Crónicas de Vestuario. –
“El valor de la fe”
Se
enfrentaba el Real Oviedo al Elche, gallito momentáneo en virtud de
la engañosa clasificación tras cinco jornadas del –no nos
cansaremos de repetirlo- largo periplo a cuarenta y dos de la Segunda
División, en lo que parecía la prueba idónea para calibrar las
posibilidades del equipo azul de cara a lo venidero. Y la conclusión
es buena, sobre todo a la vista de una muy notable segunda parte
donde los ovetenses mandaron con jerarquía y aplomo a unos
ilicitanos que se dieron por satisfechos con no encajar algún gol
más y ceder un punto que les debió saber a oro a la vista de lo
expresado en el terreno de juego.
La
primera parte se inició con once buenos minutos de juego azul, donde
Linares tuvo su primera oportunidad a pase de Susaeta. El Elche se
sacudió el dominio y el conjunto de Sergio Egea comenzó a alimentar
sus dudas defensivas y ceder el mando del partido. Los hombres de
vanguardia nadaban como náufragos, lejos de enlazar con el resto y
los ilicitanos comenzaron a crecerse. Tras tres ocasiones, llegó el
gol en el veintisiete por mediación de un remate de cabeza de
Armando, solo, culminando un córner botado por el fino Espinosa. La
reacción de los ovetenses fue buena con sendos remates de Aguirre y
Linares, pero mejor aún fue la estupenda lectura que Egea hizo,
transformando el encuentro: Edu Bedia sustituyó a Omgba. El partido
cambió. Los azules comenzaron a carburar juego y dominaron, a pesar
de que Esteban se luciera a mano cambiada en una sensacional
intervención tras una falta lanzada por Espinosa.
El
dominio con el que había concluido el primer acto, prosiguió en una
segunda parte muy destacable de los azules, donde dominaron con
momentos estelares a un Elche que bastante hizo con mantener su
puerta a cero hasta casi las postrimerías del partido. Edu Bedia dio
una lección de control y dominio futbolístico, bien secundado por
todos sus compañeros. Tan sólo un pequeño respiro a la media hora
permitió a los ilicitanos respirar. Pero, tras recibir una tarjeta
en una falta absurda, Edu Bedia -convertido en ese líder que todos
esperamos que sea en el medio campo- comenzó a crear. Y los de Rubén
Baraja temblaron. Debía llegar el gol, que hizo realidad Susaeta.
Merecieron
más los azules, pero no hubo tiempo de concluir la faena. A pesar de
algunos temblores defensivos, de ciertas lagunas en el desarrollo del
partido, los de Sergio Egea despacharon un encuentro que les debe
servir de acicate para que su fe sea capaz de llevarles a la senda
del triunfo.
MANOLO
D. ABAD
Foto: J.L.G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 28 de septiembre de 2015