Manolo D. Abad (Oviedo, 1968) es una de las bestias de la fauna literaria, periodística y cultural asturiana con las garras más afiladas, entrenadas en incontables conciertos de madrugada, duelos futbolísticos domingueros y la más implacable jungla de emisoras de radio, diarios locales, revistas musicales, suplementos de cultura y otras hierbas inclasificables. Colaborador habitual en La Nueva España, veterano de Ruta 66, ex-asesor musical de la RTPA, firma no menos habitual en Clarín, Mondosonoro o El Comercio, cronista musical oficial del Festival de Cine de Gijón, miembro de la Asociación de Escritores de Asturias y, ante todo y sobre todo, fantasma nocturno que recorre Asturias en alas del mejor rock.
Sus crónicas deportivas y musicales se convierten a menudo en pequeñas piezas de narrativa, mientras sus cuentos y relatos contienen suficientes referencias musicales y deportivas para hacer sonar las guitarras eléctricas de la memoria y meter un gol al lector en cada página. Tras los libros de cuentos Vasos sucios en la madrugada (Septem, 2008) y Viajes al fondo del precipicio(Turbulencias, 2012), y la paranoica novela negra Elevator(Turbulencias, 2012), Abad vuelve al relato con una nueva excursión al género negro, teñida de su peculiar estilo y visión del mundo:Justos por pecadores (Turbulencias, 2014), presentado en la pasada edición de LibrOviedo. Nosotros le sometemos a un interrogatorio justo, pero necesario.
¿Por qué el pecado de escribir Serie Negra?
Bueno, mi serie negra es un tanto particular, no se ajusta a los moldes prototípicos del género. La serie negra es muy flexible, permite esto, en mi caso, trufarla de realismo sucio norteamericano y conectarla con una realidad cercana.
Justos por pecadores se adentra más en el género que tu anterior libro de relatos, ¿a qué se debe esta evolución?
Cambié el planteamiento inicial que tenía del libro. En ello influyeron tanto situaciones personales como el clima que se vive con la crisis. Había mucha rabia contenida y me centré, como suelo hacer en todos mis libros de relatos, en unos temas de base sobre los que se estructuraría Justos por pecadores. En este caso, la injusticia, la codicia y la hipocresía son las vigas sobre las que se asienta este edificio de doce relatos.
Incluso te has permitido el lujo de crear tu propio sabueso, Julián Solares, con su inseparable socio Hernández. ¿Volveremos a saber de ellos en el futuro?
Sí, sí. Y la acogida está siendo muy buena por parte de muchos lectores que ya me están comentando sobre él. Me da que muy pronto tendremos novela. Yul nace de mis lecturas de James Sallisy su detective Lew Griffin, fanático del jazz. Pensé, ¿por qué no un detective al que le guste el rock, pero no el rock prototípico, sino el rock alternativo, el indie? Estos cuatro relatos me han servido para ir trazando su personalidad y creo que haber sucumbido a crearlo ha sido un acierto.
A pesar de los aires clásicos, la mayoría de las veces también pecas rompiendo las reglas del juego, y tus historias no acaban como el típico relato noir...
Sí, creo que el factor sorpresa me permite dos reflexiones: por un lado, el azar y por otro, resaltar lo efímero de la vida y de estar pendiente de valores terrenales. Y creo que está muy bien romper las reglas, quizás la influencia de Mark Behm, con aquel libro de relatos-Aullidos- que publicase la Semana Negra de Gijón, está muy presente en muchas de las narraciones de este Justos por pecadores.
Mujeres fatales y hombres que acaban fatal, dinero sucio, corrupción y gentuza, perdedores sin moral y trepas con menos moral todavía... ¿Ves el mundo como lo describen tus historias?
Creo que es la propia sociedad la que condiciona esta visión. No pierdo la fe en el individuo, en el ser humano, pero sí pienso que es la estructura social la que anula la práctica totalidad de las virtudes de los hombres y de las mujeres.
Pareces preferir el formato relato al de la novela, ¿qué tienen los cuentos de especial?
Es cierto que me siento muy a gusto con la narración breve, pero eso no quiere decir que desdeñe la novela. De hecho, ahora me voy a poner con dos, quizás con tres. Los cuentos exigen una estructura en la que me siento muy cómodo, no sé si porque me he acostumbrado a ella o por otra razón, pero sí que me hacen sentirme muy bien.
¿Puede convertirse en un pecado comercial ser autor de narrativa corta en un mundo de novelones y trilogías?
La carrera de un escritor es de fondo. Quien piense lo contrario se equivoca y uno ha de trazar su camino libremente, en la medida que ello le sea posible, sin importar modas o tendencias. Como en la vida misma.
Tu universo literario no puede entenderse sin estas tres cosas, dinos qué significan para ti: La música...
La música me ha salvado la vida en momentos de zozobra y está presente en todo. En relación a la literatura, consigue ser un elemento descriptivo muy potente y, al mismo tiempo, una referencia fácil de relacionar para el lector gracias a las nuevas tecnologías.
...El fútbol...
Los cruces de caminos de la vida me llevaron a trabajar en el fútbol. Soy desde entonces, como se dice en el mundillo, un hombre de fútbol. Todo lo que rodea al fútbol compone un microcosmos rico y muy particular que me sirve como escritor. Y mi detective, Julián Solares, es ex futbolista, un ex futbolista que se aleja de los tópicos futboleros, por cierto.
...y el cine.
Es otra referencia muy interesante para jugar con ella de un modo literario o incluirla en las narraciones. A nivel personal, como bien sabes, el cine es otro de los ejes de mi vida, otro mundo necesario para expandir mi mente.
¿Cómo combinas tu trabajo periodístico con la creación literaria?
Son dos aspectos diferentes de un mismo tronco. No le doy muchas vueltas: cuando toca escribir un artículo o una entrevista, me pongo a ello; el proceso creativo de la literatura quizás exige un clima más preparado, no tan inmediato hasta que logro ponerme en marcha.
¿En qué nuevos pecados estás metido ahora?
Montones de proyectos. Mi cabeza es una batidora que no suele tomarse muchos descansos.
JESÚS PALACIOS
Foto:PABLO LORENZANA
Publicado en el diario digital "Asturias24" el jueves 22 de mayo de 2014. http://mas.asturias24.es/secciones/letras-1/noticias/la-injusticia-la-codicia-y-la-hipocresia-son-las-vigas-sobre-las-que-se-asienta-este-edificio-de-relatos/1400780260