Vinilo Azul. -
“Plaza del Carbayón, 3”
Los senderos que jalonan
nuestras vidas se vuelven, muchas veces, intrincados como un
laberinto imposible de desenredar. Siempre recuerdo esa escena de “La
Huella” -magnífica, como toda la película- en la que Michael
Caine trata de encontrar a Lawrence Olivier a través de un jardín
con escondrijos imposibles, anticipo de todo lo que veremos después
en una obra maestra, imprescindible. En otras, es la casualidad la
que nos reúne y nos sitúa cerca, muy cerca. Y una gran casualidad
es la que ha querido que el encuentro con Luis Arias Argüelles-Meres
haya llegado en diversas vías. Primero, coincidiendo en estas
páginas de EL COMERCIO, sobre todo en la sección deportiva donde
hablamos de ese Real Oviedo de nuestras esperanzas en tantos días y
análisis postpartido de esta temporada donde seguimos albergando
grandes esperanzas de regreso a la categoría que nos corresponde.
Segundo, habiendo tenido el gran honor de sucederle hace unos meses
en el palmarés del Premio de la Crítica de la Asociación de
Escritores de Asturias de columnismo literario. Y tercero, teniendo a
la Plaza del Carbayón como uno de nuestros ejes vitales.
Casualidades o
causalidades, aquí estamos, compartiendo estas páginas, en la tarea
de ofrecer estampas de un Oviedo que había sido negado en virtud de
unos “principales” de un régimen que sigue dejando el olor, el
(mal) sabor y el precio de sus cadáveres en forma de palacios, de
ruinosas inversiones, de tétricos desechos, de deudas que todos los
ovetenses deberemos pagar, de una mentira que muchos han mantenido
para satisfacer sus propios intereses económicos y sociales. Frente
a esos, más preocupados por la “l” de una preposición en un
“Martes de (¿del...? por favooor) Campo”, están otros
columnistas a quienes les interesa escribir de problemas reales, de
los 1200 euros que cada ovetense pagará por una gestión nefasta, de
la ruina de muchos lugares de la ciudad, de la catastrófica gestión
política que nos ha abocado a este marasmo en Oviedo. Luis Arias
Argüelles-Meres es uno de esos finos y comprometidos analistas que
no se atemorizan ni se dejan callar. Sus columnas lo atestiguan para
bien del periodismo y para bien de la conciencia de la ciudad y de
los ovetenses.
En una vía completamente
distinta a esa, pero también muy relacionada, pues ofrece una visión
íntima, muy ligada a sus vivencias y alejada del tono
carpetovetónico y autocomplaciente de otras publicaciones, están
los artículos reunidos en su reciente “Desde la Plaza del
Carbayón. Vivencias 1957-2016” (Septem Ediciones), compendio de su
labor para la aventura emprendida por este diario de cara a los
domingos desde abril de 2015 en la contraportada de estas páginas
que tienen en sus manos. Para cerrar el ciclo de causalidades y
casualidades, tendré el inmenso privilegio de hacer los honores al
propio autor -con la inestimable ayuda del también colaborador de El
COMERCIO Iván de Santiago- en la presentación del libro que tendrá
lugar el jueves 2 de junio en la Librería-Café Santa Teresa en
Oviedo, muy cerquita de esa Plaza del Carbayón, crucial enclave
común que me relaciona con un escritor esencial para comprender esa
nueva ciudad que los ovetenses queremos reconquistar aunque nos
cueste sufrimiento, trabajo y dinero.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el domingo 22 de mayo de 2016