viernes, 31 de julio de 2015
Dean Wareham "I can only give my all"
She will never be all mine
She says my song's so sad
She's an ever green ,a drumm machine
A lonely date,a hello ache
I can only get my all
Trouble is,trouble does
She loves me as she can
Can you save the day?
To save my skin
Be the savin' grace a light within
But I can only give my,I ,I can only give my all
Where have all the powders gone
Long time gone
She can smell the rain before it rains
She can freeze the pain before it pains
I can only give my, I can only give my
I can only give my all
miércoles, 29 de julio de 2015
sábado, 25 de julio de 2015
Liquidación por cierre"
Vetusta
Blues. –
“Liquidación
por cierre”
Día
tras día, desde hace algo más de dos años, observo con creciente
estupefacción dos carteles en una tienda de ropa ovetense sita en la
calle Melquíades Álvarez que reza: “Liquidación por cierre”.
Según van avanzando los meses, a veces creo ser Bill Murray en
“Atrapado en el tiempo”, ya saben, la célebre película en la
que el estupendo actor repetía su jornada laboral en “el día de
la marmota”, esa fiesta de invierno en Estados Unidos, una y otra
vez. Contemplar esos dos carteles, cada uno en uno de los escaparates
de la tienda de ropa, me da la sensación de que el tiempo no ha
transcurrido en estos dos años aunque sí lo haya hecho. Hay cosas
que no parecen cambiar en la ciudad, otras que se creían perpetuas
aunque lo único imperturbable que continúa, día tras día, son
esos dos carteles: “Liquidación por cierre”.
La
ropa, eso sí, da la impresión de que se vende. Y bien. Yo mismo
compré en el invierno un par de jerseys, aunque la ropa de verano
que me oferta esa tienda no se acerque a mis gustos. Americanas de
colores chillones junto a polos de idéntica especie se arremolinan
bajo las palabras mágicas. Incluso hubo unos meses en los que
buscaban un dependiente, ya en el colmo del surrealismo. Ahora siguen
en las mismas –la búsqueda de un empleado- aunque aclaran que para
su establecimiento en la vecina Gijón. ¿Tendrán allí el mismo
cartel con el reclamo de “Liquidación por cierre”?
Ahora
que lo pienso bien, quizás sea ese reclamo el secreto del éxito de
esa boutique. Hay personas que son verdaderas especialistas en
encontrar tiendas a punto de cerrar y comprarse envidiables chollos.
Quizás sea eso, el hacerse con un chollo, lo que impulsa a acudir a
ese tipo de establecimientos. Es más que posible que ese cartel obre
la maravilla de evitar, cada nuevo día, el cierre de la tienda.
Claro que parece más probable pensar que los responsables de ese
establecimiento se están saltando a la torera las normas más
elementales de práctica comercial. Desconozco cómo está regulado
el asunto y, en el caso de que mantener los cartelitos de marras
durante tanto tiempo fuese legal, no parece que sea muy ético el
usarlo. Pero, bueno, ya saben que eso de la ética es una palabra con
poco de mágica y desprovista de todo peso y significado gracias a
tantos y tantos desalmados que salen inmunes de sus prácticas en
muchos ámbitos de la vida. Quizás la que ya ha sido liquidada por
cierre sea, precisamente, la ética.
MANOLO
D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 25 de julio de 2015
miércoles, 22 de julio de 2015
domingo, 19 de julio de 2015
Aquellos conciertos de San Mateo
Vinilo Azul. –
“Aquellos conciertos de San Mateo”
Hubo un
tiempo en que aguardaba las fiestas de septiembre en Oviedo, las de
San Mateo, como un momento especial donde habría la posibilidad de
asistir a excitantes conciertos con los que alimentar la progresiva
curiosidad musical que iba creciendo desde mi edad preadolescente. El
bautismo de fuego tuvo lugar en la Corrada del Obispo, un 19 de
septiembre de 1983, con quince añinos y unos meses. Tuve la suerte
de disfrutar de una de las bandas asturianas con mejor directo de la
época: Modas Clandestinas. El impacto me haría seguirles a muchos
más conciertos en los siguientes meses. El cuarteto encabezado por
Fran Elías a la voz y la guitarra (hoy al mando de los excitantes
The Traveling Zoo) repetiría en el cartel de las fiestas ovetenses
del siguiente año, ya en la plaza de la Catedral, junto a los
asturianos El Contacto y Salón Dadá y unos de mis favoritos de
entonces, los madrileños Derribos Arias, cuyo líder –el
extravagante Poch- acabaría viviendo unos meses de locura en la
ciudad años después. El momento glorioso de ese año, la primera
cita con una leyenda de la historia universal del rock, llegaría
tres días después –el 21 de septiembre de 1984- con la actuación
del gran Eric Burdon en la plaza de toros. Los flashes de aquello aún
me iluminan en una difusa despedida con el clásico “The house of
the rising sun” como colofón.
Supongo
que es a esas edades donde empiezan a grabarse un universo de
sensaciones que luego perderán una parte de su componente emocional
al repetirse con más frecuencia. Esas mariposas en el estómago, esa
excitación previa, se quedarán para ocasiones muy concretas o muy
deseadas, la de los encuentros en vivo con quienes se han convertido
en nuestros favoritos. Pero entonces, con quince o dieciséis años,
eran todos y cada uno de los momentos en que se fuera a levantar el
telón para dar paso a la música en directo los que se convertían
en magia. Como mágico fue ver a los norteamericanos The Long Ryders
en la plaza de toros el 19 de septiembre de 1986. Se unieron la
excitación por ver a una banda en lo más alto de su carrera, en
pleno esplendor de ese Nuevo Rock Americano que ya sumaba en sus
filas a figuras capitales como unos incipientes R.E.M., los
irrepetibles Dream Syndicate o los excitantes Violent Femmes, al
tiempo más dulce de su propia trayectoria. Tenerles ahí, ofreciendo
un conciertazo que se quedó grabado para siempre, en su mejor
momento, supuso uno de los más importantes saltos de calidad de las
fiestas de San Mateo ovetenses. Muchos más nombres llegarían
después, pero pocos unieron estado de forma y momento álgido de
popularidad como ese.
Con el
paso de los años, la espera por los conciertos de San Mateo
desapareció. Poco interesante había: los olvidables “éxitos”
de temporada, muy pocos conciertos para enmarcar en un lugar
privilegiado, excesiva rutina de artistas repetidos y repetidos hasta
la saciedad en tantos y tantos carteles de tantas y tantas capitales
de provincia de España. Ya sólo quedaba esperar a la casualidad o
encerrarse en la plaza de Feijoo para tomarse una cerveza con las
formaciones asturianas que se jugaban el premio del concurso de rock.
El resto eran baldías apreturas, saldos de caducas radiofórmulas,
estrellonas patrias por las que no gastaríamos un euro en
circunstancias normales ni por uno de sus discos ni, mucho menos, por
uno de sus conciertos. Y ya en estos últimos años, llegó la
privatización de las fiestas con la que tirar la toalla en cada
excursión a la carpa multichachiguay de los escándalos.
Se abre
un nuevo panorama en la ciudad con la recuperación de las fiestas
populares en Oviedo, aunque aún no sepamos si será con programación
paralela a la carpa multichachiguay o no, dados los contratos
apresuradamente firmados por el anterior edil en su provisional
“alcaldía en funciones”, donde se encargó de dejarlo todo atado
y bien atado. En caso de recuperar el modelo, sí debería tenerse en
cuenta cómo, transcurridos los años, algunos de los nombres que
permanecen en el recuerdo son los de Van Morrison, Aztec Camera, Eric
Burdon, Kevin Ayers, The Long Ryders o The Chieftains. Y cómo otros,
los de esa atribulada patraña del efímero éxito masivo en ventas
amañadas o del “para todo el mundo” (mentira extendida con la
mendacidad de una supuesta verdad universal), viven un ganado olvido
en esa mente-en-blanco de aquellos para los que la música no
representa en sus vidas más que un sordo ruido de fondo.
MANOLO
D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 19 de julio de 2015
sábado, 18 de julio de 2015
Atasco en Oviedo
Vetusta Blues. –
“Atasco en Oviedo”
Ella se
ríe cuando califico a Oviedo como la jungla, incluso cuando la
denomino “ciudad”. Ella vive desde hace muchos años en una urbe
europea de más de diez millones de habitantes, con cines a todas
horas –eso, entre otras cosas, quizás sea lo que la retenga ahí-
y no entiende estos agobios de quien ha decidido nacer, vivir y morir
en el mismo lugar, que le resultan algo grotescos. Es Oviedo una
ciudad que transmite esa tranquilidad sobria que encanta a un
neoyorquino tipo Woody Allen tanto como a esa parisina que ya es
Ella. Algo tendrá esta ciudad que atrae a tan diversa y selecta
gente. Quizás sea ese Campo de San Francisco amenazado siempre por
los mercaderes del gastro-no-se-qué (a mí esas definiciones tan
guays me traen el recuerdo de grandes dolores de estómago y
fiebres), quizás sea esa quietud –algo inquietante- que se cierne
en cada verano donde desaparecen los habituales para dar paso a
oleadas de turistas.
Y en
esto, el atasco. Encontrar un acontecimiento de estas características
en Oviedo es algo muy poco común. Vale que, como bien me resaltó
Ella, desentrañar el laberinto de las paradas de bus sea una tarea
tan ardua que a alguien que ha recorrido el mundo le resulte
indescifrable, pero contemplar una larga fila de coches parados desde
el comienzo de la calle Independencia y hasta bien sobrepasada la
calle Covadonga, casi a la altura de la plaza del Carbayón resulta
todo un acontecimiento en la ciudad.
El atasco
del pasado jueves era de proporciones dignas de grandes y millonarias
urbes. Y en medio de un tranquilo verano de calores. Aunque no son
las temperaturas las que marcan el rumbo de nuestro día a día.
Había muchas más turbulencias dentro de mi corazón. El sonido de
las bocinas no podía acallar todo lo que sonaba en mis oídos, todo
lo que me estaba pasando, todo lo que está sucediendo a mi alrededor
en estas últimas semanas. La última ola de calor me condujo de la
televisión a la literatura, hace más de diez años; esta nueva no
sé dónde me puede llevar, pero es uno de esos terremotos enormes y
que sólo resuenan en mis entrañas…
Un
imbécil aparcó su coche en la esquina de la calle Alonso
Quintanilla con Covadonga a la altura del coqueto hotel del mismo
nombre que la Santina, impidiendo que el autobús pudiera girar desde
Foncalada y consiguió obrar el milagro de un atasco en esta ciudad
que consigue que la tranquilidad sea uno de sus valores. Nunca hay
que desdeñar la posibilidad de un giro de azar, de una sorpresa, de
un guiño inesperado del destino. Para los que creían que todo
estaba atado y bien atado, un atasco así debería transmitirles una
sensación –incómoda- de que la impunidad en esta ciudad -por
muchos voceros y paniaguados que sigan haciendo su sordo trabajo-
parece que se va a terminar.
MANOLO
D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 18 de julio de 2015
viernes, 17 de julio de 2015
Black Swan Lane "Slide off the end"
Not sure if I can made it through
all the pressures I feel deep in you
No one gets hurt, when you´re not around
No one gets lies, when you disappear
And all the hurt will go with you
And all the sound will slide off the end
I´m not safe when I´m alone
Hold me down and shake my bones
It´s just won´t work, it´s just won´t work
I hope you´tre happy with no one around
I hope you´re free, with no one making a sound
Not sure if I -can´t make- it trhough
All the pressure I feel deep in you
And baby hold me, I couldn´t care, just hold me
All tghe sound will slide off the end
I´m not safe when I´m alone
Hold me down and shake my bones
It just don´t work, It just don´t work
jueves, 16 de julio de 2015
miércoles, 15 de julio de 2015
Black Rebel Motorcycle Club "Ain´t no easy way"
It's easy to fall in love
When you fall in love you know you're done
You got easy eyes to hunt
When the world above needs your blood
When you fall in love you know you're done
You got easy eyes to hunt
When the world above needs your blood
And the cold vain to the richest man
They're paid away to steal our hand
They're paid away to steal our hand
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
It's easy to fall in love
When you're on your luck you know you're done
And the last kiss had a foolish cause
Now your tired eyes can only haunt
When you're on your luck you know you're done
And the last kiss had a foolish cause
Now your tired eyes can only haunt
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
There ain't no easy way, no there ain't no easy way out
It's easy to fall in love
When you fall in love you know you're done
It's easy to fall in love
When you fall in love you know you're done
When you fall in love you know you're done
It's easy to fall in love
When you fall in love you know you're done
martes, 14 de julio de 2015
Ocean Colour Scene "On my way"
Father forgive me
But I don't care
Taking off the things they wear
In lines
She's got a family
Now they stay inside
Don't think she'll make it home tonight
And I'm on my way to the next town
And I'm on my way in a hurry and I'm on my way
My head down and down and down
And I'm on my way
Don't worry
Don't look straight at me
Get that straight
Get out and leave before the next day
He made it happen
But I digress
I believe that something must have happened
Take me alive take me tonight
Take me dead this time tomorrow
Take me to my place
Give me what you do
Find out the meaning of tomorrow
It will not happen
And it never can
Fe fi sit down your pattern
She's got a family
Now they stay inside
Don't think she'll make it home tonight
And I'm on my way to the next town
And I'm on my way in a hurry and I'm on my way
My head down and down and down
And I'm on my way
Don't worry
Don't look straight at me
Get that straight
Get out and leave before the next day
He made it happen
But I digress
I believe that something must have happened
Take me alive take me tonight
Take me dead this time tomorrow
Take me to my place
Give me what you do
Find out the meaning of tomorrow
It will not happen
And it never can
Fe fi sit down your pattern
lunes, 13 de julio de 2015
Ola de calor
Vetusta
Blues. –
“Ola
de calor”
En días
de calor y sol, con ese bochorno que nos entrega Oviedo, uno bendice
de nuevo la alternativa del Campo de San Francisco como opción para
respirar y librarse de esa pegajosa sensación que transmiten las
altas temperaturas. La ciudad se despereza sin prisa en las
prematuras mañanas de un verano tórrido y esas tempranas horas son
las ideales para disfrutarla al máximo.
Cuando
uno retoma el pulso de la capital tras haber estado unos días de
descanso fuera de ella, nuevas sensaciones parecen mostrarse. Es un
redescubrir rincones olvidados, las ramas de un árbol, los colores
de los patos en el estanque, el rostro de Palacio Valdés escrutando
qué nos ha sucedido en estos días en que no nos hemos visto, la
charla con el kiosquero que nos comenta el show de la elección del
nuevo (o viejo) presidente del Principado, las sidras con el círculo
íntimo de amigos, los nuevos fichajes del Real Oviedo. Abrir las
ventanas de casa y que corra el aire.
¡Y cómo
corre el aire en la ciudad! Aunque algunos reclamen la visibilidad
del nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento, de ese tripartito
donde algunos tratan de encontrar fracturas en las que hacer sangre,
la impresión es que se está trabajando duro y de manera callada.
Sin grandes declaraciones que no hacen falta. Ajenos a quienes tratan
de enmarañar como en veinticuatro años no lo hicieron, en un
silencio cómplice que ahora, con su falso e impostado cacareo, les
hace quedar en evidencia. Es curioso que, de repente, haya tantos
problemas sin solución que, tan sólo unos meses antes, no parecían
existir. ¡Ay, la hemeroteca, ese enemigo de tantos y tantos que
hacen del politiqueo razón de existir!
Uno de
los desafíos que la nueva corporación se ha encontrado es el de los
contratos firmados a destiempo –en tiempo de “en funciones”, y
que no fueron precisamente pocos- y que está lastrando las acciones
y los posibles nuevos proyectos. Cuando hablamos de aquel todo atado
y bien atado no imaginábamos las dimensiones de esos vínculos, que
siguen dislocando el buen funcionamiento de la ciudad. Pero es igual,
no hay marcha atrás en este nuevo camino. Algunos podrán poner
piedras con tal precipitación que ni cien días han querido dejar en
la cortesía que a todo gobernante debería concedérsele, pero
tengo claro que algunas buenas muestras ya se dejan ver en Oviedo.
Que se lo pregunten a esos niños que disfrutan de los comedores
veraniegos, por ejemplo. Sólo esperamos (y deseamos) que esa
pequeña, pero radical, realidad sea sólo la primera prueba de que
las cosas comienzan a transformarse en la ciudad para bien de la
mayoría de ciudadanos.
MANOLO
D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 11 de julio de 2015
jueves, 9 de julio de 2015
miércoles, 8 de julio de 2015
Campo abierto
Vetusta Blues.-
"Campo abierto"
La plaza de toros, el campo de San Francisco y la carpa multichachiguay de la Ería han sido algunos de los temas que más han ocupado esta columna que leen desde hace dos años y medio en este diario. Con el cambio de poderes en el Ayuntamiento de la ciudad y la presencia del tripartito al frente, parece que la situación de las tres puede cambiar.
Para empezar, esperamos y deseamos que se desatasque la situación del BIC (bien de interés cultural) para la plaza de toros de la ciudad, cuya ruina ya empieza a ser un peligroso riesgo del que debería ser responsable la comisión de patrimonio si ocurriese una desgracia que esperemos no suceda pero que a cada minuto que transcurre parece probable que pueda pasar.
Para el campo de San Francisco, pulmón y alma de la ciudad, llegan buenas noticias, puesto que parece intención del equipo de gobierno preservarlo de todo tipo de actividades extraordinarias que sólo servían para degradar su entorno y llenar los bolsillos de los más afines al anterior consistorio. Urge que el magnífico mosaico de Antonio Suárez en el paseo de los Álamos se arregle, puesto que el deterioro es manifiesto por las constantes agresiones sufridas por todo tipo de carpas y eventos, que fueron taladrándolo, inmisericordes, hasta llegar a la actual situación. Proteger una obra de arte como esa, restaurarla y, por supuesto, también "venderla" al visitante o a los propios ovetenses que, en muchos casos, no la conocen. Poder sentarse a leer un libro bajo la estatua de Armando Palacio Valdés, disfrutar de ese entorno especial para el paseo e incluso la reflexión, son sólo algunos de los placeres que nos propone el campo de San Francisco, en pleno corazón de la ciudad.
Y, por fin, la carpa multichachiguay de la Ería, esa fuente constante de abuso y de escándalo desde su origen, que sigue dando que hablar y que sospechar lo peor. Mal nació,mal ha vivido y peor aún se ha desarrollado el proceso de concesiones, extremadamente dudoso, y que ha abierto esta semana un nuevo capítulo en su triste, penosa, historia. La carpa multichachiguay ha sido un caro capricho en ese desmantelamiento de las fiestas populares que los ovetenses habían vivido desde hace décadas. Traspasada con creces para un abuso descomunal la frontera público-privado, se han acumulado tal cantidad de escandalosas irregularidades, con cifras sonrojantes y una gestión oscura y al margen de todo control municipal, que ahora parece abrirse el necesario momento de conocer al detalle todo lo que ha sucedido. Y si no todo, al menos una gran parte de un asunto, este de la carpa multichachiguay, vergonzoso hasta la náusea.
MANOLO D. ABAD
"Campo abierto"
La plaza de toros, el campo de San Francisco y la carpa multichachiguay de la Ería han sido algunos de los temas que más han ocupado esta columna que leen desde hace dos años y medio en este diario. Con el cambio de poderes en el Ayuntamiento de la ciudad y la presencia del tripartito al frente, parece que la situación de las tres puede cambiar.
Para empezar, esperamos y deseamos que se desatasque la situación del BIC (bien de interés cultural) para la plaza de toros de la ciudad, cuya ruina ya empieza a ser un peligroso riesgo del que debería ser responsable la comisión de patrimonio si ocurriese una desgracia que esperemos no suceda pero que a cada minuto que transcurre parece probable que pueda pasar.
Para el campo de San Francisco, pulmón y alma de la ciudad, llegan buenas noticias, puesto que parece intención del equipo de gobierno preservarlo de todo tipo de actividades extraordinarias que sólo servían para degradar su entorno y llenar los bolsillos de los más afines al anterior consistorio. Urge que el magnífico mosaico de Antonio Suárez en el paseo de los Álamos se arregle, puesto que el deterioro es manifiesto por las constantes agresiones sufridas por todo tipo de carpas y eventos, que fueron taladrándolo, inmisericordes, hasta llegar a la actual situación. Proteger una obra de arte como esa, restaurarla y, por supuesto, también "venderla" al visitante o a los propios ovetenses que, en muchos casos, no la conocen. Poder sentarse a leer un libro bajo la estatua de Armando Palacio Valdés, disfrutar de ese entorno especial para el paseo e incluso la reflexión, son sólo algunos de los placeres que nos propone el campo de San Francisco, en pleno corazón de la ciudad.
Y, por fin, la carpa multichachiguay de la Ería, esa fuente constante de abuso y de escándalo desde su origen, que sigue dando que hablar y que sospechar lo peor. Mal nació,mal ha vivido y peor aún se ha desarrollado el proceso de concesiones, extremadamente dudoso, y que ha abierto esta semana un nuevo capítulo en su triste, penosa, historia. La carpa multichachiguay ha sido un caro capricho en ese desmantelamiento de las fiestas populares que los ovetenses habían vivido desde hace décadas. Traspasada con creces para un abuso descomunal la frontera público-privado, se han acumulado tal cantidad de escandalosas irregularidades, con cifras sonrojantes y una gestión oscura y al margen de todo control municipal, que ahora parece abrirse el necesario momento de conocer al detalle todo lo que ha sucedido. Y si no todo, al menos una gran parte de un asunto, este de la carpa multichachiguay, vergonzoso hasta la náusea.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 4 de julio de 2015
Réquiem por Laura Antonelli
Vinilo Azul. -"Réquiem por Laura Antonelli"
Hace unos días fallecía la actriz italiana Laura Antonelli, mito erótico de más de una generación de europeos. Algo se va cuando un símbolo sexual se muere, sobre todo si ella ha ocupado nuestros sueños y fantasías en la edad adolescente.
Tuve la suerte de vivir una época como la Transición con muy poquitos años, en ese tránsito de la niñez a la adolescencia, y en aquellos tiempos los kioscos comenzaban a llenarse de portadas de revistas que mostraban mujeres en todo su desnudo esplendor. Se anticipó -como no podía ser de otra forma- el despertar sexual y ahí Laura Antonelli ocupó un lugar preferente. Buscamos entre nuestras compañeras de clase, en las calles, a alguna Laura Antonelli con paciente dedicación. Pero el momento de hacer realidad la búsqueda era cuando en el Cine Aramo, en plena calle Uría, proyectaban alguna de sus películas. Una de esas italianadas picantes, donde también lucían anatomías ñcontundentes para despertar el deseo como las de Edwige Fenech, Pamela Prati, Paola Morra o Silvia Dionisio, y que ocuparon muchas tardes de mi adolescencia. Las posibilidades de disfrutar de cuerpos femeninos se multiplicaban, no sólo con la vista puesta en las revistas que se agolpaban en el exterior de los kioscos o en las pantallas de algunos cines, sino también al leer la prensa deportiva. Allí estaba el "As" y su clásica mujer de contraportada, además de los anuncios de películas clasificadas "S", donde unas estrellas cubrían los pezones de los pechos desnudos de las actrices. Soñábamos sin tener ni idea de en qué consistía ese prematuro despertar sexual. Soñábamos con una Laura Antonelli de carne y hueso, por soñar que no quedase.
La vida de Laura Antonelli fue una montaña rusa que llegó a una cima y descendió vertiginosamente a los abismos del dolor. Logró el éxito, ser una estrella, amar a Jean-Paul Belmondo y disfrutar de todos los placeres a bordo de su yate, para, años después, caer en las drogas, la depresión, el olvido y la mala suerte (esa operación que la desfiguró definitivamente). La belleza de Laura Antonelli le abrió muchas puertas, pero impidió que pudiese demostrar unas condiciones de actriz que sólo grandes directores como Visconti o Scola supieron intuir. He contemplado muchas veces "El Inocente" de Luchino Visconti sin poder ir más allá de la propia Laura Antonelli, envidiando a Giancarlo Giannini y comprobando cómo la italiana era capaz de merendarse nada menos que a la hermosa Jennifer O' Neill sin contemplaciones en su duelo interpretativo. Poco le sirvió a la Antonelli todo eso y acabó luciendo su escultural cuerpo en producciones artísticamente olvidables como "La Veneciana", antes de sumirse en un largo adiós en silencio.
Encontré a algunas mujeres con una belleza aproximada a la de Laura Antonelli en la vida real, pero una rara barrera me detenía cuando intentaba abordarlas. Fue un extraño período en el que invisibles obstáculos se presentaban ante mí sin ninguna razón aparente, como unos fantasmas negros en el corazón que ejercían un cortocircuito sobre mi voluntad. Los sueños no querían hacerse realidad. El deseo parecía anular, más que empujar hacia el objetivo. El tiempo y el conocimiento de uno mismo serían el lenitivo para destruir ese espacio inalcanzable entre deseo y realidad. Llegaron a unirse como en una de esas fantasías con Laura Antonelli. Y también llegaría el dolor, ese intransferible, personal, que se muestra con una cara distinta a cada ser humano. Compartimos mitos, fantasías, alegrías incluso, visiones de la felicidad que suelen ser comunes a un colectivo. El dolor es único, tantas veces incomprensible a los demás, muchas injusto. Nadie sabe cuáles fueron los demonios que asolaron a Laura Antonelli en sus últimos días, si alcanzó la paz. Lo que sí sé es que su mito la sobrevive, aunque sea en toneladas de celuloide cutre de italianada previsible o en estampas fotográficas que captaron un esplendor que me hizo soñar despertando a un mundo nuevo, estimulante y turbador.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "El Comercio de Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 5 de julio de 2015
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