domingo, 30 de marzo de 2014

Quiero creer


Crónicas de Vestuario. –
“Quiero creer”
Perdonen que regrese de nuevo a esa vieja serie de televisión, como diría algún recién llegado “mítica” cuando en realidad querían decir “legendaria”, “Expediente X”. Cuando a Mulder, nuestro investigador favorito, le llevaron al más oscuro sótano, casi como nuestra Segunda División B, un pozo profundo, alejado de todo y de todos, uno de sus puntos de apoyo, cuando acondicionó su cubículo, fue un póster. Había un platillo volante y, sobre él, se leía “Quiero creer”. En esas estamos ahora, vista la realidad que nos ha mostrado el Rácing de Santander, la de un equipo muy serio, compacto, bien construido, roqueño, y con la convicción que un entrenador de la clase de Paco Fernández es capaz de transmitir. Sólo nos queda aspirar a la segunda plaza, un largo camino de sufrimiento donde asaltarán tantas dudas como hoy. Es lo que hay, diremos. No queda otra, nos conformaremos. “Quiero creer”, dice el póster. Y queremos creer, no queda otra. Y esta frase, ese póster de Mulder cuando había sido denigrado hasta lo más bajo de su categoría, como muchos hemos vivido, a través de individuos astutos que se deslizan como alimañas entre las sombras de los intereses creados para tratar de oscurecer a quienes poseen un imperceptible brillo, ese último y desesperado aliento –el de la supervivencia por encima de enemigos trapaceros- es lo que debe impulsar al equipo.

Falta gol, falta fuerza, faltan muchas cosas… Y estoy seguro que podríamos, entre todos, llenar una lista de las carencias que el equipo tiene. Pero, por encima de todo, no hay que perder esa fe que salvó al equipo en los días más difíciles.

“Quiero creer”. Repitánselo una y otra vez. El camino va a estar lleno de piedras. Pero esa es una constante en la historia del Real Oviedo. Ni los caminos fueron fáciles ni nada fue entregado con facilidad. Repásense la vida de un equipo que, cuando pudo ser de los mejores, se cruzó con la Guerra Civil. Hemos sufrido mucho y, prepárense para lo que va a llegar, sufriremos hasta el último segundo.

Al Real Oviedo le sigue faltando mandar, poseer el ritmo, puesto que el toque lo tiene y el poder y el talento también. Fallan las inseguridades, y ahora que ya hemos dejado de divisar el primer puesto, lo que hace falta es sentirse fuerte, sin dudas, sin nadie que nos diga nada. Rectos. Va a ser un camino de muchas piedras, no esperen rosas, no crean en héroes, ahora que la semana que viene llegan los Stranglers para cantarnos una vez más el “No more heroes”. Nada debe importar salvo sobrevivir a todas y cada una de las circunstancias. Y, señoras y señores, si he de remitirme a mi experiencia, todos aquellos que han tratado de fastidiarme han sido derrotados. Por la fuerza de la más absoluta convicción: “Quiero creer”.


MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el domingo 30 de marzo de 2014

sábado, 29 de marzo de 2014

The Saints "Photograph"

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sábado, 22 de marzo de 2014

La poesía en el corazón


Vetusta Blues. –
“La poesía en el corazón”

Ayer, en una tarde primaveral de lluvia inclemente, presentaba Pelayo Fueyo su último poemario “La balada del Bululú” en el Falcón Espacio Creativo, uno de los epicentros de la cultura de Oviedo, por más que algunos mediocres se empeñen en resaltar su ausencia de “trayectoria”, como si en su corta vida no hayan dado pruebas fehacientes de su inquietud, disponibilidad y buen hacer. Pero, ya sabemos, la vida provinciana que muchos se empeñan en imponer, la de las pequeñas (o grandes) hipocresías, la de privilegios establecidos no se sabe bien por qué, la de una resignación a los límites pequeños y a la ausencia de inquietud, bien trufada de petulancia y apariencia hueca, a veces se impone como una losa contra los creadores inquietos, con la esperanza de verlos acallados y que el estado de las cosas se mantenga a favor de sus inmerecidos privilegios.

Pero estábamos con Pelayo Fueyo, uno de mis poetas favoritos. No encuentro otra disciplina más indicada que la poesía para dejarse llevar por el corazón, sin intermediarios, sin importarnos el qué dirán, dejando fluir el espíritu libre, a los vientos caprichosos que nos llevarán a un rumbo desconocido. Sin embargo, vivimos en una sociedad que destierra a sus poetas y escritores genuinos, aquellos que transitan sólo bajo la senda de sus propias inquietudes, sin importarles esos parámetros accesorios de la apariencia, las ventas y otros conceptos alejados del hecho creativo. Ahí está Pelayo Fueyo y su poesía, a la busca de un lector sensible, anhelante de verdad y de sentimiento; lejos, muy lejos, de hechos mediáticos y de intrigas de salón. Con su puñado de versos que, cuando te capturan, vuelven y vuelven a sonar como un alivio en los momentos de zozobra. “Te buscas en los charcos/ de una ciudad llovida en el recuerdo/ Te miras, y no crees/ ni en el reflejo de tu cuerpo seco,/ ni en la ausencia del rostro de aquel niño/ Aguardas a que llueva/  sobre estas mismas aguas estancadas/ para que tu mirada/ se superponga al rostro que fue tuyo;/ para que tus anhelos/ emerjan con la forma de otro tiempo,/ y así, saber mañana/ qué quedará de aquello que has perdido”, leo en una de las decenas de huecos de su esencial “Poesía Completa” (Pre-Textos, 2008) donde mi colección de marcapáginas ha encontrado acomodo. Y me quedo sin palabras, admirado por cada una de las sombras de mi corazón que Pelayo Fueyo es capaz de alumbrar. No esperen a ese absurdo ritual contemporáneo de la loa post-mortem, disfruten de su poesía y si, como ayer en Falcón Espacio Creativo, él decide acercarse a leer con voz temblorosa, esperen a que esa milagrosa conexión de la poesía con el alma se produzca con todo el fulgor de uno de los grandes.


MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el sábado 22 de marzo de 2014

viernes, 21 de marzo de 2014

The Stranglers "No mercy"

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miércoles, 19 de marzo de 2014

Los Izquierdos "Tupolev"

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The Stranglers "Who wants the world"

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martes, 18 de marzo de 2014

Contra el muro

Crónicas de Vestuario. –
“Contra el muro”

El Real Oviedo se encontró en la agradable tarde dominical con uno de esos conjuntos prototipo de la categoría. Encerrado en su campo, creando una tupida tela de araña para enredar al contrario, de contragolpe veloz y poco interés por la posesión del balón. La Cultural Leonesa desmanteló la capacidad creativa del conjunto azul con un gran trabajo defensivo y con un once muy organizado, desbaratando las iniciativas de un equipo que, esta vez sí, tuvo mucha paciencia para afrontar el encuentro. Faltó profundidad, con un Annunziata demasiado gris y sin la rapidez de movimientos que exigía un desafío como el que planteaban los leoneses, sobre todo de un Héctor Simón muy lento y con poca confianza.

Cada vez queda menos tiempo y sólo queda aferrarse a unas esperanzas cada vez menores. El encuentro contra el Rácing de Santander, el líder la categoría dirigido por la mano maestra de Paco Fernández, sigue mostrándose como una final, pero que, con todos los puntos que se van dejando los azules, sólo parece una prueba de las posibilidades del equipo de la capital del Principado de cara a los play-offs de ascenso.

Faltó eficacia de cara al gol y eso, frente a rivales como la Leonesa, se paga. Un magnífico disparo de Susaeta en la segunda parte, con una enorme parada de Toño, mereció mejor suerte. Pero todo parecía destinado a ser un reto contra la paciencia, contra ese reloj que se empeña en marcar cada segundo como una sentencia y que, como en aquella vieja película de los años cuarenta de Rudolph Mate, “Con las horas contadas”, se empeña en oscurecer el futuro, en apretar la soga sobre el cuello de los anhelos oviedistas. Ese muro es al que se enfrenta el cuadro azul, con el paso de las jornadas cada vez más apremiante. Poco importa que el conjunto muestre mucha mejor cara, no sólo la de la paciencia sino la de la elaboración pero falta profundidad y gol.

En el fútbol hemos visto muchas batallas y muchos imposibles convertirse en realidad cuando nadie era capaz de creer. Ya sólo queda aferrarse a eso, a confiar ciegamente en que las cosas puedan cambiar. Todo parece que va a pasar por la final, la reválida del próximo domingo ante el Rácing de Santander. Una victoria sería la señal esperada para volver a creer en que el ascenso es posible.


MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el lunes 17 de marzo de 2014

La primavera inquietante


Crítica. Música. –
“La primavera inquietante”

MICHAEL NYMAN BAND, OVIEDO FILARMONíA
Auditorio Príncipe Felipe, Oviedo.
Sábado, 15 de marzo de 2014.

Michael Nyman cerraba con brillantez las Jornadas de Piano “Luis G. Iberni” con un concierto donde mostraba todo el crisol de texturas que alumbran su concepto musical, evolucionado mucho más allá del minimalismo de sus inicios. Comenzó al frente de su brillante banda, compuesta por dos secciones –de viento y de cuerda- con cuatro músicos cada una, con “Chasing Sheep”, “An Eye For Optical Theory” y cuatro movimientos de las excepcionales “Water Dances”, donde se mostró el Nyman más conocido por el gran público, el de sus magníficas colaboraciones con el cineasta Peter Greenaway. A continuación, dirigiendo la Oviedo Filarmonía, estrenó en España su “Sinfonía nº6 Ahae”, lo más flojo de la noche, un canto a las transformaciones de la naturaleza, alejado de sus constantes, en una búsqueda en cuatro movimientos donde destacaban los momentos más vibrantes, con las cuerdas en esa tensión en la que el británico sabe moverse con magistral carácter. 

Tras una breve pausa, con todos los músicos sobre el escenario y una sensacional dirección de Marzio Conti, llegó el momento de su esencial “MGV, Musique à grande vitesse”, portento de clase que aúna las virtudes de las composiciones de Michael Nyman. Música vital, plena de una fuerza construida desde el pálpito de las infatigables cuerdas y puntuada por la sobriedad minimalista de su piano, como el nacimiento imparable, luminoso, de una nueva primavera.


MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el lunes 17 de marzo de 2014

sábado, 15 de marzo de 2014

Los Paperbacks "Cool eyes"

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jueves, 13 de marzo de 2014

The Verve "Lucky man"

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martes, 11 de marzo de 2014

Blues & Decker "Till dawn"

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lunes, 10 de marzo de 2014

The The "Voidy numbers"

"
Can´t love or be loved
Can´t touch or be touched
And he´s lonely

He can´t love or be loved
Can´t touch or be touched
Yes, he´s lonely

And now he´s all dressed up
with nowhere to go
He´s drunk 25 pints of Amoco

Numbers
Voidy numbers
Got the numbers
Voidy numbers

Another drink, another girl
Another life in another world
He´s a phony

Well, well, he ain´t superstitious
But he´s feeling mighty strange
That wrinckle, tinkle tink,
Of no-one on the phone again, again

Quit drinking the drink, jump on the train
He gotta watch the rain beat upon the rain
He gotta feel his shame beat upon his shame
He gotta know his pain by its real name
Know his pain by its real name

Numbness
Voidy numbness
Numbness
Voidy numbness

Numbness
Voidy numbness
Numbness
Voidy numbness

Numbness
Voidy numbness

Can´t love or be loved
Can´t touch or be touched
Yes, he´s lonely

Voidy numbness
Numbness
Voidy numbness
Numbness


sábado, 8 de marzo de 2014

Todo el mundo cree


Vetusta Blues. –
“Todo el mundo cree”

“Todo el mundo cree” es una vieja canción del grupo madrileño Las Ruedas que, cada vez que la escucho me sugiere uno de los mayores males que azotan a nuestra sociedad. Ese que hace creer a mucha gente que es capaz y válida para todo tipo de actividad. Si Leonardo da Vinci levantara la cabeza y contemplara a alguno de nuestros contemporáneos, se volvería directo a la tumba. Él, que practicó con destreza diversas disciplinas, se sentiría asqueado al ver cómo, hoy en día, cualquiera se siente capacitado para desarrollar un sinfín de actividades sin que se requiera ningún tipo de aprendizaje previo. La ciencia infusa se reparte hoy entre aquellos cuya nula capacidad para un desempeño es inversamente proporcional al desparpajo, la desenvoltura, la inconsciencia, con que se creen capaces para desarrollarlo.

En el mundo del periodismo y de la literatura esta tendencia, este cáncer social, se acentúa aún más. Da igual que no se sepan las mínimas nociones de sintaxis, que se desconozcan conjunciones, adjetivos, adverbios o preposiciones con tal mendacidad que hasta están a punto de crear una nueva forma, la preposición-adverbio (¡esos “sobre” y “todo”, unidos en imposible alianza por doquier!). Alguien tuvo la desgraciada idea –bien rentabilizada por un sinfín de despiadadas editoriales- de colocar la tristemente famosa frase de “plantar un árbol, escribir un libro, engendrar un hijo, las tres cosas que todos los seres humanos deben hacer antes de morir”, o algo así. Y así nos encontramos con lo que nos encontramos. En el periodismo, igual. Cualquiera se siente capaz de presentar un informativo en la tele; ejercer de reportero en la calle; escribir una reseña de un libro, un concierto, una película; entrevistar con profundidad y sustancia. Hablo de esto porque es lo que me queda más cerca, pero lo podría aplicar a un mecánico de automóviles, un fontanero, un carpintero, un médico. En mayor o menor medida, hay quien se postula como un nuevo renacentista en conexión directa con Da Vinci –a quien aprender todas las técnicas artísticas le costó una larga vida- capaz de un crisol de actividades propias de Superman. Osadía o envidia, dos males que nos acechan a cada momento para despreciar (y depreciar, económicamente) el trabajo de los demás, han convertido estos tiempos que vivimos en un territorio comanche donde los más audaces, los más descarados, se manejan a las mil maravillas para triunfar, visto que parece (sólo en la apariencia de esta sociedad del silencio) que todo vale, que todo el mundo cree ser capaz de destacar, aunque sea ocultando, ninguneando o eliminando a quienes verdaderamente nacieron con el don de ser buenos en una actividad.


MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el sábado 8 de marzo de 2014

viernes, 7 de marzo de 2014

La oveja negra


La Oveja Negra

En un lejano país existió una vez una Oveja Negra. Fue fusilada.

Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes pudieran ejercitarse también en la escultura.

Augusto Monterroso.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Lilium "Right where you are"

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martes, 4 de marzo de 2014

Nick Cave & The Bad Seeds "Right out of your hand"




RIGHT OUT IN YOUR HAND

Please forgive me
Por favor, perdóname
If I appear unkind
Si parezco cruel
But any fool can tell you
Pero cualquier imbécil puede decirte
It´s all in your mind
Que todo está en tu mente

Down in the midow
Abajo en la pradera
Yhe old lion stirs
El viejo león se agita
Put his hand ´cross his mouth
Pone su zarpa sobre su boca
He has no use in words
No está muy acostumbrado a las palabras

Poor little girl
Pobre chica
With your hand full of snow
Con su mano llena de nieve
Poor little girl
Pobre chica
Had no way to know
No hay manera de saberlo

And you´ve got me eating
Y me tienes comiendo
You´ve got me eating
Me tienes comiendo
You´ve got me eating
Me tienes comiendo
Right out of your hand
De tu mano

I mean you no harm
No pretendo dañarte
When I tell you you´re blind
Cuando te digo que estás ciega
Give a sucker an even break
Darle a un gilipollas una nueva oportunidad
He´ll lose it all every time
Que perderá siempre 

The airbone starlings circle
El aire se mueve en círculos
Over the frozen fields
Sobre los campos helados
The holyhocks hang harmelessly
La malvarrosa cuelga inofensiva
And the old lion yields
Y el viejo león se entrega

And you´ve got me eating
Y me tienes comiendo
You´ve got me eating
Me tienes comiendo
You´ve got me eating
Me tienes comiendo
Right out of your hand
En tu mano


lunes, 3 de marzo de 2014

Transmisión


Crónicas de vestuario. –
“Transmisión”

Ya desde su primera rueda de prensa, Roberto Robles, el joven entrenador azul, mostró personalidad e intención. Me niego a aludir al tema de la edad como elemento a valorar en el desempeño de conducir la nave azul: hay quien tiene personalidad a los dieciocho, hay quien la fragua a los cuarenta, existen aquellos que nunca la tendrán. A Roberto le ha llegado esta oportunidad y la ha cogido con desenvoltura, con mucha personalidad. Y todo ese compendio de ilusión, sabiduría y ganas lo ha conseguido transmitir a un colectivo abotargado, confundido, que vivía en un alambre del que se caía al menor síntoma de problemas.

La prueba era de fuego. Nada menos que el Guijuelo, equipo revelación del grupo, un conjunto serio, bien ensamblado por encima de individualidades, solidario y sólido. Los azules de Roberto presentaban en casa, como contrapartida, los números de equipos en zona de descenso. No había tiempo para la duda y debía comunicarse a la grada que éste es un equipo diferente. Y los primeros veinticinco minutos del encuentro mostraron a un Real Oviedo funcionando como un bloque, con presión desde la primera salida de pelota del conjunto chacinero, con tal afán y ensamblaje que muchos esperaron que Wilfred –guardavallas de los visitantes- se marcase una pifia como la de Ter Stegen –próximo portero, dicen, del Barcelona- el día anterior. En el trabajo de equipo y de entrenador que disfrutamos, me gustaría destacar a Alain Arroyo. El vasco del botxo ejemplifica el cambio como ningún otro futbolista azul: de correr como un pollo sin cabeza –permítaseme la expresión- con Granero, a engranar sus fuerzas, su total entrega, con sentido para el juego. En este buen primer tiempo para la esperanza, para creer en una transmisión de esas ganas que tan bien comunicó Roberto Robles desde su primer día, ni tan siquiera el árbitro navarro del Colegio Sueco (ese que evita cualquier problema y rehúye lo que se cuece en las áreas) Iosu Galech Apezteguía la pudo disipar. Nos olvidaremos del clamoroso penalti de la reanudación a Annunziata que, en la tradición de los peores trencillas, se tragó sin contemplaciones y, para mayor vergüenza suya, con tarjeta amarilla para el jugador azul. Para suerte suya, nada podía parar a los oviedistas en la matiné dominical.

La segunda parte volvió a ser un recital de la fe que transmite Robles. Sacrificio colectivo en muy buenos movimientos sin balón, seguridad defensiva y ayudas, muchas ayudas, en la contención, además de paciencia cuando se maneja el juego e intención ofensiva. Todo eso llevó al éxito y hasta se pudo machacar cuando Wilfred se marcó, finalmente, un “Ter Stegen”, una enorme cantada. Una victoria que vale por dos y llega a tiempo para creer en que el objetivo, de la mano de todos, es posible. Mi amigo y crítico de cine de este diario, José Havel, me acusa de no mojarme: pues allá voy, a la ducha. Siempre aposté por darle el mando a Roberto Robles. Y, ayer, el club lo confirmó en el puesto. Se lo ha ganado, al ritmo del “Transmission” de Joy Division, para que la esperanza vuelva a prender en la afición azul.


MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el lunes 3 de marzo de 2014

domingo, 2 de marzo de 2014

sábado, 1 de marzo de 2014

Las Ruedas "Todo el mundo cree"

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