Vinilo Azul. -
“Oviedo y
baloncesto”
Ya estamos en ello: es
tiempo de play-offs de ascenso a la ACB y, de nuevo -tercera campaña
consecutiva- el conjunto ovetense ha conseguido meterse en la lucha.
Lo hace, además, tras la más brillante de sus temporadas en la
categoría LEB Oro, lo que alimenta todas las esperanzas y pone las
expectativas al máximo para una afición deseosa de plantarse en la
máxima categoría.
A pesar de que son varias
temporadas ya donde la Liga ACB ha evitado todos y cada uno de los
ascensos logrados en las canchas, con sus exigencias de otros tiempos
que ya deberían de ser pasado, existe esa posibilidad ya que parece
que el Consejo Superior de Deportes ha tomado cartas en el asunto y
ha decidido flexibilizar esas condiciones, por el bien del deporte y
de los esfuerzos que en lugares como Burgos, Ourense, Palencia u
Oviedo se han realizado en la busca de esa máxima categoría. Parece
una buena ocasión que requerirá de grandes esfuerzos y, por
supuesto, de un apoyo de todos los aficionados ovetenses al mundo de
la canasta.
Los recuerdos del
baloncesto en Oviedo tienen un momento estelar para mí: el desempate
por la Liga entre el Barcelona y el Real Madrid un 7 de abril de
1983. Una imborrable memoria del Palacio de Deportes lleno, al que me
habían llevado mis padres (luego también acudieron a recogerme), y
con uno de esos duelos que hacían época entre nombres legendarios
del básket español como Fernando Martín, Epi, Solozábal, López
Iturriaga, Sibilio, Joe Llorente, Starks, Delibasic... Ganó el
Barça, pero aquello fue lo de menos. Lo máximo fue ver a pocos
metros de distancia a aquellos a quienes seguía a través de la
televisión, escuchando el ambiente del público, vibrando con todo y
no sólo con los comentarios de Héctor Quiroga o Pedro Barthe como
era habitual. Aquel partido fue, curiosamente, el fin de una época:
a partir de entonces se pasó al sistema de play-offs que aún sigue
presente hoy en día.
Muchos fueron los
intentos, desde entonces, de llevar a un equipo de la ciudad a lo más
alto, casi siempre poniendo -en el clásico estilo gabiniano- el
tejado antes que los cimientos. Hasta que llegó este maravilloso
Oviedo Baloncesto que ha ido construyendo sus bases, tejiendo una red
de cantera digna de destacar, con un trabajo alejado de los flashes y
muy atinado. Y, ahora, parece que ha llegado ese momento, aunque nos
falte la instalación adecuada. No queda otra que acudir al Palacio
de los Deportes, aunque sea de modo provisional, ese lugar donde se
avivó mi afición baloncestística en una tarde-noche de alto nivel,
que desearía poder repetir con mayor regularidad pronto animando,
esta vez sí, a los colores de mi ciudad.
MANOLO D. ABAD
Publicado en el suplemento "D-Oviedo" del diario "El Comercio" el domingo 7 de mayo de 2017