domingo, 7 de febrero de 2016

De Antroxu

 
Crónicas de Vestuario. -
De Antroxu”

Estamos en fechas carnavalescas, de disfraces y fiesta bajo el anonimato de una máscara o un ropaje. Y da la impresión que los de Sergio Egea vivieron bajo ese embrujo, con su disfraz amarillo en sesenta y pico minutos para olvidar. Quizás fuera eso, el no llevar su uniforme correspondiente -azul y blanco, ¿por qué tanto empeño en cambiar los colores hasta cuando no es preciso hacerlo, maldita sea?- el que les sumió en un estado de aturdimiento lamentable que permitió al Albacete liberar sus ansias de mejora en otro primer cuarto de hora para olvidar. Los manchegos sólo necesitaron tirar una vez entre los tres palos para marcar dos tantos. El calamitoso inicio de los azules (perdón, los amarillos) tuvo su culminación en una pifia de las gordas con Esteban de protagonista para ponerse el partido cuesta abajo. Antes habíamos comprobado el absentismo de Edu Bedia en la recuperación: tras perder un balón en medio campo y ni tan siquiera perseguir a quien se lo había robado, pudo contemplar, en posición privilegiada, como el voluntarioso Adriá Carmona marcaba con un tremebundo chutazo el primero. Solo, completamente solo, gracias a la permisividad del cántabro a quien uno ya da por imposible. Y, mientras tanto, Cristian Rivera calentando banquillo...

Nada arreglaron los azules (perdón, los amarillos) en una primera parte para olvidar. Plena de impotencia e imprecisiones y con algunos jugadores como Koné verdaderamente desafortunados, cuando no fuera completamente del partido como el mencionado Edu Bedia o Susaeta, en una preocupante baja forma.

No sabemos si hubo bronca en el vestuario. O si alguien aplicó un despertador, un necesario despertador, para recordar que en esta categoría no se vence exhibiendo la desgana que los azules (perdón, los amarillos) mostraron en el peor primer acto que recordamos desde la triste derrota en la segunda jornada ante el Deportivo Alavés. Buena fue la entrada de Míchel Herrero, jugador con hechuras de líder y mejor aún la de Diego Cervero, insuflando un carácter que tanto necesita este equipo para sentirse vivo. Veíamos a Diegui Johannesson penetrar como un estilete, el recién entrado Aguirre volvía a prometer profundidad y los resultados no tardaron en llegar, que para eso estaba el cazador Toché, liberado algo de sus marcas por la presencia más constante e intensa de Cervero. 
 
Un punto salvado, que sabe a poco visto todo lo que pudo ser y no acabó siendo a causa de una enorme, monumental modorra de Antroxu en amarillo. Que el equipo tome nota: la cuesta de febrero, ante rivales que se juegan la vida en posiciones bajas, puede resultar -si se opta por el disfraz inadecuado- nefasta para los intereses de los azules. 
 
MANOLO D. ABAD
Foto: J.L.G. FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el domingo 7 de febrero de 2016