Crónicas de Vestuario. -
“De Toulouse a Niza”
Si con Chequia padecimos
la “maldición del comentarista”, ya saben, esa que consigue que
los acontecimientos vayan en un sentido distinto al que uno anuncia,
no sabemos qué puede ocurrir con los turcos. Los checos se
transfiguraron en un equipo ultradefensivo completamente distinto al
de la fase previa, para acabar sucumbiendo ante su propia miseria
futbolística, barridos por una gran selección que dio un lección
de balompié que hubiera sido completa de haber tenido más puntería.
Han arrancado mal los
turcos que dirige todo un experto como Fatih Terim, un cuadro donde
todos trabajan para dar libertad a sus creativos (y anárquicos) Arda
Turan y Hakan Calhanoglu. El exatlético sigue buscándose a sí
mismo tras una temporada nefasta en un Barça donde jamás asumió su
papel de peón. La derrota ante Croacia exige vencer ante España y
no sabemos si esa ruleta rusa de salir a campo abierto ante los
españoles la acabarán aceptando los de Terim. A mayor necesidad,
mayor riesgo, ya se sabe, pero siempre queda la excusa de intentar el
amarre hasta encomendarse a una genialidad en el tramo final. Así
fue su fase de clasificación: un arranque nefasto y un final
fulgurante donde se impusieron sucesivamente a Holanda, Chequia e
Islandia.
La mejor clasificación
de Turquía en una Eurocopa fueron unas semifinales en
Austria-Suiza´08 donde cayeron con Alemania. No cuentan con gran
tradición en este torneo y lo que más se recuerda en España es la
famosa moneda al aire del niño Franco Gemma que en 1954 decantó la
clasificación de los otomanos para el Mundial de ese año tras un
partido que había terminado empate a dos un 17 de marzo. La Eurocopa
cuenta también con otra decisión “por moneda”: la que clasificó
a Italia frente a la Unión Soviética en 1968. Los transalpinos se
harían con el título en esa ocasión. También fue la Eurocopa
pionera en instaurar la tanda de penaltys en una gran competición.
Fue en 1976, en la final entre Checoslovaquia y Alemania que decidió
Panenka con un lanzamiento que se convertiría en historia. Aunque la
autoría de este procedimiento se otorga al federativo español
Rafael Ballester Sierra que la puso en práctica en el Torneo
Carranza de 1962.
A cara o cruz lo tienen
ya los turcos, mientras la Roja describe un trayecto que va de una
canción de los Stranglers (la oscura “Goodbye Toulouse”) a otra
de la legendaria banda (un irónico “So nice in Nice”). Esperemos
que, cuando completen este viaje de Toulouse a Niza, el futuro ya
esté más claro.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el viernes 17 de junio de 2016