Vetusta Blues.-
"Campo abierto"
La plaza de toros, el campo de San Francisco y la carpa multichachiguay de la Ería han sido algunos de los temas que más han ocupado esta columna que leen desde hace dos años y medio en este diario. Con el cambio de poderes en el Ayuntamiento de la ciudad y la presencia del tripartito al frente, parece que la situación de las tres puede cambiar.
Para empezar, esperamos y deseamos que se desatasque la situación del BIC (bien de interés cultural) para la plaza de toros de la ciudad, cuya ruina ya empieza a ser un peligroso riesgo del que debería ser responsable la comisión de patrimonio si ocurriese una desgracia que esperemos no suceda pero que a cada minuto que transcurre parece probable que pueda pasar.
Para el campo de San Francisco, pulmón y alma de la ciudad, llegan buenas noticias, puesto que parece intención del equipo de gobierno preservarlo de todo tipo de actividades extraordinarias que sólo servían para degradar su entorno y llenar los bolsillos de los más afines al anterior consistorio. Urge que el magnífico mosaico de Antonio Suárez en el paseo de los Álamos se arregle, puesto que el deterioro es manifiesto por las constantes agresiones sufridas por todo tipo de carpas y eventos, que fueron taladrándolo, inmisericordes, hasta llegar a la actual situación. Proteger una obra de arte como esa, restaurarla y, por supuesto, también "venderla" al visitante o a los propios ovetenses que, en muchos casos, no la conocen. Poder sentarse a leer un libro bajo la estatua de Armando Palacio Valdés, disfrutar de ese entorno especial para el paseo e incluso la reflexión, son sólo algunos de los placeres que nos propone el campo de San Francisco, en pleno corazón de la ciudad.
Y, por fin, la carpa multichachiguay de la Ería, esa fuente constante de abuso y de escándalo desde su origen, que sigue dando que hablar y que sospechar lo peor. Mal nació,mal ha vivido y peor aún se ha desarrollado el proceso de concesiones, extremadamente dudoso, y que ha abierto esta semana un nuevo capítulo en su triste, penosa, historia. La carpa multichachiguay ha sido un caro capricho en ese desmantelamiento de las fiestas populares que los ovetenses habían vivido desde hace décadas. Traspasada con creces para un abuso descomunal la frontera público-privado, se han acumulado tal cantidad de escandalosas irregularidades, con cifras sonrojantes y una gestión oscura y al margen de todo control municipal, que ahora parece abrirse el necesario momento de conocer al detalle todo lo que ha sucedido. Y si no todo, al menos una gran parte de un asunto, este de la carpa multichachiguay, vergonzoso hasta la náusea.
MANOLO D. ABAD
"Campo abierto"
La plaza de toros, el campo de San Francisco y la carpa multichachiguay de la Ería han sido algunos de los temas que más han ocupado esta columna que leen desde hace dos años y medio en este diario. Con el cambio de poderes en el Ayuntamiento de la ciudad y la presencia del tripartito al frente, parece que la situación de las tres puede cambiar.
Para empezar, esperamos y deseamos que se desatasque la situación del BIC (bien de interés cultural) para la plaza de toros de la ciudad, cuya ruina ya empieza a ser un peligroso riesgo del que debería ser responsable la comisión de patrimonio si ocurriese una desgracia que esperemos no suceda pero que a cada minuto que transcurre parece probable que pueda pasar.
Para el campo de San Francisco, pulmón y alma de la ciudad, llegan buenas noticias, puesto que parece intención del equipo de gobierno preservarlo de todo tipo de actividades extraordinarias que sólo servían para degradar su entorno y llenar los bolsillos de los más afines al anterior consistorio. Urge que el magnífico mosaico de Antonio Suárez en el paseo de los Álamos se arregle, puesto que el deterioro es manifiesto por las constantes agresiones sufridas por todo tipo de carpas y eventos, que fueron taladrándolo, inmisericordes, hasta llegar a la actual situación. Proteger una obra de arte como esa, restaurarla y, por supuesto, también "venderla" al visitante o a los propios ovetenses que, en muchos casos, no la conocen. Poder sentarse a leer un libro bajo la estatua de Armando Palacio Valdés, disfrutar de ese entorno especial para el paseo e incluso la reflexión, son sólo algunos de los placeres que nos propone el campo de San Francisco, en pleno corazón de la ciudad.
Y, por fin, la carpa multichachiguay de la Ería, esa fuente constante de abuso y de escándalo desde su origen, que sigue dando que hablar y que sospechar lo peor. Mal nació,mal ha vivido y peor aún se ha desarrollado el proceso de concesiones, extremadamente dudoso, y que ha abierto esta semana un nuevo capítulo en su triste, penosa, historia. La carpa multichachiguay ha sido un caro capricho en ese desmantelamiento de las fiestas populares que los ovetenses habían vivido desde hace décadas. Traspasada con creces para un abuso descomunal la frontera público-privado, se han acumulado tal cantidad de escandalosas irregularidades, con cifras sonrojantes y una gestión oscura y al margen de todo control municipal, que ahora parece abrirse el necesario momento de conocer al detalle todo lo que ha sucedido. Y si no todo, al menos una gran parte de un asunto, este de la carpa multichachiguay, vergonzoso hasta la náusea.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el diario "El Comercio" el sábado 4 de julio de 2015