miércoles, 31 de diciembre de 2014
martes, 30 de diciembre de 2014
Richard Hawley "Before"
Here we are
Lent to the earth by the stars
But it won't be me
That sets you free
No it won't be me who closes the door on before.
Before.
Slivers of light hang in the dark,
Loving hands place the flowers in the vase
But it won't be me
That sets you free
No it won't be me who closes the door on before.
Before.
But it won't be me
That sets you free
No it won't be me who closes the door on before.
Before.
Before.
She said don't look at the new moon through the glass,
Our eyes on the future that will pass
But it won't be me
That sets you free
No it won't be me who closes the door on before.
Before
Before
Before
sábado, 27 de diciembre de 2014
Imágenes de Navidad en Oviedo
Vetusta Blues. –“Imágenes de Navidad en Oviedo”
Bullía el centro de la ciudad,
pero no como en otras ocasiones. Las prisas por llegar a ningún sitio, en esa
loca carrera diaria, cotidiana, que nos marcamos como una competición absurda
por llegar cinco segundos antes que otro, no existían. Era otra ansiedad, con
una faz diferente, alejada de los malos modos con los que lidiamos con
resignada naturalidad día tras día. Las últimas compras, los regalos atrasados,
tanta gente… En las escaleras mecánicas del centro comercial se apelotonan las
personas sin esas urgencias de un día normal. Dejo pasar a algunas para que no
atosiguen a mi madre, con su bastón y cierta dificultad para dar el paso a un
escalón automático de subida. Una mujer de mi edad pasa y me da las gracias
mientras le explico las dificultades que ella tiene. Sorprendentemente, me
encuentro buen rollo. Atención, no indiferencia.
Al llegar a casa contemplo las
espeluznantes imágenes del brutal accidente de La Escandalera. Veo a mis queridos
Morei, Israel y Marta atendiendo a las víctimas en plena calle. La gente no ha
podido pasar de largo ante semejante salvajada. Aún no todo está perdido, creo.
Ya llegará el momento de conocer las primeras declaraciones del conductor
comentando que “no era para tanto”. Está claro que, para algunos, la Navidad
jamás llegará ni leyéndoles un millón de veces seguidas el célebre y magnífico
cuento de Charles Dickens. Luego, horas después, ya vendrá alguien para
proporcionarle una excusa con la que librarse de su responsabilidad ante
semejante vileza. Afortunadamente, no hay muertos y sólo una de las víctimas
permanece en el HUCA. Horas después, la policía detiene en el Campillín a la
mujer –me niego a llamarla madre- que abandonó a sus tres hijos a su suerte.
Aquí sí que hay muchas, demasiadas víctimas y con unas cicatrices que durarán
mucho tiempo… El día se empeña en ofrecer claroscuros y altibajos. En la calle,
el carrusel de mendigos desdice los datos de la alta economía. Encuentro a uno
de los no habituales, que quizás no lleve tanto tiempo a la intemperie: le doy
una bolsa con jamón y con queso. Sólo valdrá por un día, no habrá sonrisas ni
el corazón dejará de encogerse ni él de sentirse cada vez más pequeño y anónimo,
pero necesito compartir un gramo de alegría, una mínima sonrisa en medio de su
adversidad.
Porque sí, esta Navidad -a
diferencia de la de 2013 en que una puñalada trapera de unos viles y vengativos
“empresarios” me golpeó inesperadamente- me ha devuelto una sonrisa parecida a
la de los empleados de Alcoa. Su sonrisa, que por coincidencias de la vida es
la misma que la mía, posee un resplandor, una luz, mucho mayor que la de esos
afortunados a los que les tocó la Lotería de Navidad. A los que este tiempo les
devolvió ese motor de la vida llamado esperanza que trata de alumbrarnos en
días como éstos. La jornada había empezado con canciones de Richard Hawley y
así quise que acabara, consumiendo una vela para que brille al final del túnel,
para que la esperanza nunca se marchite.
MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el sábado 27 de diciembre de 2014
jueves, 25 de diciembre de 2014
martes, 23 de diciembre de 2014
The The "August and september"
Suddenly last summer
I started going out of my head
In a tiny hotel room
Lyin' naked on a bed
I started going out of my head
In a tiny hotel room
Lyin' naked on a bed
I knew what you were doing, and I knew what you'd done
Your life with me was ending, your new life had begun
But I was cursing your name, and I was cursing that room
And I was praying for the strength to stop loving you
Your life with me was ending, your new life had begun
But I was cursing your name, and I was cursing that room
And I was praying for the strength to stop loving you
I started writing you the letter
Which turned into the book
I was gonna reach across the oceans
And force you to look
Which turned into the book
I was gonna reach across the oceans
And force you to look
What kind of man was I?
Who would sacrifice your happiness to satisfy his pride?
What kind of man was I?
Who would delay your destiny to appease his tiny mind?
Who would sacrifice your happiness to satisfy his pride?
What kind of man was I?
Who would delay your destiny to appease his tiny mind?
Then you came back to me and I went down on one knee
With a glint in my eyes and a rose between my teeth
And I pushed out my tongue for you to see
That I'd been dying of a thirst for your company
And then you quenched my loneliness with your tears
And our clothes fell away as we rolled back the years
But we couldn't deny it because we could not admit it
With a glint in my eyes and a rose between my teeth
And I pushed out my tongue for you to see
That I'd been dying of a thirst for your company
And then you quenched my loneliness with your tears
And our clothes fell away as we rolled back the years
But we couldn't deny it because we could not admit it
If our love too strong to die
Or we were just too weak to kill it?
Was our love too strong to die?
Or were we just too weak to kill it?
Or we were just too weak to kill it?
Was our love too strong to die?
Or were we just too weak to kill it?
Every moment in that room
I closed my eyes in prayer
Every moment I awoke
I clenched my teeth in prayer
I closed my eyes in prayer
Every moment I awoke
I clenched my teeth in prayer
What kind of man was I?
Who would sacrifice your happiness to satisfy his pride?
What kind of man was I?
Who would delay your destiny to appease his tiny mind?
Who would sacrifice your happiness to satisfy his pride?
What kind of man was I?
Who would delay your destiny to appease his tiny mind?
What kind of man was I?
Who could delay your destiny to appease his achin' swollen pride?
Who could delay your destiny to appease his screamin' little mind?
Who could delay your destiny to appease his achin' swollen pride?
Who could delay your destiny to appease his screamin' little mind?
You're mine
You're mine
You're mine
You're mine
You're mine
lunes, 22 de diciembre de 2014
El valor de los supervivientes
Crítica. Música. –
“El valor de los
supervivientes”
BUENO
Nuncajamás,
Oviedo.
Viernes 19 de
diciembre de 2014.
Regresaba
Bueno –el último proyecto de Javier Vallina- a las tablas con un nuevo álbum
bajo el brazo tras cinco años de silencio discográfico después de su debut “9
canciones minúsculas, un huracán y millones de lunares”. Respaldado por una
formación básica de guitarra-bajo-batería donde volvió a destacar la labor
guitarrera de su hermano Amador, Bueno volvieron a demostrar que, a pesar del
tiempo transcurrido entre disco y disco, son una de las formaciones más sólidas
de la escena rock asturiana. Entregados a la búsqueda de la alquimia en la
canción pop, los langreanos consiguen perlas que brillan por sí mismas,
irresistibles hasta para los oídos más duros: temas radiantes y redondos como
“Amplifícalo” o “Maratón”, bien surtidos de guitarras, deberían encontrar la
proyección que merecen. Pero quizás ahora el público potencial prefiera la
épica generacional de una supuesta trascendencia del “nosotros” a la
efervescencia pop de historias personales donde Vallina demuestra magia y
precisión en su escritura. Apenas llegaba al centenar de asistentes el
concierto pero ello no fue óbice para que los cuatro músicos enseñaran las
cualidades de un directo consistente, sin fisuras, para gloria de “Perros,
santos y refranes”, el flamante segundo álbum de los asturianos, que alternaron
con algunas perlas de su debut como “Paila”, con la que cerraron el show.
Abren Bueno
ahora un nuevo período de actuaciones y, es de esperar, que no tenga que
transcurrir otro lustro para disfrutar de una nueva creación de Javi Vallina y
los suyos. Supervivientes de la gloriosa década de los 90 donde despuntaron con
Los Mancos, Bueno son una de las apuestas más firmes en Asturias para quien
guste de las bendiciones que las canciones de pop redondo y guitarrero son
capaces de crear. Un valor del que pocos pueden presumir.
MANOLO D. ABAD
Foto: MANOLO D. ABAD
Publ.icado en la edición papel del diario "El Comercio" el lunes 22 de diciembre de 2014
Piedras
Crónicas de Vestuario. –“Piedras”
Regresaba el Real Oviedo a La Malata, el estadio
donde peor imagen ha dejado el conjunto carbayón en lo que va de temporada con
la sonora derrota ante el Rácing de Ferrol por cuatro a uno, para enfrentarse
al Somozas, uno de los equipos de la zona baja de la clasificación. Y lo cierto
es que el once azul comenzó muy metido en la faena y fruto de ello fueron los
dos goles de Omgba –gol 5000 de la historia azul- y Susaeta. El equipo jugaba
con fluidez, al toque y con movimientos
tácticos excelentes. Los azules parecían querer aprovechar la segunda
oportunidad y poder salir victoriosos de
Ferrol.
Pero en el fútbol lo inesperado siempre puede llegar
a aparecer en cualquier momento. Cuando mejor jugaba el cuadro azul, con el
viento favorable, llegó un balón aislado dentro del área oviedista y la mano
absurda de Jonathan Vila para el consiguiente penalti. El partido cambió
radicalmente. Llegaron los nervios, las imprecisiones, incluso diría que el
miedo. El camino de piedras hasta el objetivo planteado tiene estos episodios y
superarlos marca el estar más o menos arriba en la tabla clasificatoria.
La segunda parte comenzaba con un Real Oviedo que
trataba de volver a recuperar el mando del partido. Sin embargo, fue el Somozas
quien consiguió igualar pronto el choque por medio de Luis Ángel tras un
garrafal error de toda la defensa azul, pasiva tras el despeje de Esteban a un
disparo aislado desde fuera del área. El equipo carbayón pagaba otra vez muy
caro sus despistes. Las nubes se cernían con un mal presagio de maldiciones y
oscuridad. El once de Sergio Egea parecía apagarse, mientras los gallegos se
crecían y apretaban con convicción a los azules, conscientes de que podía ser
su momento. Los espacios se cerraban, el Real Oviedo era incapaz de crear y
sufría.
Curiosamente, como si de una devolución caprichosa
del destino se tratase, cuando peor estaban los ovetenses llegó otra mano para
salvar el partido. Susaeta transformó el penalti y el equipo pareció aliviarse
un tanto, hasta que en las postrimerías del encuentro, los verdiblancos
volvieron a mostrarse peligrosos y los despistes defensivos regresaron. Fue el
momento de que Esteban se erigiera en el valladar del equipo y que estos tres
últimos puntos del año viajen a la capital del Principado.
Superar estas piedras del camino, a equipos recios y
luchadores de la parte baja, trae el premio de consolidarse en el liderato. Aún
quedan muchos meses y muchas piedras, pero terminar el año con este buen sabor
de boca permite que la esperanza, lenta, no se apague.
MANOLO D. ABAD
Foto: PABLO LORENZANA
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 22 de diciembre de 2014
sábado, 20 de diciembre de 2014
Los árboles de Navidad de Ana
Vetusta Blues. –
“Los árboles de Navidad de Ana”
Es lunes y acompaño a mi madre
hasta el centro de la ciudad. Se trata de un día de muchas ocupaciones, aún más
para una persona jubilada como ella. Al llegar a la altura de Ana, la eficaz
conserje que se ocupa de tener a punto el edificio donde viven mis padres, con
más de ochenta comuneros, nos señala el mostrador desnudo. “¿Han visto? Ha
vuelto a desaparecer el árbol de Navidad, ¡ya es el tercero este año!”, nos
dice con cierta resignación. No soy muy de adornos navideños, la verdad, ni la
iluminación ni los belenes ni los árboles me entusiasman en demasía, menos aún
las pistas de patinaje con sobrecostes respecto a otras ciudades -como ha
sucedido con esa que han plantado en la plaza de Porlier- pero comprendo y
valoro el que haya personas que deseen decorar su entorno de trabajo. Eso lo
debería hacer algo más llevadero en estos tiempos más propios de Dickens que de
esa era de bienestar tecnológico que tanto nos quieren vender.
Me quedo dándole vueltas al
cobarde robo, pero me detengo al pensar que, más cerca, los vecinitos del 5º E
que les han tocado este año a mis padres son aún más desaprensivos que los
anónimos ladrones. Algunas noches me quedo en la casa de ellos y compruebo cómo
soportan con estoicismo los golpes en el suelo –no sé si es que juegan a la
peonza o algo así- los sonidos guturales propios de cavernícolas o los
constantes portazos, todo ello en madrugadas ruidosas que suelen prolongarse
hasta casi el alba. Imposible encontrar al casero, ni responde ni se le espera.
A veces pienso si sus intenciones son parecidas a las de un personaje de una
película cuyo título no recuerdo, que alquiló a unos tipos ruidosos con la
intención de hartarles y hacerse con el piso de los martirizados vecinos. Lo
llego a pensar en esas noches eternas en las que resulta complicado conciliar
el sueño, aunque, poco a poco, uno ya se ha ido acostumbrando en esos días en
que decide acompañar a sus progenitores en su domicilio. Es de suponer que la
Nochevieja va a ser histórica, como la de hace tres años, con una veintena de
bailongueros botando en el piso superior hasta que la Policía hizo acto de
presencia muy al final. El escándalo se podía oír en toda la Losa. Vistos los
antecedentes de este grupillo de desaprensivos, verdaderos individuos incívicos
incapaces de cualquier atisbo de convivencia, esperamos una gorda, muy gorda.
Entro al supermercado a comprar
algunas viandas. En la poblada cola, unos niños necesitan un campo de fútbol
para desarrollar sus movimientos nerviosos, mientras la madre, sin excesivo
énfasis, les reprende tibiamente. Por desgracia, tras ellos, un octogenario
permanece inmóvil recibiendo, de cuando en cuando, algún que otro golpe de uno
de los niños que permanece a lo suyo hasta que le agarro de la capucha y le
espeto un “tranquilidad” que parece obrar el milagro de que deje en paz al
hombre. “No te preocupes, fui boxeador, ya encajé muchos golpes”, me dice el
anciano, tratando de esbozar una sonrisa. Como se repetía en el cortometraje
“Ambition” de Hal Hartley, el mundo es un lugar peligroso e incierto, pero es
verdad que muchos se empeñan en hacerlo aún peor. Llega la Navidad y Ana ya no
ha comprado un cuarto árbol. Los desalmados, ladrones anónimos, resentidos y
amargados se han salido, una vez más, con la suya.
MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el sábado 20 de diciembre de 2014
viernes, 19 de diciembre de 2014
Cuando un sueño se acaba
Crónicas de Vestuario. –
“Cuando un sueño se acaba”
En el tránsito de esta temporada
crucial, la participación en la Copa del Rey se tomó como un regalo una vez
superadas las eliminatorias previas. Plantados en los dieciseisavos, frente a
un rival de Primera División a doble partido, sólo había espacio para el sueño.
Y, aunque la realidad mostrara a una Real Sociedad con múltiples carencias y
más asequible que otros gigantes de Primera, el conjunto azul no puso, en
ningún momento, toda la carne en el asador. Sergio Egea se lo tomó en una doble
vertiente: por un lado, dar la oportunidad a jugadores de esa cantera que
vuelve a ilusionar; por otro, encauzar en la buena dinámica a jugadores que
parecen haberla perdido como Generelo, Eneko, Señé o Diego Cervero. Nos hemos
encontrado así a un Real Oviedo distinto al que acostumbra, con enormes
precauciones defensivas y sin pimienta en ataque. Como si se tratara de
esconder un secreto, no fuera a ser que, con la vista puesta a seis meses, los
azules asustaran mucho con su poderío, tal y como traslucen sus números ligueros.
Contaba Nick Hornby en su imprescindible
novela “Fiebre en las gradas” cómo volvió a engancharse a las emociones del
fútbol tras años de inercia en un encuentro de la Copa de Liga del equipo de su
alma –el Arsenal, por si no han tenido el gusto de leerle- frente al Tottenham.
Emoción, esa es la palabra que define a todo torneo copero. Emoción que ha sido
cercenada por los poderosos con eliminatorias a doble vuelta que cortan de raíz
la posibilidad de sorpresa, de que modestos o venidos a menos recuperen su
orgullo. En esas estamos y a ellas se asimiló el once azul, consciente de un
guión previo, preconcebido, al que debía ajustarse porque las urgencias
(ascender) son otras tras un periplo de oscuridad que ya dura demasiado tiempo.
De modo que, aunque sean cada vez más los oviedistas que están recuperando sus
colores al igual que al brillante escritor británico le sucedió, no era la Copa
el momento adecuado ni para soñar ni para que la emoción regresara.
El partido volvió a ser una partida de
ajedrez en la que la Real Sociedad reiteró un ritmo lento a la espera de un
zarpazo que esta vez sí llegó, mientras el Real Oviedo trataba de desgastar a
los donostiarras para buscar en la segunda mitad su momento. Roto el guión por
Finnbogason -ese tanque islandés que de tener pasaporte español tendría
dificultades para jugar en Tercera División- el conjunto azul se sumió en una
extraña inercia que no pudo cambiarse en la reanudación a pesar de haber
adelantado la línea de presión como suele acostumbrar en los encuentros de la
Liga regular. Fue el momento para que brillara un intenso Sergio García –romo
de cara a puerta, lamentablemente-, para que se creara peligro en las jugadas a
balón parado, para que el equipo recuperara su forma de ser, esa identidad que
ha escondido en estos ciento ochenta minutos para el olvido. Una pena, puesto
que, a la vista de las múltiples carencias de los guipuzcoanos, los azules –el
miércoles de verde, camuflados con el césped- podrían haber dado una alegría a
una afición necesitada de ellas. A cambio, nos queda la realidad, el camino de
vuelta al fútbol profesional. Ese es el reto y a él hay que aferrarse. A la
prosaica realidad. Próxima estación: Somozas.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el viernes 19 de diciembre de 2014
jueves, 18 de diciembre de 2014
domingo, 14 de diciembre de 2014
Bajo la presión
Crónicas de Vestuario. –“Bajo la presión”
“Under the pressure”
(Bajo la presión) es una de las grandes canciones incluidas en el soberbio tercer
álbum de los norteamericanos The War On Drugs. Bajo la presión vive el Real
Oviedo, la de los resultados, la de los anhelos de salir de este pozo en el que
se encuentra y a la que, en la desapacible tarde del sábado, sumó una más: la
de las condiciones climatológicas. Asimilar el juego a esas características que
marcó la constante y abundante lluvia caída durante toda la jornada era el
principal reto para enfrentarse a un Compostela que, en esta temporada, tampoco
ha sabido moverse bajo la presión de unas aspiraciones de ascenso que les han
atenazado en múltiples ocasiones.
Tardó un cuarto de hora
el conjunto azul en adaptarse a las dificultades que el terreno de juego le
ofrecía, en especial una banda derecha anegada por el agua. La porfía por cada
balón era constante, en un cuerpo a cuerpo donde el esférico generaba
situaciones peligrosas cuando se detenía en los múltiples charcos. Había que
moverse en esa tensión generada en cada pelota, en todo lo inesperado que podía
suceder en cualquier jugada aparentemente inofensiva. Los balones parados se
convertían en el mejor recurso para crear las ocasiones más claras y así llegó
el gol de Jonathan Vila tras peinar uno de esos lanzamientos de falta. A partir
de entonces, el conjunto azul dominó la extraña batalla bajo la lluvia y manejó
la presión en su propio beneficio, buscando pelotas en largo y renunciando al
toque obligado por la adversa climatología.
El Compostela, equipo
que se ha reforzado con buenos jugadores como Teles -estilista portugués de
Funchal cedido por el Deportivo de La Coruña- interpretó el fútbol adecuado en
la reanudación, empujando al Real Oviedo contra su área. La entrada de Mon y de
Quim “El Mago” Araújo –negado esta temporada de cara a puerta- acrecentó el
dominio de los gallegos que llegaron a inquietar con un mayor despliegue
físico. Paradójicamente, tras frustrar el empapado césped su ocasión más clara,
el once azul se soltó el peligro santiagués y abrió unos minutos donde pudo
sentenciar el encuentro. La primera, en una mano clarísima de Marcos Rodríguez
que empuja con su brazo dentro del área en las mismísimas narices del nefasto
trencilla Cid Camacho, otro más para engrosar ese peculiar colegio sueco de los
que no quieren complicarse la faena ni ante lo más claro que suceda dentro de
cualquier área. Luego, Eneko y Josep Señé no resolvieron dos ocasiones
clamorosas y llegó el momento del sufrimiento, de más presión ante la
desesperada ofensiva de los de Iñaki Alonso. Volvió a sonar otra canción, el
célebre hit de 1982 “Under pressure” en las voces de David Bowie y Freddy
Mercury para gloria de un Real Oviedo que rompe la racha de líderes caídos (en
esta ocasión, ellos mismos) que se dejaban su vitola en el Tartiere. Los azules
se afianzan, sabedores de que el camino –aunque largo y plagado de
dificultades- cada vez se va acortando más y con una mejor gestión de sus
múltiples presiones.
sábado, 13 de diciembre de 2014
A puerta cerrada
Vetusta Blues. –“A puerta cerrada”
Como toda ciudad, Oviedo esconde rincones oscuros, lugares de los que avergonzarse, donde los errores de sus dirigentes tratan de permanecer ocultos, a salvo de miradas indiscretas. Pero sus dimensiones no pueden esconderse tan fácilmente y se erigen como extraños monumentos a las malas gestiones, a la megalomanía de lo que llegó a ser un régimen en la ciudad –el gabinismo- y que hoy trata de transformarse en algo distinto, con la vista puesta en la incertidumbre de unas elecciones municipales dentro de cinco meses.
Lugares inhóspitos que albergaron momentos de gloria –así es para quienes tuvimos oportunidad de disfrutar de grandes conciertos- como la Plaza de Toros se muestran como edificios inútiles devorados por la ruina mientras los encargados de salvarlos se enfrascan en ese partido de ping-pong en el que nada se resuelve para gloria de sus intrigas políticas y para ruina de la ciudad y de sus habitantes.
Hay más construcciones en Oviedo, inacabadas, en espera de ser rescatadas de la ruina, a punto de estrenarse pero sin que ese momento llegue, como bien hemos podido leer hace unos días en las páginas de EL COMERCIO. Y también están los planes de resurrección -que ahora que llegan las elecciones se apresuran a anunciarnos- como la de un pabellón de deportes en Ciudad Naranco donde se quiso montar ese spa del que hablamos en esta misma columna hace poco. Leo el proyecto y me quedo un poco asombrado por la nula amplitud de miras, no sé si fruto del desconocimiento o de las apreturas. ¿Una capacidad para tres mil espectadores? ¿Por qué no los cinco mil que exige la ACB a los clubs de básket para entrar en su Liga ahora que el C.B. Oviedo aspira a subir a la máxima categoría del baloncesto español? Me quedo anonadado y no dejo de darle vueltas. También sería deseable que, si se plantea la posibilidad de montar conciertos allí, se realice el conveniente estudio para que la sonoridad no sea un festival de rebotes…de sonido, no de los que capturan Juanjo García, Schreiber y compañía.
Volviendo a esa Plaza de Toros de nuestros dolores, este mes se reúnen otra vez los de la Comisión de Patrimonio, como cada semestre. ¿Volverán a hacerse los suecos y no adoptar ninguna resolución para que este vergonzoso asunto de la Plaza de Toros se aclare? Mucho nos tememos que sí, porque parecen enquistados en su inoperancia, satisfechos de reunirse para no tomar ninguna decisión, felices por ver cómo un edificio que podría abrir muchas posibilidades a Oviedo se pudre en una galopante ruina para gloria del Señor (ejem) de la Ería y sus carpas multichachiguays y demás sonrojantes manejos que, parece, que volverán el próximo septiembre por encima de quién sea el elegido en las urnas, por encima de cualquier legalidad.
MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el sábado 13 de diciembre de 2014
viernes, 12 de diciembre de 2014
lunes, 8 de diciembre de 2014
Lou Reed "There´s no time"
This is no time for celebration
This is no time for shaking hands
This is no time for backslapping
This is no time for marching bands
This is no time for shaking hands
This is no time for backslapping
This is no time for marching bands
This is no time for optimism
This is no time for endless thought
This is no time for my country right or wrong
Remember what that brought
This is no time for endless thought
This is no time for my country right or wrong
Remember what that brought
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
This is no time for congratulations
This is no time to turn your back
This is no time for circumlocution
This is no time for learned speech
This is no time to turn your back
This is no time for circumlocution
This is no time for learned speech
This is no time to count your blessings
This is no time for private gain
This is the time to put up or shut up
It won't come back this way again
This is no time for private gain
This is the time to put up or shut up
It won't come back this way again
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
This is no time to swallow anger
This is no time to ignore hate
This is no time to be acting frivolous
Because the time is getting late
This is no time to ignore hate
This is no time to be acting frivolous
Because the time is getting late
This is no time for private vendettas
This is no time to not know who you are
Self knowledge is a dangerous thing
The freedom of who you are
This is no time to not know who you are
Self knowledge is a dangerous thing
The freedom of who you are
This is no time to ignore warnings
This is no time to clear the plate
Let's not be sorry after the fact
And let the past become our fate
This is no time to clear the plate
Let's not be sorry after the fact
And let the past become our fate
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
This is no time to turn away and drink
Or smoke some vials of crack
This is a time to gather force
And take dead aim and attack
Or smoke some vials of crack
This is a time to gather force
And take dead aim and attack
This is no time for celebration
This is no time for saluting flags
This is no time for inner searchings
The future is at hand
This is no time for saluting flags
This is no time for inner searchings
The future is at hand
This is no time for phony rhetoric
This is no time for political speech
This is a time for action
Because the future's within reach
This is no time for political speech
This is a time for action
Because the future's within reach
This is the time
This is the time
This is the time
Because there is no time
This is the time
This is the time
Because there is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
There is no time
Luna "Tracy I love you"
Tell me stories on my birthday
Buy me gifts on Halloween
She's pretending not know me
But I know where she's been
Buy me gifts on Halloween
She's pretending not know me
But I know where she's been
Change your name and change
Your number
I'm gonna find you anyhow
I have been through all your things
Asking when and how and why
Your number
I'm gonna find you anyhow
I have been through all your things
Asking when and how and why
I spend too much time in airplanes
Eating peanuts
And getting high
Don't know why I can't stop smiling
When I only need to cry
Eating peanuts
And getting high
Don't know why I can't stop smiling
When I only need to cry
domingo, 7 de diciembre de 2014
The Church "Tantalized"
God I've been asleep so long, I've been away
Back from software limbo the natives call today
I let their promises bind me
I let seductive logic blind me
I embraced a machine, I went through the routine
And I hid from the people who were trying to find me
Till the day comes when you realize
Otherwise you never care
Pandora's box reveals a new surprise
Can't wait to see your eyes, now you've been tantalized
For a hundred and one voluptuous days I broke the law
The labyrinth was closing so we panicked up a door
I let their wanton flesh obsess me
I felt their dreams and drugs assess me
I was hired and fired yet never inspired
Flattering, chattering words to impress me
All that glittered had me mesmerized
Otherwise I would have dared
Guess the nature of our enterprise
Can't stop to sympathize, how you've been tantalized
I turned up in some harsh doomed city on another plane
I couldn't believe the room I got or the guests I entertained
I felt the dirty streets surround me
I let the buzzing swarm confound me
I gave money to ghosts, I insulted my hosts
I could never get off the stuff that spellbound me
sábado, 6 de diciembre de 2014
The Saints "Let´s pretend"
We all take a drink from the cup
then she politely knocks it over
I said I think that I've had enough
& she says no no this is not over
because there is no innocence or beauty in
what I have seen in your face
so let's pretend
I got up to take a walk across the floor
but my feet they would not hold me
she said you should never have come into this bar
& I say no I should never have come in
but I had been sold down the river to
somebody sold me
it could have been you
So every day time slips away
there is nothing to contain it
These eyes of mine don't see the sense
of trying to control it
because every time you stand up
you're bound to fall
& sometimes we just pretend
Have you ever seen a blind man as he stumbles & falls
Me I am just like the blind man
my hands are tied & I can't see anymore
So I take a drink from the cup
then she politely knocks it over
I said I think that I've had enough
& she says no no this is not over
because there is no innocence or beauty in
what I have seen in your face
so let's pretend
De baldosas-trampa y otras llovidas
Vetusta Blues. –“De baldosas-trampa y otras llovidas”
La lluvia ha venido para quedarse
en Oviedo, con algo de retraso respecto a otros años. Hemos gozado de un inicio
de otoño espléndido, ideal para disfrutar de los colores pardos y rojizos que
iluminan el Campo de San Francisco. Pero también la lluvia concita nuevos
problemas, ocultos por la bonanza del tiempo casi primaveral. La primera es
descubrir cómo se han multiplicado las baldosas-trampa. ¿Cómo? ¿No las conocen?
¿Nunca les han empapado hasta casi la cara tras pisar una de ellas colmada de
agua y barro? Los restos de ferias, tránsitos de vehículos pesados y otros
aplastantes transportes destruyen los suelos de la ciudad con una atroz
persistencia, año tras año. Quizás sea la esclavitud que pagamos los ovetenses
por tanta zona peatonalizada, un lujo para el paseo… siempre y cuando no les
toquen los días y las horas de carga y descarga, claro. Porque entonces la
plácida travesía se convierte en una de las muchas carreras de obstáculos de
nuestro devenir diario por las calles de la ciudad.
El suelo que pisamos, por
cotidiano, apenas nos hace detenernos en los detalles, inmersos como estamos en
temas trascendentales y –sí, por supuesto- vitales. Ello trae a mi memoria el
desdén de un famoso traumatólogo que despreció un uñero que me estuvo
torturando durante más de tres años. Recuerdo haberle espetado al médico lo
siguiente: ¿sabe usted cuantas veces pisamos al día? Pues por cada una de esas
ocasiones sepa que yo siento dolor. A continuación, el adolescente fastidiado
que no podía practicar deporte a causa de la soberbia negligencia de un doctor
que quizás prefiriese resolver graves y grandes problemas en articulaciones
diversas, contó con la complicidad de su madre que acabó encontrando a otro
titulado y gran persona que le solucionó el asunto para siempre. Otras baldosas
con peligro son las deslizantes. ¡Atención a ellas! Nuevas, sin pulir, sin
cierto empedrado por donde discurra el agua, resultan letales. Me fijo en como
hay calles donde el modelo de baldosas que pisamos cambia cada pocos metros, lo
que tampoco ayuda.
Y ya que mencionamos en el título
a “otras llovidas”, en recuerdo a aquella acepción (“llovida asturiana” como
respuesta a la “movida madrileña”) que acuñase Juanjo Barral hace muchos años en
el extinto diario “Correo” para referirse a la efervescencia cultural en la
Asturias de finales de los 80, hay más elementos nuevos que nos trae el aumento
de la pluviosidad. Por ejemplo, esta misma mañana, un salvaje con un BMW que se
aproximó a un charco limítrofe con la acera sólo para darse el retorcido placer
de salpicar (y bañar, maldito animal) a una octogenaria que paseaba con su
bastón con evidente dificultad. Lástima no haber anotado el número de su
matrícula… O la batalla de los paraguas, visto que nadie encuentra el momento
de evitar el choque, como en aquella canción de Toli Morilla “Alquitrán” de su
estupendo álbum “Entropía”. Esperemos que, según vaya avanzando el otoño hacia
el invierno, la gente vaya acostumbrándose a las nuevas circunstancias y
podamos encontrar un poquito, solo un poquito, de buena educación para convivir
sin sobresaltos.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 6 de diciembre de 2014
viernes, 5 de diciembre de 2014
En manos del azar
Crónicas de Vestuario. –“En manos del azar”
Dice un proverbio chino que “el momento elegido por
el azar vale siempre más que el momento elegido por nosotros mismos”. La Copa
siempre ofrece la posibilidad de la intervención del azar, de la sorpresa,
aunque el formato a doble partido se empeña en negar las sorpresas que pueden
darse en lo que debería ser el ejemplo a seguir: la F. A. Cup -la Copa de
Inglaterra- donde las eliminatorias previas se suceden a un solo encuentro en
el terreno del rival de inferior categoría. Quizás por eso, ninguno de los dos
equipos pareció excesivamente preocupado por dejar transcurrir un primer acto sin apenas
incidencias reseñables. La Real Sociedad no quería, envuelta en un ritmo
cansino a la espera de un zarpazo que no llegó; el Real Oviedo reducía su
entusiasmo a las tareas de contención y cuando superaba la mitad del campo no
se atrevía a desplegarse con la fe y la alegría con la que lo hace en el torneo
liguero.
La segunda parte, en cambio, transitó por el terreno
de las emociones, que en Copa siempre suelen ser fuertes. La entrada del
canterano David González en lugar de Diego Cervero brindó mayor entusiasmo que
acabó por contagiar hasta al casi siempre gélido Josep Señé.
El conjunto
guipuzcoano trataba de seguir durmiendo el partido, que las emociones no se
desbordasen, que el ritmo no existiese y que, quizás también entregándose al
azar de una jugada o una falta aislada, rematar la faena con un gol de valor
doble que no llegaría a pesar de las ocasiones de Hervías –canterano del Sanse-
y por dos veces Finnbogasson, el
decepcionante punta que había llegado con la vitola de máximo goleador de la
pasada Liga holandesa y sólo demostró torpeza, además de llevarse la “tarjeta
del tonto” por una absurda y reiterada protesta. Por la parte azul, espoleados por el alimento de la grada y con las ganas del meritorio, tuvo la suya en una
pugna de Omgba que acabó con el jugador azul víctima de un claro penalti que el
mayor de los Teixeira Vitienes no quiso ver, en esa tradición de la escuela
sueca de eludir cualquier jugada polémica en las áreas.
Nos encontramos así con un partido de vuelta en las
manos del azar para conseguir una sorpresa o bien que se imponga la lógica, el
valor de una ciencia que supone la victoria del más poderoso, el conjunto txuri
urdin. Del lado azul queremos agarrarnos a las palabras que un día pronunciara
Luis Buñuel: “La ciencia no me interesa: Ignora el sueño, el azar, la risa, el
sentimiento y la contradicción, cosas que me son preciosas.”. Por su parte, los
donostiarras, pretenderán hacer suyas las de Voltaire: “Azar es una palabra
vacía de sentido, nada puede existir sin causa”. En quince días saldremos de
dudas, mientras soñamos con que alguien tome el relevo de Santiago García
Barrero en los 80 y ese torneo que tantas sensaciones amargas ha entregado al
conjunto azul sea, esta vez, benévolo.
MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: JOSÉ LUIS GONZÁLEZ FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el viernes 5 de diciembre de 2014
jueves, 4 de diciembre de 2014
martes, 2 de diciembre de 2014
lunes, 1 de diciembre de 2014
Contra el muro
Crónicas de Vestuario. –
“Contra el muro”
Transcurridas las pruebas de líderes en casa llega
el momento de encontrarse con equipos correosos, ultradefensivos e incómodos.
Conjuntos contra los que hay que ser efectivo, sí, pero también imponer la propia capacidad
creativa y mostrar el poderío que se espera de un cuadro como el dirigido por
Sergio Egea. Sin embargo, la primera parte del encuentro contra el Zamora no se
caracterizó ni por su ritmo ni por las dosis de ambición suficiente para vencer
a un conjunto muy ordenado, con las líneas muy juntas, entregado al esfuerzo
supremo de dejar su portería a cero y esperar que alguna escaramuza al
contragolpe prosperase. Los zamoranos la encontraron con Manu Gavilán en una
gran primera parte y consiguieron llevarse un enorme botín.
El Real Oviedo del primer acto no encontró el ritmo
en ningún momento ni consiguió mandar en el partido. Movió el balón en busca
del gol pero apenas se encontró con ocasiones. Demasiado lento, incluso por
momentos algo apático ante la telaraña planteada por Roberto Aguirre. Y cuando
el equipo azul lograba rematar se encontraba con un inspirado Cantero.
La segunda mitad fue completamente distinta. El
conjunto ovetense empujó hasta sitiar al Zamora en su terreno. Infructuoso afán
pues no era el día, como una fecha no señalada donde todo se conjuró para que
la espléndida racha azul se terminara. La entrada de Borja Valle por un
desafortunado Generelo dio más profundidad y la de Diego Cervero ofreció más
posibilidades al ataque azul, buscando asociarse con el siempre intenso
Linares. Pero los rojiblancos se mostraban como un infranqueable muro,
sitiados, sacrificados en las labores defensivas, tratando de aprovechar
cualquier recurso para detener las corajudas acometidas del torrente ofensivo
de un Real Oviedo guiado por Héctor Font y Néstor Susaeta.
“Con audacia se puede intentar todo, mas no
conseguirlo”, dijo Napoleón y esa máxima se le podía aplicar al once azul
derrotado por el Zamora. Una misión imposible contra el muro. Y cuando se
perforó la portería de Cantero en un remate tras un control de Linares, el
árbitro López López (apellido que nos retrotrae a aquel jugador de los años
ochenta que vistiera la camiseta azul) lo anuló por mano del aragonés. Nada, no
había manera, era uno de esos días fatídicos en que los hados se conjuran para
malograr los objetivos. Sólo queda esperar que vuelvan los días mejores y que
sea pronto, cuanto antes. En un camino largo aparecen, a veces, piedras y
obstáculos inesperados. Aprender de los errores es el reto y superarlos, la
mayor victoria.
MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: JOSÉ LUIS GONZÁLEZ FIERROS
Publicado en el diairio "El Comercio" el lunes 1 de diciembre de 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)