Vetusta Blues. –
“Oviedo Noir”
Ayer comenzaba una nueva edición
de la Semana Negra, la atractiva convocatoria gijonesa para los amantes de la
serie negra tanto literaria como cinematográfica. Este año, además, tengo la
suerte de formar parte del cartel y allí presentaré el próximo martes 8 a las
18:45 horas en la Carpa Biblioasturias mi último libro “Justos por pecadores”.
Va a ser algo extraño -después de tantos años acudiendo como aficionado y público- situarme al otro lado, disfrutar de
un modo distinto del especial ambiente que allí se respira. Mucha gente que ha
leído alguna de mis obras me resalta el hecho de hablar de una ciudad, que les
recuerda a Oviedo –mi lugar de origen- pero sin mencionarlo específicamente.
Ahora, mientras me encuentro en plena escritura de una nueva novela,
protagonizada por Julián Solares, me estoy planteando la posibilidad de
nombrarla como un elemento concreto en el mundo de ese detective cuya
personalidad he empezado a trazar en esta última publicación, en cuatro de los
doce relatos que conforman “Justos por pecadores”.
Lo cierto es que la realidad
también me empuja a considerar Oviedo como un lugar apto para las aventuras de
mi detective. En los últimos meses, los ovetenses hemos ido conociendo, con
sumo estupor, las aventuras de una pareja de criminales que comenzaron sus
correrías negándose a pagar sus encargos de comida. De ahí, a disfrutar de los
hoteles de lujo de la ciudad y alrededores sin abonar un euro, además de robar
todo tipo de vehículos, muchos de los cuales empleados en alunizajes para atracar
en diversos establecimientos. Unas “hazañas” que les han valido la denominación
de Bonnie & Clyde, aunque más que a los protagonistas de la película de
1967 dirigida por Arthur Penn, a quienes recuerdan, por su total amoralidad,
desparpajo y compulsiva reincidencia a la hora de delinquir es a los “Asesinos
natos” que dirigiera Oliver Stone en 1994.
Otro episodio “noir” en los
últimos meses en la ciudad ha sido el extraño robo en un domicilio de la Calle
de la Lila que recuerda a esos films de atraco perfecto que se pusieron de moda
en Europa a raíz del éxito de “Rififí” dirigida por Jules Dassin en 1955.
Películas como la magistral “El Círculo Rojo” (1970) de Jean-Pierre Melville
incluían estos robos, planificados al milímetro y con un despliegue
espectacular. Un botín del que no se saben cifras concretas, pero sí que son
abultadas y sobre el que se ciernen multitud de sombras y sospechas. Buenos
argumentos para la serie negra, desde luego.
Oviedo es, sin lugar a dudas, una
ciudad de atractivo literario. Las calles del centro, del casco antiguo,
rezuman misterio y encanto, no sólo para perderse en ellas sin que importe el
tiempo, sino para enredar la imaginación e inspirar nuevas historias que
trasladar al papel.
MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el sábado 5 de julio de 2014