“Obra
cultural”
No puedo evitar sentir cierta nostalgia cuando en
mis paseos ovetenses transito por la calle Argüelles y contemplo el cartel “se
alquila” y el “se vende” en el edificio que albergó la Obra Social y Cultural
de Cajastur. Muchos momentos de mi vida personal y profesional permanecen
asociados a ella y observar ese inmueble cerrado me produce una gran desazón.
Las artes escénicas asturianas, a través de los premios Oh! han concedido un
galardón honorífico a Regina Rubio y Belén Yugueros por su labor en dicha Obra.
No puedo por menos que reconocerles un extraordinario mérito, a ellas y a
asesores como José Luis Cienfuegos, que lograron traer a Oviedo y a Asturias un
brillante crisol de manifestaciones artísticas y culturales mientras estuvieron
al frente de dicha institución.
Teatro, música, literatura, cine tenían un espacio
preferente en una programación diseñada con clase, conocimiento y buen gusto.
La crisis, la maldita crisis y sus fusiones y confusiones se llevaron por
delante esta Obra Social y Cultural que comenzara a desmantelar el último
director de la misma, José Vega. Una pena, pues este referente cultural no ha
encontrado nadie que siquiera pueda acercársele como sustituto. El coqueto
Centro Cultural de la entidad ahora llamada Liberbank, permanece en un discreto
desuso, a la espera de acoger ciclos como “Intersecciones”, que durante años
nos brindaron una primavera floreciente de cultura, con conciertos
interesantes, el cine que ya apenas puede verse en una sala o encuentros
literarios como uno de imborrable recuerdo para mí con Pepe Colubi de maestro
de ceremonias y tres escritores de la calidad de Lorenzo Silva, Javier Cercas y
el llorado Félix Romeo. Que la siembra de semillas culturales es un arte que
requiere tiempo lo prueba el que, aquel día, entre el público, sólo
estuviéramos ocho personas. Después, aprovechando mi amistad con el bueno de
Pepe, compartí sidras con los tres escritores a los que hice llegar un ejemplar
de mi revista “Interferencias”. Recuerdo charlar en el emblemático Ovetense con
Romeo, que de aquella estaba dirigiendo el programa de televisión “La
Mandrágora” sobre P.J. Harvey, cuya foto ilustraba la portada de mi revista y
que el escritor aragonés acababa de entrevistar. Intercambios, encuentros, una
efervescencia cultural que una ciudad como Oviedo necesita. Ese es el alimento
de sus calles y sus esquinas, tan literarias, y de sus habitantes que ven como
languidecen en un letargo insoportable las opciones para disfrutar de la
literatura, la música, el cine o el teatro.
Mi enhorabuena a los premios Oh!
por recordar a estas dos mujeres que tanto bien han hecho por la cultura
asturiana a través de una Obra social y Cultural que fue modélica, ejemplar.
MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el sábado 8 de febrero de 2014