Crónicas de
Vestuario. -
“La
hora de la verdad”
Tras la enésima decepción del Real Oviedo fuera de casa, llega el
momento de las preguntas, de las decisiones, de todo aquello que
inquieta a quienes desean lo mejor para la nave azul. Porque este
arrastrarse por todos -¡todos, casi sin excepción!- campos de la
Segunda División, animando hasta al más desahuciado, debe tener un
fin. Y ese fin debe ser, debería ser, que Fernando Hierro abandone
la dirección técnica del equipo azul. Ha sido una demostrada
incapacidad para construir un equipo que hace aguas por muchas
partes. Ejemplos tenemos para aburrir, aunque el más clamoroso, el
verdaderamente insultante, es el de Diegui Johannesson. Que si no
estaba en condiciones, que si a, que si b, y va, sale, debut en la
temporada, y resulta ser el mejor del partido. Si esto ya es grave,
hay más. ¿Lo fundamental? Un equipo sin carácter, desunido,
deslavazado, timorato en defensa, sin alma (¿emblema en un jugador?
David Rocha), blando, descoordinado.
Podríamos echar la culpa a los jugadores, pero, siempre, el
principal responsable es el entrenador. Y, aquí, la incapacidad
clama por todos los lados. Da igual el esquema, de igual a quién se
ponga. Este equipo hace aguas, una y otra vez, lejos del amparo de su
público. Vemos a jugadores descolocados, sin iniciativa, errantes, y
uno piensa cómo puede estar sucediendo esto. No por falta de tiempo
-ya no vale la excusa de estar en construcción- sin patrón de
juego, a expensas de hechos inesperados y, lo que es más grave, de
todos los defectos que hablan de falta de carácter y personalidad:
sin capacidad de reacción. Alguien, algunos amigos también, aludían
a una especie de funcionariado. Mi hermana -que es secretaria de
juzgado- podría ponerles en situación al respecto. Ella que
siempre se lleva trabajo a casa y son muchas más horas las que les
echa al asunto al margen de su horario. Lo sé, lo certifico. Ella
nunca lo dirá, no se crean.
Vista la “demostración” de hoy, sólo queda pedir a Fernando
Hierro que dimita como entrenador. Creo que, sinceramente, tiene
sitio en este club, que puede ser un excelente director técnico, que
su capacidad organizativa para crear una estructura profesional puede
resultar trascendental. Pero, sintiéndolo mucho, su reiterada
incapacidad para construir un proyecto futbolístico en el Real
Oviedo debe tocar a su fin. Lo de hoy ya ha sido la gota que colma el
vaso. Y sus declaraciones, permítame que se lo diga, con todos mis
respetos, un insulto a la historia del Real Oviedo y a todos sus
seguidores. ¿Encajas tres goles y todo vale? Recapacite, Sr. Hierro,
Don Fernando.
De verdad, lo de hoy ha sido dantesco. Tanta debilidad ante un rival
temeroso, a expensas de ser hundido, tres partidos sin marcar y van y
meten hoy tres, sólo demuestra que este no es el camino. Y no, por
favor, no nos vuelvan a repetir ese mantra del “proyecto a medio
plazo”, que aquí ya hemos visto caer tantas torres que nos hemos
convertido en unos escépticos, que, sí, creemos en milagros, pero
no el que usted, Sr. Hierro, nos está proponiendo con tanta
ramplonería, con tal falta de ideas, con tan asombrosa ausencia de
pundonor (en algunos, no todos). Con tanto huir y rehuir el orgullo,
el valor y la garra.
MANOLO D. ABAD
Foto: J.L.G.FIERROS
Foto: J.L.G.FIERROS