Vetusta Blues. –
“Aquí no hay playa”
“Aquí no hay playa” fue el gran éxito de un grupo de
efímera fama, The Refrescos, a finales de los 80. En esa canción se hablaba de
la –evidente- ausencia de mar en la capital madrileña, algo que se podía
extender a Oviedo sin ningún problema para transformarlo en himno veraniego,
como así sería finalmente.
No soy, precisamente, un fanático de las playas,
máxime tras haber padecido un melanoma, por lo que no extraño ni añoro ese
calor sofocante, la arena metiéndose por cada rincón del cuerpo o el
insoportable gentío agobiando sin cesar. Sin embargo, en ese Oviedo de los prodigios
delirantes, de las propuestas inútiles y de los proyectos elefantiásicos hubo
un alcalde que incluyó en su programa electoral la creación en la ciudad de…
una playa. Quizás influido por el himno de los Refrescos, a principios de los
90, Gabino de Lorenzo tuvo la idea. Idea que, por fortuna y a la vista de otros
proyectos de dimensiones descomunales, costo superlativo y utilidad nula no vio
la luz. Sirva este recordatorio para que nos vayamos preparando para todo tipo
de propuestas en estas elecciones municipales para las que cada vez queda menos
tiempo y que empiezan a concitar nerviosismo en las filas de muchos partidos y
aspirantes.
El recuerdo de ese delirante proyecto de playa para
Oviedo pone de manifiesto la escasa cobertura de piscinas municipales que
existe en la ciudad, entregada con total alegría a la iniciativa privada. La
masificación de la escasa oferta en la ciudad, algo digno de ser resaltado y
paradójico, sí que llama la atención teniendo en cuenta que aquí, sí, no hay
playa. Aunque mi querido amigo Pablo Lorenzana vaya a matarme por destapar esta
anécdota, voy a aprovechar para contarla: tras ofrecer su inolvidable actuación
en esa Plaza de Toros de Oviedo sobre la que la inoperante Comisión de
Patrimonio sigue sin tomar una decisión, Lou Reed buscó un lugar para darse un
chapuzón como solía hacer después de cada concierto. El Hotel de la Reconquista
donde se hospedaba no tenía esa instalación, así que hubo que llamar al
encargado de la piscina del polideportivo de Otero a altas horas de la noche
para complacer a la leyenda rockera y que pudiera darse su baño.
Valga este pequeño ejemplo para, ante esos comicios
municipales que se avecinan, prime la cordura y los candidatos se dejen de
propuestas inútiles o estrafalarias y piensen en los múltiples retos que Oviedo
debe afrontar: las nefastas circunvalaciones y accesos, el desarrollo
urbanístico en la zona de la antigua Fábrica de Armas sin caer en pelotazos ni
desperdiciar –como ya se ha hecho con los terrenos de la Fábrica de Gas- un amplísimo
espacio donde acoger equipamientos culturales o deportivos (visto que la
Comisión de Patrimonio pretende que la ruina se apodere de la Plaza de Toros,
plantear la construcción de un emplazamiento alternativo, por ejemplo)… Tantas
y tantas opciones que pueden transformar la ciudad en una oportunidad que no
debería desperdiciarse.
MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el sábado 16 de agosto de 2014