Vinilo Azul. -
“Encuentros y escritores”
La concesión del Premio Nacional de Literatura en la modalidad de
poesía a Luis Alberto de Cuenca hace unas fechas me llenó de
alegría. Es De Cuenca un escritor e intelectual que se ha interesado
por disciplinas como el cómic o el rock de una forma natural, sin
forzadas imposturas, algo que parece resultar casi imposible en la
cultura española, amanerada como ninguna en departamentos estancos,
de “alta” consideración unos; de “baja”, otros. Me comentaba
hace unas fechas el también escritor Chus Fernández cómo se lleva
a gala en el Reino Unido el contar con una amplia cultura “popular”.
Tuve la fortuna de conocer a Luis Alberto de Cuenca en las Jornadas
de Literatura de Pravia que organiza la Asociación de Escritores de
Asturias y fue un placer poder departir con él. Recordar a la
Orquesta Mondragón o, simplemente, hablarle de la gente de Señor
Cotton a propósito de una de las camisetas que llevaba... En
definitiva, salirse del cliché de intelectual al uso y abarcar
muchos más aspectos de la cultura que rara vez abordan escritores
consagrados. Tener esa posibilidad de departir y compartir momentos
con autores renombrados de la literatura española es algo que las
Jornadas de Pravia nos han permitido a muchos escritores asturianos
en estos últimos años. Disfrutar del grandioso Félix Grande
recitando con aquel alma suya que ya se nos fue es algo impagable.
Haber contado, con un presupuesto exiguo, pero muchísimas ganas de
trabajar a través del buen hacer de muchos socios con autores de la
talla de los mencionados Luis Alberto de Cuenca o del añorado Félix
Grande, o de Luis Antonio de Villena, Eduardo Martín Garzo, Silvia
Grijalba, Miquel de Palol, Rafael Reig o Javier Reverte es algo que
algún día se acabará reconociendo a unas Jornadas que, sin grandes
alharacas, han ido engrosando un enorme valor. Sí, ya sabemos que
las maledicencias de muchos envidiosos tratan de enfangar iniciativas
como ésta, pero a mí me gustaría encontrar algo parecido en
Oviedo.
Porque lo que necesita Oviedo en materia cultural son iniciativas
genuinas, propias. No satélites de otras que se celebran en
múltiples lugares como la Noche Blanca. Proyectos propios, sí,
únicos de su lugar y, a poder ser, que lleven su nombre impreso en
ellas. Getafe Negro es un ejemplo que se me viene ahora mismo a la
cabeza. No quiero volver a recordar al maravilloso Oviedo Múltiple
que, a mediados de los 90, nos entregó grandes conciertos,
interesantes ciclos de cine e, incluso, la presencia de varios
programas radiofónicos en vivo desde la ciudad. Hay muchas más
iniciativas repartidas por el país y en buscar nuevas propuestas
deberían ponerse a trabajar los responsables de estos asuntos.
Porque es la personalidad la que otorga la distinción. Con mucho
trabajo, eso sí. Sin zancadillas ni puñaladas traperas. Dejando
trabajar a los que saben. Porque ya comprobamos cómo existen algunos
lastres que sólo se dedican a inmiscuirse en materias para las que
no están preparados. Y así nos va. Sumidos en un erial de la
cultura. Despersonalizados. Con hambre de convocatorias y sed de
acontecimientos. Y, por supuesto, sin el papanatismo provinciano de
no contar con los muchos autores que en las diversas disciplinas
culturales trabajan en Asturias. Además de aprender de intelectuales
como Luis Alberto de Cuenca que valoran disciplinas que otros,
henchidos de un supuesto intelectualismo rígido, denostan.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 11 de octubre de 2015