Crónicas
de Vestuario. -
“El
bálsamo Susaeta”
Era
un día para tomar una senda en el cruce de caminos al que el Real
Oviedo se había abocado por las turbulencias provocadas por la
dimisión de Sergio Egea y por la espeluznante racha de tres derrotas
consecutivas que había instaurado cierta zozobra en la nave azul.
Sí, era una fecha para celebrar cumpleaños, pero, como saben
-quizás a raíz de aquel humillante 1 a 4 ante el Sporting B de hace
algunas temporadas- no me gustan más fiestas que las espontáneas,
las que nacen del entusiasmo, no de la obligación. Fiestas puras,
como los espíritus que animan a la resurrección. No fiestas
obligatorias, como si fuésemos unos (malos) funcionarios que cumplen
un guión establecido sin importarles otra cosa que un calendario
marcado y un reloj que marca las horas, impertérrito. Por fortuna,
en la húmeda noche ovetense, se unieron los mejores hados para una
resurrección, ahora que estamos en estas fechas de Semana Santa. Si
las palmas de Ramos fueron cardos, la resurrección le vino mejor a
los azules, hoy en un negro que tanto me gusta para celebrar su
nonagésimo cumpleaños.
A
la celebración se sumó un jugador a quien hemos criticado a veces,
sabedores de todo su potencial, de su valor como persona, íntegra
como pocos, y de su enorme talento: Néstor Susaeta. Hoy, el eibarrés
sacó el rock´n´roll a jugar, aunque -y sé seguro que mi querido
amigo Rafa Sarralde estaría de acuerdo- lo suyo, lo que alberga en
sus botas es el rock de melodías exquisitas. El fútbol de Néstor
Susaeta es una canción de Teenage Fanclub, Big Star o de los
Go-Betweens, emotivo y preciso para llegar hasta lo más profundo del
corazón. Tres de tres asistencias, y alguna más nos brindó el fino
centrocampista vasco, un estilista capaz de no esconderse, de asumir
cualquier responsabilidad, y que hoy dominó el campo con una batuta
de líder absoluto. Desaparecido Míchel Herrero, que lleva tres
partidos buscando el camino de Kerouac, o algún camino, tras haber
mostrado sus virtudes en dos presentaciones estelares, fue el momento
de que Susaeta regresase con toda su fuerza. Con una emergencia tal,
que los balones llegaban a Toché y a quien quisiese aprovecharlos,
con precisión nítida. El Real Oviedo recuperaba pegada. En el haber
del nuevo entrenador, David Generelo, hay que resaltar la ejecución
del segundo gol del equipo: uno de esos contragolpes de libro que el
once azul había sido incapaz de ejecutar en toda la temporada, con
temple y con visión. La Ponfe quedaba reducida a la mínima
expresión, visto el despliegue azul de unos grandes primeros veinte
minutos para afirmarse y sólo quedaba rematar la celebración sin
más sobresaltos. Anecdótica la presencia de Fernández, aunque
sigamos echando de menos -y mucho- las galopadas de Diegui
Johannesson con sentido y con peligro (¡qué hubiera sido hoy el
choque con el desempeño maravilloso de Susaeta junto al incisivo
internacional islandés!).
Exhibición
de Néstor Susaeta, uno de esos ídolos azules, referentes a los que
cabe exigirles todo, pues de todo son capaces, y que encontró en el
killer Toché el aliado ideal para que los sueños se hagan realidad
y los nubarrones se despejen de un plumazo. Bien, muy bien, el mejor
Koné de la temporada, que aún debe encontrar su sitio y su
continuidad, y necesaria, clave, la presencia de Héctor Verdés en
el centro de la defensa.
En
definitiva, borrar de un plumazo fantasmas y comenzar la suma de tres
en tres en este tramo verdaderamente decisivo, en el que deben
hacerse los deberes para no dejarlos a última hora. Hay un
calendario favorable en estas semanas, que se debe aprovechar. A uno
le gustaría que el patrón, Don Arturo Elías Ayub acudiese a una
ciudad como Bilbao, para brindar ese toque suyo que nos hace
invencibles. Un feudo, el de San Mamés, la Catedral del fútbol
español, que tan gloriosas tardes ha brindado a la gloria azul. Si
no se puede, que su espíritu (y el de un estelar, magistral,
Susaeta) nos siga acompañando en este tránsito decisivo.
MANOLO
D. ABAD
Foto: J.L.G.FIERROS
Publicado en el diario "El Comercio" el domingo 27 de marzo de 2016