Crónicas de Vestuario. -
“El tiempo de los supervivientes”
Según va acercándose el
final de esta larga travesía que es la Liga de Segunda División van
aflorando los nervios y, sobre todo, la necesidad imperiosa de
puntuar al precio que sea. El coste acostumbra a ser muy alto, casi
tanto como el premio a lograr. Conscientes de ello, los azules -sin
cuajar ni de lejos un buen partido- consiguieron salir vivos del
choque ante el Córdoba, en una prueba de supervivencia donde
mostraron el coraje que requería la ocasión.
Los andaluces crearon
innumerables ocasiones pero hoy la suerte no estaba de su lado. Se
encontraron, además, a un Rubén Miño infranqueable que cuajó una
estupenda actuación, sólo superada por un completo Josete tanto en
misiones defensivas como en las de ataque, que coronó, además, con
un gol. Todo lo contrario de un Héctor Verdés que volvió a ser
expulsado -¡cuarta vez en esta temporada!- y obligó a que sus
compañeros redoblaran las fuerzas para superar la agonía de más de
media hora en inferioridad.
No era un día para
manifestaciones excelsas de gran fútbol. Sólo importaba la
supervivencia. Mantener a cero la portería para gozar de los tres
puntos conseguidos con el gol de Josete. Poco más que lucha sin
cuartel podían ofrecer los azules ante un rival que manejaba el
partido y creaba constantes ocasiones de gol. Salir indemnes de la
prueba y con el importante botín a salvo era el único objetivo. Se
volvieron a malograr contraataques, como uno clamoroso que marró
Borja Valle, pero, al final, no hubo que lamentarse de las ocasiones
perdidas, como sí que habrán hecho los discípulos de Oltra.
El equipo mantiene sus
opciones y todos nos agarramos al clavo ardiendo de los resultados, a
falta de otras virtudes. Siguen sin convencer los de Generelo, pero
se conservan las esperanzas, lo más importante, lo verdaderamente
trascendental. Ya habrá tiempo para hablar de otros asuntos: ahora
son los puntos y los resultados los que mandan sobre cualquier otro
argumento. Es hora de sobrevivir y nada más. Toca olvidarse de todo
y alimentarse de esperanza, borrar cualquier memoria de un juego que
cada vez está más lejos del que nos situó en vanguardia y sumar
los mayores puntos posibles con los raquíticos valores que adornan
al conjunto de Generelo. Pequeño consuelo el tener que asirse al
coraje pero ahora es el tiempo de los supervivientes y de obtener los
máximos premios sin pensar en nada más.
MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: J.L.G.FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 2 de mayo de 2016