lunes, 30 de noviembre de 2015

Vuelta al infierno del Arcángel


Crónicas de Vestuario. -

Vuelta al infierno del Arcángel”


Hay lugares, hay situaciones, hay personas que, se haga lo que se haga, quedan marcadas por la fatalidad. Regresaba el conjunto azul al inicio del periplo más horrendo de su historia, al campo donde se plasmó un descenso que luego se transformaría en una segunda claudicación y que llevó al Real Oviedo a unas catacumbas que todos quisiéramos olvidar. Un infierno que pocos mencionaron en los prolegómenos, aquella triste tarde de junio de 2003 donde los azules comenzaron una penitencia inmerecida, un período de tormentas, de guerra civil, de bajezas y de heroicidades, de contrastes sólo definibles como pasión en todos sus extremos. En los buenos y en los malos. 
 
El Arcángel es un escenario infernal para el oviedismo, donde podría levantarse una segunda estatua al Ángel Caído, como la que se erige en el Parque del Retiro, cerca de la magnífica rosaleda donde se pueden disfrutar todos los colores de la naturaleza representados en unos deliciosos rosales. Las rosas azules representan confianza, afecto, fidelidad y reserva, aunque también se pueden regalar a esa persona única, especial e imprescindible, además de revelar como alguien misterioso a quien las regala... Y un misterio grande, muy grande, es cómo el Real Oviedo dejó escapar vivo a un Córdoba que será líder pero que no mostró nada reseñable excepto en sus dos remates -el segundo en un clamoroso fuera de juego- para justificar su posición en la tabla.

El once de Sergio Egea llegó al partido indolente y despistado, en una situación que se ha repetido demasiadas veces esta temporada y sobre la que debería de haber un toque de atención por parte del cuerpo técnico. El choque se tiró en esos minutos y de poco sirvió llevar el mando en el resto, con dos goles abajo, con líneas muy separadas y con jugadores contemplando la luna de Valencia en la noche cordobesa de patios decorados. Un infierno del que nadie quiso hablar y que revivió frente a un conjunto verdiblanco mediocre y que encontró en el desastroso trencilla cántabro Arias López al aliado perfecto para finiquitar un increíble resultado a la vista de sus nulos méritos. Cuando se choca contra un juez que detiene un contraataque de los visitantes ante la caída de un contrario -Víctor Pérez- que permaneció en el suelo mientras sus propios compañeros seguían el ataque sin tirar el balón fuera, descubres que todo está perdido. Sólo queda retrotraerse al doble fuera de juego del segundo gol de los andaluces y saber que en el infierno del Arcángel sólo tocaba penar una vez más, doce años y medio después.

MANOLO D. ABAD
Foto: J.L.G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el 30 de noviembre de 2015

viernes, 27 de noviembre de 2015

Moontrap "Lockerhead"


jueves, 26 de noviembre de 2015

Joaquín Pascual "El Misionero"


miércoles, 25 de noviembre de 2015

Bandada de estorninos

 

Vetusta Blues. -

Bandada de estorninos”


Hace unos días pudimos ver cómo se cerraba el Campo de San Francisco por un fenómeno que, este otoño, está resultando de lo más sorprendente: una bandada de estorninos. Como si quisieran combatir alguna plaga en la ciudad, los estorninos comenzaron a ocupar los árboles situados al lado de la acera izquierda de la calle Toreno con las consiguientes molestias para los paseantes, puesto que cuando actúan en esas bandadas la producción de excrementos que producen es realmente exagerada. La acera, sólo un par de días después, presentaba un color blanquecino fruto de la actividad de estas aves, que también se caracterizan por su ruido. Un espectáculo digno de Alfred Hitchcock y su película “Los pájaros”, aunque en el film de 1963 fueran gaviotas las terroríficas especies.

El estornino es un ave ruidosa y ruido, mucho ruido -aunque trate de aplacarse por los canales habituales de afines- es lo que ha causado la imputación del ex-alcalde y, también, durante unas semanas en la pasada primavera, activo “alcalde en funciones” Agustín Iglesias Caunedo. Y eso que parecía que en el caso Aquagest no iba a pasar nada, como suele ocurrir tantas y tantas veces. Una ruidosa bandada de estorninos batiendo las inmediaciones del Campo de San Francisco, formando oleadas sinuosas y, en apariencia, solo en apariencia, representando un acontecimiento menor. Pero la madeja que va desenredándose, poco a poco, a cuentagotas, va cayendo como una pesada losa sobre todas y cada una de las afirmaciones iniciales. La reputación del ex-alcalde heredero y también ex-alcalde en funciones durante la pasada primavera, está sufriendo una erosión enorme, como la que producen en las aceras de la calle Toreno los abundantes excrementos de los estorninos. La cuestión es que todo se mantiene en un limbo, en una tremenda espera, para ver hasta qué punto llegan las investigaciones. Y, mientras tanto, las aceras, blancas por las deposiciones de las aves, siguen deteriorándose. Por no hablar del ruido diario y persistente, a eso de las seis de la tarde, que asusta a los vecinos y les deja con una gran preocupación. ¿Hasta dónde llegarán los estorninos? ¿Cuánto daño pueden hacer? ¿Cuál será el grado de erosión que soportará el Campo de San Francisco y algunas de las calles de la ciudad de Oviedo? 
 
Dice la wikipedia que los estorninos pueden llegar a tener hasta treinta y cinco tipos de canción variable y hasta catorce tipos de clics. Así que, descuiden, parece ser que hay suficiente repertorio con el que aguantar cualquier avalancha y que, con un poco de suerte, logren que todo siga igual. Menos mal que la lluvia ha llegado y las aceras ya no están ocupadas por el blanco color de sus excrementos.

MANOLO D. ABAD
Foto: PABLO LORENZANA
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 25 de noviembre de 2015

lunes, 23 de noviembre de 2015

Surfin´ Bichos "Ella y yo"


Estereotipos rock Oviedo-Gijón

 

Vinilo Azul. –

Estereotipos rock Oviedo-Gijón”

Leía hace unas semanas en el suplemento de ocio “Finde” de EL COMERCIO un artículo de mi querido amigo Jorge Alonso en el que hablaba de las diferencias entre el Oviedo de los 90 y el Gijón de esa época. Resaltaba Alonso que Oviedo era más rockero que Gijón, muy indie, en un contraste que él veía nítido. Este tipo de visiones suelen darse gracias a varios factores: primero, el no haber vivido en primera persona esa época; dos, el tomar las imágenes que otros les brindan y tres, desconocer absolutamente hechos y ambientes y aplicarlos con cierta superficialidad como si correspondiesen a este tiempo. A diferencia de Jorge, yo tuve la gran suerte de vivir esa década –tan intensamente que llegué a ver más de cien conciertos en un año- y que conservo nítidos en la memoria una serie de hechos para desbaratar lo que afirma mi amigo, que cuando comenzaban los 90 aún tenía doce añinos.
El Oviedo de los 90 fue tan rockero como indie-alternativo. Quizás en esa época se daba una mezcla natural que hoy, en una mayoría de círculos cerrados no se da. Habla Alonso de Dinosaur Jr., pero mi copia en vinilo de “Bug” se la compré a Marisa Ruiz, una de las dueñas del mítico local madrileño Agapo –el disco lleva el cuño de la legendaria sala- donde cabían desde lo más indie a la ortodoxia rockera. Lo mismo sucedía en Oviedo: podías meterte en el No Name y escuchar tanto a los Surfin´ Bichos –paradigma indie- como a La Frontera, banda de rock de guitarras por excelencia; luego pasarte por el Monster mientras sonaban los Pixies y, a continuación, los Godfathers. No, la noche, a principios de los 90 en Oviedo no se parece en nada a como la pinta mi buen amigo Jorge. En los conciertos del Chanel podías ver a Dr. Explosion pero también a Australian Blonde. Los indies gijoneses Medication presentaron sus dos EPs en el Monster (con gran éxito de público y ventas, por cierto). Y unos años más tarde, ya metidos de lleno en los 90, llegaría un templo indie como el Movie. Manta Ray tocaban en la Antigua Estación el 12 de enero de 1996 cuando aún el local se llamaba La Noceda, en la fiesta aniversario de mi programa radiofónico “Club Alternativo” junto a Crew, The Heartbeats y Mamy Carter. Mucho antes, el 8 de junio de 1990 en la ovetense sala La Catedral debutaban en concierto Penélope Trip junto a The Dark, Esta Noche Tampoco y Screaming Pijas en la fiesta del fanzine “La Línea del Arco”, dirigido por Luis Calvo, actual capo del sello Elefant que celebra este año su vigesimoquinto aniversario. Recuerdo que a Luis -por entonces un estudiante berciano de la Universidad de Oviedo- le encantaba un grupo ovetense llamado Vigilantes. Por no hablar del festival Oviedo Múltiple y su precedente, el Festival de Rock Universitario. Se pudo ver a grupos como Yo La Tengo, Los Planetas, Babes In Toyland o El Inquilino Comunista y en su concurso participaron bandas como Niños Mutantes o La Habitación Roja. ¡Hasta en unas fiestas de San Mateo -un 14 de septiembre de 1991- se pudo ver a Penélope Trip, Doctor Explosion y Screaming Pijas!
Nada que ver con el escenario que nos pinta Jorge Alonso, pues. El tiempo ha transcurrido y hoy los espacios están mucho más segmentados. Pero me temo que, hoy en día, muchos se quedan en ciertos estereotipos e, incluso, osan aplicarlos por doquier. El Oviedo nocturno y musical de los 90 fue efervescente y muy, muy abierto. Un tiempo que viví con intensidad, probablemente a costa de muchas otras cosas, pero ahora, con esa perspectiva de los años, creo que mereció la pena ser disfrutado de esa manera.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 22 de noviembre de 2015

Germán Robles (1929-2015)


Dan Fante (1944-2015)


viernes, 20 de noviembre de 2015

Envolvente encanto

 

Crítica. Música. -

Envolvente encanto”


JANE WEAVER
Lata de Zinc, Oviedo.
Miércoles, 18 de noviembre de 2015
A veces, cuando las cosas se tuercen y todo parece que va a ir mal surgen pequeños momentos que devuelven la esperanza y lo transforman en algo bueno. Eso debieron pensar Jane Weaver y los cuatro componentes de su grupo cuando se quedaron sin sus instrumentos y amplificadores gracias a la eficacia con los equipajes de las compañías aéreas y el personal de aeropuertos. Pablo y Jose -dos de los responsables de la sala- pusieron su agenda echando humo para encontrar en la ciudad sustitutos para sus instrumentos y sacar el concierto adelante. Superado el problema, con una veintena de personas en la sala, quedaba lo más importante: la actuación. Y ésta se saldó con brillantez, de menos a más, logrando envolver al público en sus densas y hechizantes atmósferas, de ritmos hipnóticos por donde la voz angelical de la Weaver se filtra como una luz al final del túnel.



Jane Louise Weaver ha tocado en su carrera diferentes registros y eso se nota en su buen hacer, en su soltura escénica que, poco a poco, fue deslizándose sobre las tablas y en ese gélido encanto que insinúa y sugiere entre climas vaporosos sobre los que levitan unos ritmos de psicodelia espacial que atrapan como un campo magnético. Presentaba la de Liverpool su sexto álbum en solitario “The Silver Globe” (2014) -título basado en el film de Andrej Zulawski “On The Silver globe” (1988)- donde se sumerge en una ensoñación de lisergia que podría recordar a bandas como Hawkind en una alquimia donde The War On Drugs se abrazan con el triphop en una estimulante simbiosis donde su voz parece levitar en un contexto onírico, casi mágico y logró convencer a un público que acabó ensimismado por su buen hacer. Una propuesta interesante, atractiva y que desarrollaron Jane Weaver y su banda con suma brillantez en una magnífica hora de actuación a pesar de haber tenido que salvar todos los elementos que parecían haberse puesto en su contra.
MANOLO D. ABAD
Fotos: M.D.A.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

A Zita, in memoriam



Vetusta Blues. –

A Zita, in memoriam”

El jueves 12 de noviembre de 2015 el cáncer se llevó a Zita Alonso. Es probable que muchos de ustedes no la conociesen, pero todos aquellos que, desde mediados de los 80 vivimos el rock en Oviedo, nos sentimos golpeados por su muerte. Algunos tuvimos el privilegio de conocerla personalmente, de ser amigos suyos. Zita no era una estrella del rock, pero lo había vivido con tal intensidad y brillo, que su luz refulgía como si lo fuese. Ella era rock. En el ambiente de ese mundillo, ella era referencia con mayúsculas. Al contrario de lo que se le supone a ciertas estrellitas y estrellones, Zita era generosa, alegre, con una radiante sonrisa y una vitalidad que contagiaba hasta en los días más pesarosos.
Desde su edad adolescente, Zita fue testigo de la noche rockera ovetense, primero desde la barra del legendario Factory. Allí coincidió con Poch, el que fuera líder de Derribos Arias, del que contó a Carlos Rego diversas aventuras de sus meses en Oviedo que aparecen en su reciente libro “Derribos Arias: licencia para aberrar” (66rpm), y que Zita no podrá leer. También de aquella época gloriosa de la movida de mediados de los 80, le vino ser conocida por grupos como Los Rebeldes, Desperados o, por supuesto, Ilegales. Muchos quedaron prendados de su belleza y buen rollo, en una amistad que perduraría durante toda su vida. Conoció el roll del rock, lo amó y transmitió su pasión a todos aquellos que tuvimos contacto con ella. La historia se nutre de pequeñas grandes historias de gentes que no acaparan los focos de la primera fila pero siempre están ahí, como testigos esenciales. También probó con su cafetería Récord, aunque su gran ilusión, quizás la mayor de todas, era impulsar una revista que reuniese todas las inquietudes creativas que formaban parte de su mundo junto a su inseparable hermano Eloy.
Proyectos e ilusiones que no pudieron realizarse por culpa de una enfermedad que la arrasó en menos de un año. Su luz no se quebró ni en sus últimos días, a la espera de un desenlace cruel con alguien que siempre logró comunicar la energía del rock.
No llovía en Oviedo en la mañana del viernes cuando la incineraron. En la ciudad, en sus amigos, en quienes sentimos y vivimos el rock ya había suficientes lágrimas. Sólo pude encontrar el modo de frenarlas escribiendo este pequeño recuerdo, de su pequeña gran historia. Como cantaron La Frontera -¡otros de los suyos!- “Volverán los buenos tiempos”… Pero no serán lo mismo sin ti, querida amiga Zita, aunque estamos seguros que tu espíritu vivirá en cada acorde de rock que suene en la ciudad con la misma pasión que tú sentiste por esa música.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 18 de noviembre de 2015

Amor en flotación

Crítica. Música. –

Amor en flotación”
MARK OLSON + RIOTURBIO
Lata de Zinc, Oviedo.
Sábado 14 de noviembre de 2015.

Tras la masacre parisina del día anterior no parecía la mejor fecha para disfrutar del concierto del exJayhawks Mark Olson y del supergrupo asturiano Rioturbio. Haciendo de tripas corazón, nos acercamos a la sala ovetense con la requerida puntualidad. Rebasados treinta y pico minutos sobre el supuesto estricto horario, aparecían Mark Olson e Ingunn Ringwold sobre las tablas ovetenses. Y bien que su presencia fue agradecida para evadirse de tragedias, del odio en su versión humana más cruel, pues la propuesta del dúo nos llevaba a una depuradísima muestra de rock desnudo, desprovisto de aditivos eléctricos, con la belleza de la acústica a flor de piel. Aprovechando al máximo instrumentos como el dulcimer o un extrañísimo órgano Farfisa que más parecía un sítar, el dúo nos brindó una dulce, encantadora sesión, donde las sedosas armonías vocales conducían a una psicodelia que, por momentos, se teñía de una sensible mística del amor y de la pureza. Un viaje de lisergia limpia, de ensoñación amorosa para flotar en un clima de buenos sentimientos y dejarse atrapar en un oasis libre y en paz. Para trocar dolor en sonrisa en una jornada de gran tristeza e inquietud.

Cerraron Rioturbio, el supergrupo asturiano que parte del country-rock para enredarse en todo tipo de sonidos de eso que ahora se da en llamar “americana”. Rock de raíces americano que sonó con el desparpajo de unos viejos amigos que se reúnen para divertirse con el carisma de veteranos en mil batallas como su vocalista Ronny Río (exKactus Jack, Real McCoyson, Nurses) –que, esta vez, no recurrió ni a sus ya célebres chistes- o un sensacional Álvaro Barcena (exBruscos, Pablo Moro, Electric Buffalo) que hizo estragos en el sonido de la banda con una pedal steel tocada con inusitado acierto. Una jornada completa para olvidarse de la noche anterior en vela, con el corazón en un puño, golpeado por la sinrazón, la ignorancia y el mal.

MANOLO D. ABAD

lunes, 16 de noviembre de 2015

Jane Weaver "Argent"

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Reconciliación


Crónicas de Vestuario. -

Reconciliación”

 

Afrontaba el conjunto azul su choque frente al Nástic de Tarragona con la necesidad de reencontrarse con la victoria y con el gol para no prolongar su negativa racha y que la ansiedad comenzase a alimentar mentideros y rumorologías varias.



El encuentro comenzó con los dos equipos estudiándose, sin plantearse el objetivo principal de este deporte -el anotar goles- en una nada que avivaba los malos augurios que los azules habían dejado tras su choque soriano. Fue Koné el primero de los locales que remató, a los once minutos, para, diez después, culminar una gran jugada por banda. Los de Egea fueron despertando poco a poco de su letargo y comenzaron a combinar, a desdoblarse por las bandas y a crear peligro. Los catalanes apenas inquietaban, con un fútbol en segunda velocidad, extremadamente lento, que favorecía los intereses ovetenses. Sólo alteró el guión no escrito De la Espada con un remate al larguero, más fruto de ciertos desarreglos en las marcas, que de una iniciativa organizada. Casi al final, Susaeta anotaba su tercer tanto de falta, el sexto de una campaña donde está mostrando un enorme acierto y confianza. Con el segundo, la alegría del once azul propiciaba más peligro para los ramplones catalanes que no mostraron casi nada positivo a lo largo del partido.


El segundo acto se inició con más velocidad azul, que se iría diluyendo para dejar la iniciativa a los tarraconenses que apenas sí sabían qué hacer con su posesión. Tiempo para el contraataque, para un penalti de Xavi Molina sobre Koné que Ruipérez Marín no quiso ver y para disfrutar del reencuentro con el gol y con la victoria. Además del ansiado “cero” en la propia portería para que no faltase de nada a la felicidad ovetense.


Se salva así un choque importantísimo para los azules, ya que los de Egea ejercerán de visitantes en las próximas dos jornadas, y para reconciliarse con el público, que disfrutó de lo lindo del encuentro. Público que volvió, además, a mostrar su grandeza y conexión con la cuna del fútbol, con Inglaterra: ante la falta de deportividad de Mossa le abucheó hasta el final con esa persistencia que se otorga en las islas británicas a todo jugador sucio. En definitiva, victoria para la tranquilidad, para acercarse a la zona noble y para creer que esa identidad creativa, con clara vocación por el gol, es la que ha de señalar el camino de los azules en los próximos meses. Así, sí.
MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: JOSÉ L.G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 16 de noviembre de 2015

miércoles, 11 de noviembre de 2015

El nombre de Oviedo en Europa


Vetusta Blues. -

El nombre de Oviedo en Europa”


Cada vez que uno escucha aquello de “vamos a situar el nombre de Oviedo en Europa”, uno se echa a temblar. O se teme lo peor. Es una de esas frases recurrentes que promete todo y no significa nada. Se la escuchamos al anterior alcalde de la ciudad y, miren por donde, ha conseguido colocar a la ciudad en un mapa bien distinto del que, seguramente, pensaba cuando la frasecita de marras salió de sus labios. Idéntica máxima surgió del promotor de conciertos que, en efecto, ha logrado situar el nombre de Oviedo en la Europa del pandemónium. Primero, con una carpa multichachiguay que fue de escándalo en escándalo. Después, por los conflictos derivados de la suspensión del concierto de Extremoduro en las fiestas de 2014 y que, parece, van a tener consecuencias muy costosas para la ciudad.


A uno esto de situar el nombre de “Oviedo” en Europa me parece una de esas frívolas afirmaciones, sin ningún tipo de sustentación y que le parecen más propias de los tiempos de las películas de Paco Martínez Soria. En lo que sí deberían afanarse es en asomarse a Europa para comprobar el uso que en otras capitales se da a sus Gasómetros, a los recintos que poseen para los diversos eventos, en cómo han aprovechado circunstancias como las que se dan ahora en Oviedo para transformar su ciudad. Eso sí que sería situar a Oviedo en Europa. Y no estos viajecitos, líos y demás asuntos de los cuales -sin ninguna duda, oiga- son responsables los periodistas por destaparlos y los articulistas por comentarlos, no les quepa ninguna duda.

Se acerca la fecha de una nueva reunión de esas semestrales de la Comisión de Patrimonio y uno vuelve a temerse lo peor: que esa condena de muerte sobre la plaza de toros de Oviedo que es mantener sobre ella la condición de “bien de interés cultural” se conserve y la putrefacción acabe por convertirla en una ruina sin solución de ningún tipo. Aún parece que podría haber tiempo y, si se produjese el milagro, acometer una reforma de envergadura sería clave para poseer un recinto adecuado para conciertos y otro tipo de acontecimientos que la ciudad necesita con urgencia. Que no se puede estar a expensas de malos remedos y que supone una necesidad básica para la vida de la ciudad. Estar preparados para cuando se dé esa circunstancia nos ahorraría perder más tiempo del que ya nos han llevado tantos dimes y diretes, tantos postizos provisionales (carpas multichachiguays y demás) que sólo dejan un mal rastro de dinero mal utilizado.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 11 de noviembre de 2015

lunes, 9 de noviembre de 2015

Identidad perdida



Crónicas de Vestuario. –
Identidad perdida”

Bien es sabido que, como reconoció el propio Sergio Egea, todos los equipos de Segunda –o su gran mayoría- son “amarrategui”, expresión surgida de dos conceptos, el de “amarrar” un resultado, un punto miserable y el de quien consiguió hacer historia a base de practicarlo hasta el paroxismo, el entrenador vasco José María Maguregui. Las alusiones acabaron por difuminarse en el lenguaje y los equipos se afanaron en atecharse y salvar los muebles a base de defensa férrea y nulo fútbol. El alegre –a veces, suicida como una buena canción del “Heroes” de David Bowie o del “Lust for life” de Iggy Pop- fútbol del Real Oviedo se diluyó en “Camino Soria” (que hubiesen cantado los Gabinete Caligari en su célebre tema y álbum) como la peor de las pesadillas.

Renunciar a la propia identidad significa sucumbir. Y eso es lo que hizo el conjunto azul. No crear oportunidades en ataque y ser salvado por Esteban una y otra vez, hasta siete que llegué a contar. Así no, Señor Don Sergio Egea. Preferible es perder 5 a 4 que ser superado por un flojo conjunto rojillo por la mínima y sin apenas mostrar nada. Mal, muy mal. Renunciar a la identidad, a una personalidad que el once azul había expuesto con brillantez en pos de mantener la portería a cero sí que es un suicidio. Pueden ocurrir accidentes como los de Ponferrada, pero caer como en Soria –con el potencial de esta plantilla- resulta especialmente doloroso. Mal, muy mal. Convertirse en un grupo timorato, diluirse en la mediocridad de otros, no es el camino que esperábamos, Señor Egea.

Lo de hoy ha sido duro. Duro ver cómo se cortaban las alas de un equipo que debe volar, porque tiene gol, porque es capaz de crear, porque tiene talento y porque –creíamos- posee identidad. Renunciar a ella por el qué dirán, por el cómo son los demás es caer de la manera en que los azules lo han hecho en Soria. Sabedores de todo lo que pudo haber sido y no fue. Capados por las precauciones. Convertidos en una triste sombra. Salvados por el gran Esteban hasta que llegó otro bestial error, en este caso de Borja Gómez, para demostrar lo equivocado que se está cuando uno renuncia a su propia identidad en virtud de qué dirán.
Larga es la Liga. Tiempo hay para definirse. Pero éste no es el camino. Debemos recuperar nuestra identidad, ofensiva, muy ofensiva, antes de que la rutina nos lleve al desastre y las dudas, como en esta pésima exhibición soriana para olvidar lo antes posible.

MANOLO D. ABAD
Foto:J.L.G.FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 9 de noviembre de 2015

domingo, 8 de noviembre de 2015

Cuando la "Ruta 66" pasó por Oviedo

 

Vinilo Azul. –

Cuando la "Ruta 66" pasó por Oviedo”


La revista especializada en rock “Ruta 66” cumple este mes de noviembre treinta años. Nada menos. En esa singladura, he tenido la oportunidad de viajar a bordo de la misma veintiuno de esos treinta. El nuevo mundo configurado a partir de internet y los teléfonos móviles ha cambiado el espíritu de las publicaciones en papel. Parecen –libros y revistas en este formato- una antigualla, algo del pasado, que esas nuevas generaciones parecen rehuir con esa persistencia de quien se cree cargado de razón. Hojear, enfrascarse en las palabras encerradas en el papel, lleva camino de convertirse en uno de esos placeres ocultos que el nuevo mundo de las tecnologías punta desconoce y es incapaz de saborear.

Mis días de colaborador de una de las revistas más importantes de rock de España comenzaron por azar. A raíz de un concierto de los franceses Les Thugs en la desaparecida sala Factory de Oviedo, escribí un texto y mi hermana me animó a enviarlo a la revista que, por entonces, la primavera de 1987, comenzaba a dar sus primeros pasos. A la emoción de ver publicada la crítica de ese concierto en junio de ese año, siguió el interés de escribir más, de aportar algo desde mi ciudad a una revista que se nutría, sobre todo, de lo que sucedía en Barcelona y Madrid. Eran tiempos de rock´n´roll y sumergirse en los textos de esa publicación mensual suponía enriquecerse con lecciones magistrales a cargo de grandes firmas como las de Jaime Gonzalo, Ignacio Julià, Rafa Cervera o Diego A. Manrique. De todos ellos aprendía, de sus textos y recomendaciones me nutría y trataba de escuchar vinilos que no estaban al alcance de un joven de provincias. Los anuncios de tiendas de discos que vendían por correo muchas de las referencias servían para contactar y conseguir a contrareembolso gran cantidad de vinilos con los que ilustrar lo leído. El proceso de aprendizaje implicaba quedarse en casa muchos fines de semana escuchando esos discos: la paga semanal no daba para más.

Mis aportaciones fueron aumentando. Primero, las noticias mensuales, que exigían imbuirse del ambiente musical de Oviedo y de Gijón. No estaban las redes sociales para informar de los movimientos de los grupos asturianos (grabaciones, ediciones, giras) y había que salir a la calle, ir a los locales donde se pinchaba rock, en los que había conciertos y que frecuentaban muchas bandas. Era una cadena peculiar y exigente. Llegaron los primeros cheques por mi trabajo. Pronto terminé mi primer gran artículo a dos páginas, dedicado a Derribos Arias. Unos meses después, una entrevista con 091 que habían estado de gira por Asturias. Luego llegó la oportunidad de mostrar a bandas asturianas que comenzaban a despuntar: The Amateurs, Esquil y Los Mures, UHP… Después informes exhaustivos sobre bandas como The Stranglers, The Jam, The Sound, Blue Nile… Al fin, después de mucho tiempo, una portada con Nick Cave & The Bad Seeds.

Fueron veintiún años magníficos, aunque, al final, se torcieran las cosas. Dinero a deber por trabajos correspondientes a dos años, malos entendidos con el nuevo accionariado que derivaron en feas situaciones… Sin embargo, alejado ya de aquellos días –que tampoco fueron buenos en lo personal, quizás se juntaron ambos como en un torcido guiño del destino- queda lo vivido, lo escrito, todo lo que aportó a mi existencia la revista “Ruta 66”, que fue mucho, muchísimo y que me condujo a ese camino sin el que no estaría aquí, hablándoles de una publicación esencial e histórica que está unida a mi personalidad y a mi propia firma con el pegamento de las grandes experiencias de mi vida.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 8 de noviembre de 2015

sábado, 7 de noviembre de 2015

El hedor de la ciénaga

 

Vetusta Blues. –

El hedor de la ciénaga”


Llegados a este punto de no retorno, no deberían caber los paños calientes. “Putiferio y varios”, ese es el símbolo de quienes venían a limpiar la política, con su mundo de vidas ejemplares, currículums relucientes de másters apañados y pulcras vestimentas políticamente correctas. Los que convencían con las privatizaciones a quien quisiera escucharles, los que no sólo han repetido las más abyectas formas de putrefacción estética y moral sino que las han perfeccionado con hipocresía y cinismo convirtiéndolas en una moneda de cambio habitual. No, no vale encogerse de hombros. No, no vale mirar hacia otro lado. Porque aunque deseen acabar con cualquier esperanza en esta democracia, aún debe haber un sitio para la decencia y el trabajo en pos de los demás. Por más que traten de envenenar con sus tretas, sus excusas y sus mentiras, aún debemos conservar la cordura y creer en la justicia.

Putiferio y varios. Bonito abastecer la forma de esclavismo más antigua (algún imbécil se remite al “oficio más antiguo del mundo”), e incluso justificarla y mantenerla. Y no enmendarla. Sólo ellos, los guardianes de la moral, los que nos empequeñecen gravando a la cultura con el 21% de IVA, los que sólo desean fuerza de choque para construir casas que nadie habitará, esos que sólo entienden de sobres, los que han conseguido redefinir el nauseabundo concepto del nepotismo, quienes repiten día tras día nuevos actos hipócritas en cada una de sus embusteras vidas ejemplares que han impuesto como guía de existencia al resto de los mortales, esos seres de quienes se ríen desde lo alto de la balaustrada, sabedores de que han conseguido uniformar (anular, incluso) a una informe masa que les reforzará en todos sus planteamientos.

Putiferio y varios. Bonita ciudad Dubrovnik. A cuatrocientos euros la noche el pago a una deleznable forma de esclavismo. A cuatrocientos euros de todos los ovetenses. O de los asturianos. Bonito como un paraíso natural con cien mil parados. Es tan fácil jugar con el dinero del contribuyente que casi debemos tragarnos esta porquería como si fuese un chicle sin dulce. La garganta del ciudadano es más profunda que el mayor de los inodoros.

No es drama, es asco. Ese asco que nos invade cuando conocemos la mentira, la hipocresía y, finalmente, el cinismo de aquellos que deberían ser ejemplo. Cuando tanta podredumbre supura desde la ciénaga a la que han contribuido con su inmoralidad manifiesta a que los ciudadanos hayan pagado escandalosas subidas del ibi; esos que han soportado una presión fiscal inaudita; esos que están hartos de mentiras y exhibiciones vacías de lujo hueco, ciudadanos que exigen un mínimo de decencia. Un pequeño gramo de luz en ese océano de suciedad al que han contribuido con su irresponsabilidad, con su mundo de conseguidores, de favoritismos, de regalos, de viajecitos, los del “putiferio y varios”. Ese pequeño gramo supone que se vayan y desparezcan, que se sumerjan en esa putrefacta ciénaga, habiten allí y no vuelvan nunca más.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 7 de noviembre de 2015

jueves, 5 de noviembre de 2015

Richard Lloyd "The knock down"


martes, 3 de noviembre de 2015

Desgarradora intensidad

Crítica. Música. -

Desgarradora intensidad”
THE DRONES + ART & BEAUTY.
Lata de Zinc, Oviedo.
Domingo 1 de noviembre de 2015.

Regresaban por tercera vez a tierras asturianas los australianos The Drones tras haber tenido que posponer su presencia en el pasado mes de junio debido al creciente éxito en su país, donde han ampliado gira y han sido aupados -con todo merecimiento- como la mejor formación del año. Es el grupo encabezado por Gareth Liddiard una banda que asume todo tipo de riesgos, sin miedo a internarse en unos terrenos peligrosos, donde mandan las atmósferas opresivas, la expresividad a flor de piel, enlazando el viaje sin retorno que emprendieran Birthday Party hace décadas y que apenas ha encontrado continuadores. Las sombras de Rowland S. Howard y de los mencionados Birthday Party alumbran un repertorio tan personal que no encuentra ningún parangón en la siempre diversa escena alternativa. 


 
The Drones poseen el toque de los grandes, no aptos más que para paladares selectos, en una resolución sonora asfixiante, que deja al oyente tan abrumado como satisfecho al final de una hora y pico de clima sofocante, angustioso pero pleno de una efusividad que captura y seduce como pocas. El cuarteto se emplea a fondo como si le fuera la vida en ello, como si cada noche fuese la última, con una fuerza descomunal no exenta de solvencia y precisión. Los australianos se marcaron un inolvidable concierto, en una magnífica muestra de arrebatadora pasión y poder total. Electricidad guitarrera convulsa, trotando sobre el bajo de Fiona Kitschin a golpe de calambrazos hirientes y plenos de sentimiento. Sin lugar a dudas, una de las grandes actuaciones del año.



Abrió el dúo leonés Art & Beauty que lograron no desentonar y ofrecer treinta y cinco minutos prometedores, partiendo del slow-core del inicio al blues añejo donde se manejaron con destreza. Banda a tener en cuenta, no sólo por una propuesta interesante sino por sus buenas maneras, que completaron una noche para enmarcar.



MANOLO D. ABAD
Fotos: M.D.A.
Publicado en el diario "El Comercio" el martes 3 de noviembre de 2015


 

lunes, 2 de noviembre de 2015

Automatics "Fly around the world"


El peso de la prudencia

 

Crónicas de Vestuario. -

El peso de la prudencia”


Los filiales siempre reúnen alicientes de sobra como para estar precavido, además de su capacidad para resultar imprevisibles. En esta campaña, sólo toca enfrentarse a uno: el Bilbao Athletic, recién ascendido tras diecinueve temporadas en la categoría de bronce. Sin embargo, los jóvenes cachorros ofrecieron una imagen muy seria de equipo, alejados de la espontaneidad que se les supone a los filiales. Con un trabajo táctico sólido, aunque poco mordiente en ataque, donde las pinceladas de imaginación las proporcionaba Unai López, quien ya ha frecuentado el conjunto de Primera en numerosas ocasiones.



El Real Oviedo buscaba con paciencia pero algo atenazado, menos veloz que otras veces, quizás pensando aún en la goleada que les endosó la Ponferradina en la jornada anterior. Se buscaba el gol, con excelentes apuntes de un muy destacado Johannesson en buena armonía con Susaeta, pero faltaba la puntería necesaria para batir a un guardameta de la solvencia de Remiro. Los remates se iban fuera o llegaban, mansos, a las manos del buen cancerbero vasco. Destacaba Toché como quien más lo intentaba pero en la soleada tarde otoñal faltaba el tino con el que inaugurar un marcador que se quedaría a cero.



En el segundo acto, el conjunto de Sergio Egea buscó más toque y velocidad, pero el punto de mira seguía sin ser el de otros días. Sin esa pegada, el Real Oviedo se vio condenado a algunos -no muchos, cierto es- apuros en una defensa que sigue sin ser contundente, a pesar de que hoy lograra dejar el tanteador a cero. No hubo “revolución Koné” y sólo varias internadas de Aguirre hicieron suspirar a la grada. Hoy los balones se quedaban atrapados en el área sin posibilidad de llevarlos al fondo de las mallas. La prudencia tras la locura de la jornada anterior se imponía como una losa demasiado fuerte.



Quizás los azules deban seguir a Horacio cuando decía que a la prudencia había que mezclarle unas dosis de irracionalidad. Hoy los ovetenses trataron a toda costa de mostrarse muy equilibrados, pero acusaron un encorsetamiento que aprovecharon los vizcaínos para darse un respiro en la zona baja. Nos acercamos al primer tercio de Liga y, a pesar de las dudas en la defensa y de los titubeos a la busca de encontrar una identidad propia, parece que los de Sergio Egea van a estar en el grupo cabecero. Larga es la Liga y quizás los azules puedan conseguir el deseado equilibrio entre su capacidad goleadora y las necesidades defensivas. Como bien dijera Marco Tulio Cicerón “la prudencia es saber distinguir las cosas deseables de las que conviene evitar”. Esperemos que el ser prudente no esté reñido, como en esta tarde, con la puntería y la efectividad.

MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: J.L.G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 2 de noviembre de 2015

 

domingo, 1 de noviembre de 2015

Rastros

 

Vetusta Blues. –

Rastros”


Rodeamos, por el Campo de San Francisco, el cordón policial que, de camino a mi trabajo, se presenta en el trayecto diario habitual. Le señalo a Ella algunas de las muchas estatuas del Campo, como la de Clarín, que apenas recuerda mientras echamos un ojo a la fotografía bien enmarcada que se acaba de comprar en la exposición del café Tránsito –uno de mis locales favoritos de la ciudad- a precio de ganga. Apenas reparamos en el torso de Fruela I, una de las menos fotografiadas de Oviedo, a pesar de ser la que mayor vigilancia tiene. Descuiden, no es por ella, es por el búnker del Banco de España, otro atroz atentado que en su día se cometió contra una de esas joyas que sólo podemos conservar en nuestro corazón: el Palacio de Concha Heres. Así son los rastros de la vida. De la ciudad y de las personas. Unos se derrumbarán para ser sustituidos en pos de una modernidad que sólo es codicia; otros permanecerán -de alguna manera- presentes en otras vidas, o a través de la existencia de otros.

Me abstraigo de los tiradores en las azoteas cuando Ella me transmite la sensación de una metralleta en su pecho, hace tan solo unos días en un vagón de metro a sólo mil kilómetros al norte de aquí. Se asombra de los modelitos de algunas ilustres habitantes de la ciudad. Estamos juntos y no hay tiempo para dejarse arrastrar por todas las mareas que traen los Premios, sólo queda pensar, al amanecer, en los rastros desperdigados por la ciudad. Los de los que serán olvidados; los de quienes crean sin pensar en más que en tratar de responderse a sí mismos; los de aquellos que sólo buscan esa nada del ascenso social que, al final, sólo son un puñado (o grandes puñados, o descomunales puñados) de monedas de vana codicia o de pueril renombre, comprado a precio de saldo; o de esos desalmados que plagian o ponen su firma a escritos o trabajos de otros, en la última oportunidad de un deseado ascenso social, siempre a la primera fila de la foto, del peloteo y de la mentira, expertos de la nada que no sea puñalada trapera, y que tanto cuesta desenmascarar… 

Tantos y tantos rastros que deja la ciudad, entre fastos de unos y otros (ceremonias y manifestaciones de protesta),… Pero hoy lo único que me importa –alejado como siempre de las grandes luces, de la etiqueta y de esa palabreja que tanto odio, que chirría como la peor de las mentiras, la “excelencia”- es disfrutar de todas estas horas en su compañía, que los colores grises del otoño, que tanto nos gustan a Ella y a mí, se tiñan del color azul de sus ojos y me den, por fin, un instante de luz con la que poder alumbrar las sombras de quienes afilan sus puñales a mi espalda.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el adirio "El Comercio" el sábado 31 de octubre de 2015