lunes, 4 de noviembre de 2013

Sabor a final


Crónicas de Vestuario. –

“Sabor a final”

Por mucho que los entrenadores del Rácing y del Real Oviedo insistiesen en las conferencias de prensa previas, el partido poseía todos los ingredientes de las grandes ocasiones y era un test, la prueba del valor del conjunto, un ensayo general de lo que podrían llegar a ser los play-offs con lo que se supone que son los dos equipos más poderosos de este grupo.

Los primeros quince minutos despejaron dudas: el Rácing de Santander bien asentado  sobre el campo, sin encerrarse y buscando con rapidez un gol que le allanase el camino y traspasara la presión a los azules. Se encontró con dos. El primero en un monumental error del centro de la zaga que permitió un remate limpio del pequeño Lafuente. El segundo, en un clásico esta temporada: un fallo a balón parado. Con ese panorama a los 16 minutos de juego, los cántabros no necesitaban más que aplicarse en la seriedad defensiva y el orden que siempre trata de situar sobre un terreno de juego un entrenador con la sensatez de Paco Fernández. En esta categoría los errores, los vacíos momentáneos donde se desaparece, se pagan. Sin ir más lejos, la semana pasada había contemplado el partido de los santanderinos contra el Rácing de Ferrol donde en la primera parte encajaron tres tantos producto también de esas desapariciones, pero lograron anotar un gol antes de que la primera parte terminase. Al Real Oviedo no le sucedió lo mismo: los azules no fueron capaces de reponerse, con Annunziata deambulando en tierra de nadie y Héctor Simón perdido.

La segunda mitad comenzó para los ovetenses con otro aire. Las entradas de Alain y Sergio García introdujeron otro ritmo, aunque sin concretarlo en un gol. Llegó el penalti y el 1-2 y con él la locura. El Rácing parecía perder la compostura y el orden, pero los de Granero no supieron sacar nada positivo, antes al contrario, perdieron a Cervero por expulsión y con él toda esperanza de enderezar el partido.

Se cumple el primer tercio de la temporada regular, en esta atípica Liga de 19 equipos. De los 36 partidos a jugar, ya se han cumplido una docena, momento para tratar de extraer algunas conclusiones, lejos de análisis precipitados. La igualdad ha sido la nota predominante. Sin embargo, el Real Oviedo ha mostrado signos de debilidad, de dudas, en sus partidos del Tartiere y, sobre todo, frente a quienes ocupan las posiciones de play-off: los azules han perdido contra Rácing de Santander, Guijuelo y Ourense (además del Coruxo). Este dato, desde luego, invita a la inquietud, a la desconfianza. Pero, como bien decía Thomas Carlyle: “Para disipar una duda, cualquiera que fuese, se necesita una acción”. Victorias y juego que convenzan, para mostrar que se está a la altura de las expectativas creadas, ese es el bálsamo. Esperemos llegue sin desesperar.
MANOLO D. ABAD
Publicado en la edición papel del diario "El Comercio" el lunes 4 de noviembre de 2013