Vetusta
Blues. –
“Liquidación
por cierre”
Día
tras día, desde hace algo más de dos años, observo con creciente
estupefacción dos carteles en una tienda de ropa ovetense sita en la
calle Melquíades Álvarez que reza: “Liquidación por cierre”.
Según van avanzando los meses, a veces creo ser Bill Murray en
“Atrapado en el tiempo”, ya saben, la célebre película en la
que el estupendo actor repetía su jornada laboral en “el día de
la marmota”, esa fiesta de invierno en Estados Unidos, una y otra
vez. Contemplar esos dos carteles, cada uno en uno de los escaparates
de la tienda de ropa, me da la sensación de que el tiempo no ha
transcurrido en estos dos años aunque sí lo haya hecho. Hay cosas
que no parecen cambiar en la ciudad, otras que se creían perpetuas
aunque lo único imperturbable que continúa, día tras día, son
esos dos carteles: “Liquidación por cierre”.
La
ropa, eso sí, da la impresión de que se vende. Y bien. Yo mismo
compré en el invierno un par de jerseys, aunque la ropa de verano
que me oferta esa tienda no se acerque a mis gustos. Americanas de
colores chillones junto a polos de idéntica especie se arremolinan
bajo las palabras mágicas. Incluso hubo unos meses en los que
buscaban un dependiente, ya en el colmo del surrealismo. Ahora siguen
en las mismas –la búsqueda de un empleado- aunque aclaran que para
su establecimiento en la vecina Gijón. ¿Tendrán allí el mismo
cartel con el reclamo de “Liquidación por cierre”?
Ahora
que lo pienso bien, quizás sea ese reclamo el secreto del éxito de
esa boutique. Hay personas que son verdaderas especialistas en
encontrar tiendas a punto de cerrar y comprarse envidiables chollos.
Quizás sea eso, el hacerse con un chollo, lo que impulsa a acudir a
ese tipo de establecimientos. Es más que posible que ese cartel obre
la maravilla de evitar, cada nuevo día, el cierre de la tienda.
Claro que parece más probable pensar que los responsables de ese
establecimiento se están saltando a la torera las normas más
elementales de práctica comercial. Desconozco cómo está regulado
el asunto y, en el caso de que mantener los cartelitos de marras
durante tanto tiempo fuese legal, no parece que sea muy ético el
usarlo. Pero, bueno, ya saben que eso de la ética es una palabra con
poco de mágica y desprovista de todo peso y significado gracias a
tantos y tantos desalmados que salen inmunes de sus prácticas en
muchos ámbitos de la vida. Quizás la que ya ha sido liquidada por
cierre sea, precisamente, la ética.
MANOLO
D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 25 de julio de 2015