martes, 30 de agosto de 2016

Iggy Pop "I´m going away smiling"


I'm going away smiling, thinking of our life
How we were good for each other, how we knew
When I came to you, I was all black and blue
You just smiled and said, your love was true
We had a great time, didn't we?
Never knew this is how it would be...

Now the boat is slowly leaving, leaving the life I loved

I see you standing at the pier, trying to hide your fear
Thank you for the memories, thank you for the laughs
I'm going away, this time,
Remember... no tears

Steve Wynn "Anthem"



There will be a hero born tonight
A bright flash of light and then glory
A hero's story
Look at all the medals on your coat
The lump in your throat
Nobody knows
It's 3 a.m. and the TV glows and
Play the anthem one more time

All of the gratitude and praise
Is wasted and misplaced on foolish pleasures
And wasted treasures
And though you wouldn't tell a soul
You'd like to see them all learn some lesson
You taught some lessons not too long ago and
Play the anthem one more time

Somewhere down the corridor tonight
There is a light that shines through
Shines down on you
And if you were looking for a sign
A place to draw the line, well there you are
The guns are loaded and there's gas in the car and
Play the anthem one more time

Gene Wilder (1933-2016)


domingo, 28 de agosto de 2016

Nuestros refugios

 

Vinilo Azul. -

Nuestros refugios”


Que el mundo se transforma a velocidad de vértigo a través de dispositivos electrónicos y telemáticos es algo que sabemos y con lo que aprenderemos -a la fuerza ahorcan- a convivir en nuestro día a día. Los teléfonos móviles que a algunos les impiden ver el mundo que se presenta ante sus ojos hasta convertirse a la legión de “fono-zombies”, a esos que están pendientes de inmediatas conexiones por whataspp, de mensajes ineludibles y todos urgentes, de una reiterada mala educación por estar pendiente de la puñetera maquinita y de sus llamadas que deben contestarse al momento. La estupidez y la mala educación en dos básicos capítulos.

Levantarse, observar el universo que se presenta ante nuestros ojos: ese es el secreto, uno de ellos, para vivir la vida, para bebérsela a sorbos, para comérsela a bocados, para dejar que nos empape en cada gota de sudor.

En mi ciudad, en Oviedo, el casco antiguo es uno de esos lugares donde podemos encontrar ese calor amigo que muchas veces nos ofrecen los bares. Eso que nunca podrán encontrar aquellos que sólo viven para satisfacer su ego, para pasar el platillo y llenar sus bolsillos con prácticas sucias, esos que sólo se quieren a sí mismos, a sus apuestas y sus negocios (de su ego ya no hablamos). Esos que se olvidan de la lacra del botellón y que ponen el punto de mira en personas que, a muchos (sí, somos muchos) nos hacen la vida feliz. Con su capacidad para escuchar (y, a veces, para callar), para servirnos una copa o ponernos esa canción que quizás pueda mitigar en parte alguna de nuestras desdichas. Para los insensibles que odian a los bares, que desearían que se cerrasen todos en una gentrificación bonificada por algunas inmobiliarias, que sacarían tajada de una ciudad dormitorio fantasma y desprovista de vida (el botellón seguiría y todos callarían en un infierno de cobardes), esos que desean una ciudad muerta para llenarse sus bolsillos de manera oscura, asociaciones bizarras, de gestiones oscuras que pretenden hundir nuestra forma de vida, nuestro ocio, nuestros momentos de diversión en virtud de unos intereses oscuros, muy oscuros, a esos me gustaría decirles que pelearemos por lo nuestro, que muchos años y trabajo han costado.

Pienso en mis años, en mi vida nocturna. Fueron muchas las veces en que me bebí la noche hasta el amanecer o hasta el día siguiente o hasta dos días después. Llevé mi desesperación hasta el paroxismo. No me arrepiento. Y me enorgullezco de haber conocido a paisanos, a verdaderos paisanos detrás de las barras, que me salvaron del precipicio final. Hablo de gentes como Luis Salgado en el Diario Roma, como El Rubio en el Sol y Sombra (antes en el Channel), de Julio Riesgo en el Cadillac (antes en La Antigua Estación), de Floro en el No Name, de Carmelo en el Soho y el Factory, de Scatini en la Plaza, de Juanjo en el Plaza, de Dani y Oliver en el Danny´s... Somos supervivientes orgullosos de nuestras propias cenizas. Estamos aquí para decir que gracias a esos refugios nuestra vida ha sido diferente. Habrá meapilas que quieran transformarla. Habrá tipos interesados en terminar con la noche, con nuestro espacio para el placer, para encontrarnos a nosotros mismos, para afrontar nuestras sombras y nuestras contradicciones.

Que sepan que somos más, aunque muchos hayan preferido callar. Es el momento de afirmar que la noche en Oviedo ha de pervivir. Sin botellones, sin individuos sometidos a intereses económicos de todo tipo... Necesitamos ese refugio y queremos seguir viviendo la noche para tratar de encontrar nuestras huellas perdidas, para vernos sin ambages y para descubrir, una vez más, que estamos vivos aún, a pesar de los pesares.

MANOLO D. ABAD
Foto: PABLO LORENZANA
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 28 de agosto de 2016

En construcción

 

Crónicas de Vestuario. -

En construcción”


Se presentaba en esta jornada el examen del estreno para un conjunto como el ovetense que ha sufrido una profunda y necesaria transformación en todos sus estamentos tras la lamentable deriva perpetrada por Generelo en unos últimos meses de temporada que habían dejado un muy mal sabor de boca a la afición carbayona. Sí, se trata de recuperar la ilusión, de sentar unas bases consistentes para pensar en las más altas metas y en ello se han afanado los dirigentes de la nave azul. Que nunca falte la esperanza, el motor de todos los sueños.



Una vez sobre el terreno de juego, el conjunto azul ha dado una impresión precaria, la de un cuadro en construcción que aún desconoce cuál es su personalidad, sin decantarse por una tendencia, dubitativo y sin ritmo ni rumbo. Todo eso se pudo observar en un primer tiempo para olvidar donde los de Fernando Hierro carecieron de profundidad, negando todo desdoble por banda, más interesados en la estadística de posesión que en desplazarse hacia el gol. El Almería agradeció el detalle a la espera de un zarpazo como el de Chuli, que se fue finalmente al poste para satisfacción de una hinchada azul que no entendía un planteamiento tan conservador como timorato. En las mínimas, raquíticas, aproximaciones por las bandas, los rojiblancos temblaron en indecisiones defensivas que bien pudo aprovechar ese gran pescador que es Toché. Pero fueron pocas, demasiado pocas, sin intención. El murmullo de la grada dictó el veredicto: si en la segunda jornada de cuarenta y dos andas jugando a conservar un puntín te estás aproximando de cabeza al precipicio.



Algo así debió comunicarles a sus hombres el nuevo entrenador azul, pues los primeros diez minutos de la reanudación reunieron todo lo que este equipo en construcción debe ser capaz de mostrar: profundidad y ritmo, desdoble por banda e intención goleadora. Que eso de las estadísticas de posesión y demás zarandajas están muy bien para el baloncesto pero apenas aclara nada en el fútbol. Los frutos llegaron en una internada letal de Nando, que con su vertical estilete remachó lo expuesto en ese inicio de la segunda mitad. Ese sí es el camino y por ahí deben ir las intenciones. Aprovechar debidamente los desdobles en las bandas -Susaeta hoy desaparecido y ya saben que en esta columna lo apreciamos tanto a nivel humano como futbolístico- ha de formar parte del abecedario básico de un equipo que debe imponer su poderío y su clase.



Toché pondría el broche de oro minutos después de que Juan Carlos mostrara sus magníficos reflejos a remate de Antonio Puertas a un partido con dos caras que nos muestran que el largo camino aún nos depara muchas tribulaciones. Pudo Linares machacar en el añadido lo que hubiera sido un resultado engañoso y que, desde luego, no debe mentirnos. Queda mucha tarea para que este Real Oviedo de Fernando Hierro muestre el poderío que parece atesorar. Bienvenidos sean estos tres puntos para asentarse, para que no entren prisas ni esos nerviosismos que hemos podido comprobar -el Almería, nuestro visitante hoy, es buen ejemplo de ello- no son muy recomendables en esta durísima categoría.

MANOLO D. ABAD
Reportaje fotogr´´afico: JOSÉ LUIS G. FIERROS 
Publicado en el diario "El Comercio" el domingo 28 de agosto de 2016

 

jueves, 25 de agosto de 2016

Catherine Graindorge "Animal"


Peter Case "Two angels"


lunes, 8 de agosto de 2016

Los mundos de Marcelo García


Vinilo Azul. -
Los mundos de Marcelo García”

Los caminos de la creación son inexplicables: hay quien llega por casualidad; está quien lo hace por una torpe prolongación de un ego desmesurado, también arriban algunos por una necesidad intensa de comunicación a los demás que sólo de esa manera podría producirse; hasta más de un millón de razones podríamos encontrar para quienes traspasan la frontera del pensamiento hasta el papel. Sea como fuere, la chispa que incitó a Marcelo García Martínez a cruzar esa invisible divisoria surgió a los veintiséis años y se manifestó con una inusitada fuerza.

Desde entonces, haciendo de la pluma terapia -como, ¡ay! tantos otros- Marcelo ha recorrido un camino propio, al margen de sectas, de intereses ocultos más propios de trepas que de creadores y, sobre todo, jalonado por una obra donde ha ido logrando definir una personalidad propia. El ovetense arrancó buscando los caminos trillados de la novela histórica, pero ese círculo de valores establecidos se le quedó muy pronto diminuto. Así que adoptó su propio mundo que se nutre de una serie de influencias que desembocan en un universo literario propio que ha explotado con todo su fulgor en algunas de sus obras más recientes: “Instrucciones psicóticas para no seguir en épocas de crisis” (2009), Dorian Gray 2.0” (2014) y “Cartas de amor después del ecocidio” (2016).

Los mundos de Marcelo García se adentran con densa mano en lo que podríamos tomar como una anécdota extraída del mundo real que se queda deformada en una tradición donde confluyen Ramón María del Valle-Inclán y Hunter S. Thompson. Del surrealismo a lo gonzo, las ficciones de Marcelo se nutren de estructuras experimentales que exigen un gran esfuerzo de concentración del lector, quien, a cambio, obtiene una literatura que se sale de todo tipo de convención y ofrece dimensiones diferentes y estimulantes. Profesor de lengua y literatura en ESO y bachillerato, aunque, por esos ajustes de estos años también ocasional de geografía o historia, tiene pendiente una historia que le conecte con los alumnos, de quienes dice aprender mucho y que le muestran una perspectiva distinta a la de su mundo interior. La generación beat con su mirada de desviación lisérgica confluye con el postmodernismo de una manera natural y se mezcla con las gotas del surrealismo de Palaniuk. Un cóctel distinto en las letras españolas, donde mandan el revisionismo, las modas y los folletines pseudohistóricos de pega.

Curiosamente, la posible dificultad de su propuesta no le impide tanto triunfar en concursos literarios de los no amañados como convencer a nuevos adeptos procedentes de clubs de lectura, en una experiencia que él resume como muy enriquecedora.

Quizás sea el atractivo de los gatos, que no se acercan a cualquiera, que se valen por sí mismos sin necesidad de círculos de influencia como otros, sin tan siquiera excesivos contactos en el mundillo ni intereses en las múltiples cuitas que rodean las pequeñeces de aquellos cuyo talento es inversamente proporcional a su desmesurada ambición y ansia de notoriedad. Consciente de atraer a la locura, destila mucha de la que le rodea en un nuevo universo, propio, en el que merece la pena internarse. Los mundos de Marcelo García escapan de obviedades y se alejan de quienes conocen la llave para propulsarse a base de puñaladas en la espalda y no de talento. Sólo por eso, ya merecen una abnegada atención frente a tanto negado con anhelo de figurar.

MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 7 de agosto de 2016

jueves, 4 de agosto de 2016

Yann Tiersen "Le concert"







Ca y est, plus rien ne reste debout
Ils sont venus, hier
Reprendre tout ça,
Toutes ces choses que nous gardions

Assis (e) en bas
Je ne vois plus
Les raisons de bouger de là

Alors, laissez moi
Encore un peu tranquille

Je ne crois plus
Qu'il y ait pour vous
Quoique ce soit de moi

martes, 2 de agosto de 2016

Lagartija Nick "Gansterville"


lunes, 1 de agosto de 2016

La noche de los círculos concéntricos


Crítica. Música. -

La noche de los círculos concéntricos”


CIARES ROCK FEST
ANA CURRA+LAGARTIJA NICK+PERALTA+DIXEBRA

Colegio Los Pericones, Ceares.
Sábado 30 de julio de 2016.

Quizás la historia no sea completamente circular, quizás se desarrolle a través de círculos concéntricos, como me comentaba Juan Codorniú -guitarrista de Lagartija Nick- tras el magnífico concierto que los granadinos ofrecieron en la celebración del septuagésimo aniversario del U.C.Ceares. Fue una gran noche, con mucha memoria que reivindicar, con el peso de la historia contada por los supervivientes no por los (supuestamente) vencedores.

La recuperación de Ana Curra y su magnífica banda (enormes Manolo Uvi y Jose Battaglio) del legado de Parálisis Permanente es uno de esos acontecimientos necesarios para situarse sobre qué fue la movida y qué no lo es, ahora que el relato lo manejan los impostores (sí, hombre, sí: Joaquín Sabina y otros como él). La actitud de Ana Curra, mito de real carne y hueso, se impone con la fuerza de los sobrevivientes, plena de carisma, de fuerza escénica y con unas ganas que para sí quisieran muchos novatos. El repertorio se desgranó como un constante resplandor en la oscuridad -para los más exquisitos desenterró el “Pájaros de mal agüero” de los Seres Vacíos- chispas en forma de canciones tremendas como las que se reunían en “El Acto”, devolviéndoles una nueva luz, mucho más contundente que en el legendario original. Si a ello le añadimos sorpresas como la aparición de Dogo -¡otro superviviente!- o el intercambio con Antonio Arias del imprescindible “Nacidos para dominar” de Parálisis con el “Nuevo Harlem” de Lagartija Nick, el concierto se transforma en algo memorable, una joya para guardar en un lugar de privilegio de todos los que allí tuvieron la suerte de estar.

Otra reivindicación en la noche fue la de los imprescindibles Lagartija Nick, con sus dos guitarristas de su brillantísima primera época -Miguel Ángel Rodríguez y Juan Codorniú- devolviendo las sensaciones de un tiempo en que los nombres del rock alternativo se encabezaban con Sonic Youth. Plenos de una añorada electricidad, arrancaron con su primer single “No lo puedes ver” (1991) para completar un recorrido intenso y demoledor. Alcanzando un éxtasis eléctrico como pocas veces puede disfrutarse en la anémica escena indie patria, el grupo que encabeza Antonio Arias ofreció una lección magistral de contundencia guitarrera, pero también trufada con la espiritualidad que les contagió Enrique Morente en ese legendario “Omega” que cumple veinte años (intensísimos “Vuelta de paseo” y, en especial, un glorioso “Ciudad sin sueño” con el que se despidieron). De las chispas de sus guitarras emanó verdadera y auténtica magia en una actuación sensacional.

A los grupos asturianos les tocó abrir y cerrar el festival. Peralta volvieron a mostrar esas melodías escuela Byrds y Big Star, con armonías vocales eminentes, pero también incursiones en el folk-rock más guitarrero, como el “Rollercoaster” con el que culminaron su concierto. Cerraron Dixebra con su rock combativo al que han ido añadiendo una gran paleta de estilos con solvencia. En definitiva, una magnífica velada con la que celebrar los setenta años de un club de fútbol diferente como el U.C. Ceares.

MANOLO D. ABAD
Foto: M.D.A.
Publicado en el diario "El Comercio" el 1 de agosto de 2016