LA CIMA DE NUESTROS MUNDOS
Llegar
a lo más alto de las montañas, sin resuello. Sólo para comprobar
el baldío azul de la bóveda que oculta el vértigo del fondo de
nuestras vidas. Hemos dejado caldear el último rescoldo de nuestras
ilusiones convertidas en cenizas hasta el fin de la noche más oscura
sólo para comprobar que existía una luz que nos ha sido vedada.
Llegó
el momento de dejar atrás los lastres, las penas, los dolores, las
batallas perdidas. No se pueden recuperar los años gastados
persiguiendo un inalcanzable santo grial, pero sí estar convencido
que cada amanecer es un nuevo día para la llegada de otro
renacimiento.
Sólo
nos quedan encuentros clandestinos para que el secreto del círculo
que une nuestras vidas con lazos invisibles permanezca oculto a los
ojos del resto de los mortales. Pequeñas chispas conservadas como
tesoros en los lugares escogidos de nuestra memoria. Y mientras los
raíles de nuestras vidas corren paralelos para siempre, tratamos de
buscar nuevas cimas a las que llegar sin resuello, sabedores de que
nuestra oportunidad pasó hace ya demasiado tiempo y que sólo
regresará en pequeñas chispas, como un indeseado premio de
consolación.
MANOLO D. ABAD
*(Para el proyecto Fotoliterario "Objetivo Doble Dos")