martes, 16 de febrero de 2010

Acelerones



BLACK HORDE+MOTOCICLÓN
La Antigua Estación, Oviedo.
Viernes,12 de febrero de 2010.


En plena avalancha de ofertas de conciertos que están haciendo revivir a Oviedo como hacía lustros que no se recordaba, el casi centenar de personas que se agolpó cuando Black Horde comenzaron a dar guerra supo a gloria. Tras superar unos compases iniciales donde el bajo del histórico David Cantalejo (¡qué bueno disfrutar de la sabiduría y del espíritu de veteranos como el filósofo gijonés!) saturaba y la voz de Pablo Tamargo no alcanzaba los mínimos niveles exigibles, remontaron como sólo lo logran los llamados a grandes metas. En esa mezcla de hardrock setentero, vibración grungera, en ese camino entre Black Sabbath y Motorhead, los gijoneses han definido un territorio que ya sólo puede definirse como propio. Y eso sólo está reservado a unos pocos. A los madrileños Motociclón no les quedó otra, ante semejante panorama, que salir desbordados, con una sobreexcitación extra para contagiar cuanto antes y sin rodeos. Con su rock peleón de extrarradio, grueso como la sangre de toro, políticamente incorrecto y claro como el exabrupto más definitorio, hallaron hueco para la exaltación de sus fieles, a medio camino entre una especie de protoheavy ochentero y el rock litronero de puño alzado, como una película de Eloy de la Iglesia de los ochenta. Al final, parafraseando al indispensable punkero neoyorquino Richard Hell en su clásico "Blank Generation" siempre puedes cogerlo o dejarlo.