Vetusta Blues. -
“La imposible concordia”
Seguimos
en Oviedo, en la política de la ciudad ovetense, envueltos en un
clima envenenado de absurdas disputas que sólo parecen interesar en
un plano estrictamente electoralista que debería ser superado ante
el importante número de retos que se presentan de cara al futuro de
la ciudad. Pero, ¡ay! las elecciones generales están ahí y los
partidos afilan sus armas con cualquier estúpida excusa, a ser
posible lo más nimia posible, para que comiencen a saltar absurdas
polémicas estériles que impiden afrontar asuntos de gran calado,
esos que requieren grandes miras y no parecen preocupar más que para
enardecer a los convencidos de cada bando y -quizás, yo lo dudo
mucho- rapiñar unos votos de quienes aún dudan qué opción escoger
de cara al próximo 20 de diciembre.
La
propuesta del Concejal de Cultura de la ciudad, Roberto Sánchez
Ramos, de utilizar el abandonado Asturcón -megalómano complejo,
emblema de la estéril desmesura del régimen que gobernó los
últimos veinticuatro años en Oviedo- como recinto para albergar la
soñada Ciudad Deportiva del Real Oviedo es uno de esos ejemplos que
nos ponen en la tesitura de un gran consenso. Y, como ese, lo mismo
debería ocurrir con la Plaza de Toros de la ciudad, ahora que ha
cambiado la Dirección General de Patrimonio (que tendrá su reunión
semestral en diciembre y podría resolver este asunto de una puñetera
vez), los terrenos del antiguo Hospital o los de la Fábrica de
Armas. Asuntos de alto calado que requieren unión de todos los
estamentos de la ciudad, sin egoísmos, sin partidismos, sin
estúpidas visiones de un raquitismo alarmante. Son muchas las veces
que recordamos cómo pudo transformarse Bilbao, a través de un
diálogo mesurado más allá de partidismos. Desde la concordia para
lograr, todos unidos, un cambio radical en la estructura de la
ciudad, que la permita crecer y crear riqueza con nuevas
expectativas.
Sin
embargo, nada de esto se respira en esta atmósfera de continua
crispación, de batallas inútiles a la vista de un desgaste
exclusivamente político, de una erosión artificiosa usando y
quemando todo medio a su alcance, en la que va a resultar muy difícil
convocar a las distintas fuerzas, a derecha e izquierda, para
alcanzar un pacto global sobre los asuntos de futuro en la ciudad.
Envueltos en la táctica de la victoria pírrica con la que engrasar
la maquinaria de unas absurdas guerras bizantinas nada será posible
para que el proyecto de aprovechar los espacios vacíos de Oviedo y
transformarla en beneficio de todos avance.
MANOLO
D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 3 de octubre de 2015