“Estereotipos rock Oviedo-Gijón”
Leía
hace unas semanas en el suplemento de ocio “Finde” de EL COMERCIO
un artículo de mi querido amigo Jorge Alonso en el que hablaba de
las diferencias entre el Oviedo de los 90 y el Gijón de esa época.
Resaltaba Alonso que Oviedo era más rockero que Gijón, muy indie,
en un contraste que él veía nítido. Este tipo de visiones suelen
darse gracias a varios factores: primero, el no haber vivido en
primera persona esa época; dos, el tomar las imágenes que otros les
brindan y tres, desconocer absolutamente hechos y ambientes y
aplicarlos con cierta superficialidad como si correspondiesen a este
tiempo. A diferencia de Jorge, yo tuve la gran suerte de vivir esa
década –tan intensamente que llegué a ver más de cien conciertos
en un año- y que conservo nítidos en la memoria una serie de hechos
para desbaratar lo que afirma mi amigo, que cuando comenzaban los 90
aún tenía doce añinos.
El Oviedo
de los 90 fue tan rockero como indie-alternativo. Quizás en esa
época se daba una mezcla natural que hoy, en una mayoría de
círculos cerrados no se da. Habla Alonso de Dinosaur Jr., pero mi
copia en vinilo de “Bug” se la compré a Marisa Ruiz, una de las
dueñas del mítico local madrileño Agapo –el disco lleva el cuño
de la legendaria sala- donde cabían desde lo más indie a la
ortodoxia rockera. Lo mismo sucedía en Oviedo: podías meterte en el
No Name y escuchar tanto a los Surfin´ Bichos –paradigma indie-
como a La Frontera, banda de rock de guitarras por excelencia; luego
pasarte por el Monster mientras sonaban los Pixies y, a continuación,
los Godfathers. No, la noche, a principios de los 90 en Oviedo no se
parece en nada a como la pinta mi buen amigo Jorge. En los conciertos
del Chanel podías ver a Dr. Explosion pero también a Australian
Blonde. Los indies gijoneses Medication presentaron sus dos EPs en el
Monster (con gran éxito de público y ventas, por cierto). Y unos
años más tarde, ya metidos de lleno en los 90, llegaría un templo
indie como el Movie. Manta Ray tocaban en la Antigua Estación el 12
de enero de 1996 cuando aún el local se llamaba La Noceda, en la
fiesta aniversario de mi programa radiofónico “Club Alternativo”
junto a Crew, The Heartbeats y Mamy Carter. Mucho antes, el 8 de
junio de 1990 en la ovetense sala La Catedral debutaban en concierto
Penélope Trip junto a The Dark, Esta Noche Tampoco y Screaming Pijas
en la fiesta del fanzine “La Línea del Arco”, dirigido por Luis
Calvo, actual capo del sello Elefant que celebra este año su
vigesimoquinto aniversario. Recuerdo que a Luis -por entonces un
estudiante berciano de la Universidad de Oviedo- le encantaba un
grupo ovetense llamado Vigilantes. Por no hablar del festival Oviedo
Múltiple y su precedente, el Festival de Rock Universitario. Se pudo
ver a grupos como Yo La Tengo, Los Planetas, Babes In Toyland o El
Inquilino Comunista y en su concurso participaron bandas como Niños
Mutantes o La Habitación Roja. ¡Hasta en unas fiestas de San Mateo
-un 14 de septiembre de 1991- se pudo ver a Penélope Trip, Doctor
Explosion y Screaming Pijas!
Nada que
ver con el escenario que nos pinta Jorge Alonso, pues. El tiempo ha
transcurrido y hoy los espacios están mucho más segmentados. Pero
me temo que, hoy en día, muchos se quedan en ciertos estereotipos e,
incluso, osan aplicarlos por doquier. El Oviedo nocturno y musical de
los 90 fue efervescente y muy, muy abierto. Un tiempo que viví con
intensidad, probablemente a costa de muchas otras cosas, pero ahora,
con esa perspectiva de los años, creo que mereció la pena ser
disfrutado de esa manera.
MANOLO
D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 22 de noviembre de 2015
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 22 de noviembre de 2015