Crónicas de Vestuario. –“Aguafiestas”
Definitivamente, al Real Oviedo no le van las
celebraciones. Cumplía el club azul años y celebraba con la pasión marca de la
casa, la de quien ha sobrevivido a tantas circunstancias azarosas que pusieron
a los azules al borde del precipicio. Bien está celebrar, y con una magnífica
entrada de casi veinte mil almas. Pero, ya saben, no hay celebración sin
aguafiestas. Y a un necesitado Unión Popular de Langreo le tocó el papel de
aguafiestas. Y en él se esmeró con disciplina ultradefensiva y sacrificio total
en pos de anular el gran caudal ofensivo y de creación con el que nos han
acostumbrado los carbayones esta temporada.
Con el gran desempeño táctico de los langreanos en
la primera parte, un jugador como Omgba –con innegables virtudes que ya hemos
resaltado desde estas mismas líneas- se perdió en la maraña del centro del
campo hasta diluirse. Añádase un Héctor Font que se movió como nunca pero que
jamás halló soluciones y tengamos lo visto en una primera parte para el olvido.
Para bajar las burbujas del champán de la celebración y ponernos en la tesitura
de lo que puede llegar a ser una eliminatoria de play-off. No nos van a estar
esperando unas hawaianas con collares de flores, no. Todo va a ser arduo y
trabajoso. El sufrir tiene color azul, las celebraciones deben tener otros
colores que los aficionados carbayones no hemos conocido nunca.
Para la segunda mitad tocaba apretar, arriesgarse. Y
los de Egea se afanaron en ello. Pero no era el día. Como si se tratase de una
resaca anticipada, aparecieron los postes, los fueras de juego, los errores
propios y los aciertos de un enorme Adrián Torre, dispuesto a convertirse en el
gran valladar del equipo visitante.
Al final, como siempre hemos repetido muchas veces
en esta columna, nos agarramos a ese dicho futbolístico que tantas veces les he
recitado. “En la rula no preguntan, apuntan”. Un punto más, uno más de ventaja
con el Real Murcia, y a bajarse al sur a un enfrentamiento directo que no será
decisivo. Ese es el gran valor. Miren el resto de las clasificaciones. Seamos
positivos sin lanzarnos a sacar el cava de la nevera. Reservémoslo para el día
“d” y la hora “h”. Olvidémonos de las celebraciones. Cantemos el “All
tomorrow´s parties” de la Velvet mientras contamos los días de primavera que
nos quedan hasta que llegue la gran jornadaa. Mi colega Jorge Alonso pincharía
la apocalíptica versión de Nick Cave & The Bad Seeds con toda seguridad. Y
a mí me quedarían muchas más canciones para cuando llegue el gran día. Hasta
entonces, calma, paciencia y mucha positividad. Ya falta menos. Y, entonces,
desbórdense las emociones, que todos los que tenemos el corazón azul nos lo
hemos ganado.
MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: J.L.G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el lunes 30 de marzo de 2015