Crónicas de Vestuario. –
“Amigos de la Euro”
Es
la República Checa uno de esos equipos que ha encontrado en la
Eurocopa de Naciones el terreno para lucir con más brillantez. Al
revés que a Inglaterra, a los checos se les da bien. Ya antes de su
separación de Eslovaquia, habían alcanzado la cima del torneo con
un equipo legendario que dio la campanada el 20 de junio de 1976
venciendo a la Alemania Federal dirigida por el ilustre Helmut Schön,
campeona del mundo dos años antes, con un quinto penalti anotado por
Panenka, imitado hasta la saciedad en las siguientes cuatro décadas.
Aunque en aquella final de Belgrado, sólo tres de los once titulares
fueran checos: el cancerbero Ivo Viktor, el punta Nehoda y el
mencionado Panenka.
Consumada
la disolución de Checoslovaquia el 1 de enero de 1993, los checos
aumentaron su idilio con la Eurocopa: no han fallado en ninguna fase
final desde 1996 y además han conseguido grandes resultados.
Inolvidable su aparición estelar en Inglaterra´96 donde alcanzaron
la final ante unos alemanes que se vengaron de su derrota veinte años
antes con un gol de oro a cargo de Bierhoff. Un once que emigraría a
equipos de toda Europa y con dos representantes a quienes veríamos
por campos asturianos como Kouba, en el Deportivo de La Coruña y
Bejbl, en el Atlético de Madrid. Un equipo intenso y trabajador en
el medio campo (con el infatigable Nedved como emblema), y con
estiletes afilados en las bandas de la clase de Vladimir Smicer o
Patrik Berger –quien también se manejaba como medio centro- además
de un punta bullidor como Karel Poborsky. Era un equipo rápido,
directo y profundo, de contragolpe letal, que lograba encandilar a
los aficionados. Nos pusimos de su parte en las semis y llegó la
gran decepción en una de esas finales que tanto gustan a los
germanos, remontando tras un gol del brillante Berger.
El
idilio de los checos continuó en las siguientes ediciones, jugando
unas semifinales en Portugal´04 y llegando a cuartos en 2012.
Clasificados con brillantez para esta edición (atención: superando
a Turquía), los checos son un equipo ofensivo, que parece querer
recuperar el espíritu de 1996, pero con mucha más osadía que el
grupo que dirigía Dusan Uhrin: un medio del campo muy trabajador e
intenso, dos estiletes en la banda y un delantero centro potente en
la tradición del gigantesco Jan Koller, esa anomalía de dos metros
que también brilló en la Eurocopa.
Para
quienes seguimos la Premier League, dos presencias conocidas: la del
legendario Petr Cech, que ha hecho una gran temporada en el Arsenal,
tras abandonar el Chelsea, y Thomas Rosicky -inédito en los gunners
este año- un jugador con gran clase que se ha quedado a medio
camino. Aunque los checos no se caracterizan por sus buenos inicios
(como España, vamos), no son ese equipo menor que muchos han querido
mostrar. Si, además, sumamos su idilio competitivo en la Eurocopa,
más nos vale estar bien prevenidos.
MANOLO
D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 13 de junio de 2016