Crítica. Música. –
“Cuestión de detalle”
THE ATTACK OF THE BRAIN
EATERS+HAMMERCROSS+SHOGUN +SOLDIER+POLINOMIO+LA BANDE
Plaza
de Feijoo, Oviedo.
Cuando uno se enfrenta
a finales tan igualadas como la de este año en Oviedo Rock es cuando se da
cuenta de la importancia de los detalles, casi tan importantes como muchas de
las decisiones que tomamos a lo largo de nuestras vidas. Un “sí”, pudo
llevarnos en una dirección; un “no”, alejarnos de alguien que quizás podría
haber sido trascendental en algún momento de nuestra existencia. Pues casi lo
mismo en este concurso: un bajo que no suena, una guitarra que se desenchufa,
no tener una buena noche como colectivo o, simplemente, ser distinto, tocar un
estilo olvidado y dotarle de tu propia personalidad, todos ellos son pequeños
detalles que pueden dar o quitar.
Abrieron Hammercross,
potente cuarteto que combina con habilidad stoner rock, rock escandinavo,
punk-rock y grunge en una apetitosa ensalada sónica servida con fuerza, ganas y
unas letras inusuales en bandas de estas características. Cuando se disponían a
terminar su show con una versión del “Agotados de esperar el fin” de Ilegales
un amplificador se niega a funcionar. Buen detalle del jurado de darles la
oportunidad de tocarla entera, una vez resuelto el problema técnico.
Shogun optaron por un
concierto más introspectivo, alejados de los arrebatos más duros con los que
combinan sus paisajes más atmosféricos. Sin embargo, el hecho de que el bajo de
David Cantalejo sólo se escuchara por monitores y no debidamente amplificado,
les perjudicó ostensiblemente.
Soldier salieron a por
todas, a una incesante velocidad, cabalgando por sus guitarras enfervorecidos y
con descomunal determinación. No dieron un segundo de tregua a su multicromado
metal, sacando brillo a toda su artillería sónica con una extenuante fuerza.
Polinomio se sitúan en
las antípodas de sus predecesores. Lo suyo es navegar por unas aguas hoy
olvidadas y que dejan perplejos a muchos que presentan un cráter musical donde
yacen Pink Floyd, el rock atmosférico de Cocteau Twins, los primeros Cure o The
Church. Y además, muy personales con un show que fue de menos a más.
La Bande venían de
imponerse en un importante concurso de ámbito nacional, con su folk arty y
bienintencionado, todo color y buen rollo. No tuvieron su noche, en cambio, y
su actuación fue decayendo entre instrumentos mal sonorizados –la oscurecida
sección de viento apenas se escuchaba- y el flojo resultado del sonido
conjunto. Muy deslavazados. Una pena y otra vez los detalles marcando los
caminos.
Llegó el momento de la
verdad, con Soldier como vencedores, Polinomio en segunda posición y
Hammercross completando el podio. Sin lugar a dudas, una de las ediciones con
más nivel. Cerraron con rotundidad The Attack of The Brain Eaters con la
esperanza de que la próxima edición sea, por lo menos, tan buena como ésta.
MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: ELOY BELTENÉ
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el lunes 22 de septiembre de 2014