Crítica. Música. –
“Enganchados a la
catarsis”
FASENUOVA+NAP
HALM+MONASTHYR+B-SUITE
Plaza
de Feijoo, Oviedo.
Jueves
18 de septiembre de 2014.
Crisis y catarsis son
palabras que casi riman y que parecen caminar juntas: tras una, ha de llegar,
como una medicina, la otra. Fue una noche catártica, ya sea por las propuestas
más avanzadas o por las más tradicionales; una noche, también, de contrastes
estilísticos que nos llevaron a un vértigo de intenciones diverso.
Nap Halm fueron los
primeros en saltar a escena, con máscaras en su guitarrista y bajista, cuatro
tipos que se enfrascan en ese metal que arrasó en los 90, bandas como System Of
A Down o Korn. El cuarteto lo hace de forma apabullante, con la presión
constante en la base rítmica y la guitarra tratando de esbozar sugerentes
trenzados en medio de la tempestad sónica. La sobrecarga sensorial dio
resultado entre sus fieles que soltaron toneladas de energía retenida.
Monasthyr es un
veterano grupo, al que recordábamos de alguna otra edición. En su caso es heavy
metal clásico con el que se manejan a la perfección en la liturgia de gestos,
riffs y punteos, todo ello con un acabado formal impecable. Tras ellos B-Suite
recurren a otro clasicismo, el de esa época del rock español en el que se
insertaron en las masas formaciones como Seguridad Social. Rock robusto que
cometió, a mi modesto entender, el grave error de versionar nada menos que el
“Bienvenidos” de Miguel Ríos. Nada más y nada menos. Luego también caería “I
will always love you” de los Cure desde una perspectiva bien distinta a la del
grupo liderado por Robert Smith. Me quedé con la estupenda letra de su tema “Me
hago viejo”, realmente atinada.
Tras ellos el dúo que
ha encandilado a buena parte de la prensa musical española con su álbum “Salsa
de Cuervo”, el dúo Fasenuova. Ernesto Avelino y Roberto Lobo encarnan esa
tradición de dúos electrónicos de pesadilla, al estilo de Suicide o D.A.F.. Muy
cerca de la línea del grupo de Martin Rev y Alan Vega, pero también de los
alemanes, de Robert Görl y Gabi Delgado. Sintetizadores más cercanos a la
prehistoria (a los 70), ritmos marciales y secos, punzantes y agresivos cuando
no se van a la línea más tensa, cortante e industrial a lo Esplendor
Geométrico, Fasenuova sacuden al oyente hasta sus huesos en busca de una
catarsis diferente y estimulante. Las letras también merecen un punto y aparte,
alejadas de lo convencional y en la línea del dúo, con Lobo, impertérrito tras
sus sintes, y un Avelino en permanente combustión, cantando y chillando como el
mejor heredero de Alan Vega que se haya visto sobre un escenario. Demoledores,
incómodos, únicos.
MANOLO D. ABAD
Foto Nap Halm: VÍCTOR RODRÍGUEZ
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el sábado 20 de septiembre de 2014