“Síndrome post-vacacional”
El regreso a la actividad tras las vacaciones
navideñas encierra siempre muchos peligros, casi todos ellos relacionados con
la concentración y el estado de forma. Un equipo correoso y batallador como el Coruxo,
con una buena disciplina táctica, gran sacrificio físico y la intensidad que
transmite su entrenador Rafa Sáez, representaba un importante escollo a
superar.
El partido comenzó sin ritmo, envuelto en una atonía
donde las guerras tácticas anulaban cualquier iniciativa de profundidad,
asentados en la zona central, en muy poco espacio, como en una complicada
partida de ajedrez. El once azul apenas inquietó la portería viguesa en la
primera media hora, tan sólo con un disparo de Eneko y un lanzamiento de falta
de Susaeta. Por su parte, los gallegos lo habían intentado nada más empezar con
un remate de Mateo que detuvo Esteban. El choque transitaba por el camino que
le convenía a la entrega infatigable de los vigueses, hasta que llegó uno de
esos flashes que distinguen al conjunto carbayón de los del resto de la
categoría. Un remate desde fuera del área de Omgba rebota en la muralla viguesa
y Linares caza el balón en el punto de penalti para acabar con su mala racha de
tres partidos sin anotar. Los gallegos protestaron un posible fuera de juego,
mientras la asistente Beatriz Gil salía disparada hacia el centro del campo (no
así el dubitativo y excesivamente meticuloso árbitro López Puerta). Y eso fue
todo: lo más insulso que el Real Oviedo ha ofrecido a su público en toda la
temporada. Sólo los destellos de un Héctor Font que se convertiría en la
segunda mitad en el mejor hombre del equipo –en conexión letal con el
implacable Linares- animaron un poco el choque.
La segunda parte mostró a un Coruxo tratando de
desplegar sus líneas, pero incapaz de crear peligro. Tan sólo en un disparo de
Ángel en el minuto seis. Los gallegos dejaban más espacios, pero el once azul
no terminaba de cerrar el encuentro. Se intuía un nuevo gol, pero los carbayones
no terminaban de conectar entre sí ese último pase final. Hasta que en el
minuto cuarenta y uno, una combinación de libro iniciada en el centro del campo
por el canterano de origen brasileño Allyson tras un gran control, seguida por
el excelso Héctor Font y culminada dentro del área algo escorado a la izquierda
por Josep Señé dejó sentenciado el partido a salvo de cualquier contingencia o
azar.
Culmina el Real Oviedo una primera vuelta
sensacional, con catorce (¡catorce!) victorias, cuarenta y tres puntos y
cuarenta y cuatro goles. Registros espectaculares, que se completan con el
liderazgo goleador absoluto en la categoría de Linares con veintiún tantos y en
las asistencias donde Susaeta, Héctor Font y Sergio García también encabezan
lista. Pero todo esto son sólo los apuntes de la mitad recorrida de un camino
que debe conducir al principal objetivo, por encima de cualquier otro: el
ascenso. Tenerlo tan claro y saber manejarse en lo que va a suponer
–sacrificio, paciencia, unión de todos- es lo que puede llevar a los azules a
ello. “Las grandes mentes tienen objetivos; las demás, deseos”, afirmaba
Washington Irving, y a ello se ha agarrado este equipo desde el principio. A un
objetivo que no debe quedarse solo en un deseo.
MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: JOSÉ LUIS GONZÁLEZ FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 5 de enero de 2015
Reportaje fotográfico: JOSÉ LUIS GONZÁLEZ FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 5 de enero de 2015