Crónicas de Vestuario. -
“Amistad astur-islandesa”
Decía
el poeta y filósofo norteamericano Ralph Waldo Emerson que la
confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito. Y eso es lo
que el jugador del Real Oviedo Diegui Johannesson debe haberse
clavado a fuego en su corazón. Pero no sólo es la propia fe en uno
mismo la que lleva a lo más alto, en el caso del jugador azul
también se han sucedido una concatenación de acontecimientos que
han provocado su explosión futbolística que le ha llevado a la
próxima convocatoria de la selección absoluta de Islandia para
disputar el próximo domingo 31 de enero un encuentro amistoso frente
a Estados Unidos.
Nadie
hubiera dado un duro hace tan solo cuatro meses porque todo esto
hubiera podido suceder. El Real Oviedo se fijaba en el jugador del
Real Zaragoza José Fernández para reforzar el lateral derecho,
relegando a Diegui Johannesson al filial del Vetusta, pues el segundo
hombre para esa posición sería el asturiano Nacho López. Fernández
ha sido la mayor de las decepciones en los fichajes oviedistas de
esta temporada: sin proyección ofensiva y con bastantes altibajos en
defensa, no convenció a nadie del cartel con el que había llegado,
nada menos que el de “mejor jugador de Segunda de la temporada
precedente”. Las lesiones precipitaron los acontecimientos.
Fernández y Nacho López tuvieron que pasar por la enfermería y el
risueño jugador, relegado al filial, tuvo su gran oportunidad en la
décima jornada frente a la Ponferradina. La banda derecha se
transformó y el peligro del equipo azul volvió a desplegarse por
ese carril, en parte gracias al impulso ofensivo de uno de los tres
trillizos de la pareja astur-islandesa formada por Jon Mar
Johannesson y Amelia Pando junto a Ingemar y Cristian. Poco a poco,
el joven Johannesson que cambió su nombre futbolístico de “Diegui”
por el de su apellido islandés a sugerencia de su entrenador Sergio
Egea ha ido afianzándose, puliendo defectos desde una infatigable
intensidad hasta transformarse en uno de los destacados de la
temporada del regreso azul a la categoría de plata. Contundente en
defensa, incisivo en ataque y capaz de brindar grandes asistencias de
gol, siempre intenso y concentrado.
La
concatenación de acontecimientos prosiguió. Islandia había
conseguido clasificarse por primera vez en su historia para la fase
final de la Eurocopa de Naciones, pero necesita reforzar una banda
derecha donde se han acumulado las dudas. El habitual era Birkir
Saevarsson, de 31 años, que milita en el histórico Hammarby de la
liga sueca, que no es precisamente una competición de primer nivel.
También han probado -sin convencer en absoluto- Haukur Hauksson, del
AIK, y Elmar Bjarnasson, centrocampista del Aarhus reconvertido a ese
puesto. La explosión de Diegui le ha proporcionado una oportunidad
más de crecer, de mostrar esa “magia real en el entusiasmo” de
la que hablaba Norman Vincent Peale, el creador de la teoría del
pensamiento positivo. Aunque vaya a perderse el trascendental choque
frente al líder, el Alavés, toda la familia azul celebra su posible
internacionalidad, la primera de un jugador oviedista desde que en
marzo de 2006 Rafa Ponzo disputase un amistoso con Venezuela. Un
síntoma más de que, tras años de tristezas y desgracias sin fin,
el momento ha llegado para teñirse del color azul del Real Oviedo.
MANOLO
D. ABAD
Foto:JOSÉ L. G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el miércoles 27 de enero de 2016