Vinilo Azul. -
“Los Locos de azul”
Eran unos años -los 80-
de “sidra y rosas” como tan certeramente los describen los
Traveling Zoo en su reciente canción “Tívoli”, que también da
título a su nuevo e inminente cuarto álbum. Eran años de apertura,
de tolerancia, donde los extremos no sobresalían. Había ganas de
vivir la existencia hasta la última gota, las noches hasta bien
entrado el amanecer, muchas noches, casi todas las noches. Y Los
Locos reinaban, como no podía ser menos, como unos reyes de harapos
a los que sólo se les reconocía en Oviedo.
Y sucedió un episodio
que, en estos tiempos de intolerancia y furia revanchista desbocada,
hubiera supuesto la censura máxima en Gijón, por eso de las
rivalidades, ya saben. El 9 de septiembre de 1988, Los Locos saltaron
al escenario de la plaza de la Catedral -por entonces situado sobre
la fuente- ¡vestidos con los colores del Real Oviedo!. Sí, tras la
actuación de los gijoneses Fuera de Serie, formación injustamente
olvidada que lideró Luis Núñez, hoy reconocido con el premio al
meyor cantar junto a su proyecto Los Folgazanes, el célebre trío
saltó con la camiseta azul y el pantalón blanco para regocijo o
sorpresa de quienes se encontraban allí. El Real Oviedo acababa de
regresar a Primera División tras doce años y en la ciudad se abría
un tiempo nuevo. También para mí, ya que junto a los componentes de
The Amateurs empezamos a forjar una gran amistad con dos de ellos
-Carlos Redondo y Paco Loco- además de su letrista, el gran Boni
Pérez.
El círculo se cerraría
en otro concierto, un 12 de septiembre de 1991, con Los Murciélagos
en esa plaza de toros que hoy va acrecentando su ruina para pena de
quienes anhelamos un lugar decente donde poder asistir a conciertos.
Fueron tres años muy intensos para todos, puesto que las cosas
cambiaban a pasos agigantados. Paco Loco comenzaba su aventura como
productor, que muchos años de trabajo después le ha llevado a ser
reconocido en todas partes. Carlos también iniciaría su labor
grabando maquetas a un montón de chavales ruidosos que, luego,
protagonizarían el Xixón Sound. The Amateurs se convertirían en
una de las grandes bandas de rock alternativo estatal, en la
emergente escena underground donde comenzaban a despuntar Surfin´
Bichos, Sex Museum, Lagartija Nick, Vancouvers, Los Deltonos, Cancer
Moon o Los Clavos.
No he hallado ningún
testimonio gráfico de aquella noche, de esa actuación. Tampoco fue
recordada en el documental “Los Años Eléctricos” de Chus Neira.
Guardo en la memoria el día de su estreno en el Teatro Filarmónica
porque, al acabar la proyección, Carlos Redondo mantuvo su última
conversación conmigo:
-¿Qué les ha hecho a
Chus para no salir en la peli? No puedo entender que tú no aparezcas
-me dijo.
-Lo mismo que tú,
supongo -le contesté.
Reímos camino del
Flamin´, en la plaza del Sol donde nos esperaban para una fiesta a
propósito del docu. A mí me tocaba pinchar. Recorrimos el pequeño
trayecto hablando de muchas cosas y, al llegar a la puerta del local,
Carlos bromeó con la enorme foto mía que habían colocado en la
puerta. “¿Ves? Esto es más importante que salir en cualquier
documental”, me dijo con esa sonrisa suya que levantaba al ánimo
más alicaído. Pienso en esa noche muchas veces y en que jamás
imaginé que nunca más volveríamos a mantener otra conversación. Y
que yo recordaría aquel concierto en que se embutieron una
indumentaria futbolera de la ciudad vecina y eterna rival.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "D-Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 29 de octubre de 2017