lunes, 22 de mayo de 2017

Haciendo la goma

 
 

Crónicas de Vestuario. -

Haciendo la goma”


Si en otras ocasiones el juego del conjunto de Fernando Hierro ha dejado mucho que desear, ante el Zaragoza los azules han mostrado su cara más seria y sólida. Lamentablemente, las múltiples ocasiones que se han creado no se convirtieron en gol, en parte por la espléndida actuación del cancerbero maño Kike Ratón, en parte porque a los delanteros ovetenses parece que les pesa esta extraña situación en la que se ha envuelto el Real Oviedo en los dos últimos meses.



Pesan las dudas y pesan los resultados justo cuando más se necesita la claridad y la convicción. En la agradable noche ovetense, el once azul lo intentó con toda la voluntad que se requiere en los grandes días pero ofuscándose en exceso demasiadas veces. Hubo momentos memorables, como no hemos visto en toda la temporada, como el asedio a la portería aragonesa en las postrimerías del primer acto, pero, ahora, en el momento más inoportuno, aparece la falta de efectividad para convertir las ocasiones. Es como si se hubieran invertido las tornas: antes, con poco se lograba mucho; en esta noche de ansias y necesidades, mucho significó poco.
 
 

En cualquier caso, cabe preguntarse: ¿por qué hemos tenido que esperar a las necesidades más básicas para encontrarnos a este Real Oviedo sólido y pujante? ¿Por qué se renunció durante demasiado tiempo -casi tanto como el que se desperdició sin el concurso de Johannesson- a un efervescente Nando capaz de generar peligro desde una libertad de movimientos que desintegra a rivales como lo hizo en esta noche? ¿Por qué sale ahora Carlitos de Pena para mostrar todo lo que no enseñó un Saúl Berjón, quien por cierto hoy pareció despertar en los minutos en que intervino? Y también: ¿por qué tantos interrogantes sin respuesta y tanto tiempo perdido para tomar unas decisiones que han mostrado a un once azul como el de esta noche?
 
 

Estamos abocados a cantar esa magnífica y contundente canción de Lou Reed “There is no time”, en la que va enumerando un sinfín de razones por las cuales “no es el momento” y, ni tan siquiera, hay tiempo para detenerse. Se ha malgastado tiempo, ocasiones, situación en la tabla, posibilidades de la plantilla, opciones de juego. Se han tirado por la borda demasiados partidos. Se ha sido frágil demasiadas veces. Ha faltado decisión, convicción y claridad de ideas. Y el resultado no es otro que el de estar dependiendo de los demás. Como ese ciclista que va haciendo la goma en la última escalada, aferrándose a chupar rueda en una subida agónica, pegando chepazos para no distanciarse del grupo de líderes. Alguien podrá recordar que fue así -entre otros argumentos- cómo venció el ciclista estadounidense Greg Lemond en el Tour de Francia. Y quizás sean muchos los que deseen creer que con este Real Oviedo pueda ser así. La fe inquebrantable de la afición sigue cantando aquella de los Ramones “I believe in miracles” y su letra que decía algo así como “creo en los milagros porque yo soy uno”. Sólo nos queda, pues, esperar y creer en que ese milagro pueda producirse.

MANOLO D. ABAD
Reportaje fotográfico: JOSÉ LUIS GONZÁLEZ FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el domingo 21 de mayo de 2017