te digo que ojalá me equivoque.
-¿Qué será lo primero que harás cuando se acabe el confinamiento?
Me gustaría salir a correr por donde suelo, un camino que va desde la salida norte de Valencia a la huerta de Alboraia y otros pueblos cercanos, y que es algo que suelo hacer para despejar la cabeza después de pasar el día entero metido en casa escribiendo. Eso sería seguramente lo primero, y lo segundo, empezar a ver a mi familia y mis amigos, aunque tengamos que limitarnos a saludarnos con los codos.
MANOLO D. ABAD
Foto: MARÍA CARBONELL